Los constituyentes de 1917

Eber Betanzos Torres, Jaime Chávez Alor

• Editorial: Fondo de Cultura Económica
• Año: 2017
• ISBN:
  9786071650030
• Categoría: Politics & International Relations
• Categoría: Constitutions

Este libro es un análisis sobre el complejo y determinante proceso político que dio a luz a la Constitución de 1917. Por ello, se aboca a estudiar a cada uno de los miembros del Congreso Constituyente y su participación en la elaboración de la Carta Magna. El minucioso estudio que contiene este texto permite situar a cada uno de los participantes en su preciso contexto político y social. Así, el libro es un testimonio sobre el surgimiento de la democracia mexicana y, de paso, se convierte en un vistazo fresco a la historia constitucionalista de México

IV. BIOGRAFÍAS DE LOS CONSTITUYENTES

JULIÁN ADAME (1882-1976)

Diputado propietario, Distrito 2º, Ojocaliente, Zacatecas

Biografía personal

Nació el 14 de enero de 1882 en San Francisco de los Adame (actual Luis Moya), Zacatecas. Esta población fue parte de la hacienda del mismo nombre que, hasta 1916, perteneció al partido de Ojocaliente. Sus padres fueron José Adame Elías y Rafaela Alatorre Ocampo.

Realizó estudios primarios en su lugar de nacimiento, la preparatoria la cursó en el Instituto Científico y Literario de Zacatecas, y la carrera profesional, en la Escuela de Minería de México, de donde se graduó como ingeniero minero. Se distinguió como topógrafo e hidrógrafo.

Figuró como director del Instituto Científico y Literario de Zacatecas y, además, fue profesor de topografía.

Presidente y fundador de la Comisión Agraria de Zacatecas en 1915, durante su periodo directivo se expidió la circular número uno, que participaba la disposición de los pueblos a la tierra, para su subsistencia. Este mismo concepto lo retomó en la reforma agraria que se implementó durante su presidencia en la Junta Administrativa Civil de Zacatecas en 1916, cuando innovó el concepto ejido.

De sus anotaciones en el álbum de Los Constituyentes, propiedad del diputado David Pastrana Jaimes, se sabe que se afilió a la Revolución en enero de 1916.

Electo al Congreso Constituyente de 1917, fue diputado propietario por el estado de Zacatecas y representó al Distrito 2º de Ojocaliente; contaba entonces con 35 años. El diputado suplente fue Rodolfo Muñoz.

Diputado en el Congreso local de Zacatecas en 1917 (abril-agosto), lo fue también por el distrito de Ojocaliente. Fue gobernador interino de Zacatecas del 21 de septiembre al 8 de octubre de 1917. Luego fue presidente municipal de Zacatecas. Durante su administración tuvo que combatir una epidemia de tifo en la localidad.

Adame tuvo varios cargos; entre ellos, presidente y fundador de la Comisión Agraria local de Querétaro y delegado agrario en los estados de San Luis Potosí, Chiapas y Guerrero.

Colaboró desde 1949 y hasta los últimos años de su vida en la Secretaría de Recursos Hidráulicos (dependencia antecesora de la Comisión Nacional del Agua), donde se desempeñó, en 1973, como jefe del Departamento de Indemnizaciones.

Recibió distintas condecoraciones: Veterano de la Revolución (en dos periodos legislativos), la medalla como miembro de la Legión de Honor y la otorgada por el Ayuntamiento de Saltillo, además de un diploma de la Sociedad de Abogados de México por su participación en la redacción del artículo 123. Fue miembro de la Sociedad para Reformar el Calendario Universal.

Murió en la Ciudad de México el 26 de febrero de 1976, a la edad de 93 años.

Participación en el Constituyente y biografía intelectual

El hecho de que fuera ingeniero de filiación radical y jacobina explica el que votara junto con casi toda su bancada en favor de la redacción del artículo 24, que fue tachada por los sectores católicos como de anticlerical. En otros asuntos también tomó posturas intransigentes; así, suscribió una adición al artículo 73, sobre las facultades del Congreso, sumamente enérgica, propuesta por un ciudadano llamado Fernando Ramos.1 Afirmaba que los contratos celebrados y las concesiones, además de los privilegios otorgados por los gobiernos previos —desde el de Lerdo de Tejada—, eran contrarios a los mejores intereses nacionales y no se avenían con los principios consagrados por el Constituyente; por ende, debían ser declarados nulos, a pesar de la implícita y evidente aplicación retroactiva de la ley. La Segunda Comisión rechazó la propuesta por seguridad jurídica: la adición no era factible desde el aspecto jurídico, por lo que no sorprende que entre sus promotores sólo hubiera un abogado —Ismael Pintado Sánchez—, los demás eran Juan de Dios Bojórquez (ingeniero), José Álvarez (contador), Luis G. Monzón (profesor), Rafael Vega Sánchez (periodista), Carlos L. Gracidas (tipógrafo), Matías Rodríguez (coronel revolucionario) y Jairo R. Dyer (médico). Gracias al testimonio de Pastor Rouaix consta que Julián Adame estuvo entre los autores del artículo 27.

Una aportación fundamental de Adame fue considerar como parte integrante del territorio nacional la isla de Guadalupe, las de Revillagigedo y la de la Pasión. Para ello pronunció un discurso en el que distinguió dos clases de islas: las ubicadas dentro de las aguas jurisdiccionales y las que estaban fuera de ellas. Las primeras podían ser consideradas dentro de la jurisdicción de los estados de la federación, las segundas debían ser posesiones federales.

Otro aspecto interesante de la intervención de Adame en el Congreso gira alrededor del intento de adicionar el artículo 117 con la prohibición de fabricar, vender, importar y preparar bebidas embriagantes derivada del maguey, de la caña de azúcar y de los cereales; prohibir asimismo el establecimiento de juegos de azar, toros, peleas de gallos o cualesquiera otra clase de diversiones que involucraran derramamiento de sangre, además de la venta de drogas perjudiciales o que “causen degeneración de la especie”, salvo que así lo mandara un médico. La iniciativa, firmada por 71 diputados el 22 de enero de 1917 y, a la postre, rechazada, provino de un ambiente preocupado por la eugenesia y el control de la criminalidad al estilo de la antropología naturalista y del darwinismo social de finales del siglo XIX. En esa época, con seguridad eran muy conocidas las actividades de sociedades, estadunidenses y europeas que, desde el primer tercio del siglo XIX, habían defendido la necesidad de prohibir del todo el consumo de alcohol. Naturalmente, en el ámbito nacional, donde el alcoholismo estaba estrechamente relacionado desde hace cientos de años con fiestas y juegos de azar, se aprovechó para prohibir también éstos. Es de destacar que entre los argumentos esgrimidos para apoyar la iniciativa estaba el recurso de invocar un nacionalismo francamente antiespañol proveniente de la literatura histórica y seudocientífica de la época; la ineficacia de las políticas de cultura física y de educación en tanto existieran centros de vicio junto a las escuelas, y la necesidad de redondear la legislación revolucionaria en materia laboral y agraria con medidas de profilaxis e higiene social consagradas en la Constitución.

Adame abrazó algunas posiciones que podrían considerarse populares. Por ejemplo, votó por la negativa de que fueran juzgados por jurados los delitos cometidos por la prensa contra el orden público o contra la seguridad nacional y, en la reñida votación acerca del artículo 18, formó parte de los que echaron abajo el dictamen de la comisión, el cual no prosperó por diversas razones: unas tenían que ver con el control de las prisiones por parte de la Federación —como proponía el proyecto del Primer Jefe— y no por los estados, otras se relacionaban con asuntos más bien técnicos, como la diferencia entre las penas pecuniarias y las corporales.

Con frecuencia se le vio entre quienes mantenían principios considerados liberales, democráticos y anticentralistas en el Congreso; por ejemplo, cuando apoyó el proyecto de la fracción 3 del artículo 55, que abría las puertas de las curules de diputados federales a los naturales y vecinos de los estados o territorios en cuestión, en oposición a quienes, con el texto de la Constitución de 1857, sostenían que bastaba con que fueran vecinos. Adame también revelaba cierto antimilitarismo; como cuando votó en favor de la subsistencia del fuero militar en el sentido del proyecto de la comisión; es decir, que éste fuera limitado, porque en ningún caso se podía extender su jurisdicción a civiles.

En cuanto al artículo 28, votó con toda su bancada en favor del proyecto que recogió posiciones antiliberales e intervencionistas y, al mismo tiempo, preocupaciones de orden social. Sobre lo primero, por ejemplo, apoyó el establecimiento del Banco Central y, en cuanto a lo segundo, excluyó de los monopolios a los sindicatos. Por otra parte, sostuvo iniciativas en materia económica tan liberales como la supresión de la Ley del Timbre y los impuestos estatales que gravaban las compraventas. El caso fue el siguiente: el 17 de enero de 1917, Flavio Bórquez y otros diputados presentaron una iniciativa sobre adiciones al artículo 117 y al nueve transitorio que pedía la desaparición de la citada norma, ora porque era de difícil aplicación, ora porque era impopular y había sido arma para los tiranos —que enviaban inspecciones a sus enemigos políticos—, ora porque era un terrible obstáculo para la libertad de comercio.

Contribuyó a escribir un memorial sobre cuestiones hacendarias que se leyó en la sesión 59 ordinaria de 24 de enero de 1917, cuyo texto no fue recogido en el Diario de los Debates.

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1 Ramos también presentó iniciativas sobre el establecimiento de bancos únicos de emisión, cuyos empleados del que se fundara en nuestro país debían ser mexicanos por nacimiento.

ANTONIO A. AGUILAR (1873-1963)

Diputado propietario, 11° Distrito, Tlanepantla, México

Biografía personal

De origen modesto, su padre fue escribiente del administrador de la hacienda El Santo, en el estado de Hidalgo, donde nació Antonio A. Aguilar el 13 de junio de 1873.

Al concluir la instrucción primaria y secundaria, obtuvo una beca municipal para estudiar en el Instituto Científico y Literario de Toluca, donde cursó la preparatoria. De ahí se trasladó a la Ciudad de México para seguir la carrera de abogado en la Escuela Nacional de Jurisprudencia, donde fue compañero de Luis Cabrera.

Radicó en la ciudad de Tlalnepantla, donde se distinguió por la defensa de los derechos comunales de los pueblos sobre sus tierras, montes y agu...