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© Paco Vázquez
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Diseño de edición: Letrame Editorial.
ISBN: 978-84-18542-77-0
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A Núria y Javi por ser mis pilares en momentos de oscuridad.
Prólogo
CADA DECISIÓN ES UN PRONÓSTICO DEL FUTURO
Me sigue deslumbrando lo poco que nos preparamos para hacer bien las cosas que más hacemos cada día. Cualquier persona toma miles de decisiones a diario y sin embargo rara vez se ha preparado para ello.
Se calcula que una persona toma en promedio unas 2.500 decisiones al día, y que esa misma persona, en promedio, no se ha formado para poder tomar buenas decisiones.
Hablemos claro: nuestra vida es la consecuencia de las decisiones que hemos tomado.
Es la ley de la causa y el efecto: cada pequeña decisión da lugar a una consecuencia y la suma de esas consecuencias constituye tu vida. Cuanto antes lo entendemos mejor nos va: no hay pensamientos, palabras o acciones gratuitas.
Cada decisión es un pronóstico del futuro.
Somos lo que decidimos. Punto. Y lo que más hacemos cada día es decidir. Decidimos todo el tiempo, incluso cuando no decidimos. Somos máquinas de decidir. El problema es que no somos conscientes cuando lo hacemos.
Si una persona desea vivir una experiencia realmente humana solo puede hacerlo decidiendo desde la responsabilidad y desde la consciencia. Cualquier otra manera de vivir se parece bastante a una vida, pero lamentablemente no lo es.
Aprender a decidir es probablemente una de las habilidades más importantes que podemos adquirir para poder vivir con plenitud.
Dicen que no se puede aprender en piel ajena. Pero no es verdad. Lo seres humanos siempre hemos aprendido de la experiencia ajena y en este caso la experiencia de Paco puede ayudarnos a tomar mejores decisiones.
Alguien que ha tomado más de 200.000 decisiones como árbitro en cinco continentes y que además se ha preparado para ello tiene algo que compartir sobre cómo tomar decisiones importantes.
En Hora de decidir aprenderás ideas tan importantes como que decidir bien en lo pequeño te permitirá decidir bien en lo grande o que elegimos mejor cuando elegimos para otros de manera que preguntarnos qué le diríamos a un amigo en esa decisión nos da mejores resultados que preguntarnos qué haríamos nosotros en esa circunstancia.
Aprenderás también que el 50% de las decisiones importantes no llega a tomarse en las empresas, que el 30% de las empresas postergan decisiones importantes. También entenderás cómo funciona tu cerebro para que puedas tomar mejores decisiones.
Hay varios temas importantes en la vida. Uno de ellos es cómo tomar decisiones. Y en este momento es Hora de decidir si quieres aprender a tomar decisiones. ¡Estoy convencido de que tomarás la mejor decisión!
Sergio Fernández
Emprendedor, Autor 7 libros y director en PensamientoPositivo.org, MasterDeEmprendedores.com y MasterDeDesarrolloPersonal.com.
Introducción
Nadie quiere ser árbitro de niño. Por lo que, cuando con poco más de quince años empecé a arbitrar, durante la temporada 91-92, ni mis padres ni mi entorno se mostraron especialmente ilusionados. Nunca habría podido pensar que algo que inicialmente causó tan poco entusiasmo iba a convertirse en uno de los motores de mi vida. Tampoco podía imaginar lo que, gracias al arbitraje, la vida me tenía preparado. En aquel tiempo, como buen Libra, era una persona altamente tímida, insegura e indecisa, que valoraba alternativas eternamente sin lograr decidirme. Me paralizaba a la hora de tomar una decisión, fuera buena o mala. Mi tendencia era a postergarla e intentar no pensar en ella, así la duda y la indecisión no se apoderaban de mí. No me estoy refiriendo solo al arbitraje, sino a todos los aspectos de mi vida. “Arbitramos como somos”, les repito a todos los árbitros noveles con los que trabajo. Esta afirmación es absolutamente cierta y extrapolable a la empresa: “Lideramos como somos”, cuando lideras, no puedes ocultar quién realmente eres.
Hay algo que caracteriza a los árbitros: tomamos decisiones. Lo hacemos continuamente mientras dura un partido deportivo. Algunas estadísticas muestran que los árbitros, en función de nuestro deporte, tomamos entre 200 y 300 decisiones por partido. Eso sucede en un intervalo de solo dos horas. Ahí es nada. ¡Ah! Y para que conste en acta, el estudio demostró que nuestro nivel de acierto es superior al 99 %.
De hecho, hace algo más de un año, quedé asombrado cuando después de hacer una evaluación 360º en la empresa en la que fui director general por nueve años, el núcleo duro del que fue mi equipo, Toni y Trini, destacaban como una de mis principales características la capacidad para tomar decisiones. ¡Si yo con quince años me paralizaba al tener que tomar una! ¿Qué había cambiado en este tiempo, aparte de tener menos pelo y más quilos?
Evidentemente, a lo largo de los años, he adquirido experiencia y conocimiento, pero lo que ha marcado la principal diferencia es que he arbitrado más de un millar de partidos. He tenido que enfrentarme a ...