Historia y arte de la Baja California
eBook - ePub

Historia y arte de la Baja California

María Teresa Uriarte Castañeda

Compartir libro
  1. 201 páginas
  2. Spanish
  3. ePUB (apto para móviles)
  4. Disponible en iOS y Android
eBook - ePub

Historia y arte de la Baja California

María Teresa Uriarte Castañeda

Detalles del libro
Vista previa del libro
Índice
Citas

Información del libro

Los 7500 años de pintura rupestre en Baja California y la riqueza cultural de los pueblos indígenas que la habitaron antes de la llegada de los españoles, contrastan intensamente con la precariedad del clima y el olvido de los historiadores. En Historia y arte de Baja California se rescata el acontecer y la naturaleza de la península y sus antiguos pobladores, desde la mirada de los cronistas novohispanos hasta la de modernos lingüistas y etnólogos, en lo que constituye un estudio integral de esta región mexicana que aporta, además, un excepcional análisis estético de la pintura mural prehistórica hallada en sus cuevas.

Preguntas frecuentes

¿Cómo cancelo mi suscripción?
Simplemente, dirígete a la sección ajustes de la cuenta y haz clic en «Cancelar suscripción». Así de sencillo. Después de cancelar tu suscripción, esta permanecerá activa el tiempo restante que hayas pagado. Obtén más información aquí.
¿Cómo descargo los libros?
Por el momento, todos nuestros libros ePub adaptables a dispositivos móviles se pueden descargar a través de la aplicación. La mayor parte de nuestros PDF también se puede descargar y ya estamos trabajando para que el resto también sea descargable. Obtén más información aquí.
¿En qué se diferencian los planes de precios?
Ambos planes te permiten acceder por completo a la biblioteca y a todas las funciones de Perlego. Las únicas diferencias son el precio y el período de suscripción: con el plan anual ahorrarás en torno a un 30 % en comparación con 12 meses de un plan mensual.
¿Qué es Perlego?
Somos un servicio de suscripción de libros de texto en línea que te permite acceder a toda una biblioteca en línea por menos de lo que cuesta un libro al mes. Con más de un millón de libros sobre más de 1000 categorías, ¡tenemos todo lo que necesitas! Obtén más información aquí.
¿Perlego ofrece la función de texto a voz?
Busca el símbolo de lectura en voz alta en tu próximo libro para ver si puedes escucharlo. La herramienta de lectura en voz alta lee el texto en voz alta por ti, resaltando el texto a medida que se lee. Puedes pausarla, acelerarla y ralentizarla. Obtén más información aquí.
¿Es Historia y arte de la Baja California un PDF/ePUB en línea?
Sí, puedes acceder a Historia y arte de la Baja California de María Teresa Uriarte Castañeda en formato PDF o ePUB, así como a otros libros populares de Arte y Arte generale. Tenemos más de un millón de libros disponibles en nuestro catálogo para que explores.

Información

Capítulo III

PRÁCTICAS CEREMONIALES Y RELIGIOSAS



Fiestas y bailes

Los misioneros jesuitas coincidieron, en sus diversos testimonios, en que los californios solían divertirse celebrando fiestas a las que invitaban a las rancherías vecinas. En ellas, detalló Del Barco, había bailes y competencias entre las distintas bandas participantes, "desafiándose muchas veces a luchar y correr, a probar las fuerzas y la destreza en el arco y flechas" y "en éstos y otros juegos entretenidos, pasaban muchas veces días y noches, semanas y meses en tiempos de paz".1 Con respecto a los bailes, tanto Del Barco como Clavijero citaron una carta de Juan María Salvatierra en la que, relatándole al padre Juan de Ugarte las festividades de la Navidad de 1698 en California, aquél detalló:

Y son sus bailes muy diferentes de los que usan las naciones de la otra banda; pues tienen más de treinta bailes, y todos diferentes, y todos en figura, ensaye y enseñanza de algunas cosas esenciales para la guerra, para la pesca, para caminar, enterrar, cargar y cosas semejantes; y se precia el niño de cuatro y de tres años de salir bien del papel de su baile, como si fueran ya mancebos de mucha emulación y juicio […]2

La ocasión para tales festejos podía ser lo mismo una boda, el nacimiento de un hijo, el éxito en la caza o la pesca, la cosecha de las pitahayas o de otro fruto, la victoria sobre una banda rival. Clavijero agregó que "no eran ni muy frecuentes ni muy solemnes sino en la alegre estación de las pitahayas" o, entre los cochimíes, cuando una vez por año hacían el reparto de las pieles de los venados cazados.
Luis Sales, por su parte, reportó que por lo regular sus fiestas tenían lugar "en el tiempo de las semillas" y "siempre en Luna nueva", si bien no se celebraban en fechas determinadas. Aclaró que en ellas no ofrecían sacrificios ni adoraban dioses o hacían "cosa alguna que tenga viso de Religión", simplemente se trataba de congregar a "hombres y mujeres de todas partes para desahogar los apetitos de Luxuria y gula", pues se dedicaba a "comer, baylar, reírse, correr y usar de las mujeres". El dominico concordó también con Del Barco en que tales celebraciones se extendían por varios días, entre 20 y 25, pero agregó varios detalles más, entre otros que el hechicero3 desempeñaba un papel central:

[…] él es el que mas trabaja y suda por sus voces, bramidos, ademanes, gestos y saltos; él ordena lo que se debe hacer, y muy de antemano engaña a los infelices, prometiéndoles mil habilidades y valentías, aunque sea el hombre más cobarde del mundo: se va disponiendo poco á poco para un razonamiento, que suele durar tres y quatro horas, y á veces algo mas; en el qual les dice quantas mentiras quiere y puede imaginar, acompañando sus palabras con gestos ridiculísimos, y suele salir tan fatigado, que queda tendido en el suelo para muchos días […].4

La versión de Sales fue también más pormenorizada en otros aspectos. Por ejemplo, refirió que la cabaña a que aludió el jesuita era construida para el guama y era "de tanta veneración […] que nadie entra ni la visita, y están persuadidos, que al instante que pongan el pie en ella, al punto mueren". O que justo en medio del escenario que preparaban colocaban un palo para la actuación del guama, cuya escenificación tenía lugar por la noche. Hombres y mujeres asistían con el cuerpo pintado de muchos colores, ellos desnudos, con un penacho en la cabeza, y ellas con diademas confeccionadas con plumas de aves.

El viejo [hechicero] forma de cabelleras de difuntos una como capa pluvial, y los otros viejos mas ancianos pintados de negro, y con pieles de Venado á modo de capas atadas con cordeles se visten, y con unos palos largos en las manos, y en el remate algunas cabezas de difuntos: habiendo paseado el circo con mucha formalidad, y sin hablar palabra, se queda el viejo enmedio del circo, intima silencio á los circunstantes, y les habla sobre el fin de aquella función: les dice que el Capitán de todos los animales lo envía, o si le parece les asegura, que él es Dios de todo, y lo dice con tal satisfacción, y lo oyen con tanto gusto, que causa admiración […]: les habla de las costumbres antiguas, envueltas con mil contradicciones; da razón de todas sus habilidades, curaciones, muertes y facultades, y les asegura, que tiene amistad con los difuntos […].5

Hacían el reparto de las pieles de los venados cazados:

En el día prefijado se reunían varias tribus confinantes en un lugar determinando, llevando cada uno las pieles de todos los ciervos que habían matado en aquel año. Hacían allí un largo emparrado circular, abrían una calle que terminaba en él, y la entapizaban con todas aquellas pieles. Dentro de la cabaña se les daban a los principales cazadores la caza y fruta que se tenían preparadas, y después de haber comido, fumaban, según costumbre, tabaco silvestre en cañas. Un guama,6 esto es, uno de sus charlatanes, sentándose en la entrada del emparrado, publicaba con gritos espantosos las alabanzas de los cazadores, y entre tanto los indios corrían por la calle entapizada, y las indias cantaban y bailaban en ella del uno y otro lado. Luego que el guama cansado cesaba de gritar, cesaba también la carrera. Entonces los principales, saliendo del emparrado, distribuían las pieles entre las mujeres con gran júbilo de todos, y señaladamente de las mismas mujeres, las cuales, no teniendo otra cosa con que cubrir sus espaldas, apreciaban aquellas pieles como un don venido del cielo.7

Como dato interesante que puede agregarse a esta descripción está el hecho de que en las sociedades tribales las ceremonias comunitarias tenían una gran importancia por diversas razones, entre otras porque a través de los ritos iniciáticos el joven se integraba a la comunidad y ese vínculo tenía dimensiones espirituales que lo hacían prácticamente inviolable, amén de que en todas estas ceremonias se fortalecían los vínculos de pertenencia entre todos los participantes. La libertad en la conducta sexual es también una forma de intercambio entre diversos grupos, apoya el tabú del incesto y está asociada a ritos de iniciación en los cuales es común una gran libertad sexual.8
Debemos tener en cuenta que las pinturas monumentales son realizadas en sitios excepcionales, a una gran altura y con el sello de estar cercanos a la cueva que en todo el mundo a lo largo de la historia conlleva grandes temas que se relacionan con el origen y con los ritos iniciáticos.
Me gustaría referirme en particular a dos ejemplos de pintura rupestre de los cuales me ocuparé más tarde en detalle, pero de los cuales quiero destacar estas ceremonias.
Las descripciones de estas ceremonias conjugan numerosos elementos chamánicos, la cabaña con el poste al centro, las cabezas de los antepasados que son considerados un medio para la curación y la obtención de mejor cacería y el chamán que se convierte en el eje del tránsito del tiempo pasado y el futuro.

El Batequi
Esta cueva se encuentra en el Arroyo que lleva el mismo nombre, como lo advierte Harry Crosby en su magistral registro de las cuevas pintadas de Baja California, su nombre por lo general se asocia con ranchos vecinos y en este caso, él lo registra de ese modo. Un batequi es una oquedad que almacena agua.9
De acuerdo con su descripción, las pinturas se encuentran a cinco metros del suelo y muestran varias capas de repintes.
Sus reflexiones son las mismas que yo me hago. Imaginarnos los ritos descritos por los misioneros que transmitieron las creencias de aquellos seres humanos que enfrentaban una dura supervivencia y cuyo pensamiento estaba reflejado en las majestuosas pinturas que nos recuerdan su existencia. En este caso es evidente que los animales guardan un comportamiento mágico –sobrenatural– en el cual están acompañados por estáticas figuras antropomorfas de gran tamaño.

La Cueva de la Serpiente
En el Arroyo de El Parral está este sitio que posee características muy importantes ya que muestra a un grupo de seres humanos identificados por diversos elementos como la pintura corporal o el tocado y rodean a un par de serpientes venado de proporciones gigantescas en comparación con la figura humana.
Los animales híbridos parecen ser constantes en el mundo de las culturas originales, en Mesoamérica la figura de Quetzalcóatl es el mejor ejemplo. En este caso, el venado y la serpiente conjugan a un ser mítico que, hasta donde sé, no forma parte de la mitología recogida por los misioneros.
En la mayoría de las sociedades de cazadores existe el mito de ser devorado por un ser sobrenatural,10 en este caso, la serpiente venado parece engullir a uno de los individuos que tiene el tocado y por la boca de la cabeza que la enfrenta salen transformados en seres etéreos. Esto concuerda con todas las mitologías relacionadas con iniciaciones místicas.
La descripción del fraile dominico continúa con otro tema fascinante en la antropología de la península: "el guama sacaba tablas de dos tipos, las primeras pintadas con representaciones de los mejores hombres de la banda –los más valientes y fuertes, los corredores más destacados, los principales curanderos–, a quienes dedicaba elogios añadiendo siempre, eso sí, que él era superior a todos, y las segundas de alrededor de un metro de largo y 50 centímetros de ancho,11 las cuales tenían un agujero por donde el hombre sacaba la lengua a fin de simular que las tablas hablaban, provocando gran hilaridad entre la gente.12 Mientras el hechicero continuaba con su perorata, un grupo de hombres se colocaba a la puerta de la cabaña, donde unos cantaban y otros tocaban algún instrumento musical, que variaba de una región a otra: huesos que producían un sonido similar al de las castañuelas, maracas llenas de piedras y una especie de zambomba, armando tal alboroto "que ni se entienden unos á otros". Una vez que el guama se cansaba de hablar, se metía en la choza y daba inicio el baile.13

[…] es cosa de la mayor risa ver á la vislumbre del fuego los figurones mas feos y los movimientos tan extraños; todos los hombres baylan juntos, y después las mujeres: unos pintados de negro, otros de colorado y blanco, otros de amarillo, todos brincando, y dando bramidos, y al mismo tiempo t...

Índice