SEGUNDA PARTE
TEÓRICO-PRÁCTICA
CAPITULO V
DESARROLLO TEÓRICO DE LOS CONTENIDOS
La actividad física que aquí proponemos se desarrolla en grupos de actividades o contenidos, de los cuales pasamos a dar una relación. Estos quedan clasificados siguiendo el esquema propuesto, o sea, según tengan un objetivo preventivo, de mantenimiento, recreativo y/o de rehabilitación. Generalmente, lo que marca uno u otro objetivo no es tanto la actividad en sí, sino la forma de trabajar o de llevarlas a la práctica, ya que, por ejemplo, en un momento dado, un ejercicio de relajación puede presentarse de forma lúdica y seguir por lo tanto una estructura más recreativa. Ello significa que cada actividad llevará implícito básicamente un objetivo, pero no se descarta que pueda perseguir paralelamente otro objetivo de forma secundaria. Ya que si bien hay un tipo de actividades que su objetivo principal sería el utilitario, en cuanto a prevención y mantenimiento, y a la vez pueden o no llevar un objetivo recreativo de forma secundaria; lo mismo a la inversa, por ejemplo los bailes, o los juegos, básicamente son actividades recreativas, y en segundo lugar pueden ser preventivas. Así pues, para ofrecer el tema siguiendo un orden y una estructura, se ha realizado la clasificación de la siguiente manera:
ACTIVIDADES CON OBJETIVO PREVENTIVO Y DE MANTENIMIENTO
Gimnasia suave
El objetivo de la gimnasia suave es, principalmente, el tomar conciencia del propio cuerpo. De todas sus articulaciones, a fin de que pueda expresarse libremente. Su trabajo se basa en la sensación y la “relajación”, llevando a mover el cuerpo con más eficacia y menos esfuerzo.
Repetir de manera mecánica un movimiento un sinfín de veces no sirve para nada, hay que tomar conciencia del mismo e imaginárselo.
El cuerpo tiene mejor memoria que nosotros. No olvida nada. Es sensible a todo lo que modifica su estado de equilibrio y la mayoría de las veces reacciona sin que seamos conscientes de ello.
Trabajando relajadamente, a través de la sensación y concienciando el movimiento; ya que sólo las experiencias adquiridas a través de la sensibilidad dejan una huella profunda y vivaz. No exige esfuerzos, sino una movilización sutil de las fibras musculares.
En el organismo humano, todo está vinculado y por consiguiente, se da una interdependencia de cada movimiento. Por ejemplo, las jaquecas se desvanecen al relajar la nuca y los hombros, ya que dejan de ser comprimidas las venas yugulares.
La columna vertebral, llamada “pilar terrestre”. Todo está unido a este amortiguador de los choques, árbol de la vida del movimiento, es necesario trabajar cada uno a su ritmo y sin excesos.
El proceso ideal se desarrollará como sigue:
Alargamiento de los músculos superficiales; reestructuración de los músculos profundos, toma de conciencia de las distintas articulaciones y de la dependencia de los miembros unos con respecto a otros.
Siempre que hablamos de actividad física, debemos pensar primeramente en la postura, la colocación del cuerpo correctamente para evitar posibles lesiones, sobre todo, cuando nos referimos a un tipo de gimnasia en que lo importante es concienciar el movimiento, vivirlo, sentir cada parte de nuestro cuerpo y para ello, su correcta colocación y ejecución.
Postura correcta de pie
Debe buscarse la corrección postural empezando desde abajo, repartiendo el peso uniformemente sobre ambos pies. Las piernas separadas el ancho de la pelvis, los brazos colgando al lado del cuerpo y los hombros relajados. La cabeza suspendida y la cintura flexible, creando con los abdominales y el psoas espacio entre las caderas y las costillas.
Imaginar que nos encontramos entre dos imanes: el de abajo es la gravedad de la tierra y el de arriba, el aire del cielo. Los dos tienen la misma intensidad, permitiéndonos empezar sin esfuerzo en toda nuestra altura.
Imaginar que la cabeza está suspendida de un hilo, si la cabeza permanece en esta posición, permite al tronco adoptar una posición derecha, evitando el abovedamiento de la espalda, liberando de este modo la caja torácica y permitiendo en consecuencia, una mejor respiración.
Esto permite también a la energía el fluir por la espalda y toda la columna vertebral, mejorando la circulación sanguínea. El sistema nervioso central verá acrecentada su actividad, y al no estar oprimido tendremos una mayor libertad de movimientos y una gran agilidad.
Las piernas serán como pilares articulados que recogen con los pies la energía de la tierra. El vientre será el motor que genera la energía por todo el cuerpo. Las articulaciones dejarán pasar la energía y el aire sin comprimirlas. Todas las partes de la cabeza suspendida deben estar relajadas: músculos de la cara, mandíbulas, boca ligeramente cerrada “sin tensión”.
Posición de marcha
Porte erguido, con los pies paralelos y separados por la misma distancia que las articulaciones de la cadera. Empuja hacia abajo vertical-mente con los primeros huesos metatarsianos (planta del pie en la base de los dedos) y siente cómo todo tu cuerpo se despega del suelo, concéntrate en la trayectoria ascendente del transporte: éste sale del arco de los pies, pasa por las tibias, por las articulaciones de la cadera y llega a la cintura pelviana, donde se unen las fuerzas procedentes de los dos pies; desde allí comienza a subir por el sacro y la columna vertebral del cuello “atlas” y de ahí a la parte superior de la cabeza.
Definición de conceptos:
Posición tumbado supino, o tumbado boca arriba.
Posición tumbado prono, o tumbado boca abajo.
Cuadrupedias, a cuatro patas, apoyando en el suelo, manos, pies, y rodillas.
Yoga
Historia del yoga. El yoga forma parte de los seis “Darshanas” o “puntos de vista” de la doctrina hindú, que son: El Nyana, el Vaisheshika, el Sankhya, la Mimansa, el Yoga y el Vedanta. En Occidente las llamaríamos escuelas filosóficas, término inadecuado para la doctrina hindú que no tiene sus orígenes en la cultura mediterránea.
El yoga surge de las enseñanzas védicas. Los antiguos “Vedas” o “Rishis” eran los antiguos sabios. Sus orígenes datan de miles de años antes de J. C. Es difícil saber su origen exacto, pues su enseñanza y transmisión era, al inicio, completamente oral de “maestro “o “guru” a “discípulo” o “chela”. Se cree que fue el temor de la invasión musulmana a la India la que obligó a escribir las antiguas enseñanzas por riesgo a perderse. Fue Patanjali, entre los siglos III y V antes de J. C., el primer gran ...