Energía sostenible sin malos humos

Javier Samanes Pascual, Julio Pascual Miqueleiz, Alberto Berrueta Irigoyen, Miguel Araiz Vega, Leyre Catalán Ros, Patricia Aranguren Garacochea, David Arricibita de Andrés

• Editorial: UIT Cambridge
• Año: 2020
• ISBN de la versión impresa: 9788497693530
• ISBN del libro electrónico: 9781912934188
• Categoría: Ciencias físicas
• Categoría: Energía

El recurso renovable es «enorme», pero nuestro consumo también es «enorme». Para comparar cosas «enormes» necesitamos números, no adjetivos. Este libro acaba con todas las afirmaciones contradictorias de la prensa, gobiernos y grupos de presión sea cual sea su ideología. Te ofrece los números y hechos que necesitas, en porciones fáciles de digerir, para que puedas entender el problema y construir tus propias conclusiones.

Este libro ha sido escrito por un grupo de siete profesores e investigadores de la Universidad Pública de Navarra, de las áreas de ingeniería eléctrica y térmica, unidos por las energías renovables.

Parte II

Marcando la
diferencia

Capítulo 19

Muchos pocos suman poco

Ya hemos visto que el estilo de vida que tenemos actualmente en España difícilmente se puede mantener a base de energías renovables, a menos que se cubran grandes áreas rurales y marítimas. Así que, ¿qué opciones nos quedan si queremos deshacernos de los combustibles fósiles y vivir de forma sostenible? Podemos equilibrar este sistema a base de reducir la demanda, incrementar el suministro renovable o, por supuesto, combinar ambas.

Pero no te hagas ilusiones. Para conseguir nuestro objetivo de deshacernos de los combustibles fósiles, estas reducciones de demanda y aumentos de generación tienen que ser grandes. No te despistes con el mito «muchos pocos suman mucho». Si todo el mundo hace un poco, conseguiremos poco. Debemos hacer mucho. Lo que hace falta son cambios grandes en la demanda y en el suministro.

«Pero seguro que si todos los 750 millones de europeos hacemos un poco, conseguiremos mucho». No. Estos «si todos» son unas máquinas de multiplicar que hacen que las cosas pequeñas suenen grandes. Estas máquinas «si todos» permiten construir inspiradoras frases del tipo «si todo el mundo hiciera X, conseguiríamos suficiente energía / agua / gas para hacer Y», donde Y suena muy impresionante. ¿Sorprende que Y suene grande? Por supuesto que no. Hemos conseguido Y multiplicando X por el número de personas involucradas: ¡750 millones! Veamos un ejemplo: este es un consejo dado a través de la plataforma online twenergy, una iniciativa de la empresa Endesa por la eficiencia y la sostenibilidad, según reza la propia página web en su cabecera:

Desconecta el cargador de móvil cuando no lo estés usando [...] si el 10 % de usuarios de móvil desconectaran el cargador se ahorraría el equivalente al consumo de 60 000 hogares europeos en un año.

¿60 000? ¡Oh! ¡Cuántos hogares! ¡Apaga los cargadores! 60 000 es un montón, pero la comparación sensata de esta cantidad es el número total de casas que participan en nuestro enunciado, es decir, el 10 % de 220 millones, o 22 millones de hogares. 60 000 solo es un 0,25 % de los 22 millones de hogares. Así que, aunque la frase mencionada es verdad, sería mejor expresarla como:

Si dejas tu cargador de móvil enchufado, este usa un 0,25 % del consumo eléctrico de tu hogar.

¿Y si todo el mundo lo hace?

Si todo el mundo deja su cargador de móvil enchufado, esos cargadores usan un 0,25 % del consumo eléctrico de sus hogares.

Como decía Stefan George, «ya vuestro número es un crimen»: el crimen de una sociedad en la que la población creciente agrava la lucha por la existencia.

José Ortega y Gasset

El crecimiento de la población mundial durante los próximos veinticinco años [...] es el problema fundamental de nuestra existencia.

Naciones Unidas

La democracia no puede sobrevivir a la superpoblación. La dignidad humana no puede sobrevivir a la superpoblación.

Isaac Asimov

El consumo de los cargadores de móviles es un tema muy recurrente en los medios de comunicación. En marzo de 2018 se publicaron sendas noticias en Andro4all [120] y en 20minutos.es [121] que calificaban este consumo de energía como «realmente significativo», basando su argumentación en que, «si los habitantes de todo el mundo desenchufaran sus cargadores de móvil, se ahorraría la energía consumida por los 33 países del mundo con menor consumo».

La máquina de multiplicar «si todos» no sirve, ya que desvía la atención de la gente a 22 millones de pececillos en lugar de a 22 millones de tiburones. El mantra «pequeños cambios producen grandes resultados» no sirve de nada cuando se aplica al cambio climático y a la energía. Puede ser verdad que «mucha gente haciendo un poco suman mucho», si todos esos «pocos» se focalizan en un solo «mucho» –por ejemplo, si un millón de personas donan 10 € a una víctima de un accidente, entonces la víctima recibe 10 millones de €–. Eso es mucho. Pero la energía es una cosa muy diferente. Todos usamos energía. Así que, para conseguir una «gran diferencia» en el consumo total de energía, necesitas que casi todo el mundo haga un «gran cambio» en su propio consumo.

Por tanto, lo que hace falta son cambios grandes tanto en la demanda como en el suministro. La demanda se puede reducir de tres formas:

■ Reduciendo la población.

■ Cambiando nuestro estilo de vida.

■ Manteniendo nuestro estilo de vida, pero reduciendo sus necesidades energéticas mediante «eficiencia» y «tecnología».

El suministro puede aumentarse también de tres formas:

■ Podríamos librarnos de los combustibles fósiles desarrollando la tecnología del «carbón limpio». ¡Ups! El carbón es un combustible fósil. Bueno, no importa, vamos a darle una vuelta a esta idea. Si utilizamos el carbón de forma «sostenible» (enseguida definiremos sostenible), ¿cuánta potencia nos podría ofrecer? Si no nos preocupa la sostenibilidad y nos centramos únicamente en la «seguridad del suministro», ¿nos ofrece esto el carbón?

■ Podríamos invertir en fisión nuclear. ¿Es sostenible la actual tecnología nuclear? ¿Es al menos una solución temporal que puede durar unos 100 años?

■ Podemos comprar, pedir o robar energía renovable de otros países; pero teniendo en cuenta que muchos países europeos, con mayor densidad de población que España, estarán en una situación peor que la nuestra y no tendrán energía renovable de sobra; y teniendo también en cuenta que utilizar energía renovable de otros países no hace que se reduzca mágicamente el número de centrales que hacen falta. Por tanto, si compramos energía renovable de otros países para evitar construir plantas de producción del tamaño de Murcia en nuestro país, alguien tendrá que construir centrales, aproximadamente del tamaño de Murcia, en esos otros países.

En los próximos seis capítulos hablaremos, primero, de cómo reducir nuestra demanda y, después, de cómo incrementar el suministro para cubrir esa demanda reducida, aunque todavía «enorme». En estos capítulos no vamos a mencionar todas las buenas ideas. Solo hablaremos sobre las ideas grandes.

España esquemática

Para simplificar y focalizar esta discusión sobre la reducción de la demanda, proponemos trabajar con un esquema del consumo energético de España, omitiendo muchos detalles con el fin de centrarnos en la situación global. Nuestra España esquemática consume solo tres tipos de energía: calor, transporte y electricidad. El consumo de calor de la España esquemática es de 18 kWh al día por persona (actualmente suministrado por combustibles fósiles); el consumo por transporte es de 35 kWh por persona y día (actualmente suministrado por combustibles fósiles), y el consumo eléctrico es de 16 kWh(e) por persona y día. El 60 % de la electricidad se generó en el año 2016 con combustibles fósiles, y la eficiencia de conversión de combustibles fósiles a electricidad es del 40 %, por lo que en la actual España esquemática se necesitan 25 kWh/p/d de combustibles fósiles para suministrar 16 kWh/p/d eléctricos. Esta simplificación ignora algunos detalles relativamente grandes, como la agricultura y la industria, y el consumo energético implícito en los productos importados. Pero nos gustaría poder tener una conversación ágil sobre las principales acciones que debemos llevar a cabo para librarnos de los combustibles fósiles. Calor, transporte y electricidad suponen más de la mitad de nuestro consumo energético total, por lo que, si diseñamos un plan que convierta el calor, el transporte y la electricidad en sostenibles, habremos dado un importante paso hacia un plan más detallado con resultados interesantes.

Tras estas simplificaciones, nuestra discusión sobre la reducción de la demanda tendrá tres partes. Primero, ¿cómo podemos reducir la demanda energética y eliminar los combustibles fósiles del transporte? Este es el tema del Capítulo 20. Segundo, ¿cómo podemos reducir la demanda energética y eliminar los combustibles fósiles de la calefacción? Este es el tema del Capítulo 21. ¿Y la electricidad? En el Capítulo 22 discutiremos sobre la eficiencia en el consumo eléctrico.

Por otro lado, analizaremos tres opciones de suministro –carbón limpio, nuclear y las renovables de otra gente– en el Capítulo 23, el Capítulo 24 y el Capítulo 25, respectivamente. Por último, en el Capítulo 26 se habla de cómo hacer frente a las fluctuaciones en la demanda y en la producción renovable.

Una vez que hayamos desgranado las opciones de reducción de la demanda y aumento de la generación, en los Capí...

Índice

• Cover
• Title
• Índice
• Prólogo
• Prefacio
• I. Números, no adjetivos
• II. Marcando la diferencia
• III. Apéndices técnicos
• IV. Datos útiles
• Bibliografía
• Sobre los autores
• Agradecimientos
• Copyright