
- 82 páginas
- Spanish
- ePUB (apto para móviles)
- Disponible en iOS y Android
eBook - ePub
Me gustan los estudiantes
Descripción del libro
A fines de abril de 2006 remueve al acontecer político y social el movimiento de estudiantes secundarios. Uno de los hechos importantes ocurridos al iniciar el siglo, recogido aquí en cinco miradas, que alimentan la memoria y alientan el debate.
Preguntas frecuentes
Sí, puedes cancelar tu suscripción en cualquier momento desde la pestaña Suscripción en los ajustes de tu cuenta en el sitio web de Perlego. La suscripción seguirá activa hasta que finalice el periodo de facturación actual. Descubre cómo cancelar tu suscripción.
Por el momento, todos los libros ePub adaptables a dispositivos móviles se pueden descargar a través de la aplicación. La mayor parte de nuestros PDF también se puede descargar y ya estamos trabajando para que el resto también sea descargable. Obtén más información aquí.
Perlego ofrece dos planes: Esencial y Avanzado
- Esencial es ideal para estudiantes y profesionales que disfrutan explorando una amplia variedad de materias. Accede a la Biblioteca Esencial con más de 800.000 títulos de confianza y best-sellers en negocios, crecimiento personal y humanidades. Incluye lectura ilimitada y voz estándar de lectura en voz alta.
- Avanzado: Perfecto para estudiantes avanzados e investigadores que necesitan acceso completo e ilimitado. Desbloquea más de 1,4 millones de libros en cientos de materias, incluidos títulos académicos y especializados. El plan Avanzado también incluye funciones avanzadas como Premium Read Aloud y Research Assistant.
Somos un servicio de suscripción de libros de texto en línea que te permite acceder a toda una biblioteca en línea por menos de lo que cuesta un libro al mes. Con más de un millón de libros sobre más de 1000 categorías, ¡tenemos todo lo que necesitas! Obtén más información aquí.
Busca el símbolo de lectura en voz alta en tu próximo libro para ver si puedes escucharlo. La herramienta de lectura en voz alta lee el texto en voz alta por ti, resaltando el texto a medida que se lee. Puedes pausarla, acelerarla y ralentizarla. Obtén más información aquí.
¡Sí! Puedes usar la app de Perlego tanto en dispositivos iOS como Android para leer en cualquier momento, en cualquier lugar, incluso sin conexión. Perfecto para desplazamientos o cuando estás en movimiento.
Ten en cuenta que no podemos dar soporte a dispositivos con iOS 13 o Android 7 o versiones anteriores. Aprende más sobre el uso de la app.
Ten en cuenta que no podemos dar soporte a dispositivos con iOS 13 o Android 7 o versiones anteriores. Aprende más sobre el uso de la app.
Sí, puedes acceder a Me gustan los estudiantes de Juan Ortega,Andrea Gamboa en formato PDF o ePUB, así como a otros libros populares de Historia y Historia de Latinoamérica y el Caribe. Tenemos más de un millón de libros disponibles en nuestro catálogo para que explores.
Información
Categoría
HistoriaConsideraciones para un diálogo entre pingüinos y un elefante blanco
Andrea Gamboa C.2
Iván Pincheira T.3
Iván Pincheira T.3
Hace mucho tiempo, quizá muy poco para un “adulto”, que entre jóvenes se vienen enredando diversos movimientos. Solo la experiencia de trabajo4 nos muestra que grupos de variadas conformaciones, que responden a distintas causas, vienen operando en la ciudad. Ocultos para quien no quiere verles, colectivos culturales, de animación japonesa, animalistas, políticos, gays, de voluntariado, anarquistas, okupas, lésbicos, objetores: con distintas capacidades y objetivos, el espacio y la acción colectiva aparece y se esconde. Se termina y vuelve a empezar. Es la base del movimiento secundario, el humus donde todo ocurre.
Pero ¿quienes son estos seres uniformados que pululan en los andenes, que se ríen en el fondo de las micros? Son fáciles de identificar: tienen una vestimenta y colores propios, estética que les fue impuesta y que se esfuerzan por des-uniformar. Cabras y cabros con poco abrigo, caras de secundarios, con peinado de secundario, cadenitas al bolsillo, falda corta, parches en los pantalones, panty oscura, polerones al cuello, polainas de lana, camisas blancas en la cintura, corbata suelta, buzo con insignia, quizá algún piercing, mochila. L@s escolares son más que l@s universitari@s. Son más a las 7 y media de la mañana en los paraderos de ida, a las 2 y a las 7 de la tarde en los paraderos de vuelta. Son much@s más que nosotr@s. Población cautiva, se supone que afuera están solo de paso. “Cabro vago, ándate a clases”, “Cabra suelta, ándate a tu casa”, el disciplinamiento dice que la calle no es su lugar.
Desde hace un tiempo que viene pesando sobre l@s jóvenes una acusación de poco interés en la política y en lo público. Antes de los 18 años, esto sería lógico. Están atrapad@s en esa interdicción que otorga la pertenencia exclusiva al espacio privado y doméstico. Como parte de una familia, salen a ser educad@s para ser ciudadan@s, están en vías de ser, y ese estado transitorio deslegitima su voz y no les otorga voto. Después de los 18 años, voces “expertas” nos muestran retratos de jóvenes demasiado preocupad@s buscando identidades y los consumos que les sustentan. L@s jóvenes se habrían alejado de lo político5 y viven aislad@s, apartados de la sociedad y en aparente indiferencia por su devenir. No participan de la polis de la manera en que los adultos les han enseñado que se hace, y solo se preocuparían de cultivar su idiosincrasia: sus vestimentas, sus subculturas, su carrete.
Evidentemente, este marco traiciona a su “objeto de estudio” y no nos permite siquiera apreciar los antecedentes y las características de lo que ocurrió en Chile durante mayo del 2006. Lo que sí sabemos es que este movimiento no nació ayer. Aún siendo injustos –pues hay mucha más historia aquí– podemos ver antecedentes en la dictadura, con las movilizaciones que se muestran en el documental “Actores Secundarios”, y la emergencia de la ACES en el contexto de las movilizaciones de los años 2000 y 2001, primeras explosiones secundarias en los gobiernos de la Concertación. Vamos ahora a la explosión que nos ocupa.
¿Estás conmigo?
En el contexto de la movilización y los sucesos en torno de ella, parecía que lo más difícil era entablar un diálogo entre las actorías involucradas. Directamente interpelado por el movimiento secundario, el Estado, y particularmente los funcionarios de gobierno que lo representan, parecían confundidos en sus acercamientos e invitaciones a la negociación. Pero hay que considerar al menos dos diferencias básicas entre l@s secundari@s y los funcionarios de gobierno: los grados de autoridad y jerarquía, y el acceso a medios de difusión masiva de información. Tomando en cuenta esto, creemos que es pertinente, entonces, leer entre líneas y ver los significados que se instalan en forma implícita en el lenguaje de quienes van a dialogar. El problema del lenguaje es político, eso lo saben las feministas, porque no es un simple producto, también produce realidades.
Para empezar, hay que decir que esta interlocución tenía un camino recorrido, y ya habían posiciones tomadas antes de la explosión. Desde un punto de vista amplio, el Estado, a través de las leyes, ya ha colocado a l@s jóvenes en lugares poco cómodos: por un lado les exigen y juzgan por no participar de los ejercicios electorales, por otro, amplían las edades de la responsabilidad penal. El ejercicio “ciudadano” juvenil empieza a los 14 años con la posibilidad de ir a la cárcel, y continúa a los 18 con el trámite de inscripción electoral para estar obligado a elegir entre solo dos opciones de “representatividad”. En un nivel más específico, es sabido que las negociaciones entre los estudiantes secundarios de la Región Metropolitana y el Ministerio de Educación (MINEDUC) se iniciaron hace más de un año, producto de las movilizaciones del 20056 . Con fecha noviembre del 2005 se presentó una propuesta de trabajo que incluye la creación de comisiones, cada una con diagnósticos y propuestas, y un acuerdo de trabajo para el año 2006. Sin embargo, y a pesar de los acuerdos anteriores, este año vemos que en Lota, Octava Región, estudiantes y padres revelan la existencia de su “Liceo Acuático”7 . Varias manifestaciones se sucedieron hasta el 10 de mayo del 2006, en que la movilización de los estudiantes adquirió carácter nacional y notoriedad pública. Es aquí donde ya tenemos a nuestros actores frente a frente en el espacio público.
Consciente o no de las consecuencias, planificadamente o no, en la tribuna nacional la autoridad y los medios fueron atribuyendo distintas características a sus interlocutores jóvenes, ya fuera con discursos o con acciones. A la ya acostumbrada estrategia de criminalizar a la totalidad de un movimiento social, ignorando los contenidos y propuestas que le motivan; se sigue la no menos vieja de reprimir a través de carabineros, que debemos considerar como otra actoría de esta escena. “A la violencia del desorden, la fuerza del orden legal”8.
Específicamente hacia las mujeres secundarias, la represión incluso habría llegado a la gravedad del abuso sexual, frente a lo que las autoridades del orden público se defendieron de maneras confusas. En televisión pudimos ver lo poco preparados que pueden estar para enfrentar algunas situaciones: cuando trataba de explicar lo sucedido dentro de la comisaría involucrada, un funcionario de carabineros dice que la persona que “revisó” a las chicas es: “una policía, una carabinero, una persona del género de la persona que registra, o sea... femenino”. Aparte de la evidente incapacidad de decir la palabra “mujer”, esto además resulta ciego a la posibilidad de que el abuso sexual no solo se produciría en relaciones heterosexuales. Así, un posible lesbianismo es completamente negado, ni siquiera considerado. La carabinera era de por sí, “femenino” y heterosexual y eso la libraría de ejercer el abuso sexual contra las secundarias. Cuando lo femenino y los cuerpos de mujeres entran a la movilización, lo hacen con toda su complejidad. Las chicas del Liceo 7 ya lo advirtieron: “Cuidado, Señoritas en Toma”9.
Pero si bien las estrategias de criminalizar y reprimir son aplicables a otras actorías sociales, hubo algunas que estaban especialmente dirigidas al movimiento secundario en tanto tal. Además de trivializar sus acciones (“las protestas son un chiste”, “este tipo de manifestaciones no tienen ningún sentido”) y culpabilizarlos directamente de cualquier efecto que los hechos pudiesen tener en el orden interno, los fines de la educación pública y la imagen internacional de país (“estos desmanes sólo dañan la imagen del país”, “lo peor es que se están perdiendo clases y eso perjudicará a la educación pública y a los jóvenes”), una de las más persistentes fue puerilizarlos, en el sentido de tratarlos como niños haciendo pataleta y nada más. Hubo llamados a los padres a controlar a sus hijos, a mandarlos a clases y a enseñarles que con violencia no se consiguen las cosas10. También se advirtió de los daños que podrían sufrir en la calle y de la posibilidad cierta de que el movimiento estuviese siendo manipulado. Ya en las mesas de negociación, se pidió “orden y coherencia a los dirigentes”, “ser serios en el proceso y no dejarse llevar” y “aprovechar la calidad técnica” de los interlucutores estatales. Incluso, pusieron en entredicho el liderazgo de los voceros en los espacios de diálogo (“¿Qué clase de dirigentes son ustedes que no pueden tomar decisiones?”).
A pesar de lo anterior, puede considerarse que el punto máximo de puerilización es la “legitimización”. Varios políticos de diversos sectores hacen un acto de reconocimiento declarando: “este es un movimiento legítimo de los estudiantes”. ¿Necesitaba el movimiento secundario del acto narcisista de estas personas que, en tanto adultos y políticos, declaran la legitimidad del movimiento y sus demandas?
En investigaciones sobre juventud se ha trabajado con dos fenómenos presentes en nuestra cultura, que afectan este diálogo intergeneracional11. Una matriz cultural llamada adultocentrismo tomaría a “lo adulto” como punto de referencia para todo el resto de los seres humanos, y produce sociedades gerontocráticas, en que las posiciones de poder están ocupadas por cuerpos viejos, poniendo en condición de superioridad a ciertos individuos por sobre otros según criterios de edad y roles sociales/económicos. En virtud de la experiencia de las jóvenes secundarias, podemos también agregar la matriz cultural patriarcal. ¿Es que nuestro gobierno, en tanto adulto y masculino, no supo cómo hablar con jóvenes secundari@s? ¿Qué impide aún ver a l@s jóvenes como sujetos complejos, de derechos y deberes, y con reivindicaciones propias que no requieren más legitimidad que la que les proporciona su propia vivencia?
No necesitamos banderas
El Estado es un viejo conocido nuestro. Consideremos ahora las características de los discursos y actos de este movimiento secundario, que nos llena de preguntas e inquietudes.
La primera y más básica constatación es la masividad de su convocatoria, que podría perfectamente dejar sepultado por un tiempo al menos aquello de la apatía juvenil. ¿Qué aúna a tanto y tanta estudiante de distintos sectores sociales, de liceos fiscales, municipalizados...
Índice
- Movilizaciones estudiantiles: Lecciones de cívica con uniforme
- Consideraciones para un diálogo entre pingüinos y un elefante blanco
- Los secundarios en movimiento: el retorno a la historia social de Chile
- “Réquiem” para la educación actual: ¿aprontes para una profundización de la democracia?