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IMPLANTACIÓN ACTUAL DEL BUDISMO EN ESPAÑA
En este capítulo se intenta adelantar un retrato del budismo en España en la actualidad. Como toda imagen fija adolece de obsolescencia en el mismo momento en que se establece. El cambio, el movimiento, resulta un factor estructural y bastante inasible del campo religioso en general y del budista en España en particular. Además, dependiendo de las posiciones y metodologías de trabajo, la clasificación que se plantee para organizar el estudio de la implantación actual del budismo en España será distinta. Por tanto, se requieren unas puntualizaciones previas para justificar los criterios y procedimientos de recopilación y exposición de la información que se han empleado.
CRITERIOS DE CLASIFICACIÓN Y DE REPERTORIO DEL BUDISMO EN ESPAÑA
Criterios de clasificación
Estudiar la implantación actual de los grupos budistas españoles se puede hacer desde diversas estrategias de clasificación. Una, que tiene en cuenta las características globales de esta religión, optaría por diferenciar a los grupos según su origen doctrinal y geográfico y los ordenaría de acuerdo a que siguiesen al budismo del sur, del norte o del este, dedicando un subcapítulo a cada uno de ellos. Se trataría de una clasificación respetuosa con la historia del budismo, pero quizá algo artificial y demasiado centrada en última instancia en apreciaciones derivadas de la etnicidad oriental para servirnos plenamente en el caso de un budismo implantado fuera de Asia como es el español. Por ejemplo, los grupos que se pueden asociar en España con el budismo del sur son muy poco numerosos, a pesar de que se implantan con mayor fuerza en los últimos tiempos y, de este modo, quedarían supravalorados si se les dedicase un subcapítulo completo. Además el budismo del este quedaría muy desequilibrado, ya que el peso de las escuelas japonesas, y en particular del soto zen, se diluiría entre un elenco de diversos grupos analizados por países en los que, necesariamente, el budismo chino tendría una relevancia muy superior a la de su verdadero impacto en España. Solo quizá aparecería reflejado de modo equilibrado el budismo del norte, ya que dedicarle un subcapítulo completo resulta adecuado dada su muy destacada implantación en España.
Otra solución, perfectamente aceptable y que se adaptaría, por ejemplo, a la que se sigue en las publicaciones realizadas desde la Fundación Pluralismo y Convivencia, sería ordenar por comunidades autónomas el capítulo. Evidenciaría muy bien la implantación territorial y estaría en la línea de la lógica seguida por instituciones como la CCEB, que con su directorio de grupos budistas en Cataluña y Baleares, además, hubiese adelantado mucho el trabajo a realizar para el caso catalán. La desventaja de esta opción es que los subcapítulos serían muy desequilibrados, con uno dedicado a Cataluña que probablemente ocuparía lo mismo que juntos todos los dedicados a Extremadura, Cantabria, La Rioja, Asturias, Castilla León, Castilla-La Mancha, Navarra, Murcia, Aragón, Galicia, y quizá alguna otra comunidad más. Además exigiría desmembrar la información de las redes de grupos que tienen una implantación en toda España, que quedarían así infravisibilizadas.
Y hay que tener en cuenta que las redes son fundamentales en la conformación del budismo en general y en el mundo occidental y en nuestro país en particular. Son las que en última instancia, por medio del apoyo que desde los grupos establecidos se deriva hacia los que se estaban poniendo en marcha, han permitido el crecimiento real del budismo español por la vía de la mutua ayuda y de la optimización de esfuerzos. Separar, por ejemplo, la red centrada en el monasterio de Dag Shang Kagyu, la CBSZ, la red Samye Dzong o la red Nagarjuna, por citar solo las más antiguas (y nucleares en la otra gran red que es la FCBE), entre las diversas comunidades autónomas en las que se implantan, no permitiría evidenciar la dinámica que existe en ellas entre centros de retiros y centros urbanos de prácticas ni las relaciones de intercambio que se propician en su seno en las que la ubicación territorial en una u otra comunidad autónoma no resulta en última instancia muy relevante. Solo se evidenciarían de modo adecuado las redes que se configurasen desde cada comunidad autónoma en particular, y sería una pérdida de información que, de todos modos, hay que reconocerlo, ya se produce con una religión de carácter global como es el budismo al ceñir el estudio solamente al ámbito español como estamos haciendo en este libro. Muchos grupos budistas conforman redes internacionales, como hemos ido viendo a lo largo del libro, y hay que tomar conciencia de que si este estudio se hubiese centrado en el budismo europeo, por ejemplo, se evidenciaría de modo mucho más claro la diferencia de calibre en la implantación entre grupos que se insertan en redes supranacionales respecto de quienes no lo hacen. La CBSZ es de ámbito español, la AZI es de ámbito mundial, aunque principalmente europeo: no es de extrañar que la CBSZ haya potenciado su entronque institucional en los modelos de organización religiosa españoles (por medio del registro en el Ministerio de Justicia y la implicación en la primera federación budista registrada) mientras que los asociados a la AZI hayan optado por una perspectiva diferente, como ya planteamos en el capítulo anterior. Pero para entender las estrategias de ambos colectivos hay que ir más allá de lo europeo y lo occidental: se insertan también en una red internacional que es, a su vez, en la que tradicionalmente entronca la raíz del linaje: la Soto Shu, la organización del zen soto en Japón, que reconoce y certifica a los maestros (y sus templos) fuera de la patria de esta escuela. En la actualidad la AZI mantiene el entronque con la Soto Shu por medio del reconocimiento del Templo Seikyuji, en el pasado también la CBSZ por medio del Templo Luz Serena tenía ese reconocimiento que hoy en día solo tiene otro templo español, el Abhirati de Valencia. Nos encontramos pues ante redes entrelazadas que es necesario evidenciar, y que en última instancia exigiría, para que cualquier estudio tuviese un enfoque adecuado, que no infravalorase esta perspectiva globa...