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CAPÍTULO 1 |
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Presentando al docente… EXCELENTE |
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Cada uno de nosotros tenemos el potencial necesario para ser “un profesor o una profesora excelente”. Esto es indiscutible. El hecho de que haya comprado este libro significa que quiere mejorar su práctica, y sólo por ese deseo ya está en camino de conseguirlo. Pero, ¿en qué consiste ser un docente, un profesor o profesora “excelente”?
Se puede decir, y es algo en lo que todos estamos de acuerdo, que para que una clase sea excelente debe proporcionar resultados excelentes. Es decir, que todos los niños y niñas deben haber progresado de forma significativa. Esto es difícil, pero no imposible. Pero, ¿estamos hablando de un profesor excelente, o de una enseñanza excelente? Creo que es mejor que nos centremos en cómo podemos asegurarnos de que ese aprendizaje excelente permanezca en el tiempo, lo que significa que la enseñanza tiene que ser excelente, y, por defecto, que el educador también tiene que ser excelente. En definitiva, es el aprendizaje lo que realmente importa. Cuando estamos observando, el observador analizará cuánto aprenden los niños, cómo participan, qué progresos realizan y en qué momento están atentos y disfrutan.
Si al final de cada clase, de cada lección, los alumnos han progresado, eso será lo que realmente estamos buscando.
Para llegar a este punto, se necesita una cuidadosa preparación y planificación. No es muy común que usted pueda llegar por la mañana e impartir una clase excelente sin que haya habido algún tipo de planificación previa. Por ello necesita tener una idea clara en su mente acerca de lo que quiere que los niños aprendan, es decir, sobre lo que quiere que reflexionen.
Este libro le proporcionará las herramientas que necesita para liberar al educador excelente que está en su interior. No será necesariamente un camino fácil, aunque tampoco será excesivamente difícil, pero tampoco lo conseguirá de la noche a la mañana y tampoco sucederá si usted solo elige algunas actividades de tan sólo un par de capítulos y las aplica en el aula. Este es un punto clave. Aunque todas las estrategias de este libro están garantizadas para funcionar en las clases de primaria, y aunque constituyen una práctica excelente, no puede simplemente extraerlas del libro y usarlas y…, “¡ya está!, decirse a sí mismo: ¡soy excelente!”. No es tan sencillo.
LA FILOSOFÍA DE LA EXCELENCIA
Ésta es para mí la esencia del libro. Usted, como profesional, necesita verse a sí mismo como un educador excelente. Necesita analizar todos los elementos de su trabajo y pensar en cómo esos elementos pueden convertirse en excelentes. Necesita, quizás, descartar alguna de las formas en las que hasta ahora ha estado haciendo las cosas, quizás reconducir algo que ha intentado antes de forma diferente, porque sí hay cosas concretas que tiene que realizar para que su trabajo pase a ser excelente. Y esto puede requerirle un cambio en su percepción. Pensemos en ello de otra manera. Si usted ya es excelente, ¡fantástico! Bien por usted.
Este libro le ayudará a desarrollar esa práctica, le proporcionará algunas formas e ideas nuevas para hacer las cosas. Sin embargo, si todavía no es excelente, tendrá que enfrentarse consigo mismo si de verdad quiere avanzar y mejorar. Puede ser una tarea ardua, pero es posible.
Hace unos años asistía yo a un curso para obtener la licencia de entrenador de fútbol. El instructor que teníamos nos dijo “si de verdad quieren conseguir un cambio, tienen que quererlo, desearlo; antes de que suceda efectivamente”. Y utilizó esta frase: “Si hacen lo que siempre han hecho, entonces obtendrán los mismos resultados de siempre”. ¡Qué verdadera que es esta afirmación! Funciona de la misma forma para nosotros, los educadores.
Si usted no revisa sus prácticas educativas, y las cambia, entonces nunca mejorará. Este libro trata de esto. Cada uno de los capítulos analiza un aspecto diferente de lo que yo entiendo por una clase excelente, y proporciona estrategias e ideas para ayudarle a alcanzar ese objetivo. Cada capítulo ha sido probado en el aula, y le puedo garantizar que todos funcionan.
Sin embargo -y aquí continúo de nuevo con mi discurso- sólo funcionará de una forma eficaz si la filosofía subyacente es la correcta. Es mejor decirse a sí mismo: “Estoy intentando este enfoque porque quiero ver si los niños de mi clase serán capaces de hacer mejor tal o cual cosa, y de esta forma mejorar su capacidad de aprendizaje”. Pero no piense: “Esta actividad que he seleccionado de ese libro sobre la excelencia, es bonita para una tarde de viernes; la utilizaré, seguro que irá bien en mi clase”.
Insisto: se puede leer el libro entero, de principio a fin, e intentar obtener una visión general de una experiencia global de excelencia; o puede identificar las áreas que crea que tiene que abordar primero, y entrar de lleno en ese capítulo en concreto. Ambas aproximaciones funcionan igualmente bien. Recuerde, sin embargo, que la llave para la excelencia en el aprendizaje y en la enseñanza está en usted, como educador: conociendo a sus alumnos, sabiendo cuáles son sus necesidades y teniendo claro hacia dónde quiere que vayan después. Y es igual de importante el que ellos también lo sepan. Para ello, invierta algo de tiempo en los capítulos 5 (Evaluación del Aprendizaje), y en el capítulo 4 (Educación personalizada). El capítulo 5 le proporcionará una gran cantidad de consejos y estrategias para mejorar su clase y lograr la excelencia.
Al principio de cada capítulo verá este icono:
Éste apartado le dará los antecedentes, la base del capítulo: ¿Sobre qué trata el capítulo? ¿De dónde se parte? Hablará de todos estos aspectos. Es importante leerlo, ya que le dará el contexto de las actividades que siguen a continuación.
Muchos de los capítulos, después de “¿Sobre qué trata?”, están divididos en tres partes:
De aquí a mañana |
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De aquí a un mes |
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De aquí a un trimestre |
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Cada uno de estos apartados intenta darle una idea de cuánto tiempo le supondrá introducir actividades individuales. No significa, sin embargo, que vayan a funcionar exactamente en ese lapso de tiempo. No siempre. Algunas veces puede estar en el apartado de “De aquí a un trimestre”, por una serie de razones, que resumo a continuación:
• Puede ser necesario invertir algo de tiempo en la preparación de los recursos, por lo que le llevará más tiempo tenerlos organizados.
• Puede necesitar un tiempo para entenderlo bien, antes de introducirlo.
• Depende de si usted ha hecho de antemano algún trabajo preparatorio, quizá una actividad diferente de un algún otro tipo.
• Puede que le requiera observar bien su clase durante un largo periodo de tiempo, antes de que consiga un impacto significativo.
• Puede significar, incluso, que los niños o el personal de apoyo de su clase necesiten tiempo adicional para acostumbrarse al nuevo concepto.
Pero, por favor, no se desanime por ello; ninguna de las actividades es difícil, ni consume excesivo tiempo. Todas están diseñadas para usarlas dentro del aula y producir un impacto positivo. Sé por experiencia que, si algo es demasiado difícil o si lleva mucho tiempo de preparación o requiere demasiada práctica previa, entonces va directo a la papelera.
El propósito de este libro es hacer de usted un educador excelente, no de forma ocasional; y no sólo porque nos están observando, sino de modo habitual, casi todo el tiempo, si no todo. Digo “casi todo” porque todos tenemos días malos, en los que hagamos lo que hagamos no nos sale nada bien. Pero desarrollando alguna de estas ideas, insistiendo en ellas, y siguiendo la filosofía de intentar mejorar la práctica cotidiana, sin duda se convertirá en un educador mucho mejor. Y esto es lo que estamos intentando conseguir. Si usted es un mejor maestro, sus alumnos tendrán una mejor experiencia de aprendizaje. Y su progreso también mejorará. Estamos hablando de una situación beneficiosa en la que todos ganamos.
Así pues, ¡adelante! Elija su método para profundizar en el tema y trate de conseguirlo. Utilice este libro para que le ayude a convertirse en un mejor profesor, en un profesor “excelente”. Ha sido escrito para ser usado una y otra vez, y no solamente para leerlo una vez y abandonarlo en un estante. Si continúa su lectura, seguramente se convertirá en ese profesor excelente que usted, como docente muy apasionado, desea ser.
| CAPÍTULO 2 |
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Relaciones personales… EXCELENTES | |
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¿Quiere que sus alumnos piensen que usted es el profesor más increíble que nunca han tenido, y no solo en Navidades cuando le regalan esas tazas con mensajes maravillosos de “tú eres el mejor”, y luego enseguida lo olvidan cuando llega septiembre? ¿O que todos sus compañeros de profesión acudan al despacho del director cada año solamente para tener la oportunidad de trabajar con usted? ¿Quiere que todos los padres -o tutores- deseen que sus hijos estén en su clase? ¿Desea que esto le ocurra siempre?
En ese caso continúe leyendo.
Las relaciones interpersonales constituyen probablemente el aspecto más importante, no solamente de una enseñanza excelente, o de la enseñanza en general, sino de la vida. Sin buenas relaciones con los alumnos a los que enseñamos, o con los compañeros con los que trabajamos (incluso con las personas con las que vivimos), todo puede irse rápidamente al garete. Nunca subestime el poder de una gran relación, puede facilitarle mucho las cosas.
Pero, ¿cómo conseguiremos esas buenas relaciones? Como educadores, creamos y mantenemos de forma natural relaciones con los niños a los que enseñamos. Éste es un buen comienzo. Sin embargo, siempre habrá ocasiones en las que las relaciones no funcionen como nos gustaría, o habrá personas empeñadas en complicarnos la vida: los niños, inintencionadamente, los compañeros, a veces sin intención, y los padres, quienes sólo quieren lo que ellos creen que es lo mejor para sus hijos. Necesita aceptar que esto pueda suceder algunas veces, para disponerse a poder ponerle remedio. Aunque, efectivamente, pensará que es más fácil decirlo que hacerlo.
Recordemos lo que el eminente psicólogo Carl Rogers piensa sobre el desarrollo y el mantenimiento de grandes relaciones. Nos proporciona algunas ideas muy básicas que se pueden aplicar. Rogers revolucionó la psicoterapia en los años 50 con un enfoque terapéutico centrado en el paciente. Revolucionó la forma en la que las personas trataban con otras personas. Afirmaba que, en todas las relaciones, tanto personales como profesionales, siempre había tre...