Capítulo 1
Ciencia y referentes históricos en un marco internacional
La ciencia y la tecnología se han constituido en las últimas décadas, en un factor incidente en el desarrollo de diferentes sectores: académico, industrial, social, económico, político, entre otros, importancia evidenciada entre otros aspectos, desde planteamientos y formulación de políticas a nivel nacional e institucional (Sancho, 1990; Echeverría, 2003 y OEA, 2006).
Las políticas públicas en ciencia y tecnología, revierten un interés particular en éste capítulo, por cuanto será un referente conductor del desarrollo de la misma en diferentes estadios y periodos; así entonces, su abordaje tendrá una perspectiva analítica de tipo socio histórico, precisando elementos orientadores que permiten comprender del por qué algunos rasgos característicos de Ciencia y Tecnología en la región latinoamericana.
1.1 Marco contextual de la Ciencia. Momentos socio históricos
La ciencia como un fenómeno activo y dinámico ha sufrido modificaciones que no se pueden desligar de procesos sociales que han marcado la historia, entre ellos, las diferentes revoluciones que representan estructuras de cambios en respuesta a movimientos políticos, sociales o económicos de cada época, y que pueden ser vistas como momentos socio históricos que abarcan procesos y circunstancias, vinculadas a corrientes filosóficas de pensamiento científico.
Se abordarán en esta sección tres revoluciones ampliamente conocidas: Revolución Científica, Revolución Industrial y Revolución Científico – Tecnológica, cada una con rasgos característicos. La primera, con tendencia hacia un despertar de nuevos inventos y un cuestionar sobre las formas de llegar a la verdad; la segunda, generando un cambio en la idea de progreso y transformaciones sociales; la tercera, enfatizando la integración entre ciencia y tecnología cuyo resultado es la innovación. Tales revoluciones, se encuentran ligadas en su respectivo momento a corrientes de pensamiento que pueden asociarse de alguna manera al tema de ciencia y tecnología y sus políticas, tanto en los países desarrollados como en los que buscan ese proceso. Como se indicará en el capítulo siguiente, no ajeno a lo acontecido en Colombia.
Cada revolución ha implicado rompimientos de estructuras y paradigmas aceptadas por una sociedad en un periodo determinado, según Kuhn en general, las revoluciones científicas “…son episodios de desarrollo no acumulativo en que un antiguo paradigma es reemplazado, completamente o en parte, por otro nuevo e incompatible” (Kuhn, 1962, p.149).
Para el caso propiamente de la denominada Revolución Científica, iniciada a finales del siglo XVI y desarrollada en el siglo XVII, se presentaron rupturas de esquemas medievales de carácter escolástico, revolucionando el pensamiento humano y consolidando la razón como fuente de conocimiento, con filósofos intelectuales como Copérnico, Huygens, Bacon y Descartes, estos dos últimos impulsores del Empirismo y el Racionalismo respectivamente. Así mismo, el resurgimiento de inventos como: el microscopio, el submarino, el telescopio y otros elementos que señalaron las bases para posteriores avances tecnológicos (Echeverría, 2003). Tales inventos son antecedentes de lo que hoy día bien podría asociarse con resultados de estudios científicos o productos de investigaciones científicas.
En el período de la Revolución Científica, se dio un giro hacia la ciencia e invenciones en torno a ella, fundamentada en criterios de verdad basados en la razón, prevaleciendo la inducción frente a la deducción, matematizando la expresión de la realidad a fin de predecir fenómenos con exactitud, favoreciendo la incursión de metodologías de tipo experimental; lo anterior, según Beltrán (1995), se constituyó en la vanguardia del cambio filosófico y metodológico de la época, teniendo incidencia en lo que después se desarrolló como políticas científicas.
La concurrencia de la Revolución Científica próxima a la época del Renacimiento, en un sentido metafórico, permite indicar que en esta Revolución hubo búsqueda de un “renacer” en el rol del ser humano y en la sociedad. Lo anterior, al tomar el uso del conocimiento, un papel más activo e influyente en su transformación; un renacer a nuevas visiones del mundo con una concepción más abierta y heterogénea que dio el despertar de la ciencia a través de esta revolución.
La finalización de la Revolución Científica dio lugar a una nueva revolución, denominada Revolución Industrial. A comienzos del siglo XVIII con el fortalecimiento de la industria, la producción pasó de tipo artesanal a ser controlada por las industrias, generando producciones a grandes escalas especialmente en algunos países de Europa y sectores específicos; enfatizando como un mayor interés hacia lo técnico con influencia de la ciencia. Dentro de este contexto, se destaca el movimiento cultural de la Ilustración que cambio mentalidades y abrió las puertas para la enseñanza del conocimiento científico en las universidades (Soto Arango, 1993).
La Revolución Industrial cambió aspectos fundamentales en la idea de progreso y concibió fuertes transformaciones de estructuras económicas, sociales y políticas con mayor énfasis hacia las técnicas; según Echeverría (2003, p.3), se dieron avances especialmente en sectores como la industria química, eléctrica y de petróleo, motivando alianzas entre la industria y la tecnología.
La Revolución Industrial, generó cambios en los procesos de producción y en los procesos sociales de la época, para Cazadero (1995), en ésta Revolución confluyeron tres circunstancias que conformaron un total funcional: la primera, asociada a los inventos e innovaciones tecnológicas que constituyeron una estructura; la segunda, las transformaciones sociales con carácter organizado, realizadas con la asimilación de lo que hoy se asociaría a nuevas tecnologías; y finalmente, el cambio en el sistema económico mundial afectando así a la sociedad.
Después de la Primera Revolución Industrial han surgido otras revoluciones, entre ellas la II Revolución Industrial, que dio paso a la generación de dos profesiones, el científico y el ingeniero; acercando lazos entre ciencia y tecnología, y dando lugar a la nueva sociedad científico-industrial (Echeverría, 2003, p. 2).
En el orden científico, se evidenciaron varios cambios, entre ellos, la asunción por parte del Estado para gastos asociados al desarrollo de la ciencia, el interés en las universidades para impulsar la investigación (Cazadero, 1995). Así entonces, tanto la Revolución Científica como la Revolución Industrial dieron apertura a la Era Moderna, con fuertes cambios en la política, gradual institucionalización de la ciencia y elementos transformadores en la Universidad (Echeverría, 1995).
Lo expresado por estos autores, muestra antecedentes de la conexión entre la ciencia con sus desarrollos tecnológicos, la economía como eje transversal y la sociedad como sector permeado por los dos primeros. Así mismo, la relevancia de la técnica dando paso a incluir nuevas políticas, no centradas en la ciencia sino con apertura hacia las tecnologías.
Los anteriores cambios en la Revolución Industrial, generó un interés de satisfacer la necesidad de la empresa y la industria, mercantilizando la investigación, en particu...