Capítulo 6
Entonces, ¿qué hace un líder de adoración?
Es cada vez menos común encontrar una iglesia que no tenga un líder de adoración. Si tan solo hace unas décadas (¡o menos!) los tiempos de música en la iglesia eran dirigidos por algún diácono o pastor que tal vez no supiera mucha música, pero podía entonar lo suficiente como para guiar a la audiencia y decir: “Abran sus himnarios en el himno n° 288”, listo para que alguien presionara play y sonara la pista.
La influencia de los líderes de adoración ha sido amplia y a menudo beneficiosa. Han hecho que nos demos cuenta de la importancia de alabar a Dios y nos involucremos profundamente con Él cuando cantamos. Las iglesias alrededor del mundo están interpretando cantos nuevos que expresan un deseo de exaltar a Cristo. Muchos cristianos, por primera vez en su vida, han comenzado a verse a sí mismos como adoradores.
Los líderes de adoración son una parte de una larga fila de liderazgo musical en la iglesia. Directores de canto, directores de coro, acompañantes, solistas, directores de música, líderes de canto, conductores y organistas, todos han tenido un rol con diferentes niveles de éxito. Las iglesias han tratado todo, desde un canto a capela a una sola guitarra hasta una orquesta completa con coros de doscientas voces. No siempre ha sido impresionante, pero hemos recorrido un largo camino.
Algunas preguntas que quedan
Mientras he pensado y estudiado acerca de mi rol como líder de adoración, me han surgido algunas preguntas. Me pregunto si los líderes de adoración no han llegado a ser muy importantes.
“Para muchos jóvenes que están decidiendo a qué iglesia asistir”, escribe Gordon MacDonald, “los líderes de adoración se han convertido en un factor más importante que los predicadores. La predicación mediocre puede tolerarse, pero un líder de adoración incapaz puede hundir las cosas rápidamente”6.
La música en la iglesia es importante. Ahora, ¿es más importante que la enseñanza bíblica sólida que nos ayuda a crecer en el conocimiento de Dios y en la obediencia a Su Palabra? En una palabra, no.
Entonces, ¿qué tan importantes son los líderes de adoración?
Y, ¿qué deberían estar haciendo?
Estas preguntas no son tan fáciles de contestar.
Primero, es difícil encontrar en la Biblia un rol evidente del líder de adoración, especialmente en el Nuevo Testamento. Eso solamente debería detenernos.
Podemos deducir algunos principios importantes de los levitas del Antiguo Testamento como Asaf, Hemán, Jedutún y otros que guiaban en el ministerio de la música en el tabernáculo y el templo (1 Crón. 16:1-7,37-42; 25:1-8). Pero no podemos trasladar todo lo que ellos hacían entonces a lo que hacemos ahora. Ellos anunciaban al Perfecto Sacerdote que había de venir, Jesucristo, quien cumplió con todo aquello a lo que Su ministerio apuntaba (Heb. 9:23-28). Ellos adoraban a Dios en un templo físico, mientras nosotros adoramos a través del templo perfecto de Jesucristo y nosotros mismos somos un templo donde habita la presencia de Dios (Juan 4:23-24; Mat. 12:6; Ef. 2:21). Ellos fueron específicamente designados por Dios para guiar a la nación de Israel, mientras que toda la iglesia es un “real sacerdocio” (1 Ped. 2:9).
Los salmos hablan bastante sobre el contenido de la adoración en comunidad, pero no son claros en cuanto a cómo dirigir esta adoración, más allá de decir que incluye instrumentos. Y algunas personas cuestionan si todavía esto se aplica.
Segundo, el líder de adoración más importante es Jesús. Él nos revela a Dios, y a través de Su sacrificio perfecto provee el único camino hacia la presencia del Padre (1 Tim. 2:5; Heb. 10:19-22).
No podemos hacer lo que solo Jesús puede. Pero en una cultura obsesionada con la experiencia y las expresiones musicales, puede que esperemos erróneamente que los líderes de adoración nos guíen o nos abran paso hacia la presencia de Dios; que de alguna forma hagan visible a Dios. Las personas pueden comenzar a pensar de nosotros como “sumos sacerdotes de la música”, que acercan a Dios a través de su “unción” musical.
Tercero, el término líder de adoración puede malinterpretarse. Puede comunicar que el único tiempo en que nosotros adoramos a Dios es cuando un músico nos está dirigiendo. O que la adoración es lo mismo que cantar. O que Dios nos manda a que tengamos líderes de adoración.
Nada de esto es verdad. A todo el que anima a otros a alabar a Dios se lo puede llamar “líder de adoración”. La adoración puede incluir música, pero puede darse sin ella. Y mientras aspectos del rol del líder de adoración se infieren de la Escritura, no hay requisitos para tener uno. Un pastor o un grupo de personas pueden servir juntos para lograr estas metas tan bien como, si no mejor que, una sola persona.
Aprovechar la situación
Entonces, ¿por qué estoy escribiendo un libro para líderes de adoración? ¿Por qué no eliminamos ese término?
Eso es lo que D. A. Carson sugiere:
Yo aboliría por siempre la noción de un “líder de adoración”. Si quiere tener un “líder de canto” que dirija parte de la adoración, así como el predicador dirige una parte de la adoración, está bien. Pero, al llamar a la persona “líder de adoración” se da la idea de que predicar, enseñar, escuchar y devorar la palabra de Dios, y aplicarla a nuestras vidas, de alguna manera no fuera adorar a Dios.”7
Carson tiene un buen punto. Si el individuo que dirige el canto es el líder de “adoración”, puede implicar que no estamos adorando a Dios durante el resto de la reunión. Pero las actividades como orar por otros, ofrendar y estudiar la Palabra de Dios son también actos de adoración que glorifican a Dios.
He comenzado entonces a usar diferentes nombres para la persona que dirige el canto, dependiendo de la situación: ministro de música, pastor de adoración, líder del servicio, líder de la adoración corporativa, adorador que dirige. O, uno de mis favoritos, “el de la música”.
Y si bien estoy de acuerdo con la perspectiva del Dr. Carson, no pienso que tengamos que eliminar el término líder de adoración. Y es que esta expresión comunica de manera concisa que nuestra meta es guiar a otros en la alabanza a Dios. Pero no debemos exagerar el sentido de la frase, ni asignarle autoridad bíblica.
Debido a que la Escritura es vaga sobre del rol el líder de adoración, las iglesias asignan diferentes grados de importancia a esto. Humanamente hablando, el pastor es el líder de adoración. Él es el responsable ante Dios por la adoración de la iglesia como comunidad (Heb. 13:17; 1 Tes. 5:12-13). Eso incluye qué canciones se interpretan, qué se predica, qué actividades se van a realizar.
En algunas iglesias la tarea de dirigir la adoración puede que se distribuya entre diferentes individuos, como el pastor, el líder del canto, el líder del servicio o el anciano.
Pero en la mayoría de las iglesias hay líderes de adoración designados que juegan un rol prominente. Ellos pueden tomar hasta la mitad del tiempo de la reunión, y tener influencia considerable en cómo la iglesia practica y piensa acerca de la adoración. Eso puede ser malo o bueno, dependiendo de quién está dirigiendo.
Por eso escribí este libro.
No importa cuán relevante pensemos que es el rol del líder o no lo es, cada semana los que dirigen la adoración congregacional tienen una oportunidad significativa de enseñar, preparar y animar al pueblo de Dios en alabarlo correctamente y vivir para Su gloria. En ese sentido, los líderes de adoración siguen los pasos de los levitas del Antiguo Testamento, quienes enseñaban a los israelitas lo que Dios requería para adorarlo y cómo podían seguirlo fielmente.
Una definición
Según lo entiendo, un líder de adoración usa diferentes dones enumerados en 1 Corintios 12, ...