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Modelos y experiencias de transferencia social

Silvia Llomovatte, Judith Naidorf, Kelly Pereyra, Silvina Sturniolo

• Editorial: Eudeba
• Año: 2017
• ISBN del libro electrónico: 9789502346168
• Categoría: Pedagogía
• Categoría: Educación superior

La Universidad pública ha sido objeto de discusión académica tanto en lo que se refiere a su función social y a su identidad institucional y socio-política como en lo relativo a los cambios y transformaciones –más o menos evidentes– sufridos por sus actores. Este siglo XXI, que transcurrimos como parte interesada, no trajo claridad ni sosiego a estas discusiones; por el contrario, las profundizó y complejizó con un primer resultado positivo: los y las protagonistas estamos empezando, gradualmente y no sin conflictos, a aceptar el papel de sujetos de esas problemáticas. Entre las muchas líneas de discusión que surgen al examinar esta cuestión, este libro prioriza la que hace referencia a la tradicionalmente denominada "función social" de la Universidad pública y la aborda desde un punto de vista particular: las reflexiones y las acciones llevadas a cabo desde las universidades (por parte de docentes, investigadores, gobierno universitario) hacia diversos sectores, grupos, sujetos y problemáticas de la sociedad enmarcados, en general, en una noción de territorio –ampliado pero igualmente potente– como marca de identidad geográfica e histórica. La tensión permanente es hacia la redefinición de esa función social en su componente profundo de compromiso social y desarrollo de valores solidarios y colectivos.

Parte I

Modelos emergentes de transferencia social: vínculos con movimientos y organizaciones sociales

Capítulo I

La gestión de las actividades de transferencia y extensión

Modelo emergente de transferencia universitaria: autonomía y responsabilidad social

Silvia Y. Llomovatte

Introducción

El desafío actual que enfrenta la universidad pública en países que, como la Argentina, fueron profundamente afectados por las políticas universitarias de los 80 y los 90, consiste en repensarse sin perder de vista ciertos rasgos fundacionales tal como la autonomía académica, a la vez que recupera algunas discusiones y debates constitutivos, como su función en la sociedad.

La universidad de la segunda mitad del siglo XX ha reflejado las contradicciones sociales, asumiendo, por un lado, un papel activo en la construcción de prácticas solidarias de lo que conocemos como extensión universitaria y, más recientemente, internalizando los valores del mercado y conformando un habitus que resulta naturalizante de determinadas prácticas mercantilistas.

A fin de no mitificar el pasado, es necesario que hoy se sitúe como institución constituida por nuevos principios éticos y políticos en el marco de la reconfiguración histórica, política, social y económica que algunos autores han denominado “después del diluvio neoliberal”. Dichos principios se encuentran hoy en proceso de cambio y en relación dialéctica con ciertas prácticas emergentes que se fundamentan y cobran sentido a través de la construcción de nuevos espacios colectivos y lazos solidarios entre universidad y sociedad.

Este grupo de trabajo se fundamenta en esos principios y prácticas para formular su propuesta de transferencia universitaria, campo aún indiferenciado en relación con prácticas tan diferentes entre sí como la extensión universitaria o en la antípoda, la vinculación entre la universidad y la empresa.

Universidad y sociedad: el camino recorrido

El nuevo reordenamiento en el campo productivo tanto a nivel global como local, ha tenido repercusiones en las universidades; las directivas provenientes de las políticas educativas internacionales (Banco Mundial, FMI) intentan sugerir por un lado un currículo universitario que forme profesionales a partir de la lógica del mercado y los valores de la competencia. Por otra parte pone en el tapete el debate sobre la vinculación universidad-campo productivo. La sucesiva aplicación de políticas neoliberales y neoconservadoras ha promovido la formación de intelectuales dóciles y funcionales, acorde con el modelo hegemónico. Esto se asocia a la idea de globalización (unida a la economía política que desea convertir a la universidad en formadora de sujetos para la actividad productiva).

Sin embargo, en los ámbitos de las universidades públicas, ante la nueva situación social, comienza a darse un debate con respecto a la deslegitimación de las lógicas de la sociedad del mercado. Esta situación pone en el centro de la cuestión los problemas coyunturales y su vinculación con lo social, aflorando nuevamente el lugar de la política en la definición de dichos temas.

Ya no es posible mantener una defensa de la universidad a ultranza; por tanto es necesario pensar, discutir y explicar a la universidad en consonancia no ya con la visión positivista, que distingue ciencia y cultura social como algo distinto, sino articulada con algunas experiencias que comienzan a emerger en los actuales contextos sociopolíticos. La pregunta central es: en los actuales contextos, la universidad, en tanto productora de conocimiento, ¿cómo debe construir ese vínculo con el sistema productivo y la sociedad en general?

En su origen, las universidades fueron centros diversos y diversa también fue la naturaleza de su vinculación con los poderes públicos. Estas vinculaciones podríamos llegar a afirmar que estuvieron transversalizadas por lo local, lo regional o lo nacional y por los fines que les dieron origen. Esta universidad nacida en el medioevo tiene un inicio corporativo y urbano. Pero sin duda una función principal, más allá de las particularidades, fue la docencia y la formación vinculante entre el conocimiento de la época y la teología. Durante el Renacimiento las universidades pasaron a ser formadoras de profesionales en función de las necesidades de los Estados y bajo la influencia de los poderes públicos.

En el siglo XX, en la segunda posguerra, se instala fuertemente en las universidades del mundo occidental, la función de investigación. En la década del 60 surge la tercera función: la extensión, vinculada a la educación popular. Desde su significado extensión nace con una marca que es “salir afuera”, como su nombre lo dice extender-se que se condice con la concepción política del momento: “universidad de puertas abiertas”.

Alrededor de los 80, vinculado a los recortes en el presupuesto universitario y a las concepciones que promueven los organismos internacionales se instala lo que podríamos llamar la cuarta función centrada en la vinculación científica y tecnológica, la asistencia técnica y la venta de servicios. Es así que comienzan a surgir áreas de convenios, en las diferentes unidades académicas, cuyo fin es la vinculación con otras instituciones u organismos públicos o privados tanto a nivel nacional como internacional. Esta función se enmarca en el proceso emergente de privatización del conocimiento universitario que deja de ser considerado patrimonio de la sociedad para dar lugar a la posibilidad de mercantilización y venta.

El modelo emergente de transferencia universitaria

A continuación, nos referiremos a otra función que denominamos el modelo emergente de transferencia hacia proyectos de interés social y comunitario caracterizada por experiencias que articulan la universidad con las necesidades de aquellos sectores sociales que están en el margen o casi en el margen y que se expresan en campos como la salud, la organización social, la formación y capacitación, la ecología, la educación formal, entre otros.

¿De qué hablamos cuando hablamos de transferencia universitaria? En el viejo modelo lo que se entendía como transferencia era solo vinculación tecnológica, y consistía fundamentalmente en servicios y conocimientos a las empresas que la universidad producía o adaptaba y vendía a las empresas.

El nuevo modelo, aunque en apariencia recoge elementos de lo que tradicionalmente se llamó extensión universitaria, consiste en la construcción de conocimiento con la comunidad y no solamente al servicio de sus problemas; su impronta específica tiene que ver con el desarrollo territorial: un modelo de universidad con relación al área geográfica circundante. En la actualidad, en medio de esta crisis sin precedentes que estamos viviendo algunos actores en algunas universidades, se advierte la posibilidad de jugar un nuevo papel que apunta a lo territorial en términos de sustentabilidad.

No se trata ya de volcar hacia la sociedad toda la tecnología prestada (concepto tradicional), de segunda mano, impuesta, que llega del primer mundo, sino que se trata de hacer un estudio profundo de los problemas y de encontrar soluciones con las mismas poblaciones con las que uno va a trabajar.

Por transferencia universitaria entendemos, entonces, el trabajo de generación y construcción de espacios colectivos donde fuera posible la recuperación, creación y democratización de saberes y conocimientos de universitarios y otros actores a quienes la crisis reciente ha afectado, enfrentándolos a la realidad o al riesgo de la exclusión. Es en el terreno de las prácticas expresadas en campos como salud, organización social, formación y capacitación, ecología, educación, entre otros, donde emergen y se posibilitan transformaciones y alternativas superadoras para todos los sujetos comprometidos, tanto universitarios o de otros niveles educativos como integrantes de movimientos y organizaciones sociales, micro emprendedores y desocupados, comunidades rurales, aborígenes, etc.

La Secretaría de Transferencia y Desarrollo de la FFyL, UBA: el programa desarrollado (2002-2006)

La propuesta era expandir las fronteras de la Facultad y profundizar su vinculación con amplios sectores de la sociedad, tendiendo al enriquecimiento de la vida académica por un lado y a la inserción activa en la actual coyuntura socioeconómica, por el otro. Así, se planteó la construcción e implementación de un modelo de transferencia universitaria basado en los principios políticos, sociales y científicos organizadores de la vida universitaria, en relación estrecha con prácticas sociales emergentes que cobran sentido a través de la construcción de nuevos espacios colectivos y solidarios entre la universidad y la sociedad.

La dimensión social

En el modelo hegemónico se considera transferencia a la vinculación tecnológica, fundamentalmente, a la venta de servicios y conocimientos que la universidad produce o adapta. El nuevo modelo cuya construcción emprendimos, consiste en la construcción de conocimiento con la comunidad y no solamente al servicio de sus problemas; su impronta tiene que ver con el desarrollo territorial: una propuesta con relación al área espacial libremente definida, no siempre circundante en términos geográficos, sino territorial en el sentido de los distintos espacios sociales que la universidad habita y comparte con las instituciones y organizaciones de la sociedad. De esta manera, lo que importa es su inserción dinámica hacia el logro de la sustentabilidad de los procesos de cambio y desarrollo.

La dimensión académica

Al mismo tiempo que sostenemos que una de las funciones centrales de la universidad pública es la apertura solidaria a los más amplios sectores sociales; consideramos que su cumplimiento debe tender a integrar todas las dimensiones de que se compone, con el fin de abrir un camino legítimo y significativo de actualización y renovación académica y científica. De este modo, otro parámetro central fue la búsqueda de articulaciones entre las acciones de transferencia, las político-universitarias y las académicas, mediante cooperación con cátedras, proyectos de investigación, especialistas, de nuestra Facultad y de otras.

Los desafíos

Los desafíos más importantes que fue necesario enfrentar en un primer momento para llevar a cabo esta propuesta fueron de dos tipos; por un lado, las particularidades de gestión de este tipo de programa dentro de los marcos institucionales habituales de la Facultad y de la UBA y por el otro, la cultura académica dominante en la UBA.

Marcos institucionales

No encontramos instrumentos normativos apropiados para formalizar acuerdos con el tipo de organizaciones con los que nos interesaba entrar en contacto; en efecto, los modelos de convenio y acuerdo utilizados por la UBA sólo preveían las relaciones tradicionales de intercambio con instituciones análogas y no con organizaciones sociales, escuelas u otros tipos de organismos del campo social. A pesar de eso, persistimos y logramos adecuar los instrumentos con que se cuenta a las necesidades específicas. En lo referente a convenios de intercambio y cooperación académica convencionales, adolecían entonces de un nivel de detalle y extensión que los hace discutibles para otras universidades del mundo y dificultan entablar ágilmente estas relaciones.

La cultura académica

El segundo tipo de desafío se refiere al campo académico, en particular, a la cultura académica instalada por el modelo universitario de los últimos veinte años y que enfatiza tanto el papel de la universidad como productora de conocimiento descontextualizado como, últimamente, conocimiento privatizado de diversas maneras. A pesar de este contexto institucional, se produjeron actividades de transferencia de interés social y comunitario con un elevado nivel de calidad e integración académica, con participación de docentes e investigadores individuales, cátedras y equipos de investigación, departamentos e institutos.

Modelo de gestión

A fin de llevar a cabo actividades en los marcos mencionados se implementó un modelo de gestión con dos características: elaboración de programas y proyectos por áreas que actúan como ejes de las acciones y búsqueda de transparencia e institucionalización de dichas acciones.

La primera buscó no sólo racionalizar la organización y administración de las actividades, sino también potenciar sus posibilidades de integración académica, evitando la fragmentación que aqueja frecuentemente a estas áreas. La segunda, buscó la transparencia en todos los órdenes así como lograr que las acciones desempeñadas se insertaran en la estructura institucional, creándola cuando era necesario.

Estrategias de trabajo

Las actividades se organizaron, a partir de diagnósticos especializados, en áreas basadas en convenios y acuerdos. Fueron las siguientes:

• Red de Transferencia de Tecnología, Desarrollos y Servicios de la UBA. Oferta Tecnológica de actividades y potencialidades de la FFyL.

• Convenios de colaboración/ cooperación/ intercambio.

• Área: Pasantías y bolsa de trabajo.

• Área Vinculación con la sociedad.

• Área: Formación en saberes y prácticas laborales.

• Centro Interdisciplinario sobre Organizaciones Sociales (CEIOS).

• Área: Atención al investigador, estudiante, graduado de Universidades Extranjeras.

• Área: Problemáticas de Pueblos Originarios.

• Centro de Educación de Adultos de Enseñanza Media (CENS).

Por primera vez en la historia de la Facultad, se ingresó en la Red de Transferencia de Tecnología, Desarrollos y Servicios de la UBA. Se elaboró en colaboración con los Departamentos e Institutos de Investigación, la Oferta Tecnológica de actividades y potencialidades de la FFyL. La Facultad de Filosofía y Letras abarca un gran número de disciplinas que no solamente se manifiestan en otras tantas carreras e institutos de investigación sino que además lleva adelante una amplia variedad de propuestas de formación y capacitación, desarrollo, innovación, transferencia y asistencia técnica. La inclusión de la Facultad en el Catálogo de la UBA, significa la apertura de un amplio espectro de posibilidades de vinculación con entidades públicas y privadas nacionales y extranjeras.

Desde el Área de vinculación con la sociedad se trabajó en un programa central a fin de brindar espacios que permitan la promoción social y educativa de los sujetos que viven en contextos de pobreza y exclusión social, en el marco de valores solidarios y de acciones tendientes a su reinserción educativa.

Una de las estrategias fue la creación del Programa de Microemprendimientos en zonas carenciadas, desde cuyo marco se acompañó el proceso productivo de fabricación de prepizzas con graduados/as y alumnos/as de 5º de una EMEM cercana a un barrio precario en la Ciudad de Buenos Aires. En otra, se realizó el acompañamiento de microemprendimientos y el fortalecimiento de las redes comunitarias ya existentes. En estas redes participan jóvenes, muchos de ellos alumnos o familiares de los alumnos del EMEM. La idea subyacente, paralela a los desarrollos de orden productivo, era abordar la retención escolar y recuperación de los excluidos del sistema, a partir de la organización de microemprendimientos, que si bien significan una alternativa socioeconómica les permite también reconstruir su identidad social.

Para el desarrollo del programa contamos con la colaboración de voluntarios estudiantes, graduados y docentes. De este modo se intentó integrar educación, trabajo y conocimientos técnicos con el aporte de capital social que nuestra Casa de Estudios puede incorporar al proyecto. L...

Índice

• Portada
• Índice
• Legales
• Prefacio
• Parte I. Modelos emergentes de transferencia social: vínculos con movimientos y organizaciones sociales
• Parte II. Modelos emergentes de relación con la ciudadanía y la política; vinculación con el empleo urbano y rural
• Introducción
• Capítulo I. Universidad, trabajo y empleo. Ámbitos urbano y rural
• Capítulo II. Universidad, ciudadanía y política
• Parte III. La dimensión territorial y sus vinculaciones con la comunidad; la escuela, la salud
• Sobre las compiladoras