© Derechos de edición reservados.
Letrame Editorial.
www.Letrame.com
© Rosalío Menchaca
Diseño de edición: Letrame Editorial.
Maquetación: Juan Muñoz Céspedes
Diseño de portada: Rubén García
Supervisión de corrección: Ana Castañeda
ISBN: 978-84-1386-261-3
Ninguna parte de esta publicación, incluido el diseño de cubierta, puede ser reproducida, almacenada o transmitida de manera alguna ni por ningún medio, ya sea electrónico, químico, mecánico, óptico, de grabación, en Internet o de fotocopia, sin permiso previo del editor o del autor.
Letrame Editorial no tiene por qué estar de acuerdo con las opiniones del autor o con el texto de la publicación, recordando siempre que la obra que tiene en sus manos puede ser una novela de ficción o un ensayo en el que el autor haga valoraciones personales y subjetivas.
«Cualquier forma de reproducción, distribución, comunicación pública o transformación de esta obra sólo puede ser realizada con la autorización de sus titulares, salvo excepción prevista por la ley. Diríjase a CEDRO (Centro Español de Derechos Reprográficos) si necesita fotocopiar o escanear algún fragmento de esta obra (www.conlicencia.com; 91 702 19 70 / 93 272 04 47)».
Reconocimientos
Existen muchas personas con las cuales me siento agradecido. A lo largo de la vida, he tenido el privilegio de compartir experiencias con miles de hombres y mujeres, de distintas edades y trasfondos, que, de alguna manera, han dejado una valiosa enseñanza en mi corazón. Mencionarlos a todos sería imposible, sin embargo, hay un grupo de personas a las que considero especiales y me gustaría reconocer abiertamente. Ellos me apoyaron en el secreto, y ahora merecen ser honrados de manera pública.
Agradezco, primeramente, a mi padre, Rosalío Menchaca Trejo, cuyo nombre porto con orgullo. En un mundo en crisis, cada vez es más difícil encontrar varones cuya vida sea digna de imitar. Usted, sin lugar a dudas, es uno de ellos. Papá, siempre le estaré agradecido. Con su ejemplo de vida, me enseñó el significado de lo que es ser un esposo fiel, un padre responsable, un hermano cercano, un hijo de honra y un amigo sincero. Aquellos que tenemos el privilegio de conocerlo íntimamente, sabemos del inmenso valor que usted tiene. Su calidad humana, su honradez, su carisma, hacen de su vida un legado indeleble. Los años de esfuerzo y sacrificio por pagar mi educación no fueron en vano. Gracias por morir a sus sueños para que los míos pudieran vivir. Usted es, y siempre será, el hombre más importante de mi vida.
De igual forma, agradezco a mi querida madre, Ma. Francisca Bañuelos Zesati, quien constituye, indudablemente, el más claro ejemplo de la mentalidad y la pasión por el progreso. Mamá, usted siempre luchó para que nosotros tuviéramos las mejores condiciones de vida. Abrió camino donde no lo había, rompió con las barreras que evitaban nuestro crecimiento y nos colocó en el ambiente propicio para nuestro desarrollo. Gracias a su influencia, la historia de nuestra familia cambió para siempre. No sabe cuán agradecido estoy con usted, por todo el cariño, la atención, el amor y el cuidado depositado en mi vida. Lo que hoy tengo y lo que soy se lo debo, en gran parte, a usted. La admiro profundamente.
Quiero agradecer también, a tres mujeres excepcionales, de las cuales tengo el privilegio de ser consanguíneo: Mirena, María y Fátima. Tenerles a mi lado, durante todos estos años, ha hecho de mi vida un sendero mucho más sencillo de recorrer. No hay palabras para agradecerles todo lo que han hecho por mí. Sus palabras de aliento en el momento oportuno, su apoyo incondicional y su incansable espíritu de servicio han sido un bálsamo para mi corazón. Con ustedes entendí, que no hay amistad más sincera que la de un hermano. ¡Gracias por todas y cada una de las veces que se pararon a la brecha para levantar mis manos!
Prefacio
Nuestra generación sufre en silencio. Los habitantes de la Tierra se encuentran frustrados por no encontrar una solución real ante los problemas económicos que experimentan día con día. Hombres y mujeres, por igual, a diario se plantean la misma serie de interrogantes en su cabeza con respecto a sus finanzas:
Si trabajo duro, ¿por qué me encuentro atrapado constantemente en los mismos ciclos de escasez?
¿Por qué mientras otros tienen de sobra, yo lucho siempre para conseguir apenas lo suficiente?
¿Cómo puedo satisfacer mis necesidades básicas?
¿Qué puedo hacer para sacar adelante a mi familia?
¿Cómo puedo vivir libre del estrés generado por las deudas y los préstamos?
¿Están los recursos reservados únicamente para un grupo de personas?
¿Existe alguna solución permanente para la pobreza?
¿Por qué los gobiernos no la han implementado todavía?
¿Puede alguien que nació en la ruina alcanzar el éxito?
Dichos cuestionamientos están presentes en la vida del padre de familia, que tiene la responsabilidad de proveer lo necesario para sostener su hogar; en la mente del joven universitario, que ve en la educación el único camino para sacar de la miseria a su familia; en el subconsciente del menor, que duerme lleno de incertidumbre, sin saber si el día de mañana contará con lo suficiente para alimentar a sus hermanos que duermen recostados en la vía pública; en la pareja de recién casados, que lucha continuamente por llegar a fin del mes; y en el corazón de los líderes gubernamentales, que contemplan cómo la ruina produce estragos en cada uno de los estratos sociales que conforman su nación.
Cada una de estas preguntas deja al descubierto el anhelo que existe en el corazón de los individuos por el progreso. No importa la cultura donde se formó, el color de su piel o su lugar de procedencia, a fin de cuentas, todos somos iguales. Todos los hombres compartimos el mismo deseo por disfrutar de una vida de calidad. Nadie quiere experimentar la pobreza, porque esta trae siempre consigo vergüenza, humillación y esclavitud. Tal vez, esta sea la razón principal por la que procuramos siempre tener la cantidad suficiente de recursos económicos para vivir, porque el dinero representa una fuente de poder para controlar las circunstancias que se presentan a nuestro alrededor. La pregunta es, ¿qué sucede cuando los recursos desaparecen? La estabilidad se pierde, la seguridad se esfuma, nos volvemos vulnerables y ahora el temor y la ansiedad pasan a ser nuestros acompañantes durante el resto de la vida. Tal vez, usted tomó este libro entre sus manos, porque este es, precisamente, el reflejo de su condición actual. Usted se encuentra estancado, en medio del fracaso, y está en busca de una salida. No se equivocó de título.
Este escrito emerge como una solución para todos aquellos que están siendo víctimas de la insuficiencia. Es la respuesta a las miles de preguntas que a diario nos hacemos sobre cómo administrar, multiplicar e incrementar nuestros recursos. Es una guía que le permitirá entender el porqué de su situación presente, lo confrontará con su mentalidad actual, y le brindará los principios, enseñanzas y pasos prácticos para combatir la pobreza no solamente a nivel personal, sino de manera colectiva, impulsándolo a alcanzar el próximo nivel en su economía. En sus manos está el poder para cambiar su historia, la historia de su familia, la historia de su pueblo, la historia de su nación. ¡No lo desaproveche! Acompáñeme en este viaje rumbo a la libertad financiera.
Introducción
La pobreza se ha propagado a lo largo y ancho del orbe, de la misma forma que lo hace una epidemia, afectando la calidad de vida de millones de personas en el mundo. Sin importar el lugar geográfico donde usted se encuentre ahora mismo, puedo asegurarle que, si es observador y mira a las personas a su alrededor, seguramente encontrará a alguien que carece de los recursos esenciales necesarios para vivir. De acuerdo con el último de reporte emitido por la Organización de las Naciones Unidas, se estima que unos 780 millones de perso...