Manuales Parramón: Retrato, rostros y expresiones

Equipo Parramón Paidotribo

• Editorial: Parramón Paidotribo
• Año: 2019
• ISBN del libro electrónico: 9788434242012
• Categoría: Arte
• Categoría: Arte general

Toda la información sobre la técnica y práctica de la pintura recogida de manera clara y concisa, en volúmenes básicos, de consulta ágil y fácil manejo, para que usted pueda conocer los secretos de la pintura con cualquier medio.

PROPORCIONES DE LA CABEZA

Es bien sabido que desde la antigüedad, el arte se ha preocupado especialmente por las dimensiones y proporciones del cuerpo humano y de sus partes. Entre ellas, la cabeza y el rostro han sido y siguen siendo dignos de la máxima atención, pues es ahí donde se muestran la personalidad y el espíritu de una figura. Pero para llegar a eso, todo artista deberá tener en cuenta la antropometría de la cabeza, es decir, el conocimiento de sus proporciones.

Canon de la cabeza masculina

Para dibujar correctamente cabezas, rostros y retratos es imprescindible estudiar las dimensiones y proporciones de la cabeza humana. Éstas se delimitan mediante un canon, éste es una regla o norma que determina las medidas de la figura humana partiendo de una medida básica llamada módulo. De todos es conocido el canon que estableció el escultor de la Grecia Clásica Policleto para la figura humana: su célebre escultura, llamada Doríforo, era una figura cuya altura equivalía a siete veces y media el tamaño de la cabeza. Esta proporción se consideró la norma a seguir por los artistas. La influencia de este canon, a través de múltiples variaciones y estilizaciones, todavía perdura hoy. Aquella obra no sólo sentaba una norma en cuanto a la altura de la figura sino también en cuanto a las proporciones del resto de sus miembros. Así puede establecerse el canon o proporción ideal de las partes de la cabeza humana, para aplicarlo al dibujo de todo tipo de figuras, ya sea desde el punto de vista de la intención estética (crear un tipo representativo de la belleza artística o naturalista) o de representar los rasgos específicos de una persona en particular. Por lo tanto, estas proporciones son la referencia fundamental para construir la estructura lineal tanto de un retrato como de un rostro imaginado.

Cabeza de frente

El canon de la cabeza humana masculina equivale a tres veces y media la medida de la altura de la frente. Se toma la frente como medida básica o módulo a partir del cual se determina la proporción del resto de las partes del rostro. La altura de la cabeza queda dividida en tres unidades y media mediante el trazado de cinco líneas horizontales: la que marca la colocación del cráneo o límite superior de la cabeza, la parte superior de la frente, que suele coincidir con el nacimiento del cabello; el nivel de las cejas (el mismo nivel en el que se sitúa el límite superior de las orejas); la base de la nariz y, por último, la base de la mandíbula o límite inferior del rostro. Si se aplica la medida de la altura de la frente al ancho de la cabeza, la división es de dos unidades y media.

Teniendo en cuenta todo lo anterior se puede establecer la siguiente norma: el alto y ancho de la cabeza humana vista de frente es igual a un rectángulo que mide dos unidades y media de ancho por tres unidades y media de alto.

Buscando dos líneas que dividan el rectángulo vertical y horizontalmente se obtiene, en la línea horizontal, la situación de los ojos y en la vertical el eje central de la nariz.

Por último también es importante observar que la distancia entre los dos ojos viene a ser igual a la anchura de un ojo y que el límite inferior del labio coincide con una línea que divide en dos mitades iguales el módulo inferior.

Éste es el canon usado en el dibujo de figura moderno: las figuras masculina y femenina miden ocho cabezas. La menor estatura de la figura femenina no afecta a esta proporción ya que el tamaño de su cabeza es menor.

Cabeza de perfil

El canon establecido para la cabeza vista de frente sirve para la visión de perfil. Sólo hay que prolongar las líneas horizontales trazadas y realizar cada detalle del rostro, esta vez de perfil: límite superior del cráneo, parte superior de la frente, altura de las cejas y orejas, límite inferior de la nariz y la base del mentón.

Tomando el mismo módulo que se ha utilizado para la cabeza vista frontalmente (la altura de la frente), se establece que la anchura de la cabeza de perfil es también tres veces y media esa medida.

a) La altura de la cabeza masculina, vista frontalmente, equivale a tres veces y media la altura de la frente.

b) El alto y el ancho de la cabeza masculina vista de frente se pueden encajar en un rectángulo que mide dos unidades y media de ancho por tres unidades y media de alto.

c) A partir de los módulos hallados se pueden establecer las posiciones de los ojos, la nariz, la boca y las orejas; dividiendo el rectángulo en dos mitades, insertando medio módulo en la línea de simetría y trasladando un cuarto de módulo a la parte central horizontal.

d) Con las anteriores particiones es posible construir íntegramente las facciones del rostro.

Dividiendo verticalmente en tres partes iguales el módulo que va de la punta de la nariz al extremo de la ceja se obtienen los puntos de referencia para construir el perfil, fijando la situación del ojo, la ceja, la boca, la nariz y el nacimiento del cabello. La anchura del módulo central fija la distancia entre el extremo de la ceja y el nacimiento de la oreja.

Simetría del rostro

La simetría del rostro visto de frente es de gran ayuda para el artista, ya que puede calcular de antemano los tamaños y posiciones relativas de las facciones en el conjunto, sabiendo que se distribuyen de igual manera a derecha e izquierda. La cara vista de frente ofrece siempre un eje de encajado básico situado en su centro y que, por sí mismo sitúa la posición de la nariz en el óvalo del rostro. Aunque la simetría perfecta sólo sea una abstracción, en cualquier rostro un lado es casi la reproducción exacta e invertida del otro lado.

Particiones de la cabeza de frente y de perfil que marcan las situaciones respectivas de las facciones.

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• Anatomía de la cabeza p. 28

Proporciones y situación de los rasgos faciales en una cabeza de perfil.

Los cánones

En la Grecia clásica se definieron por lo menos tres cánones, siempre tomando la altura de la cabeza como módulo o medida unitaria. El más conocido de ellos es el de siete cabezas y media, pero el de ocho y media, aparecido durante el período helenístico, también gozó de gran aceptación por parte de los artistas. Durante el Renacimiento, los artistas siguieron buscando el “verdadero” canon. Durero fue uno de los más fervientes investigadores de las proporciones humanas, creyendo que en ellas se escondía el secreto de la belleza artística.

Canon proporcional de ocho cabezas, con indicaciones adicionales sobre las proporciones del cuerpo humano diseñado por el pintor Alberto Durero.

EL ROSTRO FEMENINO

Posiblemente sea el rostro femenino el tema más tratado por los artistas dentro del género del retrato. Los pintores de todas las épocas han estudiado y realizado con especial predilección el rostro de la mujer por ser éste el más representativo del concepto de belleza en el ámbito del arte de casi todas las épocas. Con él es posible comprobar cómo han evolucionado los ideales de belleza y armonía artística a través del tiempo.

Características

Las diferencias antropométricas entre el rostro masculino y el femenino son mínimas. La diferenciación física del rostro femenino viene dada principalmente por la estructura de sus huesos y sobre todo por la presencia de una mayor adiposidad superficial y una distinta calidad de la piel. Como factores generales de diferenciación se podrían destacar los siguientes: la cara de la mujer es algo más pequeña que la del hombre; por esta razón y puesto que son de igual tamaño que los del hombre, los ojos siempre parecen un poco más grandes; las cejas están más elevadas y arqueada...

Índice

• Cubierta
• Portadilla
• Sumario
• Referentes Históricos
• El Estudio Del Rostro
• Expresión
• Derechos de autor