Cuentos
eBook - ePub

Cuentos

  1. 61 páginas
  2. Spanish
  3. ePUB (apto para móviles)
  4. Disponible en iOS y Android
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Descripción del libro

Desde sus relatos más tempranos, como "Pato", los cuentos de Sergio Galindo muestran una técnica frecuentemente impecable que sigue los cánones del cuento moderno y al mismo tiempo insinúa su propia negación. Son historias de muy diversos temas, en los que queda demostrada la maestría del autor no sólo para las novelas, en las que es un autor consagrado, sino también para el cuento. Esta edición contiene una introducción de Nedda G. de Anhalt y un cuento que se publica por vez primera: "La hacienda".

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Información

ISBN del libro electrónico
9786071619365

Me esperan en Egipto

Para don Ángel Bárcenas
…¿Querrías llevar el rubí del puño de mi espada? Mis pies están clavados a este pedestal, y no puedo moverme.
—Me esperan en Egipto —respondió la golondrina.
OSCAR WILDE, El príncipe feliz
RODRIGO MIER CUMPLIÓ CINCUENTA AÑOS el miércoles 12 de septiembre de 1973; ese día a las nueve de la mañana colocó un arreglo floral sobre la tumba de sus padres (Ezequiel Mier Prado 1896-1935. Alma Rodríguez de Mier 1900-1951). El tráfago de la ciudad, irrespetuoso, llegaba hasta la soledad del sepulcro —le impedía concentrarse en sus muertos; como si ellos hubieran terminado por ser solamente sus nombres—. Ningún recuerdo. Los insistentes cláxons pretendían con su terquedad y escándalo romper el embotellamiento del cruce de la avenida Cuauhtémoc con Baja California, para poder proseguir su cartera hacia sus distantes, o próximos, destinos. Rodrigo quiso rezar, pero ninguna oración acudió a su memoria. Con la boca abierta contempló las orquídeas en distintos tonos de lila, naranja y azul de las aves del paraíso, los claveles blancos que adornaban la tumba. A pasos lentos se retiró del panteón y pronto tuvo la sorpresa de encontrar un taxi que lo condujo a un café del Paseo de la Reforma, próximo a la agencia de viajes. Al momento de colocarse la servilleta, pensó: Debí invitar a Catalina… o a Raquel. Después de todo, éste es un día excepcional…Tal vez en la noche las invite…
La vida de Rodrigo había tenido pocos hechos decisivos, o importantes. Por lo tanto no sabía cómo afrontarlos, o mejor dicho, no sabía cómo disfrutarlos. Hoy era un día fundamental, esperado por siglos, y los minutos transcurrían con la misma monótona indiferencia que de costumbre. Aunque no del todo, pues no era normal que él desayunara en un sitio así, entre semana, a esa hora. Las diez y cinco. Pero como era su cumpleaños, el director de la biblioteca le había dado el día libre. Sonrió; una alegría tímida creció en su interior… Me esperan en Egipto… ¡Había llegado la hora! Este próximo invierno no iba a pasarlo en México; este año no moriría, como anualmente; como la golondrina de Wilde. Aunque las periódicas muertes de Rodrigo Mier no tenían el sentido ni la poesía del ave enamorada de El príncipe feliz. Había muerto sin pena ni gloria durante casi treinta años; sin ayudar ni salvar a nadie (porque a su madre no pudo salvarla); y su permanencia, el aplazamiento del anhelado viaje, no se había debido a que el amor llegara a él y en aras de ese amor aceptara la postergación y la reiterada muerte. El amor no lo había tocado. Porque sus relaciones con Catalina y Raquel no eran eso. Aunque eso tenía su ternura; un calor que por segundos, o por una noche, lo hace a uno partícipe de algo menos exacto y limitado que su propio cuerpo. Eso, sin lugar a dudas, era una aproximación a la felicidad. Saboreó la ternura al mismo tiempo que la mermelada de piña. Observó el café y tuvo la impresión de que lo cubría la tristeza, se sintió contrariado, él deseaba que todo lo que le rodeaba fuera una extensión de esa interna dicha creciente… Pero algo… algo lo evitaba. La mayoría de los parroquianos estaba abstraída en los periódicos. Él también tenía el suyo. Lo abrió. Allende se suicidó; se negó a dimitir tras del cuartelazo. Estupefacción en Iberoamérica y oleadas de protesta en Europa. Una junta militar anticomunista gobierna. Cronología del golpe. En seis horas veinte minutos se consumó el derrocamiento. Cerró el periódico. Lo sabía desde el día anterior por el radio y la tele; pero, en este momento… ¡No!… lo leería más tarde. Al fin, hoy será un largo día, y después de recoger y firmar papeles en la agencia de viajes, no tengo nada que hacer hasta las tres de la tarde. Edmundo y Rami le habían preparado, como de costumbre, una comida de cumpleaños.
Al caminar por el Paseo advirtió que silbaba. Debía resultar risible que un viejo como él lo hiciera. Empujó la puerta de cristales y caminó hacia el escritorio de la señorita Escamilla, quien le sonrió amistosa.
—Buenos días, señor Mier —la voz de ella sonó más alegre que nunca—; es la puntualidad personificada. Dijo usted: “El 12 de septiembre a las 10:30”. Y… ¡justo a la hora, como máquina, está aquí! Creo que nunca hemos tenido a un viajero tan exacto… ¿Lo hace así todo?
—¡Ojalá! —Rodrigo sonrió—. Si así fuera, este viaje lo habría realizado hace muchos años. O lo que es lo mismo: no soy puntual. Por primera vez voy a serlo.
La señorita Escamilla —que ese día vestía un traje sastre negro y camisa de seda blanca llena de olanes— se veía más distinguida que de costumbre. Con su eficiencia rutinaria revisó los papeles y le entregó las hojas que debía firmar.
—Su salida es el 16 de diciembre próximo. No le digo lo de costumbre: “Esté usted una hora antes…” Sé que usted estará a tiempo.
Rodrigo le entregó, en efectivo, la cantidad estipulada del anticipo. Todo lo demás estaba arreglado: el fiador era Edmundo Paredes, su único amigo.
—Esto debería entregarlo en la Caja, pero… yo lo haré por usted. Mientras, firme las letras: a...

Índice

  1. Portada
  2. Índice
  3. Introducción, Nedda G. de Anhalt
  4. La máquina vacía
  5. Ana y el diablo
  6. El trébol de cuatro hojas
  7. ¡Sirila!
  8. Pato
  9. El mingitorio
  10. ¡Oh, hermoso mundo!
  11. Querido Jim
  12. Carta de un sobrino
  13. Retrato de Anabella
  14. Los Tres Compases
  15. Cena en Dorrius
  16. Me esperan en Egipto
  17. El juego de la verdad
  18. Los muertos por venir
  19. Las resurrecciones
  20. Este laberinto de hombres
  21. A destiempo
  22. El esperante
  23. Terciopelo violeta
  24. Juego de soledades
  25. El tío Quintín
  26. La hacienda