Las cuatro caras del héroe
eBook - ePub

Las cuatro caras del héroe

Creatividad y Simbolismo para viajeros del conocimiento

  1. 398 páginas
  2. Spanish
  3. ePUB (apto para móviles)
  4. Disponible en iOS y Android
eBook - ePub

Las cuatro caras del héroe

Creatividad y Simbolismo para viajeros del conocimiento

Descripción del libro

El lenguaje simbólico de los mitos y leyendas mantiene intacto su valor como auto-exploración, como mapa para viajeros del conocimiento. Este libro aporta una reflexión vivencial de la eterna búsqueda, actualizada ahora a través de metáforas creativas que conjugan los clásicos cuatro elementos presocráticos, la mitología grecolatina y el espíritu budista, las leyendas medievales bretonas, la música romántica europea o la psicoterapia humanista transpersonal. Un retoño de La rama dorada de James Frazier, una síntesis de El héroe de las mil caras de Joseph Campbell y un homenaje a los Cantos sagrados, comentados por Claudio Naranjo. El perenne viaje de autoconocimiento sigue tan vigente como en la época en que se escribieron las grandes epopeyas bíblicas, homéricas, asirias o caballerescas. Traducirlas y desentrañarlas para buscadores de nuestro tiempo es la aspiración de este texto: una invitación a la trascendencia con los pies hundidos en la poesía del pasado.

Preguntas frecuentes

Sí, puedes cancelar tu suscripción en cualquier momento desde la pestaña Suscripción en los ajustes de tu cuenta en el sitio web de Perlego. La suscripción seguirá activa hasta que finalice el periodo de facturación actual. Descubre cómo cancelar tu suscripción.
Por el momento, todos los libros ePub adaptables a dispositivos móviles se pueden descargar a través de la aplicación. La mayor parte de nuestros PDF también se puede descargar y ya estamos trabajando para que el resto también sea descargable. Obtén más información aquí.
Perlego ofrece dos planes: Esencial y Avanzado
  • Esencial es ideal para estudiantes y profesionales que disfrutan explorando una amplia variedad de materias. Accede a la Biblioteca Esencial con más de 800.000 títulos de confianza y best-sellers en negocios, crecimiento personal y humanidades. Incluye lectura ilimitada y voz estándar de lectura en voz alta.
  • Avanzado: Perfecto para estudiantes avanzados e investigadores que necesitan acceso completo e ilimitado. Desbloquea más de 1,4 millones de libros en cientos de materias, incluidos títulos académicos y especializados. El plan Avanzado también incluye funciones avanzadas como Premium Read Aloud y Research Assistant.
Ambos planes están disponibles con ciclos de facturación mensual, cada cuatro meses o anual.
Somos un servicio de suscripción de libros de texto en línea que te permite acceder a toda una biblioteca en línea por menos de lo que cuesta un libro al mes. Con más de un millón de libros sobre más de 1000 categorías, ¡tenemos todo lo que necesitas! Obtén más información aquí.
Busca el símbolo de lectura en voz alta en tu próximo libro para ver si puedes escucharlo. La herramienta de lectura en voz alta lee el texto en voz alta por ti, resaltando el texto a medida que se lee. Puedes pausarla, acelerarla y ralentizarla. Obtén más información aquí.
¡Sí! Puedes usar la app de Perlego tanto en dispositivos iOS como Android para leer en cualquier momento, en cualquier lugar, incluso sin conexión. Perfecto para desplazamientos o cuando estás en movimiento.
Ten en cuenta que no podemos dar soporte a dispositivos con iOS 13 o Android 7 o versiones anteriores. Aprende más sobre el uso de la app.
Sí, puedes acceder a Las cuatro caras del héroe de Francisco Peñarrubia en formato PDF o ePUB, así como a otros libros populares de Ciencias sociales y Folklore y mitología. Tenemos más de un millón de libros disponibles en nuestro catálogo para que explores.

Información

Año
2021
ISBN del libro electrónico
9788417241896

EPÍLOGO

Acerca de la heroína

por Amós Vásquez

Lo que has heredado de tus padres
conquístalo para poseerlo.
GOETHE
Los símbolos no hacen referencia a acontecimientos históricos;
hacen referencia, a través de eventos históricos, a principios
espirituales o psicológicos y a poderes que son de ayer, hoy y mañana,
y que se hallan en todas partes. Cuando el símbolo funciona,
uno se siente fascinado. No necesita que le digan qué significa,
sabe lo que significa y a la vez lo desconoce. Y esa fascinación,
cuando se transmite a través de los símbolos del grupo, une al
individuo a su grupo y, a través del grupo, a principios
que van más allá de intereses personales.
JOSEPH CAMPBELL
Nueva piel para la vieja ceremonia.
LEONARD COHEN
Hice el taller de las Cuatro caras del héroe en verano de 2002 con mi grupo de formación de la Escuela Madrileña de Terapia Gestalt. Fue una experiencia seminal, profunda y reparadora en muchos sentidos.
De la variedad de cosas importantes que me pasaron allí destacaría por un lado el encuentro y enamoramiento con la mitología; aprendí a mirar con los ojos del mito y aplicar esta mirada a cada historia, película, canción o paciente que se me ponía por delante. Hechizado por la sabiduría que encierran las grandes narraciones de la humanidad, este encuentro e interés no han dejado de acompañarme desde entonces. Nadie me había contado antes que hay libros, relatos, cuentos, teatro, también series, pelis, cómics que se pueden leer entre líneas y que son diccionarios de la búsqueda interior.
Coincidió aquel taller con el año de publicación del libro Cantos del despertar, donde Claudio Naranjo aborda los grandes mitos de Occidente entendidos como guías del buscador. Justo lo había comprado tres meses antes del taller, en aquella Semana Santa que me llevaría a la Casa Grande con motivo de la realización de alguno de los cursos del programa SAT, en mi caso un Proto (introductorio a la psicología de los eneatipos). Allí abría, como en cada taller, la librería de la editorial La Llave con su surtido de joyitas publicadas. Hice el Proto con Antonio Pacheco y Paco Peñarrubia. Compré este libro y me pasaron otras muchas cosas relevantes, una de las cuales fue que durante un ejercicio de escucha mi interlocutora me hizo spoiler de una de las prácticas de las Cuatro caras. Ella lo había hecho ya en algún momento en formato abierto (para pacientes en proceso, fuera de la formación) y, sin saber que yo lo tenía a la vista en tres meses, me contó aquella práctica y lo que la movió. Aquella revelación desconcertante me sumió en una obsesión casi orgiástica; cada noche, o en algún momento del día, me acordaba y me ponía a ensayar dentro de mi imaginación variantes y agregadas a la creación que, ya lo sabía, Paco nos iba a pedir en algún momento. Frenesí y susto, ganas enormes y miedo. Lo que pasó diré que me dejó satisfecho y contento, pese a saber que yo «me lo había preparado» y había jugado con supuesta ventaja. En el fondo fue una experiencia muy reparadora, darme permiso para ser visto por mi grupo y por Paco. A veces me he preguntado con algo de inocencia, y narcisismo también, cuánto de aquella experiencia influyó en que Paco me ofreciera seguir transmitiendo el taller de las Cuatro caras y emprender este camino que me trae tanto agradecimiento y tantas alegrías. Hoy creo saber la respuesta. Influyó todo y nada, aquella experiencia, aquel taller, un paso más donde se fue tejiendo esta relación en la que el buscador que soy iba reconociendo a su maestro en una travesía de muchos pasos y momentos. De aquellas Cuatro caras me llevé, además, el encuentro con una mayor libertad para dejarme en paz en lo relacional con mis compañeros de grupo y la conciencia de mi jaula cuando eso no sucedía.
A la vez, me fascinó también la comprensión de este mapa de los cuatro oficios mitológicos como arquetipos de la búsqueda. Pude darme cuenta de que yo en ese entonces andaba más por las lindes del agricultor y los páramos del guerrero. Mi proceso de búsqueda había ido de la mano de una escuela de Cuarto Camino con enseñanza y guía de advaita vedanta, y desde hacía un año y medio la formación en terapia gestalt empezaba a abrirme puertas menos conocidas o directamente desconocidas por mí, como la ternura y la agresividad en sus versiones relacionales genuinas y no edulcoradas, que formaban parte sin embargo de la búsqueda que yo anhelaba. Abrazar al navegante/comerciante y empezar a reconocer que no solo hay un guía fuera, del que andaba muy sediento, y que hay una guía interna que en gestalt aprendemos a reconocer como Fe en la Autorregulación Organísmica que yo empezaba remotamente a intuir, y más remotamente a entender. Cuatro formas de hacer la búsqueda, o mejor dicho, cuatro aspectos de la misma búsqueda. Todas necesarias y relevantes. Entendí entonces que el Cuarto Camino que venía haciendo aportaba mucho a mi buscador pero me dejaba cojo si no saneaba mi mundo emocional y sus asuntos inconclusos. Y que a un buenito y obediente, como entonces me iba reconociendo, le podía venir bien buscar al maestro fuera, sí, pero necesitaba también reconocer su propia autoridad y su capacidad para masticar muy bien todo antes de darlo por bueno.
Creo que fue la primera vez que pude entender de manera cabal la polaridad dionisíaco-apolínea de la gestalt y de la búsqueda espiritual. Hasta entonces había leído y me había acercado a través de la formación en gestalt y mi propia terapia individual, pero fue aquí donde la comprensión no solo fue de cabeza, también de cuerpo y emoción. Y en ese sentido me permitió sacar del armario algunas de mis polaridades más rechazadas hasta entonces, mi deseo de notoriedad y exhibicionismo por un lado, y mi agresividad escondida, fundamentalmente.
Y además de despertar mi amor a la mitología, aquel taller me devolvió la experiencia del ritual. Del que no está vaciado de contenido y se ha quedado en la mera forma de cartón-piedra-pladur de algunas misas preadolescentes. Me encontré con el ritual como una experiencia de presencia y belleza, de comunión y trascendencia en la que pude reparar parte de la mala educación religiosa recibida y actualizarme con la manera laica, pagana y artística de experimentar la verdad y la belleza, o la nueva piel para la vieja ceremonia.
Así que la cosecha de aquellas Cuatro caras fue rica y abundante. La experiencia del taller la recuerdo como la entrada a una cueva de Ali Babá que cada día iba cambiando por dentro y nos mostraba tanto los tesoros conocidos y por descubrir como las más horripilantes criaturas. Eso eres tú, dice la tradición del conocimiento de la no dualidad, advaita vedanta. O como ha escrito Paco antes en este libro, de nuevo el encuentro con la verdad de lo que somos y la belleza que ocurre, cuando lo podemos abrazar.
En otro sentido este trabajo vendría a ser como el espejo mágico que te devuelve una imagen actualizada de cada una de tus caras arquetípicas (agricultor, comerciante, guerrero y guía) en diferentes niveles de profundidad (literal, moral, alegórico y anagógico) que son los que habitan el mito.
Luego he vuelto a hacer el taller como tutor de grupo de formación (2009) y desde 2012 ya como colaborador de Paco en este trabajo, impartiéndolo cuatro o cinco veces al año. Me sigue sorprendiendo la capacidad que tienen las Cuatro caras para seguir iluminando aspectos de la dificultad en mi camino o para profundizar en la comprensión del proceso terapéutico y de la búsqueda.
Este trabajo me parece además una invitación a reconocer al artista como una identidad sagrada dentro de cada uno de nosotros, que podemos cuidar, cultivar y alimentar adecuadamente, al servicio de la buena vida, de la salud individual y colectiva que velan por el bien común. Me parece también una exploración de la experiencia artística sin juicio ni exigencia y del encuentro de la espontaneidad como vía sagrada y dionisíaca. Así, a través de las herramientas de la arteterapia uno puede ir recuperando algo del felino y del niño internos, y de la sagrada capacidad para jugar y crear.
Quiero destacar también la experiencia del grupo de Creatividad con Paco (2005-2007), otro viaje fecundo de dos años, una vuelta de tuerca profunda al trabajo con la creatividad y el artista que somos donde la propuesta de trabajo de vídeo que recibí, «El heroísmo», fue sin duda un paso intermedio hacia la transmisión del trabajo de las Cuatro caras que entonces ni siquiera podía imaginar.
Y en la transmisión que he ido recibiendo de Paco quiero agradecer también la tesina para la AETG que él me dirigió, presentada en 2014 en las Jornadas de Granada, en la que acordamos que el tema Gestalt, creatividad y arte. Un camino de espiritualidad laica sería también la forma en que yo iba a estudiar, reflexionar, investigar y hacer mi propia «masticación» de los detalles, forma y espíritu que subyacen al trabajo de las Cuatro caras del héroe para así hacer más propia la tarea que me estaba transmitiendo.
Agradezco inmensamente a Paco Peñarrubia la responsabilidad de continuar la transmisión de este trabajo tan especial para mí a través de la vía del vacío fértil. Conquistar esta herencia ha sido, y sigue siendo, un regalo y una oportunidad para seguir creciendo y madurando en mi propio viaje. De Paco y su enseñanza viva he aprendido a mirar con los ojos del corazón los procesos y avatares de heroínas y héroes. Aprender a mirar con estos ojos la mirada limpia en la que caben el blanco, el negro y todos los colores en medio. Y sigo aprendiendo también a cultivar la fe organísmica que se manifiesta de manera sencilla y profunda, y se expresa como una sabiduría compasiva que ilumina los pasos de quienes están cruzando el puente hacia sí mismos.

Degradación y regreso de la diosa

Madre del mundo,
tierna maestra, amiga fiera,
guardiana de las joyas.
MIRABAI STARR104
Los humanos vamos recuperando nuestra historia a trompicones y muchas veces fruto del azar. No fue hasta que descubrimos los restos enterrados de Catal Hüyük (Turquía) en el año 1957 y encontramos aquellas maravillosas estatuillas de mujeres de amplias caderas que representaban a la diosa cuando empezamos a saber que no siempre nos habíamos matado salvajemente. Aparecieron allí y en otros lugares de un amplio territorio que la arqueóloga Marija Gimbutas105 ha llamado la vieja Europa, que alcanza hasta la zona de Medio Oriente. Catal Hüyük fue un lugar muy próspero entre el 8000 y el 5000 a. C. Allí, unas ocho mil personas vivían en casas unidas unas a otras, a las que se accedía por los tejados. Aquella era una humanidad que adoraba la fecundidad de la tierra y de la mujer que da vida como una representación de la diosa, que va a ir cambiando de nombre a lo largo del tiempo y en función del lugar. Será llamada Cibeles, Artemisa, Deméter, Kali, Kubaba, Pachamama… o Virgen María de Éfeso.
Hay descubrimientos arqueológicos que nos permiten recordar y sacar del abismo del olvido un tiempo en que se adoraba a la diosa, y las relaciones entre los humanos estaban basadas en una mayor cooperación, respeto, igualdad y cuidado. Eso fue entre la invención de la agricultura en el décimo milenio a. C. hasta aproximadamente el 4000 a. C. Aquella fue una época que volvemos a mirar ahora como una fuente de aprendizaje necesario y pertinente del que poder recuperar alguna enseñanza que, actualizada, nos ayude a cuidar mejor nuestra maltratada madre Tierra y la maltrecha convivencia de sus habitantes. ¿Y qué pasó? El patriarcado se convirtió en pandemia. Campbell describe en la crónica de la caída de la diosa106 que, mientras que por toda la media luna fértil y desde Asia Menor hasta los Balcanes los pueblos, ciudades y civilizaciones de la Gran Diosa obtenían su sustento principalmente de la agricultura, en las grandes regiones vecinas del sur y del norte (desierto sirio al sur, las llanuras europeas y del oeste asiático al norte) vagaban tribus nómadas que criaban ganado y luchaban con el hacha. En el IV milenio a. C. fabricaron armas de bronce, en el III domesticaron al caballo e inventaron a continuación el carro de guerra, en el II se hicieron con el hierro y hacia finales del I milenio a. C. dominaban ya toda Europa y el oeste de Asia, desde el mar de Irlanda hasta Ceilán. Estas tribus guerreras no estaban formadas por pacientes campesinos sino por jinetes...

Índice

  1. Cubierta
  2. Francisco Peñarrubia López
  3. Las cuatro caras del héroe
  4. Título
  5. Créditos
  6. Índice
  7. Prólogo de Albert Rams
  8. Introducción
  9. I. Mito y rito
  10. II. Tierra
  11. III. Agua
  12. IV. Fuego
  13. V. Aire
  14. VI. Dinámica terapéutica de cada oficio
  15. VII. Conclusiones. Elogio del cuarteto
  16. VIII. Posgrado De Creatividad
  17. IX. Música contemplativa
  18. Bibliografía general comentada
  19. EpÌlogo. Acerca de la heroína. Por Amós Vásquez