Sigue adelante

10 maneras de mantener la creatividad en las rachas buenas y en las no tan buenas

Austin Kleon, Iñaki Domínguez Gregorio

• Editorial: Editorial GG
• Año: 2019
• ISBN del libro electrónico: 9788425232282
• Edición: 1
• Categoría: Desarrollo personal
• Categoría: Salud mental y bienestar

Trabajas como creativo. Puede que estés empezando en la profesión o que ya estés algo quemado, puede que desees dar un giro a tu carrera o que estés disfrutando de un éxito inesperado. En cualquiera de estos casos, una pregunta acecha siempre en tu interior: ¿y si me estanco? ¿Y si ya no surgen buenas ideas? ¿Cómo puedo mantener la creatividad en un día a día tan frenético, difícil y exigente como el del trabajo creativo? Tras sus anteriores best sellers, ROBA COMO UN ARTISTA y APRENDE A PROMOCIONAR TU TRABAJO, Austin Kleon vuelve a la carga con esta guía, divertida y sabia al mismo tiempo, que te enseñará a conciliar la actividad creativa con la prosaica vida real. "Todos los días son el día de la marmota", "Te está permitido cambiar de opinión", "Cuando tengas dudas, ordena". Hasta 10 reveladoras máximas, acompañadas de reflexiones incisivas e iluminadores consejos, te ayudarán a dar un enfoque más enérgico y centrado a tu práctica diaria, te permitirán superar los peligros del agotamiento personal y las distracciones externas y, en definitiva, te ayudarán a seguir adelante.

TÓMATE LOS DÍAS UNO A UNO

Siempre que alguien empieza a hablar sobre “el viaje creativo” me desespero.

Suena demasiado idealista. Demasiado heroico.

El único viaje creativo que yo conozco es mi paseo de tres metros que va de la puerta trasera de mi casa al estudio que tengo en el garaje. Me siento en mi mesa y me encuentro con una hoja en blanco y pienso: “¿Acaso no hice esto ayer?”.

Cuando estoy metido en las cosas artísticas que hago, no me siento como si fuese Ulises. Me siento más como Sísifo empujando su pedrusco hasta lo alto de la colina. Cuando trabajo no me siento como Luke Skywalker. Me siento más como Phil Connors en El día de la marmota.

Para aquellos de vosotros que no hayáis visto la película o que necesitéis que os refresquen la memoria, El día de la marmota es una comedia de 1993 protagonizada por Bill Murray, que encarna a Phil Connors, un meteorólogo y hombre del tiempo que queda atrapado en un lapso temporal y se despierta cada mañana el 2 de febrero. Ese día es el Día de la Marmota en Punxsutawney, Pensilvania, hogar de Punxsutawney Phil, la famosa marmota que, según si ve o no su propia sombra, predice si el invierno durará seis meses o más. Phil Connors odia Punxsutawney, y la ciudad acaba por convertirse en un purgatorio para él. Hace todo lo que puede, pero es incapaz de abandonar la población, y no llega nunca al 3 de febrero. Para Phil, el invierno es interminable. Haga lo que haga siempre se despierta en la misma cama y se encuentra con que es de nuevo el mismo día.

En un momento de desesperación, se dirige a un par de borrachos en una bolera y les pregunta: “¿Qué haríais si estuvieseis atrapados en un lugar, y cada día fuese exactamente el mismo, y nada de lo que hicieseis importase?”.

Esa es la pregunta que Phil ha de responderse para hacer que la trama de la película avance, pero es también la pregunta a la que todos hemos de responder si queremos que avance la trama de nuestras vidas.

Considero que el modo como respondes a esa pregunta es tu propio arte.

Cada día se crea de la nada

Bueno, no soy la primera persona en sugerir que El día de la marmota es quizá la parábola de nuestro tiempo, la más relevante. El director y coguionista de la película, Harold Ramis, cuenta que recibió innumerables cartas de sacerdotes, rabinos y monjes, todos ellos alabando el mensaje espiritual de la película que, a su juicio, era propicio a los postulados de su propia religión. Sin embargo, creo que la película tiene una especial relevancia para aquellos que quieren trabajar en el ámbito de lo creativo.

La razón es la siguiente: la vida creativa no es lineal. No es una línea recta que va de A hasta B. Es más como un anillo, o una espiral, donde te encuentras siempre y cada vez en un mismo punto de inicio tras haber finalizado cada proyecto. No importa el éxito que tengas, ni lo elevados que sean tus logros, nunca “llegarás”. Exceptuando la muerte, no existe una línea de meta o un momento de retirada para la persona creativa. “Incluso tras haber alcanzado la grandeza”, escribe el músico Ian Svenonius, “las poquísimas personas que se hayan percatado se preguntarán, ‘¿y ahora qué?’”.

Los artistas verdaderamente prolíficos que conozco siempre tienen la respuesta para eso, porque han logrado fijar una práctica diaria: un modo de trabajo que es repetible y que les aísla del éxito, el fracaso y el caos del mundo exterior. Todos ellos han identificado aquello en lo que quieren invertir su tiempo, y trabajan en ello cada día, pase lo que pase. Aunque su último trabajo sea rechazado, ignorado o aclamado, saben que se despertarán de nuevo al día siguiente para seguir trabajando en lo suyo.

Tenemos muy poco control sobre nuestras propias vidas. Lo único que podemos controlar es en qué invertir nuestro tiempo. Aquello en lo que trabajamos y lo duro que trabajamos. Puede parecer rebuscado, pero de veras creo que lo mejor que uno puede hacer si quiere hacer arte es imaginar que está protagonizando su propio día de la marmota: ayer se terminó, el mañana puede que no llegue nunca, solo nos queda el hoy y lo que podamos hacer con él.

“Cualquier persona puede combatir en las batallas del día”, afirma un pasaje del libro de Richmond Walker sobre alcohólicos en rehabilitación, Twenty-Four Hours a Day. “Solo cuando tú y yo añadamos la carga de esas dos terribles eternidades, el ayer y el mañana, nos vendremos abajo. No es la experiencia de cada día la que enloquece a los hombres. Es el remordimiento o la amargura relativos a lo que ocurrió ayer, o el temor a lo que el mañana pueda traer consigo. Hagamos, pues, lo mejor que podamos a la hora de vivir nuestro día a día.”

El viaje creativo no es aquel en el que te coronan héroe triunfal y gracias al cual serás feliz el resto de la eternidad. El verdadero viaje creativo es aquel durante el cual te levantas cada mañana, como Phil, con más trabajo por hacer.

PONTE UNA RUTINA DIARIA

Habrá días buenos y días malos. Días en los que te sientas inspirado y otros en los que quieras tirarte de un puente (y algunos días en los que no notarás la diferencia).

Una rutina diaria te permitirá vivir al día y sacarle el máximo partido. “Un horario te defiende del caos y del capricho”, dice Annie Dillard. “Es una red para atrapar los días.” Cuando no sabes cuál es el siguiente paso que debes dar, tu rutina te dará la respuesta.

Cuando no cuentas con mucho tiempo, la rutina te permite hacer algo significativo con él. Cuando tienes todo el tiempo del mundo, la rutina te permite no echarlo a perder. En mi caso, me he dedicado a escribir en mi tiempo libre, también he escrito a tiempo completo desde casa o mientras cuidaba de niños pequeños. El secreto de escribir en todas esas circunstancias consistía en tener un horario y en seguirlo al pie de la letra.

En el libro de Mason Currey, Rituales cotidianos, el autor cataloga los rituales diarios de 161 individuos creativos: a qué hora se despertaban, a qué hora trabajaban, qué comían, qué bebían, cómo procrastinaban, entre otras cosas. Es un salvaje collage de comportamientos humanos. Si uno lee sobre los hábitos de distintos escritores, tiene la sensación de estar de visita en un zoo. Kafka escribía por la noche mientras su familia dormía. Plath escribía por la mañana, antes de que se despertasen sus hijos. Balzac se bebía cincuenta tazas de café al día. Goethe olfateaba manzanas podridas. Steinbeck tenía que sacar punta a doce lápices antes de ponerse a trabajar.

Es divertidísimo leer sobre las rutinas y rituales de la gente creativa, pero lo que queda claro después de pasar un rato leyendo es que no existe una rutina perfecta o universal a la hora de realizar trabajos creativos. “La rutina diaria de cada cual representa una colección idiosincrásica de compromisos, neurosis y supersticiones”, escribe Currey, “elaborada mediante ensayo y error, y sometida a toda una variedad de condiciones externas”. No puedes simplemente tomar prestada la rutina cotidiana de un artista y esperar que la cosa funcione. El día de cada persona está lleno de obligaciones (trabajo, familia, vida social) y cada persona creativa cuenta con su propio temperamento.

Para crear tu propia rutina, debes pasar un tiempo observando tus días y tus estados de ánimo. ¿Dónde está el tiempo libre dentro de tu horario? ¿De qué prescindirías para encontrar tiempo? ¿Eres una persona madrugadora o un animal nocturno?¹ ¿Tienes algún absurdo ritual o superstición que te induzca a ser creativo? Debo confesar que escribo esto mientras un lápiz de colores cuelga de mis labios, como si de un cigarro se tratase.

Supongo que para mucha gente una rutina estricta suena como una cárcel. Pero ¿acaso no estamos todos cumpliendo condena? Cuando el rapero Lil Wayne estuvo en prisión sentí envidia de sus rutinas diarias, que consistían en levantarse a las 11 de la mañana, beber café, hacer llamadas, darse una ducha, leer cartas de sus fans, comer, hacer llamadas telefónicas, leer, escribir, cenar, hacer flexiones, escuchar la radio, leer y dormir. “Vaya, seguro que escribiría un montón si yo fuese a la cárcel”, bromeaba con mi mujer (cuando visité Alcatraz pensé que sería la colonia de escritores ideal. ¡Vaya ideas!).

La musa está lista para sorprenderme si me presento cada día y le digo, “¿vamos a tomar algo?”

Un pequeño periodo de encarcelamiento, siempre y cuando sea por propia voluntad, puede hacerte libre. En lugar de restringir tu libertad, una rutina te otorga libertad al protegerte de tus idas y venidas, y al ayudarte a aprovechar tu tiempo, tu energía y talento, que son ...

Índice

• Cubierta
• Título
• Créditos
• Índice
• Escribí este libro porque necesitaba leerlo
• 1. Todos los días son el día de la marmota
• 2. Construye una estación de la alegría
• 3. Olvida el sustantivo, domina el verbo
• 4. Haz regalos
• 5. Lo ordinario + atención extra = Lo extraordinario
• 6. Mata los monstruos del arte
• 7. Te está permitido cambiar de opinión
• 8. Cuando tengas dudas, ordena
• 9. Los demonios odian el aire libre
• 10. Cultiva tu jardín