La isla de Sajalín
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La isla de Sajalín

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La isla de Sajalín

Descripción del libro

La idea de viajar a Sajalín, una remota y enorme isla en aguas del Pacífico, al norte de Japón, que albergaba en la época una colonia penitenciaria, y escribir «cien o doscientas páginas» sobre ella se le ocurrió a Chéjov a principios de la década de 1890. Pese a la oposición de su familia y su editor, él decía que de ese modo podría «saldar una deuda que he contraído con la medicina» y que le serviría de base para su tesis doctoral (que luego, una vez realizada, no sería aceptada). Pero al mismo tiempo estaba convencido de su profundo interés social: «A excepción de la Cayena en la actualidad y de lo que Australia era en el pasado, Sajalín es el único lugar donde se puede estudiar la colonización por parte de delincuentes». Al volver, escribiría: «Ahora sé muchas cosas, pero la impresión que me ha dejado el viaje es bastante penosa. Mientras estaba en Sajalín sólo sentía en mi interior un sabor amargo, como después de haber comido mantequilla rancia; ahora, en cambio, Sajalín se me aparece en el recuerdo como un verdadero infierno».

Consciente de que no podía competir con otros testimonios carcelarios, especialmente con las Memorias de la casa muerta de Dostoievski, que tanto admiraba, La isla de Sajalín es producto de una investigación más científica y ajena, y de una mirada severa pero no sesgada.

El libro, que la censura expurgó y que no se publicó íntegro hasta 1895, puede considerarse el primer reportaje sobre un presidio, realizado con criterios modernos de objetividad. Nunca dedicó Chéjov tanto esfuerzo y tiempo a una obra suya, hoy ejemplar en la historia de la literatura.

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Información

Año
2012
ISBN de la versión impresa
9788484282600
ISBN del libro electrónico
9788484287728
Categoría
Literatura
Categoría
Clásicos
1. En el Baikal y en los barcos del Amur los presos comparten la cubierta con los pasajeros de tercera clase. Una mañana, al amanecer, subí al castillo de proa para estirar las piernas y vi cómo los soldados, las mujeres, los niños, dos chinos y los condenados con grilletes dormían profundamente, apretados unos contra otros. Hacía frío y estaban cubiertos de rocío. De pie en medio de esa masa de cuerpos humanos, apoyados con ambas manos en el fusil, los miembros de la escolta también dormían.
2. La Pérouse escribe que llamaban a su isla Choko, pero que probablemente los guiliakos daban ese nombre a otra cosa que no logró entender. En el mapa de nuestro compatriota Krasheninnikov (1752) aparece un río llamado Chuja en la costa occidental de Sajalín. ¿No tendría ese río Chuja alguna relación con Choko? A ese respecto, La Pérouse dice que el guiliako que dibujó una isla y la llamó Choko, trazó también un río. En el idioma local choko significa «nosotros».
3. Aquí, entre paréntesis, se puede citar una observación de Nevelskói: los indígenas suelen trazar una línea entre las orillas para indicar que de una a otra se puede pasar en barca, es decir, que entre ambas hay un estrecho.
4. Que tres exploradores serios, como si se hubieran puesto de acuerdo, cometieran el mismo error, habla por sí mismo. Si no encontraron la desembocadura del Amur, fue porque disponían de medios para la exploración muy precarios, pero como eran hombres de talento, albergaron sospechas y casi adivinaron la verdad, que debieron sopesar. En la actualidad se ha demostrado que el istmo y la península de Sajalín no son mitos y que existieron en el pasado. Para una historia detallada de la exploración de Sajalín, véase el libro de A.N. Nikolski La isla de Sajalín y su fauna de vertebrados, que incluye también una exhaustiva bibliografía sobre la isla.
5. Pueden consultarse los detalles en el libro de Nevelskói Hazañas de los oficiales de marina rusos en el Extremo Oriente del país (1849-1855).
6. Para reunirse con su marido Yekaterina Ivánovna Nevelskaia recorrió a caballo mil cien verstas en veintitrés días, enferma, atravesando ciénagas pantanosas, la taiga salvaje y montañosa y los glaciares de la ruta de Ojotsk. El más brillante de los compañeros de Nevelskói, N. K. Boshniak, que había descubierto Puerto Imperial cuando sólo contaba veinte años, «un soñador y un niño», según lo define uno de sus colegas, escribe en sus notas: «Hicimos juntos la travesía hasta Ayan a bordo del Baikal, y allí pasamos al vetusto buque Shelejov. Cuando la embarcación empezó a zozobrar, nadie pudo convencer a la señora Nevelskaia para que fuera la primera en ser conducida a tierra. “El capitán y los oficiales son los últimos en abandonar el barco –dijo ella–. No saldré de aquí hasta que no haya ni una mujer ni un niño a bordo.” Y así fue. Entre tanto, el navío se había puesto de costado…». Más adelante Boshniak dice que, aunque coincidió muchas veces con la señora Nevelskaia, ni él ni sus compañeros escucharon nunca una queja ni un reproche de sus labios; al contrario, «irradiaba el sentimiento sereno y orgulloso de haber recibido de la Providencia un destino amargo, pero noble. Por lo general pasaba el invierno sola, ya que los hombres estaban fuera desempeñando diversas misiones; en sus habitaciones la temperatura no superaba los cinco grados. Cuando en 1852 los navíos cargados de provisiones, procedentes de Kamchatka, no tocaron puerto, todos se encontraron en una situación desesperada. Los niños de pecho carecían de leche, los enfermos de alimentos frescos; varias personas murieron de escorbuto. La señora Nevelskaia puso su vaca a disposición de todos, y lo mismo hizo con los alimentos frescos de que disponía. Su comportamiento con los nativos era tan sencillo y atento que hasta los rudos salvajes se daban cuenta. Y sólo tenía diecinueve años» (Teniente Boshniak, «Expedición a la región del Amur», en Colección Naval, II, 1859). También Nevelskói evoca en sus notas la delicada actitud de su mujer con los guiliakos: «Yekaterina Ivánovna –escribe– hacía que los guiliakos se sentaran en círculo, alrededor de un gran tazón de gachas o de té, en la única habitación de la disponíamos, que hacía las veces de recibidor, salón y comedor. Los nativos, encantados con el trato, a menudo le daban palmadas en el hombro o la enviaban a buscar tamchi [tabaco] o té».
7. Nouvel Atlas de la Chine, de la Tartaire, chinoise et de Thibet, 1737.
8. En 1808 el agrimensor japonés Mamia Rinzo navegó a la largo de la costa occidental, llegó a la costa de Tartaria, junto a la desembocadura del Amur, y efectuó varias veces la travesía de la isla al continente. Fue el primero en demostrar el carácter insular de Sajalín. El naturalista ruso F. Schmidt se refería a su mapa con grandes elogios, considerándolo «de una rara excelencia, pues resulta evidente que se basa en anotaciones personales del autor».
9. Sobre la importancia presente y futura de esa bahía, véase K. Skalkovski El comercio ruso en el océano Pacífico, p. 75.
10. He aquí una muestra de denuncia telegráfica: «Conciencia y artículo setecientos doce tomo tres me obligan a rogar a su excelencia defienda justicia contra impunidad de N. responsable extorsión fraude tortura».
11. Esperanzas incluso irrealizables. A un colono, hablando de que los campesinos antiguos forzados ya tenían derecho a trasladarse al continente, le dijo: «Y más tarde podrá regresar a su tierra natal, en Rusia».
12. Esa cifra constituye una parte del apellido. En realidad, tiene cuarenta y ocho años.
13. Avgustínovich: «Algunas anotaciones sobre Sajalín», extractos del Diario de ruta, en El Contemporáneo, 1880, Nº 1.También escribió un artículo, «Mi estancia en la isla de Sajalín», en El Mensajero del Gobierno, 1879, Nº 276.
14. Si, por ejemplo, un funcionario se llama Iván Petróvich Kuznetsov, una calle recibe el nombre de Kuznetsóvakaia, otra Ivánovskaia y una tercera Ivánovo-Petróvskaia.
15. La mejor descripción de las cárceles rusas se encuentra en N. V. Muravoiv, «Nuestras cárceles y la cuestión carcelaria» (El Mensajero Ruso, 1878, vol. IV). Sobre las cárceles siberianas, que ha servido de prototipo a las de Sajalín, véase el estudio de S. M. Maksímov Siberia y el penal.
16. Un paquete de nueve o diez cigarrillos cuesta un kopek. Un bollo de pan blanco, dos kopeks. Una botella de leche, de ocho a diez. Un azucarillo, dos kopeks. La venta se realiza al contado, a crédito o por trueque. El maidan también vende vodka, naipes, cabos de vela para jugar a las cartas por la noche, en secreto. Los naipes también se alquilan.
17. Reglamento laboral de los trabajos de construcción, aprobado por Su Majestad el 17 de abril de 1869, Petersburgo, 1887. Según ese reglamento, para la asignación de los distintos tipos de trabajo hay que tener en cuenta la condición física del trabajador y su experiencia profesional. El reglamento también determina los horarios de trabajo en función de la estación y de la zona geográfica. La situación de Sajalín equivale a la de la región central de Rusia, con un máximo de doce horas y media en mayo, junio y julio, y un mínimo de siete en diciembre y enero.
18. En su informe, Vlásov escribe: «Las extrañas relaciones que se establecen entre un oficial, una presa que se convierte en su amante y el soldado que trabaja como cochero no dejan de suscitar asombro y pesar». Se dice que ese mal se permite únicamente por la imposibilidad de conseguir criados entre las personas de condición libre, pero no es verdad. En primer lugar, es posible limitar el número de criados, ya que los oficiales podrían arreglarse con un solo ordenanza. En segundo lugar, los funcionarios de Sajalín reciben un buen sueldo y podrían emplear criados entre los colonos, los capesinos antiguos forzados y las mujeres de condición libre, que en la mayoría de los casos están necesitados de dinero y no rechazarían esa posibilidad. Probablemente la administración también ha barajado esa posibilidad, pues existe una disposición que autoriza a una presa a «subvenir a sus necesidades entrando al servicio de los oficiales», dada su incapacidad para trabajar la tierra (Ordenanza Nº 44, 1899).
19. El molino y la serrería se encuentran en el mismo edifico y están unidos a dos maquinarias por medio de correas de transmisión. El molino dispone de cuatro pares de mulas que muelen mil quinientos puds de grano al día. En la serrería hay una vieja maquinaria traída en tiempos del príncipe Shajovski; se alimenta con serrín. En la herrería se trabaja día y noche, en razón de dos turnos que trabajan en seis yunques. El taller emplea a un total de ciento cinco personas. Los presos de Aleksándrovsk también trabajan en la extracción de carbón, pero es difícil que esa actividad tenga éxito, pues el carbón de las minas locales es bastante peor que el de Dué, parece más sucio y está mezclado con pizarra. No sale más barato, porque en la mina trabaja una plantilla permanente de trabajadores bajo la supervisión de un ingeniero de minas. La existencia de las minas locales no es necesaria, ya que Dué no está lejos y se puede recibir de allí en cualquier momento un carbón de excelente calidad. Sin embargo, se mantienen abiertas con el loable fin de proporcionar en el futuro un sueldo a los colonos.
20. Se refiere al naufragio del Kostroma en la costa occidental de Sajalín en 1887.
21. El vapor Vladivostok, de la Flota Voluntaria.
22. Chino de Magza.
23. Hasta la fecha las dos personas que más han hecho por la colonia penitenciaria, demostrando un extraordinario sentido de la responsabilidad, son M. S. Mitsul y M. N. Galkin-Vraski. En honor del primero se ha concedido su nombre a una pequeña colonia, pobre y precaria, de diez casas; y en honor del segundo a una que ya tenía la antigua y aceptada denominación de Siantsi, por lo que sólo en los documentos, y ni siquiera en todos, se habla de Gálkino-Vráskoie. En cambio, se ha otorgado el nombre de M. S. Kórsakov a una colonia y a un puesto de gran tamaño, no por sus propios merecimientos o sacrificios, sino porque era gobernador general y podía inspirar temor.
24. La temperatura media anual oscila entre +1,2 y -1,2; el número de días con precipitaciones entre 102 y 209; en 1881 sólo hubo treinta y cinco días despejados, sin viento; en 1885, tres veces más: 112.
25. P. Griáznov, Ensayo de estudio comparativo de las condiciones higiénicas de la vida campesina y la topografía médica del distrito de Cherepovets, 1880. He pasado los grados Réamur utilizados por Griáznov a grados centígrados.
26. Cuando Potiomkin llegó a Sajalín, ya era un hombre rico. El doctor Avgustínovich, que lo vio tres años después, escribe que «la mejor de todas las casas es la del exiliado Potiomkin». No creo que la agricultura tenga nada que ver con el hecho de que Potiomkin, en un periodo de tres años, fuera capaz de construirse una hermosa casa, adquirir caballos y casar a su hija con un funcionario de Sajalín.
27. A la mayoría de los autores no les gusta el paisaje local, probablemente porque llegaban a Sajalín con el recuerdo aún fresco de la naturaleza de Ceilán, Japón o la región del Amur, y porque iniciaban su visita a Sajalín por Aleksándrovsk y Dué, donde realmente la naturaleza es muy pobre. El tiempo también tiene parte de culpa en esa impresión. Por muy hermoso y original que sea el paisaje de Sajalín, es difícil apreciarlo en su justo valor si durante semanas enteras está oculto por la niebla o llueve de forma ininterrumpida.
28. Colonia llamada así en honor de A. M. Butakov, jefe del distrito de Timovo.
29. Hace cinco años, un personaje importante, hablando de agricultura con los colonos y dándoles consejos, dijo entre otras cosas: «Tened en cuenta que en Finlandia se siembran cereales en las laderas de las montañas». Pero Sajalín no es Finlandia. El clima y, sobre todo, las condiciones del suelo, excluye cualquier tipo de agricultura en las montañas locales. El inspector de agricultura aconseja en su informe la cría de ovejas, que podrían «aprovechar los pobres pero numerosos pastos que cubren las laderas de las montañas y que no sirven para alimentar al ganado bovino». Pero ese consejo carece de valor práctico, ya que las ovejas sólo podrían «aprovechar» el pasto en el transcurso del cor...

Índice

  1. Cubierta
  2. Nota al texto
  3. Introducción
  4. I
  5. II
  6. III
  7. IV
  8. V
  9. VI
  10. VII
  11. VIII
  12. IX
  13. X
  14. XI
  15. XII
  16. XIII
  17. XIV
  18. XV
  19. XVI
  20. XVII
  21. XVIII
  22. XIX
  23. XX
  24. XXI
  25. XXIl
  26. XXIIl
  27. Notas
  28. Créditos
  29. Alba