| PARTE |
| III |
El aprendiz de mediador | |
«Eres maestro de lo que has vivido, artesano de lo que estás viviendo y aprendiz de lo que vivirás».
RICHARD BACH
| CAPÍTULO |
| 12 |
Plan de formación | |
En esta tercera parte del libro pretendemos tan solo dibujar el esqueleto de un plan de capacitación de mediadores y mediadoras, por ello lo hacemos de modo genérico, eso es, marcando el sentido de los elementos que lo configuran y dando algunos ejemplos sobre cómo llevarlo a cabo que, luego, se deben redefinir y perfilar hasta concretar el desarrollo de cada una de las sesiones de trabajo.
Lógicamente, partimos del supuesto de que la persona encargada de impartir el curso o taller domina los conceptos que se han abordado en los dos capítulos precedentes de este texto.
Así pues, comenzaremos presentando los objetivos del taller de formación, acto seguido enumeramos las competencias y los contenidos a desarrollar, agrupados en módulos, para terminar comentando las metodologías de trabajo más apropiadas para este tipo de capacitación.
Existen diversos programas de capacitación de mediadores escolares que, en principio, siguen los mismos presupuestos que la formación en mediación en cualquier ámbito. Aunque en la escuela, se procura recurrir a metodologías y dinámicas más participativas, de modo que los aprendizajes se aproximen al máximo a la realidad del centro y favorezcan lo que se conoce como “aprender haciendo”.
Una cuestión a tomar en cuenta es si se trata de la primera vez que se forma en mediación al centro o si ya existe un equipo mediador y el objetivo del curso es renovar y dar nuevo impulso al servicio, con lo cual siempre resulta interesante contar con los mediadores ya experimentados para realizar alguna actividad, dar su testimonio, etc.
Objetivos
En cualquier caso, los objetivos del programa deben ser compartidos y consensuados al inicio del curso o taller y cada formador o formadora tiene que adecuarlos atendiendo a las características del centro, a la etapa educativa a la cual se dirige el programa y al perfil de quienes asisten al taller.
OBJETIVOS |
I | Valorar la importancia de disfrutar de un buen clima de convivencia. |
II | Desarrollar las competencias socioemocionales. |
III | Familiarizarse con los elementos característicos de los conflictos. |
IV | Analizar las diversas opciones de respuesta a los conflictos. |
V | Comprender los principios del proceso de mediación y su desarrollo. |
VI | Desarrollar el propio perfil mediador. |
VII | Adquirir las herramientas para conducir un proceso de mediación. |
VIII | Rechazar la violencia y promover activamente la cultura de la paz. |
Competencias
Ser competente significa ser capaz de movilizar todos los recursos de los cuales uno dispone para afrontar con éxito un determinado reto, en este caso un proceso de mediación.
Las competencias de la persona mediadora, que ya hemos tratado en el primer capítulo, van ligadas a su personalidad, a su formación previa, a los nuevos aprendizajes y a la experiencia adquirida mediante la práctica e indican aquello que el mediador o mediadora deben saber hacer.
Naturalmente, existen diversos grados de dominio de cada una de las competencias, por lo que en un nivel de iniciación solamente se introducen las bases, mientras que en niveles de profundización y perfeccionamiento, donde se busca la excelencia, todo se sofistica mucho más.
COMPETENCIAS |
1 | Interiorizar el concepto de mediación, sus principios y características y seguir las fases de desarrollo del proceso en la práctica. |
2 | Acoger a las personas en conflicto y centrarlas en el trabajo a realizar explicando claramente en qué consiste la mediación. |
3 | Exponer las reglas para que el proceso de mediación pueda desarrollarse correctamente y para que las personas que participan sepan en todo momento qué se espera de ellas y qué pueden esperar de los mediadores. |
4 | Explorar y analizar los principales componentes del conflicto para comprender qué ha sucedido, cómo se sienten sus protagonistas y cómo les afecta la situación. |
5 | Enmarcar el conflicto nuevamente en base a los verdaderos intereses que hay en juego y elaborar una agenda con los principales temas que se desea resolver. |
6 | Estimular la creatividad y la cooperación entre las personas en conflicto para que propongan diversas salidas a la situación. |
7 | Resaltar y fomentar la interdependencia positiva, el futuro el común, el reconocimiento y la valoración mutua entre las personas en conflicto. |
8 | Empoderar a los protagonistas del conflicto para que puedan decidir libremente y por consenso la solución que le van a dar al conflicto. |
9 | Trazar un plan de acción realista que exponga claramente los compromisos y las acciones a desarrollar por parte de cada persona. |
10 | Dominar las herramientas propias de la persona mediadora: gestión de las emociones (empatizar, ventilar, regular), comunicación efectiva (escuchar, parafrasear, clarificar, reformular, resumir), pensamiento alternativo (innovar, imaginar) y generación de consenso (acordar, pactar, revisar). |
11 | Implicarse activamente en el logro de un clima de convivencia seguro, saludable, inclusivo y justo para todas las personas del centro. |
12 | Practicar los valores de la cultura de paz, la no-indiferencia activa y la beligerancia positiva. |
Contenidos
En general, los contenidos que se abordan en un curso o taller de mediación pueden agruparse en módulos bastante amplios. Cada módulo se despliega según el tiempo de duración del curso, la edad de los participantes en el programa y sus conocimientos previos.
Los módulos deben responder a ciertos retos o cuestiones fundamentales en el ámbito de la gestión positiva de los conflictos. Para ello es necesario sumar los conocimientos que tienen las personas que conviven diariamente en el centro junto con los inputs y conocimientos que aporta la persona al cargo de la capacitación de mediadores, lo cual, como veremos, requerirá estrategias metodológicas fundamentalmente participativas.
Metodologías
La persona formadora debe clarificar los conceptos y aportar recursos y lecturas que contribuyan a la mejor asimilación de la labor que desarrollan los mediadores y mediadoras. Pero además, debe asegurarse de que dichos conceptos son los que guían la práctica de los futuros mediadores.
Al tratarse de una actividad práctica es lógico que el aprendizaje de la mediación se efectúe mediante metodologías y estrategias didácticas que requieran la implicación y participación activa de las personas que van a capacitarse. Algunas de las metodologías más empleadas son las que se describen a continuación.
Dinámicas socioafectivas
Se trata de juegos de simulación con un fuerte componente lúdico donde las personas participantes se implican física, cognitiva, emocional y socialmente. Al finalizar la actividad se reflexiona en común sobre la experiencia y sensaciones vividas, respetando todas las observaciones y sacando unas primeras conclusiones. Luego se transfieren dichas conclusiones a situaciones de la vida real para visualizar opciones de actuar de un modo cada vez más eficiente ante los conflictos.
Role-playing
La dramatización de conflictos, la representación de diferentes finales posibles y la simulación de las fases del proceso de mediación se utilizan para afianzar las diferentes técnicas y el proceso en su conjunto. El role-playing permite, pues, ponerse en la piel de la persona mediadora y ensayar antes de pasar a la mediar conflictos reales. Frecuentemente participan cinco personas en la dramatización de proceso: dos mediadores, dos personas enfrentadas y un observador. La tarea de éste último consiste en tomar notas en base a un guión y dar apoyo y feed-back a los mediadores al acabar la práctica.
Debate y controversia programada
Las personas que se preparan para mediar provienen de entornos muy distintos por lo que sus puntos de vista sobre los conflictos y la manera de resolverlos suelen ser muy variados y puede que teñidos de prejuicios. Resulta, pues, necesario abrir un espacio de debate acerca de los diversos contenidos. También se pueden plantear dilemas y abordarlos mediante lo que se conoce como controversia programada, cuyo objetivo no es reafirmar o desmentir los propios puntos de vista sino meterse en la piel de quienes piensan distinto para poder escuchar y comprender mejor sus ideas, aceptando e incorporando en un discurso común los elementos donde hay acuerdo para lograr, así, el máximo grado de consenso posible.
Proyectos de trabajo, aprendizaje por tareas, basado en problemas o aprendizaje-servicio y grupos cooperativos
La implementación de la mediación en centro se puede enfocar como una proyecto de trabajo, como una tarea a desarrollar, un problema a afrontar o un servicio a la comunidad.
Aun tratándose de metodologías con requisitos bien específicos tienen en común que es el grupo quien toma el liderazgo, comparte los conocimientos previos, se fija sus propios objetivos, formula las preguntas a responder, distribuye las tareas de recogida y filtraje de la información y va construyendo poco a poco el proyecto de mediación que funcionará en el centro.
Diálogos apreciativos
Las metodologías apreciativas hacen aflorar la inteligencia colectiva y el potencial del grupo para diseñar, a partir de ahí, la manera de alcanzar su “sueño”. Se pretende sumar fuerzas para conseguir objetivos que tal vez parecían inalcanzables.
Design thinking
Esta metodología proveniente del campo del diseño y busca generar innovación en cualquier campo, tiene un trasfondo lúdico y suele utilizar un estilo comunicativo muy visual (fotos, mapas, notas adhesivas, colores) para presentar las ideas de forma extraordinariamente sintética y, al mismo tiempo, causar impacto.
Se caracteriza por la búsqueda de empatía, el trabajo en equipo (cuanto más diverso mejor) y la generación de “protototipos” o proyectos que se testean para identificar aciertos y fallos e introducir ajustes y mejoras. Se suele desarrollar en entornos confortables e inspiradores donde se supera el miedo al error y fluyen la empatía, el optimismo, la inventiva y la curiosidad.
Gamificación (ludificación)
En el ámbito de la cultura de paz y de la gestión positiva de los conflictos se han diseñado actividades de aprendizaje basadas en la mecánica de los juegos, con sus reglas, narrativa, personajes, recompensas, niveles de dificultad, etc., que motivan a las personas a participar y superar los retos propuestos colaborando, consiguiendo información o mediante determinados comportamientos hasta conseguir el objetivo o meta que plantea el juego.
Entorno virtual
El apoyo de las tecnologías de la información, bien sea en forma de grupo de Whatsapp, de Blog, Site, Moodle o cualquier otro programa, permite poner al alcance de los mediadores y mediadoras mucho material, enlaza...