La comunicación audiovisual en tiempos de pandemia
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La comunicación audiovisual en tiempos de pandemia

  1. 440 páginas
  2. Spanish
  3. ePUB (apto para móviles)
  4. Disponible en iOS y Android
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La comunicación audiovisual en tiempos de pandemia

Descripción del libro

La presente publicación reflexiona y analiza temas candentes sobre la coyuntura vírica mundial y su relación con el sistema mediático, como: el acceso a una información rigurosa y contrastada, los peligros de la "infodemia" y la situación de los medios en el periodo "postpandemia", el tratamiento mediático de los colectivos sociales más vulnerables, la divulgación científica y cultural en la pandemia, la crisis y los modelos de comunicación pública, la especial atención a los contenidos de los informativos y un apartado final de buenas conductas de contenidos audiovisuales en tiempos de pandemia.

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Información

Año
2021
ISBN del libro electrónico
9788418525698
Experiencias audiovisuales en tiempos de pandemia
Sostenibilidad en los modelos de financiación para canales de televisión públicos y el paradigma colaborativo ante la COVID-19
Lorna Chacón Martínez
Introducción
Los medios de comunicación públicos han experimentado diversos modelos de financiamiento en Iberoamérica, donde una mayoría se había alejado, hasta hace relativamente pocos años, de pensar en la sostenibilidad financiera, pues su enfoque, tradicionalmente, ha sido más institucional que empresarial. Con la llegada de la comunicación digital, estos medios enfrentan el reto de ser sostenibles, enfrentar la competencia de los medios privados y, al mismo tiempo, ofrecer una oferta de contenidos atractiva para sus audiencias y mantener la independencia de sus fuentes de financiamiento.
En este contexto, el objetivo de este artículo es perfilar algunos elementos que debería tener un modelo para financiar un medio público, con el fin de aportar a un debate aún no terminado sobre la pertinencia de la comunicación pública como un derecho ciudadano bajo la premisa de que los medios de comunicación públicos deben tener un carácter estatal pero no oficial.
A diferencia del sector privado, los medios públicos se caracterizan por, al menos, tres condiciones que los diferencian del resto: garantizan el sistema democrático, ofrecen igualdad de oportunidades para todas las personas con el fin de contribuir a una menor desigualdad social, y visibilizan la cultura y el quehacer de los territorios y comunidades fuera del área central urbana de los países para garantizar el derecho a la comunicación de todas y todos los habitantes. Para cumplir con las tres condiciones anteriores, las sociedades realizan una importante inversión social que les da un retorno, muchas veces intangible, que se traduce en una mejor calidad de vida, pensamiento crítico de los ciudadanos e igualdad de oportunidades, así como menos brechas sociales.
Si bien lo anterior significa que hay un rédito social que generan los medios públicos, no debe implicar que sean empresas que arrastren pérdidas financieras, como ha sucedido en varios países, sino que los nuevos modelos de medios públicos deben aspirar a un sano equilibrio entre el impulso a la educación y la cultura con un manejo financiero responsable, que les permita obtener los recursos necesarios para poder cumplir con sus objetivos. Sin embargo, éste pareciera ser el mayor reto que enfrentan los medios públicos pues, a pesar de que se han ensayado diversos modelos de financiamiento que responden a las especificidades de cada país o región, ninguno se ha logrado consolidar como la fórmula idónea para financiar a un medio público manteniendo su independencia.
La llegada de la pandemia por COVID-19 en el año 2020 afectó directamente la capacidad de producir contenidos audiovisuales de los canales públicos y privados debido a los riesgos de contagio durante las filmaciones, así como por la caída en los ingresos de los medios de comunicación. Fue durante esta emergencia sanitaria cuando el modelo solidario de trabajo colaborativo e intercambio entre canales públicos —una práctica tradicional pero no intensiva— se afianzó como un nuevo paradigma que podría consolidarse en los próximos años como la mejor opción para la televisión pública de diversos países.
Interés público
La pandemia por la COVID-19 ha puesto hoy más que nunca en perspectiva el alto valor de los medios de comunicación públicos (radio, televisión o medios digitales), los cuales, al ser financiados por los ciudadanos de un país, se espera que generen contenidos de interés público para esas personas con criterios participativos y de no discriminación.
Becerra y Waisbord (2015: 14) consideran que la premisa central del ideario de los medios públicos es que «deben estar en el corazón de la vida democrática y actuar como pilar comunicativo de las diferentes necesidades de la democracia-diálogo, diversidad de ideas, construcción de identidades, tolerancia, y libertad de expresión».
Es importante que los medios públicos sean entendidos dentro de la ecología cultural e informativa más allá de los medios de comunicación. En esta ecología es importante considerar museos, escuelas, universidades, y bibliotecas entre otras instituciones ya que, junto con los medios son parte de la infraestructura de información pública. Los medios públicos deberían formalizar sociedades y colaboraciones puntuales con otras instituciones para la producción, diseminación y consumo de contenidos. No son instituciones separadas, aisladas sin parte integral de tal infraestructura que, del mismo modo, apuntar a ofrecer recursos informativos y cultura, afirman los autores (2005: 18).
En ese sentido, los medios públicos están llamados a ofrecer oportunidades a todas y todos los habitantes de un país, especialmente a los más vulnerables, para que puedan tener mejores condiciones sociales. Gracias a la televisión digital, los medios públicos han podido ofrecer de manera gratuita educación abierta para personas que han sido excluidas del sistema educativo formal, educación secundaria y universitaria a distancia, diversos idiomas, curso de licencia para conducir, preparación para la admisión de las universidades públicas, escuela para padres, educación financiera, nuevas masculinidades, educación sexual, psicología, orientación familiar y asesoría contra las adicciones, entre muchos otros programas de formación.
Un sistema de radiodifusión de este tipo ayuda a cerrar brechas mediante el desarrollo de alianzas con los Ministerios de Educación y Cultura, universidades y otros centros educativos para brindar un acceso gratuito y sin ningún tipo de discriminación a todas las personas que deseen superarse pero que, por diversas circunstancias, no han podido hacerlo dentro del sistema educativo formal.
Esta misión de los medios públicos se contrapone contra sus modelos de financiamiento, ya que muchos de estos servicios no son totalmente rentables y, por esa razón, es que, usualmente, no figuran en las parrillas de los medios de comunicación privados, los cuales han migrado hacia el entretenimiento como una fórmula segura de garantizar ganancias. Es por lo anterior que, en términos generales, los medios públicos no han logrado alcanzar altas tasas de audiencia (rating), ya que sus productos son para audiencias específicas, y, por ende, al no tener altas tasas de audiencia tampoco van a despertar el interés de los anunciantes como sí lo han logrado sus competidores del sector privado.
El investigador colombiano Omar Rincón es uno de los académicos latinoamericanos que más se ha dedicado a estudiar el papel de los medios públicos. Rincón (2008) considera que «el Estado debe posibilitar que todo ciudadano se comunique, que todo ciudadano pueda tener medios de comunicación, que todo ciudadano pueda estar en los medios de comunicación. Si la libertad de información no está funcionando muy bien, a través del ejercicio del derecho a la comunicación, como Estado, puedo fomentar otras formas de comunicación. Son derechos complementarios», asegura.
Según Rincón, los medios públicos deben atender «poblaciones prioritarias» que la televisión privada no lo hace: niños, adultos mayores, indígenas, afros, etc. Afirma que los medios públicos deben ser «un laboratorio experimental de comunicación donde se diseñen nuevos formatos, nuevas estéticas, nuevas narrativas más cercanas a la realidad y no copiando a Miami o a Europa». El especialista plantea que los medios públicos deberían facilitar la posibilidad de que cada ciudadano se convierta en un productor de comunicación, que sienta que ...

Índice

  1. Portadilla
  2. Títulos publicados
  3. Portada
  4. Créditos
  5. Índice
  6. Introducción
  7. Prólogo. La pandemia como revelador de las carencias comunicativas
  8. Infodemia y medios
  9. La comunicación de la ciencia y la cultura en la crisis vírica
  10. Reordenación y difusión de contenidos audiovisuales en la comunicación institucional
  11. Tratamiento informativo y COVID-19
  12. Experiencias audiovisuales en tiempos de pandemia
  13. Sobre los autores