Temas - Sociales

O sobre el humor político clandestino en los regímenes de tipo soviético y el papel deslegitimador del chiste en Europa central y Oriental 1917-1991

Tomás Várnagy

• Editorial: Eudeba
• Año: 2017
• ISBN del libro electrónico: 9789502326672
• Categoría: Ciencias sociales
• Categoría: Antropología cultural y social

Los chistes prohibidos que circulaban clandestinamente en el bloque soviético constituyeron un factor de deslegitimación que produjo una risa liberadora que revelaba las contradicciones y la brecha entre la propaganda y la realidad concreta. Desde ser motivo de persecuciones ya en la historia de la Grecia clásica hasta ser considerados una "actividad contrarrevolucionaria" en la Unión Soviética, los chistes y el humor son examinados por el autor, quien muestra las diferentes perspectivas teóricas desde la antigüedad hasta el siglo XX. Analiza, además, el rol clandestino del humor político, peligroso y cuestionador del orden establecido. También realiza una periodización del humor político "comunista", desde la Revolución Rusa hasta Gorbachov, con una recopilación de todos los "socialismos realmente existentes" en Europa. Finalmente, indaga la crisis de los valores socialistas y el quebranto de su legitimidad a través de los chistes, pues atacaban las bases y fundamentos mismos de la ideología, ya que subvertían el sistema y desacreditaban el carácter científico de la teoría, además de revelar la traición al pensamiento de los fundadores y producir una pérdida de legitimidad en todo el bloque soviético.

CAPÍTULO IV

Chistes en la Unión Soviética

La gente no quiere leer el diario,
están satisfechos escuchando anekdoty.
Poema de Boris Slutskii (1919-1986),
principios de la década de 1960
(citado por Graham, 2003: 102).

La última fase de una forma histórica mundial es su comedia.
(Die letzte Phase einer weltgeschichlichen Gestalt ist ihre Komödie).
Karl Marx, Introducción a la Contribución a la crítica de la Filosofía del Derecho de Hegel (1844).

Una colección de humor es una enciclopedia de la vida soviética en general y hasta sería posible escribir una historia de los setenta años del Estado soviético contando chistes. Ni el mismo Marx se salvó de chistes sobre su persona:

Anciano barbado

Un anciano con una gran barba golpea las puertas del Paraíso. Pedro Petrovich le da la bienvenida y le pregunta:

—¿Quién era tu padre?

—Un abogado protestante de clase media acomodada.

—¿Y tu madre?

—Proviene de una próspera familia de comerciantes.

—¿Y tu esposa?

—Una baronesa de una prominente familia aristocrática.

—¿Y qué hiciste durante toda tu vida?

—Viajé y escribí libros.

—Todo demasiado burgués —dice Pedro Petrovich—. Será difícil, pero veamos… ¿nombre?

—Karl Marx.

Las anekdoty soviéticas “revelan mucho sobre los puntos de vista populares acerca del Estado y sus políticas” (Thurston, 1991: 542) y han provisto un registro histórico único de las condiciones de vida de los pueblos bajo los socialismos realmente existentes. Los chistes clandestinos que se contaban en la Unión Soviética “reflejaban alguna fase del desarrollo socialista en Rusia. Una antología de ellos constituiría una historia sociológica hilarante del país” (Talmadge, 1943: 48). Los extendidos chistes sobre los líderes soviéticos “reflejan, sin duda, una realidad histórica” (Sturman, 1984: 205), como la anekdot a continuación:

La vida en la URSS

¿Cómo es la vida en la Unión Soviética? Con Lenin era como estar en un túnel: rodeados de oscuridad pero con una luz adelante que nos guiaba. Con Stalin era como andar en autobús: uno conduce, algunos están sentados [en prisión], (66) el resto temblando. Con Jrushchov era como estar en un circo: un hombre habla y todos los demás se ríen. Con Brezhnev era como estar en el cine con una mala película: todos están esperando que el espectáculo termine y, finalmente, Gorbachov es quien descorre las cortinas para que la gente salga.

1. La revolución leninista (1917-1924) (67)

Cabe destacar que no hay, o no quedaron registrados, chistes sobre la Revolución de Octubre o sobre la Guerra Civil (Adams, 2005: 8); muchos años después comenzaron a realizarse chistes sobre cómo la historia oficial glorificó y distorsionó esos eventos. Las condiciones en Rusia en 1917 (y hasta 1921) eran terribles: la Revolución llegó al final de una guerra donde Rusia perdió más de tres millones de ciudadanos, más que la suma de todas las pérdidas de los otros países. A esto había que agregar la inflación, la escasez de combustibles y alimentos que impedía el normal funcionamiento de las fábricas, y gran cantidad de gente que iba a los pueblos a buscar alimentos y refugio.

Revolución de Octubre

Antes de la gran Revolución de Octubre, ¿cómo podían los pobres oprimidos de Rusia soportar su terrible destino bajo el zar? Solamente pensando cómo sería la vida luego del zar, con lo cual podían aguantar un poco más.

En una línea similar, el siguiente chiste que circulaba a fines de la década de 1930 está relacionado con los diversos cambios de nombres de la ciudad de San Petersburgo (68) (Talmadge, 1943: 50) que, obviamente, tiene un trasfondo político en el que la historia soviética es desdeñada y congelada: no hay cambios, movimientos ni desarrollos y se le niega cualquier logro. La ahistoricidad de este tipo se repite en muchos chistes que reinterpretan los orígenes del Estado soviético.

San Petersburgo

A un hombre que quería obtener un trabajo le hacen varias preguntas. Sus respuestas:

—¿Dónde nació?

—En San Petersburgo.

—¿Dónde se educó?

—En Petrogrado.

—¿Dónde vive?

—En Leningrado.

—¿Dónde le gustaría vivir?

—En San Petersburgo.

La Revolución de febrero de 1917 derroca al Zar y se establece el Gobierno Provisional cuya mayor amenaza era el Soviet de Petrogrado y de aquí surge el período llamado de “autoridad dual”. ¿Y en qué consiste la dualidad de poderes? se pregunta Lenin (69) en el artículo “La dualidad de poderes” publicado en Pravda el 9 de abril de 1917: “En que junto al Gobierno provisional, gobierno de la burguesía, se ha formado otro gobierno, débil aún, embrionario, pero existente sin duda alguna y en vías de desarrollo: los Soviets de diputados obreros y soldados” (1978: II, 38).

Afiche político soviético (1920): “Cam[arada].
Lenin barriendo la escoria de la tierra”.

En sus Tesis de Abril (70) (Lenin, 1978: II, 41-77) urgió el rechazo de cualquier cooperación con el Gobierno Provisional, al que acusó de “parlamentario-burgués”, y a comenzar una campaña de “Todo el poder a los soviets”, que serían la base del nuevo gobierno revolucionario. También demandó un inmediato fin de la “guerra imperialista”, el eslogan utilizado para señalar los tres problemas más importantes de la masa del pueblo ruso era: “Pan, Paz y Trabajo”. Las famosas Tesis de Abril trazan el rumbo del partido hacia la transformación de la revolución democrático-burguesa en revolución socialista, lanzando la idea de la República de los Soviets como forma política de la dictadura del proletariado.

Tesis de Abril

—¡Bebamos, Vladimir Ilich!

—No, camagada. (71) No bebo más desde abgil del 17 cuando me pasé de copas. Me llevagon desde la estación Finlandia, me tgepé a un vagón blindado y gecité de un tigón una sagta de estupideces que hasta hoy, cada vez que lo pienso, me aveggüenzo…

Se identificó a los bolcheviques como el principal grupo de oposición de izquierdas de la Revolución de Febrero y el Gobierno Provisional, y fueron duramente criticados por otros grupos de izquierda, llamando a Lenin “el loco”. El bolchevique Lev Kámenev, por ejemplo, publicó en Pravda el 8 de abril, un artículo en el que consideraba la línea general de Lenin como inaceptable, porque asumía que la revolución democrático burguesa había sido completada. El siguiente chiste se burla de la afirmación de que la línea del Partido Comunista siempre ha sido consistente y científicamente comprobada como la única correcta.

Línea del Partido

El camarada Kuznetsov quería ser miembro del Partido, el Comité le preguntó:

—¿Alguna vez vaciló en seguir la línea del Partido?

—No, siempre vacilé junto con la línea.

Para la mayoría de los marxistas, lo que había ocurrido en febrero era la fase burguesa del desarrollo histórico y tomaría un largo tiempo antes de que el proletariado y sus organizaciones fueran lo suficientemente fuertes como para organizar una revolución. El apoyo popular al Gobierno Provisional se disipó rápidamente mientras el país se polarizaba a la derecha y la izquierda. El ánimo revolucionario de las masas, acentuado por la inflación y la escasez de bienes, llegó a la etapa de la acción directa.

Los campesinos se apoderaban de las tierras, aumentaron las huelgas y los obreros comenzaron a imponer el “Control de los Trabajadores” en las fábricas a través de comités de fábricas electos, el ejército se desmoronó a medida que los campesinos desertaban para participar en las tomas de tierras, y las unidades de reserva en las ciudades, temerosas de ser enviadas al frente, se convirtieron en fuerte apoyo de los bolcheviques.

Aleksandr Kerensky, presidente del Gobierno Provisional, actuó enviando tropas, cerrando las publicaciones bolcheviques y vigilando los puentes sobre el Neva por donde vendrían los trabajadores de los suburbios, lo cual dio a los bolcheviques una oportunidad ideal para presentar el golpe como un acto de defensa propia. En la mañana del 7 de noviembre los bolcheviques proclamaron el derrocamiento del Gobierno Provisional y Guardias Rojos de los suburbios industriales tomaron las estaciones de ferrocarril, los edificios públicos y, eventualmente, el Palacio de Invierno. Cuando el crucero Aurora disparó tiros de salva, los miembros del Gobierno Provisional se rindieron.

Crucero Aurora

Unos militares debaten acerca del arma más destructiva. Para uno es la bomba atómica; para otro, la bomba de hidrógeno.

“No”, dice el mayor experto en armas. “El arma más destructiva es el cañón en el crucero Aurora: un disparo y 72 años de ruinas” (chiste de 1989).

Solamente hubo cinco muertes en estos tres días y la vida normal continuaba su curso, los negocios estaban abiertos y los teatros funcionaban normalmente. Hobsbawm, (1994: 62) señala que hubo más heridos durante la filmación de Octubre, en 1927, que en la toma del Palacio de Invierno en 1917. En el próximo chiste, las unidades organizadas de trabajadores y soldados de los textos de historia y películas soviéticas son reducidas a una turba desorganizada de borrachos que buscan alcohol y accidentalmente toman el Palacio de Invierno, con lo cual el origen de la Unión Soviética es accidental, no planificado y caótico, todos rasgos que impregnan a todo el sistema. En el discurso del chiste, la desorganización se convierte en el tema central de la interpretación del modelo soviético (Krylova, 1999: 251).

Palacio de Invierno

Suena el teléfono en el Instituto Smolny. (72)

—Hola, aquí Instituto Smolny.

—¿Tienen cerveza?

—No.

—¿Y quién tiene?

—Los tipos en el Palacio de Invierno.

—¡Bien! Vamos a tomar el Palacio de Invierno. (73)

Hay una tarea subversiva en los chistes de este tipo pues en su esfuerzo para desarmar la representación oficial de la historia y la sociedad y para escapar a sus estructuras ideológicas, el chiste subversivo “exhibe un deseo paralelo para un orden civilizado, ‘normal’”. Se expone al lenguaje oficial, divorciado de la realidad, se descubre el caos, la incoherencia y la desorganización por debajo de la retórica oficial, escapándose a una no estructura que demanda una estructura (Krylova, 1999: 252).

Lenin proclamó la necesidad de difundir y expandir la revolución en todo el mundo y para ello se estableció la Tercer Internacional Comunista, o Komintern, (74) fundada en 1919. El comercio internacional se desplomó, las relaciones con otros países eran pocas: los Estados Unidos, por ejemplo, recién reconocieron a la Unión Soviética en 1933. El aislamiento dañó todos los esfuerzos para la recuperación económica, pero los bolcheviques insistían y enfatizaban la pureza ideológica.

Pureza ideológica

¿Cuál es la nación más pura de la Tierra? La Unión Soviética. No tiene relaciones con nadie.

Pese a los deseos de la dirigencia soviética y el Komintern no se produjo la ansiada revolución mundial y tampoco se unieron los proletarios del mundo en contra del capitalismo. Los partidos comunistas europeos y americanos que aceptaron el liderazgo del Komintern tenían muy poca influencia y afiliados en sus respectivos países, pero había que mantener las apariencias.

Rabinovich africano

Cuando no apareció ningún delegado africano en un congreso del Komintern, Moscú le envió un telegrama a la dirigencia en Odesa [una ciudad portuaria muy cosmopolita con un gran porcentaje de población judía]: “¡Envíennos un negro inmediatamente!”

El telegrama de respuesta decía: “Rabinovich ya se ha teñido, estamos esperando a que se seque”.

La Revolución de Octubre marcó el comienzo de una nueva era, de una completa ruptura con el pasado de Rusia y un nuevo comienzo. Se abandonó el burgués “Ministro” por el más proletario “Comisario del Pueblo”. El gabinete de ministros era ahora el Sovnarkom, (75) o Comisarios del Pueblo Soviético. La Revolución Rusa creó un nuevo lenguaje telegráfico de acrónimos para nombrar movimientos cu...

Índice

• Portadilla
• Legales
• Prólogo
• Introducción
• Capítulo I. Teorías del humor
• Capítulo II. Humor político
• Capítulo III. Humor político “comunista”
• Capítulo IV. Chistes en la Unión Soviética
• Capítulo V. Chistes en Europa central y oriental
• Capítulo VI. Humor y deslegitimación
• Bibliografía