CAPÍTULO 1.
CONSIDERACIONES PREVIAS Y MARCO LEGAL EN LA RECUPERACIÓN DE IMPAGADOS
1.1. EL ANÁLISIS DE LAS CAUSAS QUE PROVOCAN LOS IMPAGOS
Averiguar el origen antes de gestionar el impagado
Cuando la empresa se enfrenta a un impagado, lo primero que tiene que hacer es detectar el origen del problema. Por tanto, conocer qué tipo de impagado tenemos delante, es una información muy útil, antes de iniciar las gestiones de recuperación puesto que cada tipo de impagado requiere unas técnicas de cobro determinadas. No es lo mismo negociar con un comprador solvente que está pasando un problema puntual de tesorería, que gestionar un cobro con un cliente que ha extraviado la factura o tratar con un moroso caradura que pretende lucrarse a costa del proveedor; o sea un “morroso”.
Los impagados no siempre son originados por problemas de solvencia
Cuando pregunto a mis estudiantes cuáles creen que son las razones del impago de facturas, en un 90% de los casos la respuesta es: “porque el cliente atraviesa una mala situación financiera”. Este motivo puede ser verdad en un tanto por ciento elevado de los impagos, y todavía más durante las fases de recesión del ciclo económico, pero es solo una de las razones que originan los problemas de cobro de las empresas.
Es importante abandonar la antigua creencia que los impagados acostumbran casi siempre a ser provocados por problemas de liquidez o de solvencia de los deudores, puesto que existen otras causas del impago que no están relacionadas con los problemas de dinero, e incluso algunas que son ajenas a la voluntad del cliente. El análisis pormenorizado de todas las causas y el determinar cuantitativamente y cualitativamente su importancia respectiva en valores absolutos y porcentuales son dos pasos previos que permiten buscar soluciones definitivas al problema de los impagados. Vale la pena decir que un gran porcentaje de los retrasos en el cobro de las facturas se pueden solucionar corrigiendo las deficiencias de gestión internas de las empresas acreedoras, y que se van a estudiar a continuación.
Las causas principales de la morosidad de los clientes
Las principales causas de los impagos de facturas se pueden agrupar en las siguientes categorías:
• Falta de liquidez y problemas financieros
• Causas económicas
• Causas circunstanciales
• Causas culturales
• Nivel intelectual del deudor
• Causas emocionales
Causas de falta de liquidez y problemas financieros
La empresa deudora sufre un desfase de tesorería entre los cobros y los pagos, produciéndose un cash flow a corto plazo negativo. Dicho de otra manera, el deudor no dispone de fondos autogeneradores suficientes para hacer frente a todos los pagos operativos y financieros. Hasta que no consiga superar este desfase que le provoca una situación de iliquidez, el deudor seguirá impagando.
En algunas empresas esta situación se vuelve crónica y siempre se demoran en el pago de las facturas. Además, con frecuencia se trata de empresas muy endeudadas a corto plazo, y con una estructura financiera deficiente. Consecuentemente, el deudor deberá buscar fórmulas para aumentar sus ingresos o conseguir recursos financieros a corto o a largo que le permitan superar esta situación.
Causas económicas
El deudor tiene un problema más serio que un simple desfase entre cobros y pagos, y que afecta a los cimientos de su negocio. Generalmente se trata de empresas cuyos beneficios son insuficientes y su rentabilidad es excesivamente reducida para que el negocio sea viable. La causa más frecuente es una bajada de las ventas, lo que provoca una disminución de los ingresos de explotación.
Causas circunstanciales
El deudor está atravesando unas dificultades coyunturales, como puede ser una enfermedad, un siniestro empresarial, la pérdida de un cliente importante, la entrada de un competidor extranjero, o que le ha afectado un concurso de acreedores.
Causas culturales
El deudor, teniendo dinero, no paga porque carece de una cultura empresarial que le dicte que su conducta de pagos debe ser ética. Esta postura del “de momento no pago” viene muchas veces fomentada por el entorno social, ya que en España no está arraigada una cultura del cumplimiento puntual de las obligaciones de pago.
Causas de nivel intelectual
Algunos deudores carecen de la formación y del nivel de conocimiento suficientes para entender que es imperativo cumplir con puntualidad con las obligaciones de pago. Este tipo de deudores debido a su bajo nivel educativo, son incapaces de darse cuenta de los perjuicios que están provocando a sus proveedores al retrasar los pagos de forma reiterada.
Causas emocionales
Algunos deudores que no tienen problemas de solvencia, no pagan por motivos emocionales, puede ser que estén enfadados con el proveedor por alguna disputa comercial o que exista algún conflicto no resuelto que haya deteriorado las relaciones.
Estos deudores impagan para castigar al proveedor por una conducta que ellos consideran improcedente, en otras palabras el auténtico motivo es fastidiarlo.
También puede ocurrir que el deudor no considere justa la deuda, no se sienta moralmente obligado a pagar y por este motivo no la paga.
A quién imputar la causa; al deudor, al acreedor o a un tercero
Como hemos visto existe una gran variedad de causas que originan los impagados, pero como primer paso para solucionar una deuda, es necesario saber a quién es imputable la culpa del impago.
Dicho de otra manera hay que rastrear el origen del impago, puesto que unas veces es interno y responsabilidad directa de la propia empresa acreedora, en otras es externo, imputables al deudor, y en otras ocasiones la procedencia de la culpa es de terceros que intervienen en las operaciones comerciales.
Muchas veces se clasifica con la etiqueta de impagados a todos los retrasos en el cobro, pero es importante diferenciar las causas, puesto que no todos los problemas de cobro de las empresas son “impagados” en sentido estricto, ni tampoco son siempre culpa del cliente.
Desde el punto de vista de imputación de la culpa tenemos, pues, tres grupos de responsables de los impagos.
• El acreedor
• Los intermediarios y terceras empresas
• El cliente
Los impagos imputables al acreedor
Un elevado número de impagos de facturas que se producen en los negocios viene directamente provocado por disputas de tipo comercial o administrativo, y no por problemas de tesorería o insolvencia del cliente. Este elevado porcentaje de incidencias de cobro es provocado por el deficiente control de calidad del propio proveedor; el cliente bloquea el pago de las facturas para conseguir la solución de una controversia comercial de la que el suministrador es el único culpable.
En muchas ocasiones, hay clientes con pocos escrúpulos comerciales que utilizan cualquier posible disputa mercantil —por insignificante que sea— para retrasar el pago de las facturas. Esta estrategia de valerse de (presuntos) litigios con el proveedor para demorar los pagos es una práctica muy común, ya que alegando la existencia de un litigio comercial, los malos pagadores tienen el pretexto perfecto para no pagar sin quedar por ello retratados como morosos. Para evitar que esto ocurra hay que cuidar la calidad en el servicio a los clientes y evitar los errores y deficiencias en todos los actos comerciales.
Por tanto, el departamento de créditos —para conseguir el cobro de las facturas retenidas por el cliente— debe actuar en muchos casos como “solucionador” de las disputas comerciales y ha de ser muy resolutivo con el fin de enmendar fallos cometidos por otros departamentos de la empresa. Por este motivo, el responsable de créditos y cobros debe detectar cualquier desacuerdo comercial o administrativo desde que aparece y ha de hacer el seguimiento interno de su tramitación hasta conseguir su resolución.
Hay que tener en cuenta, que según diversos estudios realizados sobre los motivos que ocasionan los retrasos en el cobro de las empresas, entre un 20 y un 70% de los problemas de cobro de las empresas en toda Europa —cuanto más al sur más aumenta el porcentaje— tienen su origen dentro de la propia empresa acreedora. Las causas del retraso en cobrar se deben a fallos en el proceso comercial, en la fabricación y distribución del producto o en el procedimiento administrativo de la empresa proveedora. Estas incidencias provocan una reacción negativa del cliente en forma de bloqueo del pago de las facturas. De esta forma, el cliente manifiesta su descontento con el proveedor, tanto si se trata de una controversia importante, como si es un pequeño litigio. Este tipo de situaciones dan lugar a disputas comerciales con los clientes que deben resolverse lo antes posible, ya que hasta que no se solucione la incidencia, el comprador no efectuará el pago.
Los problemas más comunes de calidad o servicio al cliente que bloquean los cobros son:
• Litigios de tipo técnico
— Mercancía defectuosa o incorrecta
— Problemas de calidad o cantidad en el producto
— Las características del producto fuera de normas
• Incidencias de tipo logístico y transporte
— Embalajes defectuosos
— Roturas o daños en las mercancías
— Entregas fuera de fecha y retrasos en las expediciones
— Pérdidas de parte de la mercancía
— Entregas parciales del pedido o pedidos incompletos
— Errores en las entregas enviadas lugares incorrectos
— Pedidos duplicados
• Disputas de tipo comercial
— Errores del vendedor en la recogida del pedido
— Problemas con los precios y tarifas
— Errores en las condiciones y plazos de pago
— Malos entendidos con descuentos, bonificaciones y rappels
— Desacuerdos con aportaciones para publicidad o apoyo comercial
• Errores de tipo administrativo
— Facturas con defectos u omisiones de datos
— Errores en los precios en la factura
— No aplicar precios de tarifa o promoción
— Omitir descuentos pactados por comercial
— No hacer correctamente las aplicaciones de pagos
— No conciliar correctamente el estado de cuentas
— No enviar el albarán
— No indicar el número de pedido en la factura
— No enviar el número de copias exigidas
— Enviar la factura a la dirección errónea
— No respetar las condiciones especiales del cliente
— El cliente espera un abono
— No se ha pagado el rappel correspondiente
— Errores en la repercusión de la cuota del IVA
• Conflictos de atención al cliente
— Atención al cliente deficiente
— No atender correctamente una reclamación
— Deficiente servicio postventa
Los impagados imputables a terceros
En ocasiones son los errores de terceros que intervienen en algún momento de la operación comercial los que motivan el retraso en el pago. Los errores más frecuentes son:
• Fallos de la agencia de transportes
— Retrasos en las expediciones
— Extravíos de las mercancías
— Roturas o deterioros de los productos
— Errores en las entregas
• Fallos del representante o agente comercial
— Errores en los códigos del producto
— Errores en las tarifas de precios
— Mala cuantificación de las necesidades de compra del cliente
• Errores de la entidad bancaria
— Fallos en la mecanización de efectos
— Errores en la presentación de recibos al cobro
— Retrasos en la gestión
Los impagados imputables al deudor
Los impagos cuyo origen es claramente del deudor se dividen en tres grandes grupos:
• Intencionalidad
• Falta de liquidez y problemas de solvencia del deudor
• Ineptitud e ineficiencia administrativa del deudor
La intencionalidad
Las estadísticas realizadas por la Comisión Europea hace unos años revelaron que la mayoría de los impagados imputables al deudor son intencionales (un 35% de los casos en Europa y un 62% en España), es decir que el moroso retrasa voluntariamente el pago para beneficiarse de unos recursos financieros sin coste. No obstante, es necesario hacer una distinción entre dos grupos de deudores de mala fe, a saber:
• Los “vivales” que practican el juego financiero retrasando al máximo el pago de las facturas pero pagándolas finalmente. Son los que hacen dinero financiándose a costa de los proveedores.
• Los morosos profesionales que nunca atienden sus obligaciones de pago a menos que se les obligue por algún medio coactivo.
Los morosos que pertenecen al primer grupo son aquellos que al encontrarse con una financiación espontánea muy corta y sabiendo que obtener crédito ajeno mediante pólizas de crédito o descuentos es costoso, recurren sistemáticamente a demorar los pagos a los proveedores. De este modo tienen un sistema fácil y barato de conseguir créditos, ya que el proveedor se convierte en banquero de sus deudores, aunque a título gratuito.
Los morosos profesionales son aquellos que actúan con mala fe desde el principio, ya que compran con la intención ...