Voluntariado de la Banca

Compromiso al servicio de México

Ingrid García de Guemez, Marcella Lembert, Ingrid García de Guemez, Marcella Lembert

• Editorial: LID Editorial
• Año: 2016
• ISBN:
  9786079380441
• Edición: 1
• Categoría: Business
• Categoría: Nonprofit Organizations & Charities

Este libro es la tercera obra de la Biblioteca Bank of America Merrill Luych Anáhuac y representa un esfuerzo por impulsar la investigación en el renglón de la responsabilidad social corporativa del sector financiero; en este caso, el trabajo de su voluntariado es un ejemplo de la labor que realiza la Banca en nuestro país, por una sociedad más justa y solidaria. Entre las instituciones bancarias que narran sus acciones están: BanBajío, BBVA Bancomer, Grupo Financiero Banamex, Grupo Santander México, Bank of America Merrill Lynch, Compartamos Banco, Grupo Financiero Banorte, HSBC México y América Latina, y Scotiabank México.

1. Antecedentes

EL voluntariado corporativo ––entendido como cualquier esfuerzo por parte de los empleadores para alentar y apoyar a sus trabajadores a participar en sus comunidades como voluntarios–– surgió como un campo definible de actividad durante los años setenta en los Estados Unidos. En las cuatro décadas posteriores, el voluntariado se ha convertido en un movimiento mundial que se encuentra en prácticamente todos los países, desde las más grandes compañías globales, a las empresas regionales, nacionales y locales.

El voluntariado se ha convertido en un movimiento mundial que se encuentra en prácticamente todos los países, desde las más grandes compañías globales, a las empresas regionales, nacionales y locales

Desde sus inicios, el voluntariado corporativo ha sido delimitado por las expectativas, tanto internas como externas, de la comunidad empresarial, ya que las empresas tienen la responsabilidad de comportarse de manera socialmente responsable y poner sus activos a trabajar para hacer frente a los desafíos más apremiantes de la humanidad en los ámbitos social, económico y ambiental.

2. Desde el principio hasta hoy

2.1. Respondiendo a las expectativas

El voluntariado corporativo surgió como parte de la respuesta de las empresas a las expectativas de contar con una mayor Responsabilidad Social Empresarial (RSE) durante los años sesenta y setenta. Dichas expectativas se manifestaron principalmente por parte de activistas, estudiantes, académicos, líderes religiosos y funcionarios del gobierno, pero también vinieron de personas de la propia comunidad empresarial, de respetables líderes corporativos, así como de los empleados que compartían la creencia de la importancia de un comportamiento socialmente responsable y el compromiso personal en la solución de problemas comunitarios.

Era inevitable que las empresas detectaran a uno de sus activos más importantes ––la energía, la creatividad y las habilidades de su gente–– y buscaran nuevas formas de aprovecharlo como parte de una respuesta más amplia a las nuevas expectativas de una mayor RSE. Así nació lo que hoy conocemos como el voluntariado corporativo.

Históricamente, los bancos han sido una de las industrias más directas y profundamente comprometidas en la vida de las comunidades a las que sirven

Los bancos han tenido programas de voluntariado corporativo visibles desde los primeros días en que surgió este tema. Ejemplo de ello fueron Bank of America, el Chemical Bank y Morgan Guaranty Trust Company ––ahora fusionados como JPMorgan Chase–– y Citibank, los cuales desempeñaron un papel destacado en la primera investigación sistemática de voluntariado corporativo en los Estados Unidos, publicada en 1979.

Históricamente, los bancos han sido una de las industrias más directas y profundamente comprometidas en la vida de las comunidades a las que sirven. Por lo general, se espera que los banqueros sean líderes de la comunidad en la que asumieron esta responsabilidad, así como grandes promotores de actividades filantrópicas.

A raíz de la crisis financiera global de 2007-2008, cuando la reputación de los bancos de muchos países se vio severamente dañada, su compromiso con la comunidad surgió como una de las maneras en que podían reconstruir su credibilidad institucional y la fortaleza de sus marcas, tanto con la comunidad como con sus propios empleados. El voluntariado corporativo ha sido un elemento esencial de este esfuerzo.

2.2. El racional

El racional o la razón de ser se presentó por primera vez en la década de los años setenta, definiendo al voluntariado como:

• Bueno para la comunidad, ya que trae nuevos talentos y un nuevo liderazgo con personas que saben cómo organizar, gestionar y ejecutar un trabajo efectivo.

• Bueno para los empleados que participan, de la misma manera que el voluntariado es bueno para todo el mundo porque funciona como una fuente de realización y satisfacción personal que contribuye a una buena salud mental y física; es una manera de desarrollar nuevos conocimientos y nuevas habilidades, y ayuda a fomentar las relaciones sociales.

• Bueno para la empresa, ya que genera nuevos conocimientos acerca de la comunidad, construye orgullo de trabajar en la compañía, mejora la moral y contribuye al reclutamiento y la retención de empleados altamente motivados al fortalecer la imagen de la compañía.

Esta razón de ser surgió originalmente en este orden para reflejar la prioridad en beneficio de la comunidad, con el beneficio para la empresa enmarcado casi como un inesperado valor agregado.

Hoy, sin embargo, existe una nueva expectativa de que el voluntariado corporativo se convierta en un «activo estratégico» que ayude a alcanzar los objetivos de negocio, donde lo más importante es la «participación de los empleados». Como resultado, muchas empresas están orientando conscientemente sus esfuerzos en este campo para maximizar sus propios beneficios, revirtiendo el orden de prioridad. Esto se considera necesario para demostrar un valioso retorno, tras una relativamente pequeña inversión realizada en apoyo del voluntariado corporativo.

2.3. La globalización

La globalización del voluntariado corporativo se produjo en tres fases:

En la primera, las empresas con sede en los Estados Unidos extendieron sus programas existentes a través de sus sistemas, incluso en el extranjero, aunque de un modo tranquilo, en gran medida imperceptible y sin hacer gran ruido y promoción.

La segunda fase fue la inauguración de los esfuerzos voluntarios por parte de empresas con sede fuera de los Estados Unidos; algunos de estos datan al menos de principios de la década de los ochenta.

La tercera fase correspond...