Psicología. Lo inconsciente
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Psicología. Lo inconsciente

  1. 160 páginas
  2. Spanish
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  4. Disponible en iOS y Android
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Psicología. Lo inconsciente

Descripción del libro

Este texto pretende dar una reseña de los diversos modos de abordar el estudio de los procesos inconscientes, con especial referencia al psicoanálisis que se origina en el pensamiento de Sigmund Freud. Material en principio destinado a quienes se hallan en los inicios de las carreras de Psicología; intenta hacer una exposición sucinta de la psicología de lo inconsciente que pudiera ser orientadora para todo el lector que quiera tener un panorama de estas corrientes del pensamiento psicológico contemporáneo.

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Información

Editorial
Eudeba
Año
2017
ISBN del libro electrónico
9789502322520
Categoría
Psicología
Categoría
Psicoanálisis
Parte II
La teoría psicoanalítica
de Sigmund Freud
Heberto A. Rojo
Las rupturas epistemológicas del pensamiento freudiano
Algunas consideraciones generales
Si compartimos la idea de que el desarrollo de la ciencia no se da en forma lineal o acumulativa, como resultado de la resolución de enigmas, sino que se produce, por lo que señala T. Khun en su primer trabajo, a través de revoluciones científicas, será cierto entonces que el psicoanálisis produce una revolución en el campo de la ciencia originando un nuevo paradigma que no sólo influirá en el campo de la psicología sino que la trascenderá.
El objetivo de este trabajo introductorio es el de dar cuenta de algunas de las influencias que recibe Freud y paralelamente, el de señalar las rupturas epistemológicas que produce su desarrollo teórico con el saber de su época. También, articular los conceptos más importantes de su obra, acudiendo a su palabra en diferentes artículos, pero teniendo en cuenta que dichas citas son el resultado de una selección no caprichosa aunque seguramente subjetiva.
Sigmund Freud fue el fundador de una corriente de pensamiento que colaboró en poner en tela de juicio algunos de los supuestos básicos desde los que partía y descansaba el saber de la moderna cultura occidental, aunque su libro La interpretación de los sueños (1900) –trabajo fundacional de la teoría psicoanalítica en el que se expresan sus primeras hipótesis– tardó varios años en vender su primera edición de 600 ejemplares.
Fue así ignorado por los científicos en general o, en el mejor de los casos, duramente criticado. Sin embargo, apoyándose en la seguridad de sus investigaciones, poco a poco comenzó a ser escuchado aunque no siempre bien comprendido.
En sus primeros trabajos utilizó los términos análisis y análisis hipnótico para dar cuenta de una nueva forma de abordaje de los fenómenos psicológicos. El término psicoanálisis empieza a figurar en dos trabajos escritos en 1896, siendo en Nuevas observaciones sobre la neuropsicosis de defensa en donde puntualiza que es el único método que permite “hacer consciente lo inconsciente”. Años después precisará:
“Llamamos psicoanálisis al trabajo mediante el cual traemos a la conciencia (1) del enfermo lo psíquico reprimido (2) en él”.
Pero si lo psíquico está referido a lo mental, ¿por qué análisis? Freud señala en un artículo titulado Los caminos de la terapia psicoanalítica (1919) que análisis significa descomposición, asociación, sugiriendo la actividad del químico en el laboratorio. Esta técnica le permite partir de la consideración de los síntomas psíquicos como manifestaciones altamente compuestas para llegar así a los elementos de su composición: motivaciones, mociones pulsionales (3), pudiendo dar explicación a manifestaciones no patológicas como sueños, actos fallidos y tendencias sexuales cuyas causas permanecían ignoradas por el propio sujeto. Sin embargo, establece que esta comparación con la química tiene ciertos límites, ya que, por ejemplo, cuando se desarticula un síntoma (4), al liberar una moción pulsional de un conjunto de relaciones, ésta no permanece aislada sino que pasa a formar parte de un nuevo conjunto.
La definición más abarcativa que da Freud a lo largo de su obra con respecto a su teoría es la siguiente:
Psicoanálisis es el nombre de:
“Un método de investigación de los procesos mentales prácticamente inaccesibles de otro modo”.
“Un método basado en la investigación para el tratamiento de trastornos neuróticos (5).”
“Una serie de concepciones psicológicas adquiridas por este medio y que en conjunto van en aumento para formar progresivamente una nueva disciplina científica.” Enciclopedia (1922).
No es casual en esta definición su insistencia en el tema de la investigación, ya que su elaboración teórica se nutre y se contrasta permanentemente en la actividad clínica y no de la especulación como punto de origen. La teoría no es un añadido contingente, ya que es constitutiva del objeto mismo. El inconsciente como existente psíquico no es separable de los modelos tópico (diferenciación del aparato psíquico en sistemas), económico (distribución y circulación de energía) y dinámico (como un conflicto de fuerzas) que constituyen la teoría.
N. Braunstein en su artículo “¿Qué entienden los psicólogos por Psicología?” señala que el psicoanálisis como teoría trasciende el plano de la práctica ideológica, a diferencia de otras teorías que a partir de la observación, experimentación y clasificación establecen relaciones de fenómenos más o menos constantes en sus posibles articulaciones, arribando a leyes sin explicarlas. Para el psicoanálisis la conciencia y la conducta constituyen el campo de lo apariencial e ideológico que deberá ser tratado por un pensamiento científico. Las explicaciones dadas por Freud son el resultado de tomar esas abstracciones simples (materia prima indeterminada) y procesarlas a partir de los conceptos de una práctica teórica.
Una de las características del Psicoanálisis es que mientras las ciencias trataban de lo universal, Freud va a partir de lo singular. La escucha del libre discurrir de sus pacientes (técnica de la asociación libre) lo lleva a una extensión de lo natural y lo social. Lo que claramente va a diferenciar a esta teoría de otras es el rescate de la particularidad del sujeto de estudio, donde las generalizaciones caen para dejar paso a la significación personal en relación con su historia y sus deseos.
“Freud se atreve así a nombrar lo innombrable, llegando a los umbrales de lo prohibido”. De esta forma evidencia los límites de la razón, punto de partida y meta final de la ciencia por aquel entonces.
“Una psicología que no ha conseguido explicar los sueños no podrá tampoco proporcionarnos una explicación de la vida anímica normal; no tiene derecho alguno al nombre de ciencia.” Freud, S.: Análisis profano (1926).
Contextualizando su cuerpo teórico en el campo de las ciencias señala:
“He dado por sentado que el psicoanálisis no es una rama especializada de la Medicina, y por mi parte no concibo que sea posible dejar de reconocerlo. El psicoanálisis es una parte de la Psicología, ni siquiera de la Psicología médica en el viejo sentido del término, ni de la Psicología de los procesos mórbidos sino simplemente de la Psicología a secas. No representa su totalidad, sino su infraestructura, quizá aún todo su fundamento.” Apéndice, Análisis profano (1927).
Si bien sus trabajos se inician en el campo de la clínica, su teoría le permite trascender la misma extendiendo su aplicación a diversos fenómenos intersubjetivos y culturales. En el artículo Múltiple interés del psicoanálisis (1913) Freud señala la colaboración del psicoanálisis con las ciencias no psicológicas.
Aporta a la ciencia del lenguaje, pero no tan sólo a la expresión del pensamiento en palabras, sino también al lenguaje de los gestos y a la escritura, teniendo en cuenta que las interpretaciones del psicoanálisis son traducciones que permiten el pasaje de una forma expresiva extraña a nosotros, a otra familiar a nuestro pensamiento.
Con respecto a la biología, al estudiar la sexualidad del adulto y observarla a la luz de los conocimientos adquiridos sobre la vida infantil, no se nos muestra ya la sexualidad como una función encaminada sólo a la reproducción y equivalente a las funciones digestivas, respiratorias, etc., sino que trasciende lo biológico. El concepto de pulsión, a diferencia del de instinto, se impone como un concepto límite entre las concepciones biológica y psicológica.
El interés del psicoanálisis para la historia de la civilización surge en la comparación de la infancia del individuo con la historia primitiva de los pueblos, permitiendo un nuevo instrumento de trabajo y planteando así nuevos interrogantes. Es posible, entonces, aplicar la concepción psicoanalítica obtenida en el estudio de los sueños y las neurosis a los productos de las fantasías de los pueblos, tales como mitos y fábulas. Mientras que las fantasías impiden la aparición de la angustia (6), los mitos se construyen frente a hechos que la han producido; en tanto haya un vacío, el mito es una construcción que alivia.
Con respecto a la pedagogía, Freud señala que cuando los educadores se hayan familiarizado con los resultados del psicoanálisis, les será más fácil reconciliarse con determinadas fases de la evolución infantil, y no correrán el peligro de exagerar la importancia de impulsos asociales del niño, ya que la represión violenta desde el exterior no produce nunca la desaparición ni el vencimiento de tales pulsiones, sino que por el contrario puede iniciar una tendencia a ulteriores enfermedades neuróticas.
Por otra parte, el psicoanálisis resuelve también satisfactoriamente algunos de los problemas entre el arte y el artista, así como otros hechos culturales y sociales.
“La investigación psicoanalítica descubre en la vida psíquica del individuo humano hechos que nos permiten resolver más de un enigma de la vida colectiva de los hombres, o por lo menos fijar su verdadera naturaleza.” Freud, S.: Lecciones introductorias al psicoanálisis (1916).
Debemos destacar que Freud no creía que el psicoanálisis estaba destinado a una nueva concepción del mundo o que desde su teoría podía explicarse todo; sólo la consideraba como un aporte más al conocimiento científico. Aun con sus diferencias, estaba fuertemente determinado por el espíritu de la época. Propiciaba, por lo tanto, una filosofía de la vida basada en la ciencia y no en la metafísica y en la religión.
Freud instaura una psicología subjetivista, abriendo un espacio en la ciencia para las diferencias. Hay un rescate del sujeto, pero éste no es un sujeto aislado. En la introducción del artículo Psicología de las masas y análisis del Yo (1920/21) señala:
“En la vida anímica individual aparece integrado siempre, efectivamente, el otro, como modelo, objeto, auxiliar o adversario, y de este modo la psicología individual es al mismo tiempo y desde un principio psicología social, en un sentido amplio pero plenamente justificado”.
Durante los años en que desarrolló su obra no dejó nunca de replantear sus elaboraciones teóricas y sus aplicaciones, las que giraron sobre una idea vertebral: su conceptualización del inconsciente y los procedimientos de investigación para develar su discurso.
Su formación científico-cultural
Sigmund Freud nace en 1856 en Freiberg, Moravia, bajo el imperio austrohúngaro. A los tres años va a vivir a Viena, ciudad en la que pasa la mayor parte de su vida. Cuando en 1937 los nazis ocupan Austria, Freud se ve obligado a refugiarse en Inglaterra. En 1939 muere en Londres.
En el año 1859, cuando Freud se instala en Viena, Charles Darwin publica su trascendental libro El origen de las especies, marcando un hito importante en el desarrollo científico. Sus estudios e investigaciones señalan, a diferencia de otras teorías como la de Lamarck, Chambers, Spencer y los naturphilosophen alemanes, la no existencia de una meta ya establecida tanto por Dios o por la naturaleza. Lamarck, quien tendrá cierta influencia en posteriores conceptos del psicoanálisis (fantasías originarias y el inconsciente colectivo de Jung) sostenía la transmisión hereditaria de los conocimientos en la especie y la existencia de una tendencia interna de adaptación. Darwin, contrariamente, va a hablar de una selección natural. Sus trabajos, aunque fueron fuertemente resistidos en su momento, revolucionaron la concepción que el ser humano tenía acerca de sí mismo.
Freud tomará dichos aportes como una de las tres heridas narcisistas que históricamente sufre el hombre. La primera aparece cuando descubre que la Tierra no es el centro del universo, perdiendo así el lugar jerárquico que se había asignado. La segunda estará referida a los aportes de Darwin: el sujeto humano pasa a ser un objeto más de estudio de la naturaleza, siendo el resultado de la evolución de las especies. La tercera herida narcisista es el descubrimiento del inconsciente, ya que a diferencia de lo que se pensaba no somos íntegramente racionales; la mayor parte de las motivaciones de nuestras conductas nos es desconocida.
Hacia 1860, G. Fechner, hombre de ciencia, filósofo alemán e iniciador de la psicología experimental, demostró que los fenómenos mentales eran pasibles de ser abordados científicamente y medirse cuantitativamente. Recordemos que el paradigma científico de aquel momento era el de las ciencias naturales. El trabajo de este pensador –y otros posteriores– facilitan la entrada de la psicología al campo del conocimiento científico, donde comenzó a despertar interés.
Una publicación de Fechner en 1873, titulada “Algunas ideas sobre la historia de la creación y evolución de los organismos” será citada por Freud en 1920 por coincidir en esencia con la concepción de placer y displacer deducida por la teoría psicoanalítica.
Los aportes de la física contribuyen en la construcción del edificio de la ciencia. A mediados de siglo, Herman von Helmholtz formuló el principio de la conservación de la energía, señalando que la misma, al igual que la masa, es cantidad y que puede transformarse pero no ser destruida. Desarrolla de este modo lo que se considerará como el “campo de la dinámica”; la energía, cuando desaparece en una parte del sistema, tiene que aparecer en otra parte del mismo. Esto llevó a pensar en una nueva visión del ser humano estudiándolo y comprendiéndolo como un sistema de energía.
En 1873, Freud comienza sus estudios de medicina, decisión que toma por la lectura de un ensayo goethiano “La Naturaleza”, pues hasta ese entonces pensaba seguir abogacía. Se recibe tardíamente, en 1881, por dedicarse de lleno a trabajos de investigación. Su primer investigación versó sobre el estudio de las anguilas de río en la estación zoológica de Trieste, dirigida por Carl Claus, quien motivó a Freud a que realizara su primera publicación científica. En ella señala la posibilidad de que la diferenciación sexual de las anguilas no estuviera determinada genéticamente (intersexualidad), sin advertir en aquel momento la importancia posterior que tendrá para él la temática sexual. Luego realiza investigaciones en el Instituto de Fisiología dirigido por el destacado investigador Ernst Brücke, donde desarrolla una brillante carrera de investigación y gana en 1885 un concurso como docente de neuropatología. En 1886 la facultad lo beca para continuar sus estudios en París, y Freud elige la Clínica de la Salpetrière. Se interesa allí por los trabajos sobre la histeria dirigidos por el médico Jean M. Charcot y descubre el aspecto psicológico de la neuropatología y también la técnica de la hipnosis. Tanto esta última experiencia como las novedosas conceptualizaciones sobre fisiología dinámica de Brücke (quien sostenía que el organismo vivo es un sistema dinámico al que se le pueden aplicar las leyes de la física y de la química), marcarán un camino a seguir en sus posteriores investigaciones. Tomando los aportes de Brücke pero extendiéndolos a lo psicológico, configura un hecho trascendental cuando construye una psicología dinámica que intenta dar cuenta del conflicto psíquico.
A partir del trabajo realizado con el destacado médico clínico A. Breuer sobre un caso de histeria y por las...

Índice

  1. Portada
  2. Portadilla
  3. Legales
  4. Introduccion
  5. Parte I
  6. Parte II
  7. Parte III
  8. Bibliografia