La propaganda peronista
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La propaganda peronista

1943-1955

Guillermo D'Arino Aringoli

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La propaganda peronista

1943-1955

Guillermo D'Arino Aringoli

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Con la llegada al poder pleno, Perón dispondrá de todo el potencial del Estado para estructurar un aparato propagandístico inmenso e insoslayable para todo ciudadano de la época. Y con el paso de los años creará finalmente, una nueva realidad, que podría tener muchos puntos de contacto con la auténtica realidad peronista. Este libro analiza las etapas, procedimientos y recursos de la propaganda como fenómeno de comunicación masiva en un caso histórico concreto y en una sociedad determinada.

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Información

Segunda Parte:
"Papá Corazón"

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Imagen del periódico Argentina Libre, No 240, 29 de agosto de 1946.

8. El Baile de los Descamisados
(1946)

Por qué Perón es Presidente
Desde antes de asumir su primera presidencia, Perón tenía claro su proyecto político: "Me he trazado un plan ideal y otro moral -dogmatizaba-, ayudado por un sistema de propaganda, que podríamos llamar preventiva, encaminado a que las masas ciudadanas, y en especial el obrero, empleen el discernimiento al leer el diario, inmunizando así al pueblo y a los trabajadores contra ciertas versiones"[1].
En declaraciones formuladas el 26 de abril al corresponsal de El Imparcial de Santiago de Chile y reproducidas por La Prensa de Buenos Aires, el presidente electo hace una sutil diferencia entre lo que considera libertad de prensa y libertinaje: "La libertad es el clima natural de la prensa, que fuera de él vive amordazada; pero, la libertad sin libertinaje...
Nos oponemos y seguiremos oponiéndonos con toda la fuerza de la autoridad a esa arbitraria invocación de la libertad de expresión, con la que se encubren campañas destinadas a confundir y desorientar a la opinión pública. Las linotipias y las rotativas -afirma Perónno pueden ser convertidas impunemente en armas de perturbación económica y disociación social, ni en vehículos de idearios extraños o de visiones políticas"[2].
Era sabido que los periódicos estaban en manos privadas y liberales; entonces, según esta concepción paternalista de la libertad apuntada por el líder, tanto la propaganda como la prensa lo debían ayudar en su sagrada misión de evitar el contagio de la masa con otras fuentes de información distintas de la propia. Se estaba estableciendo como principio de Estado que la única versión de la realidad debía ser generada por el peronismo.
Apenas se tuvo la certeza de que el candidato triunfante era el coronel (R) Juan Domingo Perón, la entonces Subsecretaría de Informaciones de Prensa y Difusión del Estado preparó un extenso noticiero de 33 minutos de duración bajo el titulo Por qué Perón es Presidente, para ensalzar la obra como funcionario del candidato triunfante. En realidad, la película se propone resaltar la obra del gobierno militar, de quien Perón es hasta ayer mismo su más destacado integrante[3].
Antes de comenzar las imágenes, el texto de dos placas fijas nos introduce en la nueva situación: En ella se pone de relieve que "la Argentina pudo votar libremente"; definiendo a Perón como "el candidato del pueblo", destacando su trabajo por la reforma social para que hubiera "ricos menos ricos" y "pobres menos pobres"; recordando que su dedicación le valió el calificativo honroso de "Trabajador Nº1". Una tercera placa reproduce el slogan más usado por el líder hasta ese momento: "Mejor que decir es hacer, mejor que prometer es realizar".
El film rescata noticieros de los años 44, 45 y 46, y pretende documentar parte de la obra realizada por Perón que será - según la placa inicial"la base fundamental de la conquista de su histórico triunfo". Una lámina final lo resume todo: "Descamisados: Arriba los corazones VIVA PERÓN!!!".
La asunción de Perón
El día anterior a su asunción como presidente de la Republica, Perón realiza un gesto de alta significación formal. Comulga en una misa de campaña, junto con las tropas de la primera división del ejército con asiento en Palermo, en la explanada de Avenida de Mayo y 9 de Julio. "El presidente argentino -asegura en esa ocasióndebe cumplir con el precepto constitucional que exige sea católico. Yo he querido dar prueba de mi fe públicamente" [4].
Aquel mediodía del 4 de junio de 1946, Juan Domingo Perón llega a la Casa de Gobierno con el flamante uniforme de general de brigada -en virtud del ascenso otorgado por el gobierno saliente presidido por su amigo, el general Edelmiro J. Farell-, para recibir los atributos de mando y tomar juramento al nuevo gabinete.
En la trascendental sesión de la Asamblea Legislativa, el bloque de la Unión Cívica Radical -constituido por 44 diputadosfigura como "ausente sin aviso"[5]. Este desaire no impedirá que concurran a la lectura del primer mensaje presidencial dirigido a los legisladores, asistencia abandonada en años sucesivos. La no aceptación de la derrota comicial, debe considerarse como un elemento decisivo en el análisis de la operación política a Perón durante su primera presidencia.
A pesar de las voces disidentes, la sensación generalizada es que el país vive una hora excepcional para encarnar su futuro[6]. Miguel Miranda, el "zar de la economía" en los próximos dos años, lo sintetiza con esta frase que será célebre"No podemos caminar por los pasillos. El oro nos bloquea"[7]. El empresario de origen catalán se refiere a los 1.000 millones de dólares acumulados en el Banco Central. Un dólar se cotiza a 4 pesos. Esta peculiar observación será recordada en las postrimerías del régimen una y otra vez por la insistente contrapropaganda golpista.
La ceremonia de asunción del nuevo Presidente se desarrolla en un clima de algarabía popular, como en los viejos tiempos de don Hipólito Yrigoyen -el popular líder del radicalismo, y se ve coronada con el desfile espectacular de 40.000 soldados y 200 aviones pertenecientes a la fuerza aérea, arma dilecta del gobierno instaurado en 1943. "Pueblo y Ejército en conjunción patriótica", resume el semanario oficialista Ahora[8].
En ese mismo número, la publicación le dedica dos fotos a la señora María Eva Duarte presidiendo una de las mesas, en el banquete ofrecido esa tarde en honor de las "embajadas especiales extranjeras". En una de ellas, aparece teniendo a su derecha al general Juan Pistarini y a su izquierda al cardenal primado Dr. Santiago Luis Copello. La primera dama luce para la ocasión un llamativo, y posteriormente muy comentado, vestido con el hombro izquierdo desnudo. Al día siguiente, sobre el escenario del teatro de revistas Maipo, se ironiza el hecho; la primera vedette Sofía Bozán lucirá en un sketch un vestido similar, teniendo sobre su hombro izquierdo descubierto, un ‘cardenal’ embalsamado[9]. Poco tiempo más durará este desparpajo teatral hacia el matrimonio presidencial.
El discurso del primer mandatario ante el Congreso de la Nación es de tono marcadamente conciliador. A pesar de la evidente ausencia de los representantes de la oposición, el mandatario militar legitimado solicita "la colaboración de todos", afirmando para ello que, "no hay, ni jamás ha existido, doblez en mis palabras", y como un rezo laico pronuncia: "Quienes quieran oír, que oigan; quienes quieran seguir, que sigan. Mi empresa es alta y clara mi divisa: mi causa es la causa del pueblo; mi guía es la bandera de la patria"[10].
En suma, como señala el editorial de Clarín[11], se declara "el presidente de todos los argentinos"; y como digno marco a tan magno acontecimiento, se decretan cuatro días festivos para que el pueblo pueda expresarse en la que se denomina ‘Fiesta de la redención de la patria’, según proclama un comunicado oficial. La Subsecretaría de Informaciones hace filmar al Noticiero Panamericano la transmisión de mando presidencial[12]. La filmación de ocho minutos es algo rudimentaria pero refleja el clima de júbilo que se quiere trasmitir: En el recinto del Congreso se ve a Perón, al siempre adusto vicepresidente Dr.Quijano, al gobernador electo de la provincia de Buenos Aires, coronel Mercante, y a la joven y bella María Eva Duarte de Perón, mientras que la multitud está reunida afuera. En el coche descapotado que traslada a Perón y a Quijano hacia la Casa de Gobierno, el sonriente presidente electo saluda a la muchedumbre enfundado en su elegante uniforme militar de gala "en medio de un entusiasmo jamás visto en Buenos Aires", exagera la voz en off.
El locutor del film oficial destaca más adelante: "Una esperanza de hoy hacia el futuro...". Se observa una fuerte presencia militar por todos lados. Dos cámaras registran las escenas del traspaso presidencial. La voz del presentador se vuelve dura y el texto anquilosado. Juran los nuevos ministros ante un Perón con gafas, que le confieren una adecuada imagen de estadista[13] . Afuera, casi sin portar cartelones, una multitud corea el apellido del nuevo mandatario. Seguidamente dará comienzo el impresionante desfile militar. Como fondo del escenario que ocupan las autoridades nacionales, un cartel en el centro enmarcado por dos inmensas banderas verticales recuerda la fecha "4 de junio". El desfile de los cadetes del Colegio Militar es la señal de que quien asume ese día es uno de ellos. El locutor lo define: "Soldado, estadista y patriota"[14].
Al caer la tarde, pasadas las 19, el líder consagrado presidente se asoma al balcón de la Casa de Gobierno, frente a la Plaza de Mayo. Frente a él, cuatro micrófonos de la cadena de radiodifusión retransmiten su mensaje al país entero. Ya no tiene que presentarse ante la multitud que lo aclama como el justiciero coronel perseguido, sino como la nueva autoridad democráticamente elegida por la mayoría: "...Ayer fue una jornada de lucha -recordará-, hoy es una jornada de festejos populares (...) Hoy como el 17 de octubre, quiero avisarles que mañana será feriado. Será la fiesta del triunfo"[15].
Como ya se apuntó, prácticamente toda la prensa escrita tiene una posición hostil hacia Perón, que en algunos casos llega al enfrentamiento, tanto mientras es funcionario del gobierno de facto como todo a lo largo de la campaña electoral. En su mayoría los medios han apostado al triunfo de la Unión Democrática y han perdido. El nuevo gobierno se encarga de recordárselo.
Ante esta nueva realidad, algunos medios adoptan una prudente actitud expectante, como es el caso de los diarios La Razón, El Mundo, Noticias Gráficas y Clarín. Este último, en su editorial del mismo día 4, le desea éxito al nuevo gobierno "para el bien del país"[16]. No todos los medios son tan prudentes en esta jornada de júbilo popular; el editorial de La Nación, bajo el titulo "El anhelo nacional", afirma que "el malestar es general, porque falta confianza en la estabilidad de los derechos...", y se queja ante lo que llama , "la intervención en las actividades de las fuerzas vivas para colocarlas bajo el dominio de la autoridad ejecutiva"[17].
En este periodo inicial como mandatario, Perón cuenta sólo con el apoyo de Democracia, matutino fundado a fines de 1945, el vocero del Partido Laborista, El Laborista, y por supuesto La Época el vespertino que él mismo había contribuido a crear. En la cobertura especial de su "jefe", este medio (cuyo director Eduardo Colom logra como premio a su fidelidad proclamarse diputado nacional), afirma en portada: "La prensa del continente destaca la era histórica que inicia la Argentina". Y en su segunda página ofrece en venta ‘El Hombre del Des...

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