Cómo casarse bien, vivir felices y comer perdices
eBook - ePub

Cómo casarse bien, vivir felices y comer perdices

  1. 158 páginas
  2. Spanish
  3. ePUB (apto para móviles)
  4. Disponible en iOS y Android
eBook - ePub

Cómo casarse bien, vivir felices y comer perdices

Descripción del libro

La autora ofrece una galería de temas que no deben faltar en las conversaciones entre los novios, y entre los casados: la luna de miel, los imprevistos, el reparto de tareas, la suegra, la importancia de mantener las amistades, la economía de la casa y el tiempo de ocio, el primer hijo, el primer enfriamiento y la falta de diálogo, el aburrimiento y la infidelidad... En definitiva, cómo cuidar el matrimonio para que el amor crezca más y más. En una segunda parte, anima a lectoras y lectores a cuidar su relación, de manera especial en el ámbito sexual y reproductivo.

Preguntas frecuentes

Sí, puedes cancelar tu suscripción en cualquier momento desde la pestaña Suscripción en los ajustes de tu cuenta en el sitio web de Perlego. La suscripción seguirá activa hasta que finalice el periodo de facturación actual. Descubre cómo cancelar tu suscripción.
Por el momento, todos los libros ePub adaptables a dispositivos móviles se pueden descargar a través de la aplicación. La mayor parte de nuestros PDF también se puede descargar y ya estamos trabajando para que el resto también sea descargable. Obtén más información aquí.
Perlego ofrece dos planes: Esencial y Avanzado
  • Esencial es ideal para estudiantes y profesionales que disfrutan explorando una amplia variedad de materias. Accede a la Biblioteca Esencial con más de 800.000 títulos de confianza y best-sellers en negocios, crecimiento personal y humanidades. Incluye lectura ilimitada y voz estándar de lectura en voz alta.
  • Avanzado: Perfecto para estudiantes avanzados e investigadores que necesitan acceso completo e ilimitado. Desbloquea más de 1,4 millones de libros en cientos de materias, incluidos títulos académicos y especializados. El plan Avanzado también incluye funciones avanzadas como Premium Read Aloud y Research Assistant.
Ambos planes están disponibles con ciclos de facturación mensual, cada cuatro meses o anual.
Somos un servicio de suscripción de libros de texto en línea que te permite acceder a toda una biblioteca en línea por menos de lo que cuesta un libro al mes. Con más de un millón de libros sobre más de 1000 categorías, ¡tenemos todo lo que necesitas! Obtén más información aquí.
Busca el símbolo de lectura en voz alta en tu próximo libro para ver si puedes escucharlo. La herramienta de lectura en voz alta lee el texto en voz alta por ti, resaltando el texto a medida que se lee. Puedes pausarla, acelerarla y ralentizarla. Obtén más información aquí.
¡Sí! Puedes usar la app de Perlego tanto en dispositivos iOS como Android para leer en cualquier momento, en cualquier lugar, incluso sin conexión. Perfecto para desplazamientos o cuando estás en movimiento.
Ten en cuenta que no podemos dar soporte a dispositivos con iOS 13 o Android 7 o versiones anteriores. Aprende más sobre el uso de la app.
Sí, puedes acceder a Cómo casarse bien, vivir felices y comer perdices de Ana Otte de Soler en formato PDF o ePUB, así como a otros libros populares de Derecho y Derecho de familia. Tenemos más de un millón de libros disponibles en nuestro catálogo para que explores.

Información

Año
2020
ISBN del libro electrónico
9788432152115
Edición
1
Categoría
Derecho
1
El noviazgo
Mirar juntos en la misma dirección
Lo que hace feliz tu día a día no es una vida sexual satisfactoria, sino un amor maduro. Probar, antes de casarse, si nuestra vida sexual va a ser realmente satisfactoria no proporcionará la información que buscamos, ese famoso “conocerse mejor”. Ni está ahí la felicidad del día a día, ni el comienzo de un amor maduro. Hoy aumenta la cifra de quienes conviven antes de casarse, y aumenta también la cifra del fracaso matrimonial. Nada garantiza que ese sea el camino del buen amor. ¿Y si resulta que es un obstáculo?
A la pregunta: ¿Por qué esperar a estar casados, si ya nos queremos? (M. Sánchez Marchori), un novio contesta:
«El sexo no me hace falta para emocionarme cada vez que la veo, para saber que quiero pasar el resto de mi vida con ella, ni para sentirme entendido, ni para saber que cuando ella está, todo sobra».
Y la novia añade:
«El sexo te puede enganchar y puede impedir que veas las cosas más importantes del noviazgo: ¿Me considera él como una prioridad en su vida? ¿Me cuida? ¿Se sacrifica por mí? ¿Somos compatibles? ¿Es un chico maduro?».
Lo importante antes de casarse es conocerse mutuamente. Conocer los hábitos e inclinaciones de la otra persona. Cómo es su familia, de qué nivel cultural, social y económico. Qué problemas tiene el otro, qué enfermedades padece, cómo es el trato entre nosotros. «Después de la comida, en mi casa hacemos una sobremesa distendida, charlando un rato, riéndonos; en la suya tienen prisa, incluso los domingos, y están deseando levantarse para reanudar cada uno sus tareas». Contrastes así pueden originar los primeros pequeños disgustos en un matrimonio recién estrenado, o en un noviazgo que va consolidándose. No es tarde para establecer pautas a gusto de los dos, y aprender a ceder: una de las palabras mágicas del buen matrimonio.
Para conocerse más, hay que sentarse y hablar de proyectos en común, hacer planes juntos, cocinar juntos, reírse juntos. Conocer a la familia política, observar cómo se tratan, qué ambiente hay en su casa, qué costumbres tienen. Se dice que el novio tratará a su mujer como ha tratado a su madre. Hay que ver cómo reacciona la otra persona cuando tengo un problema: ¿me ayuda, me consuela, me comprende, me perdona? Cuando hay riñas, discusiones y peleas por cualquier cosa, la experiencia demuestra que, si esto ocurre antes de casarse, luego sigue ocurriendo, o empeora. Pensar que más adelante, una vez casados, se arreglarán las cosas, es un error. Cuando se pregunta a una pareja que pide ayuda para resolver un conflicto, si lo que cuentan lo habían detectado ya con anterioridad, casi siempre confiesan que sí: pero confiaban en que todo se solucionaría con el tiempo.
Unos recién casados tenían el siguiente problema: durante el noviazgo salían habitualmente con sus grupos de amigos, y apenas habían estado solos para conversar y hablar de sus cosas. La entonces novia —ya mujer— descubre ahora que el otro no comparte ninguna de sus aficiones, ni la música, ni la lectura, ni el montañismo, nada. Además, está demasiado apegado a su madre.
Su matrimonio fracasó al poco de casarse.
A veces dos jóvenes sienten atracción mutua pero no están seguros de sentir un amor suficiente como para casarse. Desde luego, tienen que haber pasado la fase inicial del enamoramiento, cuando todo es color de rosa, cuando solo se ven cosas positivas en la otra persona, e incluso se le añaden adornos que no existen. No se ven aún los defectos...
El amor auténtico es más realista. Es querer y aceptar a alguien tal como es, con sus defectos y limitaciones. Para comprometerse con alguien para toda la vida hay que poner la cabeza para valorar con inteligencia si será posible la convivencia, y hay que poner voluntad. No bastan los sentimientos, para aguantar y superar conjuntamente las dificultades. Lo más importante y fácil de contestar: aparte de quererse mucho, si ambos se sienten a gusto juntos y cada uno puede ser como es, sin fingir nada, entonces seguramente podrán atreverse a iniciar una vida en común.
2
Solo tú, para siempre
«Amor es un regalo sin fecha de caducidad».
(D. Schwaderlapp)
Por lo comprometido que es el tema de la sexualidad en el noviazgo, ahondemos un poco más en él. Para vivir la sexualidad en plenitud se necesita madurez física y psíquica. Compromiso y fidelidad. Hay que decir con el alma lo mismo que con el cuerpo; si no, todo es una mentira.
¿Y qué hay decir con el alma y con el cuerpo? Que se quiere vivir una entrega total, tanta, que transmite vida. Esto no se da en los novios: el compromiso no es perfecto todavía, y la relación sexual no suele estar abierta a la vida.
La situación no es la misma cuando aún no hay un compromiso serio y hay miedo de ser abandonado. “Si solo quiere una parte de mí, cuando encuentre algo en otra persona que le atraiga más, ¿me dejará?”.
Normalmente la vivencia sexual no trae mayores problemas. Para alcanzar una actividad sexual satisfactoria no se necesita adquirir experiencia antes de casarse; hay toda una vida por delante para ir aprendiendo y enriqueciéndose mutuamente. No tiene que ser todo perfecto desde el primer momento. No hay que caer en el error de pensar que la experiencia “técnica” va a resolver problemas.
Para estar tranquilos, los novios pueden someterse a un examen médico.
La chica consulta a un ginecólogo si tiene irregularidades del ciclo menstrual. Son relativamente frecuentes los ovarios poliquísticos y la endometriosis, y ambos tienen tratamiento.
Los hombres pueden tener disfunciones eréctiles, es decir, problemas de impotencia. En ese caso, habrá que consultarlo con el urólogo. Cuando se descubre alguna deficiencia, habrá que comunicarlo a su pareja: nadie debe ir engañado al matrimonio.
Salvando estas circunstancias, el acto sexual en sí no exige que haya que acostarse antes de casarse. Si existe alguna anomalía afectiva en alguno de los dos, se percibirá en su comportamiento; una cierta frialdad, o una ausencia de caricias con el pretexto de vivir la castidad, resultaría sospechoso.
Muchos jóvenes no son conscientes de que se trata de un acto que corresponde propiamente a los cónyuges. Creen que es normal relacionarse íntimamente porque ya se quieren. Y que también es normal incluso sin quererse, o sin conocerse siquiera.
Cuando las parejas acuden a un cursillo prematrimonial, ya suelen tener fecha de boda, están montando su piso, o incluso ya viven juntos. Por justicia por las pocas parejas que van vírgenes al matrimonio, en estos cursos hay que hablarles a todos como si no supieran nada.
La experiencia con matrimonios que acuden a la consulta de terapia de pareja demuestra que muchas veces no viven bien la sexualidad. Se habla mucho de sexo, y los jóvenes creen que no les queda nada por aprender; pero a menudo los hombres no saben cómo tratar a las mujeres. Llegados a un cierto punto, ellas no llegan a disfrutar del acto sexual y empiezan a poner pegas. “Mi marido me ataca. Eso es todo”, me decía una mujer joven.
Cuando uno tiene dudas de asumir una unión definitiva —lo que es muy legítimo y humano—, debe esperar y ponderar la situación. Pero esa espera no le otorga el derecho a vivir con la otra persona como si estuvieran casados. Entre cristianos, el consentimiento ante el altar concede un carácter definitivo al matrimonio y confirma ante Dios y ante la sociedad que la persona elegida va a ser la única en recibir ese amor exclusivo. Entre no cristianos, también debe defenderse esa exclusividad, pues la unión matrimonial es una institución natural, que nace con el hombre. El matrimonio es un regalo; como un regalo recibido nunca se devuelve, así tampoco se devuelve a la persona con la que uno se ha comprometido.
Es, como todo regalo, irrevocable.
3
La luna de miel
«El matrimonio debería ser como la antesala del cielo».
(Kierkegaard)
En el pasado, la luna de miel tenía un significado diferente al actual. Era en la noche de bodas cuando tenía lugar el primer encuentro sexual de la mujer con su amado. Suponía el fin de la virginidad, para casarse con el amor de su vida y tener hijos con él. Aún está vigente en muchos países la mentalidad que relaciona la virginidad de la mujer con su honestidad. A esto se asociaba una idea de la luna de miel como gozo y felicidad garantizada.
Hoy, en general, no se da tanta importancia a la virginidad física, porque el amor exige que el pasado no cuente. Aunque, si existe esa virginidad, se considera como un tesoro. Cuando se habla de...

Índice

  1. Portada
  2. Portada interior
  3. Créditos
  4. Índice
  5. Introducción
  6. Primera parte: Cronología de una joven pareja
  7. Segunda parte: Para entrar en detalles
  8. Para no olvidar
  9. Autora