Lo que hicimos
  1. 120 páginas
  2. Spanish
  3. ePUB (apto para móviles)
  4. Disponible en iOS y Android
eBook - ePub

Descripción del libro

La poesía es un estado de percepción que alinea diferentes realidades y, al superponerlas, inventa posibilidades para los paisajes interiores. nuevos en los libros de López Mills los géneros se transforman y se mezclan; la lectura, la traducción y la creación desdibujan sus límites; el delirio y el aforismo se alternan para generar una temperatura en el lenguaje se desata. Este libro es un diálogo con Rimbaud y sus Iluminaciones, cuyos versos sirven de pista de desesperación para fraguar de escritura y explorar personajes, imágenes, precipitaciones de la conciencia. "Es entretenido que esto se convierta en una ruta personal en el mapa que alguien observa desde arriba", dice el poeta, anunciando la naturaleza de este viaje al interior de la esfera. Todo se refleja fragmentos de experiencia y se reordena para envolvernos. En estas prosas, la siguiente línea es un túnel a la otra esquina del mundo.

Preguntas frecuentes

Sí, puedes cancelar tu suscripción en cualquier momento desde la pestaña Suscripción en los ajustes de tu cuenta en el sitio web de Perlego. La suscripción seguirá activa hasta que finalice el periodo de facturación actual. Descubre cómo cancelar tu suscripción.
Por el momento, todos los libros ePub adaptables a dispositivos móviles se pueden descargar a través de la aplicación. La mayor parte de nuestros PDF también se puede descargar y ya estamos trabajando para que el resto también sea descargable. Obtén más información aquí.
Perlego ofrece dos planes: Esencial y Avanzado
  • Esencial es ideal para estudiantes y profesionales que disfrutan explorando una amplia variedad de materias. Accede a la Biblioteca Esencial con más de 800.000 títulos de confianza y best-sellers en negocios, crecimiento personal y humanidades. Incluye lectura ilimitada y voz estándar de lectura en voz alta.
  • Avanzado: Perfecto para estudiantes avanzados e investigadores que necesitan acceso completo e ilimitado. Desbloquea más de 1,4 millones de libros en cientos de materias, incluidos títulos académicos y especializados. El plan Avanzado también incluye funciones avanzadas como Premium Read Aloud y Research Assistant.
Ambos planes están disponibles con ciclos de facturación mensual, cada cuatro meses o anual.
Somos un servicio de suscripción de libros de texto en línea que te permite acceder a toda una biblioteca en línea por menos de lo que cuesta un libro al mes. Con más de un millón de libros sobre más de 1000 categorías, ¡tenemos todo lo que necesitas! Obtén más información aquí.
Busca el símbolo de lectura en voz alta en tu próximo libro para ver si puedes escucharlo. La herramienta de lectura en voz alta lee el texto en voz alta por ti, resaltando el texto a medida que se lee. Puedes pausarla, acelerarla y ralentizarla. Obtén más información aquí.
¡Sí! Puedes usar la app de Perlego tanto en dispositivos iOS como Android para leer en cualquier momento, en cualquier lugar, incluso sin conexión. Perfecto para desplazamientos o cuando estás en movimiento.
Ten en cuenta que no podemos dar soporte a dispositivos con iOS 13 o Android 7 o versiones anteriores. Aprende más sobre el uso de la app.
Sí, puedes acceder a Lo que hicimos de Tedi López Mills,Alejandro Magallanes González en formato PDF o ePUB, así como a otros libros populares de Literatura y Poesía americana. Tenemos más de un millón de libros disponibles en nuestro catálogo para que explores.

Información

Año
2021
ISBN del libro electrónico
9786078764426
Edición
1
Categoría
Literatura

1.

Cualquier cordillera serviría, aunque los Alpes (según me dicen) retienen la historia de sus cimas, una capa de palabras que las describe cuando uno la observa desde abajo como siempre, aunque nunca es así, aclara la Señora, dándonos un reglazo en los nudillos: “¡No son capas las palabras y jamás se observan!” Pero al menos hoy no me disuaden los golpes. Capas esconden capas y después huecos si falla el sistema. ¿Has visto un oquedal, un verdadero oquedal? Hay simulacros peores que los sinónimos y los hoyos que van dejando. Un sotobosque, por ejemplo, ¿qué podría hacer o construir en medio del camino para que notáramos su contraste con la luz? Quizás una sombra arbórea, un retazo de follaje caído en el pavimento y luego los residuos con su propia idiosincrasia. La Señora instaló un piano en los Alpes –fue un martes, creo– con la idea de recomponer la partitura que le había fallado a ras de tierra y de averiguar cómo sonaban las notas en la atmósfera más exigua. La Señora *** tenía aspiraciones; sus dedos sutiles en las teclas (según ella) eran prueba de su juventud. Aunque tú y yo tenemos otro recuerdo, el manoseo en la escalera estrecha, el hielo contrito en la imaginación, las escarchas furtivas en el vidrio de tu aliento en mi boca. Giramos hacia una orilla: uno y dos y tres se convirtieron en el principio de una anécdota que se llamó curiosa. No dimos el cuarto paso por miedo a caernos. Diez albañiles clavaban sus picas en la grava sin los Alpes al fondo. Un idioma no se oye bien en otro idioma.

2.

La niña con el labio de naranja o la muchacha de los labios anaranjados o la niña con los días contados sin la naranja en los labios o la muchacha en el viento con las cáscaras de naranja pegadas a la piel sin los labios en la cara. Cuesta lo mismo venderlas que comprarlas. Gratis no sirven. Ofrezco cuatro por dos o seis por cuatro. Pierdo amigos según las sumas y las restas. Antes vi flores donde había apenas los alambres de una reja antigua. Mis cuadrúpedos de hoy no son hermosos, no se estiran bajo ningún sol que al cabo los fastidie; me ignoran cuando los llamo. Entre una ventana y otra puede inventarse un país. Eso he notado mientras cuento y descuento. Nadie me dijo hija, nadie me puso nombre. La niña o la muchacha abren los surcos que hacen falta para resguardarse de la lluvia o la imagen de la lluvia o mi voz cuando la oigo en el cuarto frente a un espejo donde la niña o la muchacha fabrican las mentiras del caso. Está prohibido revelarlas salvo si llega un extranjero pidiendo instrucciones: “Se da usted la vuelta hasta topar con pared y ahí se rinde”. La niña o la muchacha me tienden la mano, me conducen por la brecha, me hablan de las naranjas que hallaron junto a un río de basura. Eran naranjas secas. En un barrio cercano la gente orina en las cloacas cuando los techos se desploman. Es la historia del día.

3.

No habrá nada mejor si nos invoca de pretexto la hora del tedio. Yo he visto el transcurso, la empatía, las piedras que embonan por la facilidad de un esquema. Cuando te lleve, ¿me traes? Cuando te mencione que antes el querido cuerpo, el querido cuerpo, querido corazón querido corazón se refugiaron en las zonas ásperas, ¿me creerás sin reclamarme la sorna? No divido regiones. Lo sé: mi viaje deja que desear; el tiempo de acá, con su madera, su ruido, sus varillas, el timbre de lejos o la música en la cortina, improvisa una cantidad vacía del otro lado que termina por llenarse de tropiezos o aduanas o cuarteles donde tres soldados empinan a un joven y lo embisten muy señorialmente mientras le susurran con suavidad que eso se llama destino y placer. Querido cuerpo, ¿te estoy usando? A mitad de tus huesos, con la forma exacta de un esqueleto y una persona encima, hay una grieta y detrás un muro blanco sin clavos; es una figura moral, una ausencia de temas. El querido corazón es otro asunto precisamente porque es querido. Me aconsejas que lo rompa: tú me ayudas. Ayer tuve instintos; hoy los rebaso con explicaciones. No hay remedio para la cabeza más que aumentar el volumen. Pienso en los colores nuevos, en los ritmos nuevos. La Señora recomienda que busquemos la “verdadera vida”. Lo suyo es la alquimia nocturna: carbón con oro y al final torres de marfil o alabastro. Pero tú y yo nunca llegaremos tan lejos.

4.

La tía de la comarca aledaña, la tía de las bolsas amarradas con bolsas en una bolsa, la tía que nos ofrece galletas o chocolates o paquetes pequeños de papel aluminio con pollo crudo adentro; la tía gorda con su delantal sucio o mojado, la tía de viernes a lunes, la hermana del papá, la cuñada de la Señora, astuta según el tamaño del propósito, tonta cuando no hay ardid que la provoque; la tía herida por el tío que huyó a una guerra, cualquier guerra, la reciente o la anterior, la tía de mí y de ti, la tía que extiende pedazos enormes de plástico en su patio y los cubre de agua y los rodea de polvo y le grita a su hijo, el primero: “Ven al mar”, y sale el hijo, nuestro primo, y se mete de nuevo a la casa y vuelve a salir con su carreta y se para en el polvo, y te digo: “La carreta del primo rechina en la arena”. Y me reclamas lo fácil de la burla: nada hago yo para contribuir a la distribución de las aguas, pero no me asusta más el reclamo que ese mar de plástico ni que esa arena de polvo. La comarca aledaña suele disolverse por las tardes. Me preguntas por la niña muerta, por los rosales, por el final de un acertijo que ya no recuerdas: “Hay que llegar a tiempo a la casa del teniente, a tiempo, si no la tuerca del reloj se cae y aparece un soldado...

Índice

  1. Cubierta
  2. Créditos
  3. Portadilla
  4. Portada
  5. 1. La Señora *** instaló un piano en los Alpes
  6. 2. La niña con el labio de naranja
  7. 3. Querido cuerpo, querido corazón
  8. 4. La carreta del primo rechina en la arena
  9. 5. Melancólica lejía
  10. 6. Degollando bestias de lujo
  11. 7. Un amor múltiple y complejo
  12. 8. El paso cruel de los oropeles
  13. 9. Soy un inventor con muchos otros méritos que todos aquellos que me precedieron
  14. 10. Mi carácter tozudo me impidió alcanzar el diapasón de los camaradas
  15. 11. La nueva armonía
  16. 12. La elegancia, la ciencia, la violencia
  17. 13. Le tenemos fe al veneno
  18. 14. No quiero que este brazo endurecido arrastre más una querida imagen
  19. 15. Cielos grises de cristal. Un diseño raro de puentes, algunos rectos, derechos
  20. 16. Soy un ciudadano efímero
  21. 17. Yo con urgencia de encontrar el lugar y la fórmula
  22. 18. Donde los salvajes gentilhombres cazan sus crónicas bajo la luz creada
  23. 19. Y todos los ruidos desastrosos forjan su curva
  24. 20. Al despertar era mediodía
  25. 21. Carruaje de mi sueño, aislado, casa pastoral de mi necedad, el vehículo gira sobre el césped de la gran ruta borrada
  26. 22. Esas máscaras iluminadas bajo la linterna fustigada por la noche fría
  27. 23. Eso que no se venderá jamás. ¡Los vendedores no terminan de vender!
  28. 24. De una lógica muy imprevista
  29. 25. Es tan simple como una frase musical
  30. 26. Retomemos el estudio entre el ruido de la obra devorante que se reúne y asciende en las masas
  31. 27. En efecto, los nervios pronto se irán a pique
  32. 28. Nada que ver con las apariencias actuales
  33. 29. Los ojos en los cristales y en la plata de las consolas
  34. 30. Su puerta está abierta a la miseria
  35. 31. Reposo y vértigo en la luz diluviana, en las terribles noches de estudio
  36. 32. Al precio que sea y con todas las actitudes, incluso en los viajes metafísicos. Pero ya no entonces
  37. 33. El rompimiento de la gracia cruzada con la violencia nueva
  38. 34. ¡Oh, mundo, y el canto nítido de las desgracias nuevas!
  39. Índice