
- 208 páginas
- Spanish
- ePUB (apto para móviles)
- Disponible en iOS y Android
eBook - ePub
Estructura y perversiones
Descripción del libro
La delicada reflexión sobre la perversión en realidad nos concierne a todos, puesto que en la propia estructura del deseo, como Freud advirtió, coexiste un "núcleo perverso". Esta obra imprescindible del psicoanálisis configura uno de los estudios más rigurosos realizados sobre el tema, el cual se inscribe en lo que Freud denominaba la "sexualidad considerada normal".
Este volumen reúne el material desarrollado por Freud y sus sucesores, y logra definir, a través de una investigación minuciosa sobre sus rasgos y lógicas estructurales, la especificidad de la perversión por encima del conglomerado ideológico que la rodea.
Preguntas frecuentes
Sí, puedes cancelar tu suscripción en cualquier momento desde la pestaña Suscripción en los ajustes de tu cuenta en el sitio web de Perlego. La suscripción seguirá activa hasta que finalice el periodo de facturación actual. Descubre cómo cancelar tu suscripción.
Por el momento, todos los libros ePub adaptables a dispositivos móviles se pueden descargar a través de la aplicación. La mayor parte de nuestros PDF también se puede descargar y ya estamos trabajando para que el resto también sea descargable. Obtén más información aquí.
Perlego ofrece dos planes: Esencial y Avanzado
- Esencial es ideal para estudiantes y profesionales que disfrutan explorando una amplia variedad de materias. Accede a la Biblioteca Esencial con más de 800.000 títulos de confianza y best-sellers en negocios, crecimiento personal y humanidades. Incluye lectura ilimitada y voz estándar de lectura en voz alta.
- Avanzado: Perfecto para estudiantes avanzados e investigadores que necesitan acceso completo e ilimitado. Desbloquea más de 1,4 millones de libros en cientos de materias, incluidos títulos académicos y especializados. El plan Avanzado también incluye funciones avanzadas como Premium Read Aloud y Research Assistant.
Somos un servicio de suscripción de libros de texto en línea que te permite acceder a toda una biblioteca en línea por menos de lo que cuesta un libro al mes. Con más de un millón de libros sobre más de 1000 categorías, ¡tenemos todo lo que necesitas! Obtén más información aquí.
Busca el símbolo de lectura en voz alta en tu próximo libro para ver si puedes escucharlo. La herramienta de lectura en voz alta lee el texto en voz alta por ti, resaltando el texto a medida que se lee. Puedes pausarla, acelerarla y ralentizarla. Obtén más información aquí.
¡Sí! Puedes usar la app de Perlego tanto en dispositivos iOS como Android para leer en cualquier momento, en cualquier lugar, incluso sin conexión. Perfecto para desplazamientos o cuando estás en movimiento.
Ten en cuenta que no podemos dar soporte a dispositivos con iOS 13 o Android 7 o versiones anteriores. Aprende más sobre el uso de la app.
Ten en cuenta que no podemos dar soporte a dispositivos con iOS 13 o Android 7 o versiones anteriores. Aprende más sobre el uso de la app.
Sí, puedes acceder a Estructura y perversiones de Joël Dor en formato PDF o ePUB, así como a otros libros populares de Psicología y Psiquiatría y salud mental. Tenemos más de un millón de libros disponibles en nuestro catálogo para que explores.
Información
Categoría
PsicologíaCategoría
Psiquiatría y salud mentalSEGUNDA PARTE
Lógica estructural
del proceso perverso
Lógica estructural
del proceso perverso
6
La concepción clásica
de las perversiones
La concepción clásica
de las perversiones
El acceso al universo de las perversiones requiere siempre una prudencia muy grande, ya que en verdad aún se inscriben en esta categoría consideraciones a veces muy extrañas al campo propiamente psicopatológico.
Sería un error, pensar que el referente psicoanalítico subvirtió de una vez por todas, las concepciones etiológicas clásicas que conciernen al proceso perverso. Algunas de entre ellas subsisten con insistencia obviando radicalmente los desarrollos freudianos. En el mejor de los casos, cuando el referente freudiano se introduce en la comprensión del proceso perverso, a menudo queda expurgado de sus implicaciones más originales, en la medida en que se integra a un cortejo de teorías psicopatológicas que neutralizan toda su incidencia. Lo prueba la persistencia, no sólo de consideraciones etiológicas totalmente eclécticas, sino también de observaciones clínicas muy inconsecuentes en obras perfectamente actuales.
Retengamos, como ilustración, el conjunto de argumentos propuesto en el Manuel alphabétique de psychiatrie,33 donde se encuentran lado a lado, a propósito de las perversiones, amalgamas teóricas y clínicas totalmente insuficientes. Detenerse en ellos por un momento es la ocasión de situar el aporte extraordinariamente fecundo del psicoanálisis en la comprensión del lugar estructural donde se organiza y se despliega el proceso perverso.
En primer lugar, encontramos expuesta de entrada en este estudio la distinción tan corriente como gratuita entre perversión y perversidad. La perversidad se refería a un tipo de malignidad actuante, en el individuo, en algunos de sus actos y de sus conductas. Se nos remite, pues, bajo esta apelación, al lugar de las apreciaciones morales del comportamiento. De ahí la dificultad resultante cuando se trata de distinguir la perversidad de la perversión, puesto que no disponemos entonces sino de un solo término: perverso, como lo señala el autor muy acertadamente.
«No disponemos desgraciadamente sino de una sola palabra, la de perverso, para designar indistintamente a los sujetos marcados por el sello de la perversidad y a aquéllos que adolecen la perversión de los instintos elementales.
»El uso confunde por otra parte abusivamente estas dos categorías de anormales entre las cuales existen sin duda oscuras y frecuentes asociaciones. El lenguaje corriente pone, sin embargo, más estrechamente el acento sobre la noción de perversidad en la acepción del vocablo perverso.»34
En tales condiciones, ¿qué se entiende por perversidad? Se trataría, según Henri Ey, de una elección inmoral en las reglas normativas del comportamiento:
«El perverso no sólo se abandona al mal, sino que lo desea.»35
Este desajuste desarrollado con respecto a las normas se explicaría, en lo esencial, por una inmadurez de la persona «fijada en un estadio de desarrollo cuya estructura afectiva se convirtió en la ley de su existencia».36
Por sí sola, esta última referencia moviliza una gran ambigüedad. De hecho, plantear la cuestión de una fijación en un estadio de la evolución psíquica susceptible de inducir una estructura permanente de funcionamiento afectivo, implica desde ya un deslizamiento hacia otro campo diferente de la apreciación normativa, para plantear un argumento metapsicológico en favor de la estructura de las perversiones. En ese caso, ya no se comprende la necesidad de distinguir una disposición como la perversidad.
Sin embargo, para seguir al comentador, parecería como si, por oposición a las perversiones, se supusiera que la perversidad resulta de una orientación episódica del comportamiento, limitada, pero identificable inclusive en los individuos «normales». Por ejemplo, sería el caso de ciertos actos de crueldad física y/o moral cometidos bajo el imperio de las pasiones (celos, odio, exaltación política o mística). De modo más trivial, sería el caso de actos de vandalismo diverso. Tales actos de perversidad podrían también disimularse detrás del gusto por la subversión, la provocación, el escándalo, etcétera. De una manera general, debemos admitir que la perversidad queda subordinada a una discriminación que se funda exclusivamente sobre criterios sociales o medicolegales.
En uno de sus Etudes psychiatriques,37 Henri Ey va más lejos aún puesto que centra directamente el problema de la perversidad en la cuestión de la libertad, al plantear el espinoso dilema de la intencionalidad deliberada o no del acto perverso correlativa del designio, premeditado o no, de dañar, en el sentido de una «liberación voluntaria de las malas tendencias de la naturaleza».
Bajo una forma más «técnica», reencontramos una modalidad de apreciación idéntica cuando se trata de examinar si el acto perverso procede o no de un deterioro patológico de la personalidad. Sin embargo, con la entrada del factor «patológico», dejamos insidiosamente el terreno de la perversidad para abordar una disposición que participa de la «perversión propiamente dicha». En efecto, una distinción de esta naturaleza tiende a circunscribir el dominio de las perversiones a un campo de aptitudes patológicas permanentes del ser, es decir a «una desviación de las tendencias normales», para retomar aquí la expresión habitualmente consagrada. En este sentido se nos remite «a esa vertiente del inconsciente que se conviene en llamar instinto»38 y de allí la definición genérica de las «perversiones instintivas».
Pero, desde que el campo de las perversiones se asocia a los procesos de desviación de los instintos, el problema surge al tener que circunscribir su naturaleza:
«Los estudios, en función de los instintos de los cuales ellas (las perversiones) constituyen una corrupción, llevan a multiplicar abusivamente las modalidades de los instintos. [...]
»Los hechos considerados son, en realidad, complejos e intrincados. La avidez, por ejemplo, deriva del instinto de conservación, pero sus incidencias en el plano social se emparentan con el altruismo. El proxenetismo es una perversión del instinto de asociación, pero utiliza una depravación sexual. Por otra parte, los compromisos necesarios entre los instintos hacen que la pereza sea una perversión en el plano de la vida colectiva, mientras que en el plano de la conservación responde a la ley biológica de la economía del esfuerzo.
»Ya no se puede pensar en clasificar las perversiones según sus consecuencias y la conducta del perverso. El vanidoso o el pródigo no causan fatalmente daño a otro o a sí mismo. Al revés, es cierto que todo acto perjudicial puede estar bajo la dependencia directa de una perversión de su autor.»39
Este tipo de perspectiva muestra hasta qué punto la problemática de las perversiones es casi imposible de abordar con un mínimo de rigor. Para sustraer las perversiones de este universo de consideraciones seudoéticas, es necesario modificar el ángulo del enfoque, es decir dejar este terreno de aprehensión fenomenológica que los comentadores sugieren examinar a través del proyecto de un «análisis de la personalidad del perverso».
En este terreno, no más que en el precedente, la comprensión del proceso perverso no se encuentra verdaderamente más aclarada.
Aun si aceptamos, a la manera del autor, que «el sustrato orgánico de la perversión instintiva es generalmente imposible de aclararse por los métodos anatomoclínicos actuales»,40 esta hipótesis le parecería, sin embargo, sugerida por ciertas consideraciones ...
Índice
- Introducción
- PRIMERA PARTE Estructura. Rasgos estructurales. Evaluación diagnóstica
- SEGUNDA PARTE Lógica estructuraldel proceso perverso
- TERCERA PARTE En las fronteras de las perversiones
- Conclusión. Perversión y mujeres perversas