
- 64 páginas
- Spanish
- ePUB (apto para móviles)
- Disponible en iOS y Android
eBook - ePub
El último carreteo
Descripción del libro
Casi noventa años después, una investigación acerca de la verdadera causa de su fallecimiento hace que la aviadora Myriam Stefford salga de su tumba para reclamar precisiones al "doctor" que se ocupa del caso. ¿Fue accidente o asesinato? El "doctor" no es cualquier persona sino la reencarnación de alguno de los tres participantes del hecho. ¿De ella misma, de su copiloto Ludwig Fuchs o bien de su marido Raúl Barón Biza?Mentiras, glamour, amores y venganzas perversas cobran luz alrededor de este último, controvertido y hoy casi desconocido personaje.
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Información
Categoría
TeatroPERSONAJES
LA SEÑORA: Una muchacha treintañera vestida como en la década del 30, con capelina y una carterita de época en la mano. Habla con ligero acento francés.
EL DOCTOR: Un sesentón actual vestido con un saco pasado de moda y grandes anteojos de marco cuadrado.
Los dos personajes utilizan un lenguaje “demodé”, cuidadoso y distante.
CÁMARA NEGRA
Un antiguo sillón a rótula con resorte, un viejo escritorio y una silla. Sobre el escritorio una lámpara antigua, una botella de whisky, un vaso, una caja con fotos y el libro El derecho de matar con la tapa hacia abajo. Todo el ambiente a luz tenue. Oscuridad más allá del escritorio y de los asientos para los dos personajes.
ACTO ÚNICO
(El doctor escribe en una libreta, bajo la luz de la lámpara de escritorio. La señora aparece desde lo oscuro con cierta timidez. Se detiene en el límite de la luz y la sombra de la sala, hasta que el doctor nota su presencia).
EL DOCTOR
¿U... usted, señora? (balbucea retirándose los lentes para una innecesaria confirmación). ¿E… es verdaderamente usted o debo dudar de mi salud mental?
LA SEÑORA
(No se mueve de su sitio). No tiene por qué hacerlo, doctor. Me llegaron rumores desconcertantes acerca del contenido de sus investigaciones, y decidí volver a la realidad “pulsante” aunque más no fuere por unas horas.
(El doctor sale de su turbación, se apresura a levantarse para recibirla).
EL DOCTOR
¡Esta sí que es una sorpresa! Tome asiento, por favor... y disculpe mi confusión. ¿Qué le puedo ofrecer, si es que hay algo que se pueda ofrecer en estas circunstancias? (le corre la silla para que se siente).
LA SEÑORA
Me basta con la cordialidad de su acogida, doctor. (Se sienta y acomoda una parte del faldón de su vestido bajo una pierna).
EL DOCTOR
Espero entonces que no le moleste que yo me sirva un trago para moderar el impacto, señora (se instala en su sillón).
LA SEÑORA
Je vous en prie, docteur.
(El doctor se sirve y bebe).
EL DOCTOR
Por lo visto conservó su pasión por la lengua francesa (procura relajarse).
LA SEÑORA
Fue a través de ella que me vinculé con el mundo entero, doctor, que disfruté de la belle époque, y que me relacioné con Raúl.
EL DOCTOR
(Asintiendo con la cabeza). De haber nacido en su tiempo yo también hubiera tenido nostalgia de los años veinte, señora. ¿Cuántos decenios pasaron desde que nos dejó?
LA SEÑORA
Casi nueve, doctor.
EL DOCTOR
¡Noventa años, ya! ¿Y hoy decidió alejarse de su cripta solamente a causa de mi investigación?
LA SEÑORA
(Con cierto desdén). Supe de otros trabajos que me concernían y no intervine. Pero esta vez es diferente: su pasión y voracidad a mi propósito me llamaron poderosamente la atención, al punto de preguntarme por sus razones.
EL DOCTOR
Le sorprenderá conocerlas, señora (más distendido). Pero le ruego que no nos apresuremos, por favor.
LA SEÑORA
Sea, doctor.
EL DOCTOR
Aún me cuesta entender que la hayan confinado en un lugar tan perdido. Si se trataba de homenajearla, había sitios más apropiados.
LA SEÑORA
(Con una sonrisa lánguida). En un tiempo la pasé mucho mejor que ahora: era visitada, admirada y hasta venerada. Después vinieron las profanaciones y los vejámenes (con un gesto de resignación y desagrado).
EL DOCTOR
Por suerte yo conocí su mausoleo cuando aún estaba intacto. El cuidador, cojo y deforme, ofrecía soles de noche para que pudiésemos recorrerlo. Recuerdo la impresión que me causó alzar el farol y leer sobre el dintel aquella placa amenazante. Hoy nada queda de todo eso: robaron las placas, llenaron de inscripciones las paredes, fracturaron su lápida...
LA SEÑORA
(Lo interrumpe) ...retiraron mi cadáver del ataúd y esparcieron mis restos por la cámara mortuoria. De lo que fui, no dejaron más que unos pocos huesos en un cajón de manzanas al alcance de quien quiera manosearlos.
EL DOCTOR
(Incómodo, dejando escapar un chasquido de lengua). Le ruego que me perdone, señora, yo no quise...
LA SEÑORA
Nada que perdonar, doctor (segura, fría). ¿Puedo preguntarle cómo surgió su interés en mi breve paso por la existencia y, más que nada, sobre su tenor?
EL DOCTOR
(Más aliviado, se reacomoda en el sillón, habla gesticulando con las manos). Se debió a un descubrimiento casual que realicé en 1975, cerca de Alta Gracia. A no mucho de llegar, a lo lejos se dibujaba una estructura desmesuradamente alta y fina que crecía a medida que me le acercaba, a la vez que provocaba la sensación de que no la alcanzaría nunca.
LA SEÑORA
Sembrar pistas equívocas era algo típico en Raúl.
EL DOCTOR
Usted lo dijo, señora. Pensé en la chimenea de alguna fábrica, pero comprendí que ninguna chimenea explicaría ese estilo art decó en hormigón armado. El cuidador me explicó que ese obelisco descomunal era un monumento dedicado a usted, de quien yo no había tenido jamás referencia alguna. Me contó su accidente con el avión y me invitó a pasar. A mí me intranquilizó la familiaridad que emanaba de ese lugar en el que nunca había estado. Mi corazón comenzó a latir con angustia.
LA SEÑORA
¿Una premonición, doctor?
EL DOCTOR
Eso lo deduje después, señora. En una vitrina había un retrato suyo que la mostraba con gorro y antiparras y, en lo alto de una puerta contigua, una placa que decía “Maldición a quien profane esta tumba” me alertó. (Con una mueca de preocupación) ¿La estaba profanando? Supongo que mi aprensión era habitual en los...
Índice
- Cubierta
- Portada
- Sobre El último carreteo
- Dedicatoria
- El último carreteo
- Créditos
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