La ballena gris

Mexicana por nacimiento

Luis A. Fleischer

• Editorial: Fondo de Cultura Económica
• Año: 2013
• ISBN:
  9786071603494
• Categoría: Ciencias biológicas
• Categoría: Zoología

La ballena gris nace y se reproduce exclusivamente en costas sudcalifornianas. La conservación de este cetáceo -ausente, por cierto, en la literatura mexicana- constituye un reto para las autoridades mexicanas y para el desarrollo de las salineras de Guerrero Negro, hábitat natural de este mamífero. A partir de una historia general de todas las especies de ballenas, el doctor Fleischer nos ofrece un estudio de la ballena bajacaliforniana, y describe los procesos necesarios para que se determine el número real de ejemplares de esta especie y así verificar si se ha logrado su recuperación poblacional después de las despiadadas cacerías de barcos noruegos y japoneses que se hicieron en el pasado.

IV. La investigación
y conservación de la ballena gris
en México

EN ESTE capítulo y apoyados en la detallada descripción metodológica publicada en (Fleischer, 2001) se incluyen el marco geológico, geográfico, oceanográfico y ecológico general, además de la secuencia de estudios y experimentos desarrollada en la investigación de estas ballenas en México, temas que se complementan con algunos aspectos jurídicos de importancia.

EL MARCO AMBIENTAL DE LAS LAGUNAS DE PROCREACIÓN DE BAJA CALIFORNIA SUR, ZONAS DE CONCENTRACIÓN INVERNAL DE LA BALLENA GRIS EN MÉXICO

Durante el invierno es posible observar ballenas grises a lo largo de todo el litoral Pacífico de la península de Baja California, descubierta por los europeos en 1523 y que constituye, según Bostic (1975), el área peninsular más aislada y elongada del mundo. Se extiende del paralelo 31°.40’ N al 22°.50’ N, desde la frontera con EUA en el norte hasta su punta terminal localizada hacia el SSE, en el Cabo San Lucas, mide 1 460 kilómetros.

A la península se le considera una unidad geológica discreta, formada por la subdivisión de la placa Paleopacífica en el Mesozoico, con posterior desprendimiento del continente a través de la falla de San Andrés en el Plioceno (Chávez-López y Smitter-Soto, 1995). Presenta hasta la actualidad gran actividad tectónica y es motivo de diversos estudios; sin embargo, los acontecimientos y mecanismos que le dieron origen, siguen a la fecha siendo discutidos por diversos autores, ya que por su complejidad estructural, dinámica, afloramientos y características, se dificulta hacer la reconstrucción completa y clara de su evolución total.

La península de Baja California tiene forma alargada y estrecha, su anchura varía desde su extensión más amplia de 233 km en su porción norte y limítrofe con EUA, hasta la más estrecha, 48 km, en las inmediaciones de la Bahía de la Paz. Presenta además en su porción media una peculiar prolongación de forma triangular, que se extiende hacia el Océano Pacífico, la Punta Eugenia, que forma una división natural que alberga la Bahía de Sebastián Vizcaíno, zona de interés central en este estudio. La península limita al este con el Golfo de California o Mar de Cortés o Mar Bermejo y al Oeste con el Océano Pacífico (Sverdrup, 1941), porción que está influenciada considerablemente por la Corriente de California, que la baña y recorre en dirección al sur.

Su historia geológica se encuentra descrita en Anderson (1971); Carranza-Edwards, Gutiérrez y Rodríguez (1975); Lozano (1976); López (1980); Hausback (1984), entre otros y, específicamente en su porción centro-sur, por Chávez-López y Schmitter-Soto (1995), quienes recientemente ofrecieron aspectos fisiográficos, climáticos y oceanográficos de gran utilidad para este trabajo, cuyo desarrollo abarcó ambos litorales.

Las dos porciones costeras de la península presentan características similares y también diferencias notables que se deben contrastar, como la presencia, en ambas vertientes, de dos tipos geomorfológicos de costas: las primarias (depositación por vientos, subaéreo y formación de dunas); así como costas secundarias (depositación marina, costas de barrera y bahías de barrera), Carranza-Edwards et al. (1975). En ambas existen también numerosas bahías, ensenadas e islas, aunque estas últimas son mucho más abundantes en el Golfo de California que en el Pacífico, litoral que, en contraste, sólo en su zona media, comprendida en la denominada actualmente “Reserva de la Biósfera del Vizcaíno” (RBV), presenta grupos de islas relativamente cercanas unas de otras (Cedros, San Benito, Natividad, San Roque y Asunción).

Otra característica que diferencia ambas vertientes es la existencia, en la costa del Pacífico, de dos grandes sistemas de bahías. La de Vizcaíno en la parte media que comprende las lagunas costeras de Manuela (LM), Guerrero Negro (GN), Ojo de Liebre (OL) y San Ignacio (SI), área que por su relevancia con este estudio se denomina aquí como el Complejo lagunar del norte; además, al sur, la zona de Bahía Magdalena, que por sus dimensiones y por sus tres porciones, norte o Estero Matancitas, centro o Bahía Magdalena y sur o Bahía Almejas, forman el Complejo lagunar del sur, ambos constituyen las dos áreas de mayor concentración invernal de la ballena gris en aguas de México, consideradas, desde sus primeras descripciones, como los principales sitios de reproducción de la ballena gris en el mundo (Scammon, 1874). Por esta razón constituyeron las zonas principales de estudio para esta investigación (figura 2).

En el pasado, la distribución histórica de la ballena gris también incluía, aunque en densidades muy bajas, dos localidades en la costa occidental de México: Yavaros, Sonora y Bahía Reforma, Sinaloa (Gilmore, loc. cit; Gilmore, Brownell, Mills y Harrison, 1967; Vidal, 1989). Su presencia prístina y actual en esta parte continental de México y en el Golfo de California se establece cuantitativamente en Fleischer y Maravilla (1989), señalando por primera vez en ese estudio la importancia relativamente menor de las ballenas grises en las bahías, ensenadas y áreas de interés histórico del Golfo de California.

El Golfo de California, o Mar de Cortés se encuentra localizado entre los paralelos 23° 00’ N y 32° N, y entre los meridianos 109° W y 115° W, cubriendo una superficie aproximada de 210 000 km². Limita al este con la costa de los estados de Sonora, Sinaloa, Nayarit y Jalisco; al oeste con la costa oriental de la península de Baja California.

Topográficamente el Golfo se divide en una serie de cuencas y trincheras que son más profundas en su porción sur y gradualmente de menor batimetría hacia el norte (Shepard, 1950; Roden y Emilsson, en prensa). En su porción norte la profundidad media alcanza los 200 m y en su entrada en el sur se registran hasta 3 000 m de profundidad (Roden, 1964; Álvarez, 1983). Su batimetría es muy variable y ejerce un papel crítico en las corrientes dominantes (Badan, citado en Rojas, 1984).

Figura 2. Zonas preferenciales de distribución actual e histórica de la ballena gris y regiones ecológicas del Golfo de California, México.
(Tomado de Fleischer, 2001.)

Sus márgenes en la porción central y en las costas orientales del área superior, colindantes con Sonora, se caracterizan por una plataforma continental más extendida y variable que en su porción oriental, donde la plataforma es muy reducida y es de sustrato rocoso. Hacia el sur, en la costa de Sinaloa, la plataforma continental se reduce en forma gradual y prácticamente desaparece en el Cabo Corrientes, Jalisco (Roden, 1958).

De acuerdo con Roden y Emilsson (en prensa), El Golfo de California se puede dividir en cuatro regiones o provincias denominadas:

Zona I. Parte norte o Golfo superior. Desde la desembocadura del delta del Río Colorado, hacia el Sur en la Isla Tiburón y en línea recta transversal hacia la costa de Baja California, terminando en la localidad de San Gabriel (figura 2).

Zona II. Canal de Ballenas y Canal Salsipuedes. Localizada entre la islas Ángel de la Guarda, San Lorenzo y la costa de Baja California, separada de la porción central del Golfo superior por una formación submarina que se conecta con Ángel de la Guarda y San Gabriel (figura 2).

Zona III. Porción central. Está limitada al septentrión por la división de la Parte norte o Golfo superior, anteriormente descrita, y al sur por una línea imaginaria que va de Cabo San Lucas a Mazatlán, Sinaloa (figura 2).

Zona IV. Entrada o Boca del Golfo. La define la forma triangular que limita la porción continental de Mazatlán hacia Cabo Corrientes y dos líneas imaginarias que van de Cabo San Lucas a esos dos lugares.

La circulación y temperatura del agua superficial en el Golfo es predominantemente dirigida por los vientos y la influencia de las masas de tierra que lo rodean, que son en su mayoría zonas desérticas o áridas (Hubbs y Roden, 1964). Según Roden (1958), sus rangos de salinidad se explican por la diferencia existente entre la evaporación y la precipitación, siendo la primera hasta de 10 grados de magnitud mayor que la segunda, por lo que es característico en este Golfo tener corrientes variables de baja velocidad, alta temperatura superficial y, relativamente, alta salinidad, sobre todo en su parte norte (Hubbs y Roden, loc. cit.).

Descripciones generales y detalladas de esta atractiva región y de la porción del Pacífico norte que bordea la península de Baja California se presentan en diversos trabajos de campo. Aquí por su relación con el objetivo de este libro y, sobre todo, por su relación con los aspectos geológicos, oceanográficos y ecológicos de las zonas de reproducción de la ballena gris en México, se deben resaltar las contribuciones de Phleger y Ewing (1962); Henderson (1972); Álvarez Borrego, Galindo y Chee (1976), Norris, Goodman y Villa (1977), entre otros. A partir de esta literatura es posible puntualizar algunas características generales de las zonas de concentración invernal de la ballena gris en aguas de México. Por ejemplo, todas las zonas de alta concentración de cetáceos están localizadas en la vertiente Pacífico, todas son lagunas costeras de baja profundidad, protegidas y enclavadas en sistemas de bahías localizadas en las regiones peninsulares donde la plataforma continental es más amplia. Presentan sustratos arenosos y fangosos, están en zonas de influencia de la Corriente de California, compartiendo consecuentemente atributos comunes, como poseer aguas de origen subártico, relativamente bajas temperaturas y salinidades con gradientes hacia el interior de las lagunas, alto contenido de oxígeno disuelto, y sistemas de circulación local. Todas las zonas de reproducción de esta especie tienen, además, otra cualidad rara vez tratada y que se puede definir como la geodinámica lagunar, que es importante para la distribución de la especie, ya que todas están sujetas al efecto de la dinámica oceanográfica de las costas de esta región de México, que es la fuerza responsable del cerrado o abertura temporal o definitiva de sus entradas, y que actualmente ha determinado una diferencia marcada, para la laguna de Guerrero Negro (GN), ya que su acceso, estrecho y angosto al interior, se ha cerrado en forma natural respondiendo al proceso referido y al presente, este cuerpo de agua, que históricamente había sido muy importante para la especie, ya no es utilizado regularmente por las ballenas grises.

MARCO GEOLÓGICO, GEOGRÁFICO, OCEANOGRÁFICO, FISIOGRÁFICO, CLIMATOLÓGICO Y ECOLÓGICO DE LAS ZONAS DE INVESTIGACIÓN

Complejo lagunar del norte
(Ojo de Liebre, Guerrero Negro y San Ignacio)

La laguna Ojo de Liebre. Es actualmente el área reproductora más importante de esta especie, tanto por su dimensión (466 km²), como por el número de ballenas que anualmente concentra. Esta laguna, que se ubica en la región costera de la Bahía de Sebastian Vizcaíno, aproximadamente a la mitad de la península, entre los paralelos 27° 34’ y 27° 53’ N y los meridianos 113° 55’ W y 114° 18’ W. Lankford (1977) la clasifica como una laguna del tipo I-C (valle inundado con barrera) y como III-A (barrera de Gilbert Beaumont). Su forma es semejante a la de una bota y tiene de largo aproximado de 48 km, por 9 km de anchura (figura 3).

Figura 3. Complejo lagunar del norte en BCS. México (Ojo de Liebre, Guerrero Negro y San Ignacio).
(Tomado de Fleischer, 2001.)

Al norte de esta laguna se encuentra la de Guerrero Negro, entre los paralelos 27° y 28° 04’ N y los meridianos 114° 04’ y 114° 11’ W, con la misma clasificación que la anterior I-C y III-A (Lankford, op. cit.). Su forma es casi rectangular y mide unos 21 km de largo por 11 km de ancho (126 km²). En ella también se concentraban las ballenas grises en forma regular hasta el invierno de 1985, cuando ya en números muy reducidos, y sólo durante la marea alta, entraron unas cuantas ballenas, ya que el azolve en su entrada o boca impide el libre paso de los cetáceos, que prefieren ocupar la adyacente Ojo de Liebre. El complejo lagunar del norte se extiende ...