Antiperiodistas
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Antiperiodistas

Confesiones de las agresiones mediáticas contra Venezuela

  1. 384 páginas
  2. Spanish
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  4. Disponible en iOS y Android
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Antiperiodistas

Confesiones de las agresiones mediáticas contra Venezuela

Descripción del libro

La presente obra ofrece un recorrido por las declaraciones de más de 70 periodistas que trabajan para diarios de América Latina y España responsables de crear los estereotipos existentes sobre el Gobierno venezolano. Redactores, editores, columnistas y editorialistas nos relatan cómo cubren la información generada en dicho país, el funcionamiento interno de sus redacciones, los secretos y vicios de la profesión periodística. Las confesiones se producen, en algunas ocasiones, de manera franca y directa. en otras, inconscientemente o evadiendo la culpa, pero el resultado es el mismo: la incursión en el antiperiodismo. Investigaciones y sesudos análisis sobre cómo la prensa desinforma se han hecho muchos. La originalidad del trabajo que presentamos es que por primera vez los protagonistas, es decir, los manipuladores, son quienes cuentan la historia en un lenguaje apto para todo público.

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Información

Año
2015
ISBN del libro electrónico
9788416842018
Los principales temas de ataque a Venezuela en la prensa
A continuación, veremos otros temas que han servido como punta de lanza para atacar a Venezuela desde la prensa hegemónica. Hemos seleccionado un número limitado de temas, pero son muchos más los que casi a diario se siguen usando para hostigar la Revolución bolivariana.
Venezuela, armada y peligrosa
Las compras de armas de Venezuela a países como China y Rusia –que llegó a convertirse en uno de los temas por los que más se atacó al presidente Chávez– fueron utilizadas con gran frecuencia, pero especialmente durante la crisis bilateral con Colombia, para exasperar los ánimos de la opinión pública internacional en general y especialmente la colombiana. Edulfo Peña, editor de la sección Política de El Tiempo, se refirió a este tema de la siguiente manera: «Si tú ves que un tipo como Chávez compra cinco mil millones de dólares en armas, Colombia no tiene ninguna posibilidad de igualar o equiparar un nivel de compra de armas de esa magnitud, y ves que habla de alianzas con Irán para la energía nuclear»[1].
La falta de veracidad de la información en este tema es bastante alarmante porque supone un caso prototípico de propaganda bélica[2]. De hecho, la desatinada percepción que Peña sostuvo sobre el supuesto armamentismo venezolano se demuestra con sencillos datos al alcance de todo el mundo revelados por los organismos más autorizados en la materia. El gasto de Venezuela en Defensa, en relación con el PIB, es menor que la media de América Latina, cifra que además ha disminuido en los últimos años mientras se incrementó en la región. En primer lugar, cabe destacar que el gasto de Venezuela en Defensa para aquel momento (año 2009) se encontraba en un 1,3 por 100 del Producto Interno Bruto (PIB), mientras que en el 2003 fue del 1,4 por 100 –datos establecidos por el Instituto de Estocolmo para la Investigación de la Paz Internacional (SIPRI por sus siglas en inglés)[3]–. Al mismo tiempo, al comparar el monto total gastado en Defensa, según la Red de Seguridad de América Latina y el Caribe (RESDAL), para Venezuela se estableció en 4.185 millones de dólares ese año, cifra que se redujo a 2.501 para el año 2010[4]. Venezuela se erigió en el único país que redujo su gasto en armamento en la región para ese año, y fue superado en términos totales por varios países de la región; entre ellos Colombia, que gastó 6.178 millones de dólares en armamento en el año 2010, superando los 5.534 de 2009.
Peña tampoco tomó nunca en cuenta el embargo de armamento realizado por EEUU a Venezuela –proveedor tradicional de este tipo de material–, lo que provocó que el país caribeño tuviera que renovar gran parte de su arsenal, que quedó rápidamente obsoleto por falta de piezas de recambio[5]. Además, el embargo ha impedido que otros países como Brasil hayan podido venderle aparatos, como fue el caso de los aviones Super Tucano para entrenamiento militar y vigilancia, por tener componentes estadounidenses.
El redactor jefe de la sección Internacional de El País, Fernando Gualdoni, al tratar de describir al presidente Chávez se apoyó en el armamentismo para desprestigiarle:
[…] yo, como latinoamericano, si un presidente de un país como Venezuela, al que quiero mucho y en el que viví de pequeño, me dice que van a comprar tanques y submarinos o no sé cuántos cazas rusos, pues yo pensaría: «¿No sería bueno gastar ese dinero en otras cosas?»; esa noticia yo no la veo positiva, que un país con muchísimo por hacer para el desarrollo y para el afianzamiento de las instituciones democráticas compre miles de tanques […] y donde las amenazas no son las militares; son la delincuencia organizada, la falta de educación, es decir, hay otras prioridades y nosotros estamos a favor de esas prioridades: la educación, la salud, etc.[6].
La reflexión de Gualdoni sobre los problemas éticos que plantea el gasto en armamento es una preocupación general que no sólo afecta a Venezuela; sin embargo, estas críticas no suelen escucharse de los países occidentales amigos, sino únicamente de los Estados de los que se pretende crear una imagen adversa. El razonamiento de Gualdoni sería el adecuado si todos los países fueran tratados del mismo modo desde El País, algo que no ocurre en absoluto.
Ante la pregunta de si se elaboró la misma cantidad de artículos sobre otros países como Chile, cuyo gasto en armamento en relación con el PIB y en gastos totales es superior a Venezuela, aunque su población es aproximadamente la mitad, Gualdoni contestó afirmativamente[7].
Sin embargo, comprobé al hacer la búsqueda de artículos en El País que los enfoques en relación con Chile y Venezuela son completamente distintos. Al introducir en el buscador de El País las palabras «armamentismo Chile» y «armas Chile», las primeras notas que aparecieron en el archivo de la hemeroteca digital son de los años ochenta y noventa durante la dictadura de Pinochet. Al hacer lo mismo con relación a Venezuela, todas las notas encontradas datan del gobierno de Chávez. Al introducir en el buscador «armamentismo Venezuela», la primera nota que apareció fue «Estados Unidos suspende las ventas de armas a Venezuela»[8], que comenzó con la siguiente frase: «El Departamento de Estado anunció ayer la interrupción de todas sus ventas de armas al Gobierno venezolano para sancionar su nula cooperación en la guerra contra el terrorismo», mientras que al buscar «armas Venezuela» en primer lugar surgió: «Zapatero y Lula sellan la paz entre Colombia y Venezuela para vender armas a Chávez»[9], cuyo subtítulo fue: «Estados Unidos relaciona el rearme del Gobierno de Caracas con el terrorismo en la zona». Gualdoni se equivocó y el trato dado por el diario a Venezuela y Chile difiere. Aunque Chile es junto a Colombia el país que más dinero gasta en armamento en relación con el PIB y en muchas ocasiones no hay transparencia alguna en sus adquisiciones, El País no ha escrito ningún artículo sobre este tema en las últimas dos décadas.
Finalmente, al introducir en el buscador «presupuesto defensa Chile», la primera nota que apareció es de 2004 en un tono positivo: «Lagos [expresidente chileno] promete a Bono [exministro de Defensa español] aumentar las compras de armamento español»[10]. El enfoque de la publicación fue completamente diferente al utilizado con Venezuela; ejemplo de ello es que, al utilizar las mismas palabras de búsqueda con respecto a este último país, encontré en primer lugar la nota: «Bono [en ese momento parlamentario de oposición y ya no ministro] acusa al PP de practicar una doble moral con las ventas de armas a Venezuela»[11]. Aunque el actor de ambas notas coincide (José Bono, político histórico del Partido Socialista Obrero Español), respecto de Chile el enfoque es que vender armas es un buen negocio, mientras que de Venezuela un acto reprochable.
Ataque a medios de comunicación y falta de democracia
La acusación de que Venezuela coarta la libertad de expresión mediante la censura a los medios de comunicación y que presenta carencias democráticas se ha convertido en una especie de justificación general para criticar todos los actos del gobierno venezolano. Validar estas aseveraciones, desde la perspectiva de la democracia representativa liberal, significaría arrebatarle la legitimidad al gobierno venezolano y su revolución.
Juan Luis Cebrián, consejero delegado del Grupo Prisa y exdirector de El País, acabó haciendo un ejercicio demagógico al comparar al presidente Chávez con el dictador español Francisco Franco durante la entrevista que me concedió: «¿Que el señor Chávez hará cosas bien?, pues probablemente, y que de algunas nos enteraremos, pues también. También hizo cosas, hubo cosas buenas durante el franquismo; en cuarenta años alguna carretera había recta y bien pavimentada, ¿no?»[12]
La parcialidad ideológica de Cebrián es la que impregna los puntos de vista de la inmensa mayoría de los artículos que escriben los columnistas y redactores de El País. Pues… ¿quién se atrevería a llevarle la contraria presidente ejecutivo del Grupo Prisa?
Dada la insistencia de Cebrián respecto a la falta de calidad democrática y ataques a la libertad de expresión del gobierno de Venezuela, le pregunté por qué no considerar también como parte del progreso democrático en Venezuela los logros en materia de educación, salud y reducción de la pobreza que han redundado a favor del desarrollo del país, pero que nunca eran reflejados por su diario. A esto Cebrián contestó negando cualquier avance aún en materia social en Venezuela:
Yo no lo creo, es decir y a lo mejor puede ser que algunas cosas se hagan bien, yo creo que con una inflación de más del 20 por 100 y del 30 por 100 Chávez está empobreciendo a su país; no está haciendo las infraestructuras que tiene que hacer, o sea, está hipotecando el futuro del país con esa política de subsidios y de repartición. Yo no lo creo; en fin, no me cabe duda de que haya logros que no se hayan puesto. Pero nuestra crítica es exclusivamente sobre la democracia y...

Índice

  1. Cubierta
  2. ANTIPERIODISTAS. Confesiones de las agresiones mediáticas contra Venezuela
  3. Legal
  4. Agradecimientos
  5. Prólogo
  6. Introducción. La visión de Venezuela desde una perspectiva contrahegemónica
  7. Listado de periodistas entrevistados por diario
  8. Primera parte. ¿QUIÉN ESTÁ DETRÁS DE LA PRENSA HEGEMÓNICA?
  9. El Tiempo de Colombia
  10. El País de España
  11. Clarín de Argentina
  12. El Espectador de Colombia
  13. El Comercio de Ecuador
  14. ABC Color de Paraguay
  15. El Mundo de España
  16. El Mercurio de Chile
  17. La Nación de Argentina
  18. El Universal de México
  19. ABC de España
  20. Los vicios de la prensa hegemónica
  21. Segunda parte. Venezuela en la prensa hegemónica
  22. Técnicas generales de manipulación
  23. El negocio del espectáculo y la banalidad
  24. Algunas justificaciones de la manipulación
  25. La caricaturización del presidente Chávez
  26. Uso de la imagen demonizada de Chávez para atacar a gobiernos antihegemónicos
  27. La militancia política de la prensa venezolana e internacional
  28. Ocultación de lo positivo y obsesión en lo negativo
  29. Propaganda para provocar una guerra entre Venezuela y Colombia
  30. Los principales temas de ataque a Venezuela en la prensa
  31. Epílogo. El diario ABC de España durante la enfermedad del presidente Chávez
  32. Anexo I. Las mismas pautas se repiten en el resto de la prensa occidental: el diario Le Figaro
  33. Anexo II. Cómo fui víctima de la manipulación de ABC Color durante un congreso
  34. Anexo III. Los medios privados y públicos en Venezuela
  35. Bibliografía
  36. Otros títulos