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ABRE TU BIBLIA EN ORACIÓN
Debo iniciar con una confesión: no tenía planeado incluir este capítulo.
Casi lo omití por la misma razón por la que estás tentado a leerlo rápidamente o pasarlo por alto.
Para la mayoría de nosotros, la importancia de la oración no es una novedad, es «noticia vieja». Somos conscientes de que es importante, incluso si no entendemos cómo funciona del todo. (Quizás te preguntas: Si Dios ha planeado todo, ¿por qué molestarnos en pedirle algo?). Incluso si no eres religioso en absoluto, sabes que los seguidores de Jesús oran. Hablan con Él, o piensan que lo hacen. Y si eres creyente, bueno, ¿hay algún tema más básico?
Si la fe cristiana tuviera un plan de estudios, la clase llamada «La oración es importante» no sería una asignatura optativa en la universidad; sería un requisito previo para el jardín de niños.
No supongas
Bien, entonces la oración es fundamental. Es realmente importante. Pero ¿no podemos suponer que esto es cierto y pasar a cosas más prácticas? No tan rápido.
ESTOY CONVENCIDO DE QUE UN ACERCAMIENTO A LA PALABRA DE DIOS SIN ORACIÓN ES UNA RAZÓN IMPORTANTE PARA LA FALTA DE SATISFACCIÓN EN NUESTRAS VIDAS.
Las cosas más importantes de la vida nunca deben pasarse por alto o simplemente suponerse.
Estoy convencido de que un acercamiento a la Palabra de Dios sin oración es una razón importante para la falta de satisfacción en nuestras vidas. Cuando no oramos, somos despojados de la alegría y la paz. De hecho, abordar la Escritura sin oración es una de las cosas más contraproducentes que podemos hacer, debido a que el cristianismo sin oración es cristianismo sin poder.
I-A-U-S
Quizás estés familiarizado con la oración en respuesta a la Palabra de Dios, pero ¿qué significa orar en anticipación a ella? ¿Cómo nos podemos acercar a la Biblia en oración?
Significa no apresurarse en la lectura de la Biblia, esperando que las páginas derritan tu frío corazón. Ahora, Dios es soberano, que es otra forma de decir que es Dios y que hace lo que desea (Sal. 115:3). Es más que capaz de tocar tu corazón incluso cuando no se lo has pedido. Pero ¿por qué no pedírselo?
Hace varios años, escuché a John Piper compartir un acrónimo que utiliza para preparar su corazón para escuchar de Dios. Cada letra, I-A-U-S, corresponde a una oración del Libro de los Salmos.
I - «Inclina mi corazón hacia tus estatutos y no hacia las ganancias desmedidas» (Sal. 119:36). Esta no es una solicitud halagadora. Supone que nuestros corazones se inclinan en la dirección equivocada, lejos de lo que da vida. No es que no nos guste la Biblia; es solo que otras cosas nos parecen mejores. Nuestros deseos parecen más atractivos y nuestras tareas más urgentes.
La mayoría de las mañanas, por ejemplo, mi mente se dirige inmediatamente a una de estas tres preguntas:
1. ¿Qué tengo planeado para hoy?
2. ¿Qué voy a desayunar?
3. ¿Qué está pasando en las redes sociales?
Estas no son malas preguntas, pero son reveladoras. Exponen la inclinación natural de mi corazón. Revelan que, si bien es fácil ser consciente de mí mismo, tengo que trabajar para ser consciente de Dios.
EL ESPÍRITU AMA DARLE VIDA A LA PALABRA DE DIOS, DÍA TRAS DÍA, EN LOS CORAZONES DE AQUELLOS CEGADOS POR LA TIRANÍA DE LAS COSAS SIN VALOR.
Todos los días necesito ser separado de mi patética preocupación por mí mismo. Tú también lo necesitas. Afortunadamente, a Dios le encanta desmagnetizar nuestros corazones de lo que no tiene valor, y volver a magnetizarlos hacia lo que no tiene precio, todo por nuestro bien. Aquí es donde entra la oración; solo tenemos que pedirlo.
A - «Ábreme los ojos, para que contemple las maravillas de tu ley» (Sal. 119:18). En muchos sentidos, leer la Biblia es como leer otros libros. Deberíamos abordarla de la forma en que abordamos cualquier pieza literaria, siendo sensibles al género, al entorno, a la intención del autor y a todas esas otras cosas buenas. Pero existe una gran diferencia.
La tercera persona de la eterna Trinidad inspiró sus palabras. Y el Espíritu ama darle vida a la Palabra de Dios, día tras día, en los corazones de aquellos cegados por la tiranía de las cosas sin valor.
CUANDO ABRAS TU BIBLIA, NO ESPERES SER SOMETIDO A ALGÚN HECHIZO MÍSTICO. HABLA DIRECTAMENTE CON EL AUTOR. PÍDELE AL ESPÍRITU QUE TE DESLUMBRE CON LA BELLEZA DE LO QUE TIENES ENFRENTE.
¿Qué ha capturado tus pensamientos? ¿Qué enamora a los ojos de tu corazón? Cuando abras tu Biblia, no esperes ser sometido a algún hechizo místico. Habla directamente con el autor. Pídele al Espíritu que te deslumbre con la belleza de lo que tienes enfrente. Como observó Charles Spurgeon: «Los textos a menudo se negarán a revelar sus tesoros hasta que los abras con la llave de la oración».
U - «… Unifica mi corazón para que tema tu nombre» (Sal. 86:11, LBLA). Cuando era niño, mi padre me explicó por qué abrir la Biblia puede ser tan difícil: «Es casi como si el dedo de Satanás estuviera presionando la tapa». Recuerdo haber pensado que era algo raro. Ahora creo que es verdad.
La Biblia nos enseña que el diablo es astuto. Él sabe que la manera más fácil de mantenernos alejados de la Palabra de Dios es distraernos, mostrándonos objetos brillantes y cautivadores y atrayéndonos para que dirijamos nuestra atención a cualquier otra cosa.
Quizás reconozcas este escenario: De acuerdo, Romanos 2. ¡Hagamos esto! ¿Dónde me quedé la ocasión anterior? De acuerdo, esta parte me parece conocida. Hombre, amo al apóstol Pablo… Tengo mucha hambre. ¿Mi reunión de trabajo es mañana a las 11:30 o las 12:30? Déjame revisar. . .
Increíble, ¿no es así? Nuestros corazones están fragmentados en mil direcciones diferentes. Como Piper ha escrito en otro lugar, en palabras que deberían atormentarnos a muchos de nosotros: «Uno de los grandes usos de Twitter y Facebook será demostrar en el día final que la falta de oración no fue por falta de tiempo».
Debemos orar fervientemente por un corazón unificado, para que no se desvíe hacia la distracción y se aleje de las palabras del Dios viviente.
S - «Sácianos de tu amor por la mañana» (Sal. 90:14). No solo estamos distraídos de las cosas de Dios, también estamos insatisfechos en Dios. Claro, sabemos que es una parte importante de la vida, pero creemos que, si queremos estar en realidad llenos, ser realmente felices, tendremos que buscar en otro lado.
A veces las personas religiosas pueden dar la impresión de que la felicidad no es espiritual. Puedes ser feliz o santo, pero seguramente no ambos.
Afortunadamente, la Biblia no tolera este tipo de pensamiento.
Todos los seres humanos del planeta buscan la felicidad. Ese no es el problema; el problema es que la buscamos fuera de Dios. Búsqueda correcta, lugar equivocado.
En su discurso de graduación de 2005 en el Kenyon College, el fallecido novelista estadounidense David Foster Wallace capturó esta dinámica humana universal, e incluso primitiva. Wallace no era cristiano y, sin embargo, sus palabras tocan una profunda verdad espiritual:
La razón convincente para elegir algún tipo de Dios o algo de tipo espiritual para adorar […] es que casi todo lo demás que puedes adorar te comerá vivo. Si adoras el dinero y las cosas, si de ahí obtienes el significado de la vida, nunca sentirás que tienes suficiente. Adora tu cuerpo, tu belleza y tu atractivo sexual y siempre te sentirás feo. Y cuando el tiempo y la edad comiencen a reflejarse, sufrirás enormemente […]. Adora el poder y terminarás sintiéndote débil y asustado, y nec...