El suceder humano
eBook - ePub

El suceder humano

Escritos quiasmáticos

  1. 140 páginas
  2. Spanish
  3. ePUB (apto para móviles)
  4. Disponible en iOS y Android
eBook - ePub

El suceder humano

Escritos quiasmáticos

Descripción del libro

"Andrés dice estar convencido de que la mayoría de los problemas y conflictos del ser humano son de naturaleza filosófica, más que psicológica. Dicho desde mi punto de vista, el mundo de la psicología y las diferentes formas de relación de ayuda, tienen ante sí el desafío de evocar más los valores como claves de afrontamiento de las dificultades. El mundo del malestar del ser humano no se agota en lo emocional. Su abordaje y eventual superación no se queda en la mera validación del mundo de los sentimientos. Los valores son potenciales sanadores del ser humano sufriente y de los grupos que atraviesan conflictos" (Del prólogo de José Carlos Bermejo).

Preguntas frecuentes

Sí, puedes cancelar tu suscripción en cualquier momento desde la pestaña Suscripción en los ajustes de tu cuenta en el sitio web de Perlego. La suscripción seguirá activa hasta que finalice el periodo de facturación actual. Descubre cómo cancelar tu suscripción.
Por el momento, todos los libros ePub adaptables a dispositivos móviles se pueden descargar a través de la aplicación. La mayor parte de nuestros PDF también se puede descargar y ya estamos trabajando para que el resto también sea descargable. Obtén más información aquí.
Perlego ofrece dos planes: Esencial y Avanzado
  • Esencial es ideal para estudiantes y profesionales que disfrutan explorando una amplia variedad de materias. Accede a la Biblioteca Esencial con más de 800.000 títulos de confianza y best-sellers en negocios, crecimiento personal y humanidades. Incluye lectura ilimitada y voz estándar de lectura en voz alta.
  • Avanzado: Perfecto para estudiantes avanzados e investigadores que necesitan acceso completo e ilimitado. Desbloquea más de 1,4 millones de libros en cientos de materias, incluidos títulos académicos y especializados. El plan Avanzado también incluye funciones avanzadas como Premium Read Aloud y Research Assistant.
Ambos planes están disponibles con ciclos de facturación mensual, cada cuatro meses o anual.
Somos un servicio de suscripción de libros de texto en línea que te permite acceder a toda una biblioteca en línea por menos de lo que cuesta un libro al mes. Con más de un millón de libros sobre más de 1000 categorías, ¡tenemos todo lo que necesitas! Obtén más información aquí.
Busca el símbolo de lectura en voz alta en tu próximo libro para ver si puedes escucharlo. La herramienta de lectura en voz alta lee el texto en voz alta por ti, resaltando el texto a medida que se lee. Puedes pausarla, acelerarla y ralentizarla. Obtén más información aquí.
¡Sí! Puedes usar la app de Perlego tanto en dispositivos iOS como Android para leer en cualquier momento, en cualquier lugar, incluso sin conexión. Perfecto para desplazamientos o cuando estás en movimiento.
Ten en cuenta que no podemos dar soporte a dispositivos con iOS 13 o Android 7 o versiones anteriores. Aprende más sobre el uso de la app.
Sí, puedes acceder a El suceder humano de Andrés Sánchez Bodas, Estela Falicov en formato PDF o ePUB, así como a otros libros populares de Psicología y Teoría y práctica de la educación. Tenemos más de un millón de libros disponibles en nuestro catálogo para que explores.

Información

Año
2021
ISBN del libro electrónico
9789878458007

1
SOBRE LAS CAUSAS Y EL ENIGMA

La conducta humana –todo lo que somos y hacemos– deviene de la entrama de un presente, un pasado y un futuro, de un cómo, de un porqué y un para qué. De un proyecto, de una acción actual y de una historia. Todo deviene de un cruce de causas inmediatas, mediatas, multicausas y a-causas que confluyen en una motivación del organismo humano que integra emociones y reflexiones que, al simbolizarlas, es decir uniendo las dos caras de la misma moneda –eso significa símbolo– nos hace esencialmente seres sentimentales. Con todo esto y con instantes que devienen en cada encuentro que tenemos como facilitadores del desarrollo humano –sean consultores, terapeutas o analistas– nos encontramos.
Ante el enigma que nos reporta cada vínculo que establecemos con la intención de promover la resolución de conflictos, problemas que hacen sufrir, dilemas existenciales, y tomar decisiones que generen mayor bienestar. Asistimos con la pretensión de generar un espacio en el cual el consultante explore su enigma, hecho que no es inconsciente ni consciente; es un enigma que el organismo transita y que desea tramitar de otra manera; por eso nos consultan. De esto se trata, entre otras variables, lo que digo cuando digo que somos Quiasma –cruce integrativo– en cada momento de nuestra vida. Un cruce que implica el lenguaje, como uno de los ejes esenciales del ser persona, tema del cual escribí en los capítulos 2 y 3 de mi libro Manifiesto Humanístico –ver bibliografía–. Somos seres en el lenguaje y este surgió como una necesidad evolutiva de nuestra especie, y lo hizo al unísono con el desarrollo de nuestras cuerdas vocales y la posibilidad de oír y decodificar simbólicamente. Aquí no preguntamos ¿qué fue primero, el huevo o la gallina?; fue un salto evolutivo, se dio en lo que llamo instante, el misterio de cada instante de la aparición de sucesos, hechos, entes, materia no viva, materia viva, materia cósmica que se fue desplegando y lo sigue haciendo.

2
EL INSTANTE

Leyendo a Heidegger en su libro sobre Nietzsche me encuentro con una metáfora donde, hablando del Eterno Retorno de lo mismo, sitúa al mediodía como el instante donde este retorno se expresa, momento del día donde el sol marca una instancia en la cual la temporalidad se integra. No hay pasado, ni futuro ni presente separados, están integrados en ese instante. Y me fui a la idea que expreso en mi libro Quiasma, donde planteo que se vive en los tres tiempos al mismo tiempo, en un continuo medio día. Si acompañamos a un otro en esa integración surge la posibilidad de ser libre. No te condiciona nada, sos dueño de vos mismo; ni el pasado, ni el futuro, solo poder estar en cada instante pleno. No en el aquí y ahora, porque al decirlo así estás implicando que hubo un antes y habrá un después, y si bien como concepto humano lo hubo y lo habrá, no en lo real sino en lo conceptual lo hay y lo habrá, pero olvidate de eso, que no te condicione, y verás cómo la pulsión de vida aflora por sí misma y te orienta. Lo que Nietzsche nomina como voluntad de poderío, Spinoza el conatus, y nosotros tendencia autoactualizante te permitirá acercarte a tu sabiduría organísmica. Serás tu propio “sobrehumano”. Let it be.

3
LA INCONSISTENCIA DEL VIVIR

El “qué estás pensando” de Facebook me tienta y hoy, en un domingo a la tarde, habiendo pasado el mediodía, medio lluvioso, medio soleado, mirando en mi balcón el horizonte, con el fondo de las copas de los árboles de Palermo, leyendo los comentarios a mi comunicación; en eso veo un avión levantando vuelo, a dónde irá, quiénes están allí, cada uno con su enigma, con su misterio, ¿yendo, volviendo?, ¿o será partiendo? Allí, mirando en ese instante, recordé que hace cuatro años reflexioné y publiqué sobre la diferencia entre aquí y ahora y el instante; ayer, leyendo sobre Nietzsche, veo que él dijo algo similar cuando refiere al Eterno Retorno, un retornar a aquellos o a aquel instante en el que fui pleno y actualizado, da la posibilidad de la autotransformación. Es fuerte sentirse cerca de ese genio que revolucionó la Filosofía y el pensar sobre lo humano. Vengo hablando “intelectualmente” de miradas reduccionistas, deterministas, causales; me formaron así en mi juventud universitaria. Luego creí que el Existencialismo me sacaba de ese lugar y me di cuenta de que era otra forma de determinismo, el futuro determina me decían, somos proyecto, la existencia precede a la esencia. Otro dualismo, esencia versus existencia, pasado versus futuro. Años después “me apareció” el modelo del aquí y ahora, del presente como determinante. Antes el porqué, luego el para qué y ahora el cómo. Pero si se sigue pensando el pensar del pensamiento, aparece el enigma; se me apareció el enigma y, con él, basta de dualismos. Fluimos, ni aquí ni allá ni hoy ni mañana, ni atrás ni adelante, fluimos y cada momento abre nuevos juegos, el tema es qué hacemos con ellos. Cómo asumimos una responsabilidad sobre nosotros mismo y los demás nosotros. Solo siendo respetuosos de lo que se nos da y de lo que damos. Sin ser dualistas, ni causales, y la única manera de serlo es perder el miedo a la inconsistencia del vivir, sin querer encontrar una verdad y por lo tanto un enemigo de ella. Es una posición difícil, lo sé. Por eso insisto en “déjate ser” y confía.

4
EL AMOR

El amor es una palabra, y como tal un concepto, que alude a una serie de acciones y vivencias basadas en la ayuda mutua, que generan un campo relacional, un “clima”, una “atmósfera”, que facilitan a los seres vivos sobrevivir y desarrollarse positivamente en concordancia con sus potencialidades de especie. Los vegetales logran ser quienes pueden ser si logran entramarse “amorosamente” con el entorno ecológico; en esas instancias logran dar y recibir “caricias” naturales y se desarrollan desplegando su ser. Los animales, desde el “más primitivo” en su estructura biológica, hasta el “más desarrollado”, generan vinculaciones con su mundo, con el congénere y con el contexto que, si son “amorosas”, les permiten ser quienes son, sobrevivir y desplegarse en sus características. Al ver las conductas de seducción y apareamiento impacta ver el amar en acción, que luego se manifiesta mucho más en el cuidado de las crías. Cuando vemos a las aves en sus juegos de mutua búsqueda, y mucho más a los mamíferos, donde aparecen las emociones, se nos hace más notorio lo que describo. La ternura, la contención, el apoyo, las caricias, las miradas, el encuentro piel a piel, son conductas amorosas muy evidentes. Por ello insisto en que hay que saber diferenciar el amar del amor: el primero es un verbo lo cual indica acciones; el segundo es la vivencia que llamamos amor.
En nosotros los humanos, el lenguaje, la simbolización que genera el pensar, nos hace seres sentimentales. El humano significa la emoción que irrumpe, la nombra y la hace sentimiento. Por ello, para nosotros, el amor es un sentimiento y no una emoción. Una significación simbólica de la vivencia que el cuerpo registra ante el mutuo contacto de acciones amorosas. En ese registro, nuestro organismo no solo logra sobrevivir, sino socializarse, y ampliar su perspectiva vital. Esto me hace decir que el amor es el “combustible”, de la energía espiritual de Bergson, del conatus de Spinoza, de la voluntad de poder de Nietzsche, de la pulsión de vida de Freud, de la tendencia actualizante de Rogers, y la autoactualizante que sostengo. En vínculos amorosos –familiar, social, amical, de pareja– nuestra noción de yo-mismo que “filtra” las informaciones emergentes de las relaciones con el mundo otro, permite una mejor congruencia organísmica. El amor es la base del proceso de ser un yo-mismo nosotros, entramándose, y desde allí, insisto, poder devenir los instantes existenciales con mayor bienestar.
En lo que respecta a las profesiones de ayuda/asistencia/análisis, el gran aporte de Carl Rogers fue darse cuenta de que somos seres naturales, y como tales seguimos las reglas de la naturaleza, desde nuestra propia forma no natural de ser seres naturales. Es así que fue generando un modelo de la ayuda “psi”, que basó su tarea en posibilitar espacios “amorosos” entre consultantes y consultados. Estos espacios permiten atravesar un eje que nos constituye que genera los conflictos que tenemos. Ese eje es el que Maurice Merleau-Ponty –lo parafraseo– planteó de la paradoja de ser naturalmente no naturales, de una naturaleza que, al “lenguajear” –utilizar el lenguaje verbal–, significar y simbolizar, se aleja del fluir libre que tienen los que no piensan su pensar; me refiero al resto de los seres vivos.
Sin embargo, la esencia natural, muchas veces distorsionada por lo condicional de los vínculos que sostenemos, que nos aliena y nos aleja de la experiencia pura que el organismo nos brinda, puede revisarse y deconstruirse en el contexto que Rogers nos enseña a generar. De esa manera podemos recuperar al amor que circula en nuestro Ser como lo que ES. Si lo logramos, podremos ser siendo lo que nuestro deseo de potencia –no el de carencia– nos va “pidiendo”. Esta solicitud se va dando en concordancia con los instantes quiasmáticos, que tramita nuestra existencia en su devenir, como un ser en el mundo de las cosas y del otro nosotros.

5
ENTRAMADOS

Cuando algunos autores piensan lo humano y su construcción como personas lo consideran como producto de una historia; otros como haciéndose hacia un devenir, y están aquellos que nos hablan del aquí y ahora, donde todo se une.
En casi todos los casos en que aparece la pregunta acerca de quiénes somos, cómo somos, de dónde venimos, adónde vamos, surge la angustia, la ansiedad ante el hecho del tiempo, de ese acontecer indefinible, que pasa, que transita y que sin misterio nos lleva hacia la muerte, aunque esta última nos enfrente con la incógnita acerca de si hay algo o no después de que ella nos acontezca. Acontecer, suceso en el cual no estaremos presentes, salvo, quizás en el instante previo, en el último suspiro. Por ello me surgió la siguiente reflexión:
Somos instantes, momentos pasajeros y una sucesión de recuerdos. Somos viajeros en el tiempo, en una fracción del mundo en la que instalamos nuestra vida como si fuera a durar para siempre. Pero lo cierto es que somos fugaces, somos como huellas en la arena que las olas borran al momento de irnos.
Estamos ante una interpretación de un hecho, no hay otra manera de hacerlo, tal como nos legó Nietzsche. Lo que las personas hacemos es interpretar lo que llamamos hechos, si bien pueden ser datos sensibles que, por lo tanto, impregnan nuestros sentidos, al instante los simbolizamos, los significamos, los denominamos. Estas acciones de interpretación están, a su vez, dichas, elaboradas, por la construcción social en la que caemos al mundo y coexistimos en él. Unos pocos logran salirse e individuarse creativamente de lo contextual: esos son los creadores. Algunos son “tirados” al olvido porque dañan lo instituido y, quizás rescatados en un futuro que puede, por su tránsito transformacional, darles cabida. Otros pocos son aceptados y producen revoluciones, científicas, artísticas, políticas. Estos últimos, salvo excepciones, han hecho aportes que no hicieron peligrar los sistemas, o han sido tan geniales que con sutilezas han esquivado “las balas”.
Si logramos pensarnos como cuaternarios –biológicos, sociológicos, psicológicos, espirituales– integrar los descubrimientos sobre la percepción de la psicología de la Gestalt y los aportes de Merleau-Ponty, sobre figura y fondo en los primeros, y sobre lo visible y lo invisible en el segundo, podemos acercarnos a una mirada sobre quiénes somos que denomino quiasmática y que puede ayudar a que nos comprendamos un poco mejor. Estamos, entonces, ante la idea fenomenológica gestáltica integrada de figura fondo. Aquello que los instantes que transitamos se van colocando “a la vista”, y con eso nos encontramos en cada mediodía, deviniendo de uno a otro, con alternancias de predominio. Si escuchamos y respetamos ese fluir facilitamos que la voluntad de poderío haga su camino en cada ser vivo y obviamente en cada humano. Sé que vivimos en una mundanidad de conceptos que coconstruyen la realidad que queremos que sea; si sabemos que en cada caso es una ilusión del instante podremos ser más sabios con nosotros mismos y con lo otro, eso otro que es la naturaleza y nosotros otros entramados.

6
SOBRE EL SUFRIMIENTO PSÍQUICO

Muchos de mis colegas terapeutas han comprado la idea de que cuanto más se “desgarre” el alma, la psique de su consultante/paciente en el marco de una sesión, esta es más “profunda”, “más terapéutica”, “más sanadora”. No voy a negar que muchas veces eso acontece; el tema es si eso lo “provoca” el profesional o eso sucede porque lo decide el devenir de un proceso. Por ello considero que es mucho más facilitador cuando el proceso transita por “aguas tranquilas”, donde ambas partes dialogan dándose el espacio de reflexiones libres de amenazas. Eso es confiar en la sabiduría del organismo que cuando es escuchado sin desconfiar sale de sí mismo, entra en sí mismo, va y viene en una búsqueda de aquello que lo hace ser quien es y, si está aquí con nosotros, pidiendo ayuda, es porque se ha alienado, alejado de sí mismo, y nuestra tarea profesional es crear ese espacio para que retorne a su propia experiencia. Es por ello que no coincido con “técnicas” que indiquen caminos y sí lo hago con recursos que abran el juego al propio caminar. Esto hace que me aleje de modelos deterministas, historicistas, futuristas causales. Debemos facilitar la mirada sobre sí del consultante, construyendo una que sea compartida. Si podemos hablar de una dirección, de una meta, de un sentido, de lo que hacemos, es el entramarse en la percepción que emerge en cada momento y en el transcurrir de la entrevista/sesión, y desde allí intervenir acompañando.
Quizás parezca que movilizar con un método “el que sea” permite que la persona llegue al meollo de lo que le produce su malestar o síntoma de consulta. Me pregunto: ¿quién puede decirlo?, ¿el profesional desde su “saber”?, ¿el consultante desde su “darse cuenta” o “insight”? Pensar eso, cualquiera de las dos respuestas, es haber caído en una trampa. La trampa de que al ser movilizado se ha vuelto a caer en otro condicional, que quizás aleje del condicional que ha suscitado lo que hace sufrir al consultante, pero es seguir con un modo de percibir que no es propio sino inducido por un contexto. No se ha ayudado al consultante a llegar a su yo-mismo, a buscar un propio modo de individuarse. Quizás calmó el síntoma, pero el formato sigue siendo el mismo: cambió de amo, pero sigue siendo esclavo del debe ser de otro, en este caso de un profesional que se instaló en ser una nueva persona criterio y no ayudó a que su consultante logre ser su propia persona criterio.
Mientras mis colegas del mundo “psi” sigan el “modelo médico” –relativamente válido en medicina donde hay que curar desde un saber científico–, modelo impuesto por la lógica de los principales creadores de teorías y prácticas “psi” que han sido médicos. Mientras ese paradigma –el curativo– siga siendo predominante, es inevitable que muchos de mis colegas crean que “curan”, indicando con sus interpretaciones e intervenciones directivas.
Además, es un modelo que hace creer en el poder de la cura y eleva el narcisismo egoico de muchos de ellos. No saben que, sin querer, hacen un daño más profundo: dañan el Ser. Esto es un resabio de una mirada médico psicológica sobre el sufrimiento psíquico, que se instaló en el siglo 20, haciendo de nuestras disciplinas errantes dependientes de la denominada “ciencia”, olvidándose de que el sufrir personal es una entrama que hace eje en la necesidad que tenemos de encontrar sentido vital y que de allí deriva la mayoría de los denominados “trastornos”.

7
EL/LO INCONSCIENTE

Dando una clase, en un primer año de la carrera de Counseling, me preguntaron sobre la noción de inconsciente. Les expliqué sobre la hipótesis de Sigmund Freud, el aporte en disidencia de Carl Jung, lo que plantearon los analistas existenciales, principalmente Ludwig Binswanger y lo que nos legó la fenomenología a través de Merleau-Ponty. Todos intentando explicar/comprender aquello de nosotros mismos que nos está oculto, que no es consciente, pero que es parte de nuestra psiquis y que muchas veces influye en las conductas y comportamientos.
Como siempre alego, estamos ante conceptos teóricos que hacen parecer reales fenómenos que acontecen y, tal como los pensemos, nos posicionamos. Sabemos que somos seres que interpretamos los hechos y les damos entidad de “real”. Entonces, no es lo mismo decir: El inconsciente, Lo inconsciente, Lo no consciente, Lo no visible. Esto en el orden de los autores antes citados que, tal como lo han definido/interpretado, han generado distintos modos de aproximarse al tema y, por supuesto, generar metodologías para abordarlo. Es obvio que no es lo mismo decir EL que LO, cambiar IN por NO, y tampoco desde el estudio de la percepción teorizarlo como lo no visible.
En síntesis: Freud “EL”, Jung “LO”, Binswanger “NO” y Merleau-Ponty describir desde lo visible o lo invisible. A su vez, varía que lo pensemos como aquello que ocupa un alto porcentaje de nuestra conciencia del yo-mismo –y como tal de mucha influencia en el suceder psíquico de todos los humanos–, que aproximarse a esa idea desde un no prejuicio acerca de cuánto nos influye y dejar liberado a cada ser humano su mayor o menor influencia. Pasamos, por ejemplo, desde la mirada “sospechosa” desde la cual hay que develar lo que está oculto para conocernos mejor y, si tenemos una dificultad vital, ayudar en ese “darse cuenta”, a otra que deja librado a la percepción de cada uno y que no parte de una idea preconcebida “universalmente”. Esto marca profundas diferencias entre el psicoanálisis freudiano, el jungiano, el análisis existencial y una posición fenomenológica. Si bien tengo mi posición, lo dejo abierto porque nadie tiene una verdad al respecto.

8
EL SUCEDER QUIASMÁTICO

Se trata del todo, de Dios, del ...

Índice

  1. Cubierta
  2. Portada
  3. Créditos
  4. Dedicatoria
  5. Agradecimientos
  6. Fluir
  7. Prólogo. José Carlos Bermejo
  8. Introducción
  9. Apertura. Sobre el suceder de lo humano
  10. 1. Sobre las causas y el enigma
  11. 2. El instante
  12. 3. La inconsistencia del vivir
  13. 4. El amor
  14. 5. Entramados
  15. 6. Sobre el sufrimiento psíquico
  16. 7. El/lo inconsciente
  17. 8. El suceder quiasmático
  18. 9. El quiasma y el péndulo
  19. 10. Sobre emociones y sentimientos
  20. 11. Sobre quiasma y lo organísmico
  21. 12. Principios de materialismo quiasmático. Acerca del Big Bang y del Big Crunch
  22. 13. Elogio de la ambigüedad y de la duda
  23. 14. Necesidad de un relato verbal, la importancia del lenguaje
  24. 15. EpÍlogo
  25. 16. Mi desarrollo profesional
  26. Bibliografía
  27. Exégesis quiasmática. Ezequiel L. Russo
  28. Sobre los autores
  29. Sobre este libro