La historia oculta de la creación del estado de Israel

Alison Weir, Catalina Martínez Muñoz

• Editorial: Capitán Swing Libros
• Año: 2021
• ISBN:
  9788412351446
• Edición: 1
• Categoría: Historia
• Categoría: Historia del mundo

Poco después de la Segunda Guerra Mundial, el secretario de Estado norteamericano Dean Acheson advirtió de que la creación de un Estado judío en tierras ya habitadas durante siglos por musulmanes y cristianos "pondría en peligro" tanto los intereses estadounidenses como los occidentales en la región. A pesar de advertencias como esta y las enérgicas objeciones de los principales expertos diplomáticos y militares de la época, el presidente Truman apoyó el establecimiento del Israel moderno en territorio palestino. Como demuestra Weir, los políticos norteamericanos fueron bombardeados por un enorme cabildeo proisraelí dirigido desde organizaciones sionistas bien financiadas, hasta una "sociedad secreta" entre cuyos miembros estaba el juez del Tribunal Supremo Louis Brandeis.La historia de cómo los sionistas manipularon al Gobierno y los medios de comunicación estadounidenses para promover los intereses de Israel permanece "oculta" al público en general, apenas existe bibliografía. Quienes han tratado de llevar esta información al gran público han sufrido ataques verbales y amenazas económicas que rápidamente silencian el mensaje y, a menudo, destruyen al mensajero. Pero el libro de Weir ofrece una respuesta inequívoca: Estados Unidos tuvo un papel fundamental en la creación del Estado judío en las tierras árabes de Palestina, a expensas de sus habitantes y de sus propios intereses.

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Grupos pantalla del militarismo

sionista en Estados Unidos

Diversos grupos operaban en Estados Unidos en apoyo de las fuerzas paramilitares sionistas en Palestina. Normalmente empleaban métodos clandestinos y nombres engañosos. El ciudadano medio estadounidense tenía muy poca idea de la verdadera naturaleza de estos grupos y de a quién apoyaban.

a. Delegación del Irgún:

Hillel Kook, alias «Peter Bergson»

Una delegación encubierta del Irgún operó en Estados Unidos desde finales de la década de 1930 hasta 1948 a través de media docena de organizaciones pantalla, entre las que figuraban el «Comité de Emergencia para Salvar el Judaísmo en Europa» y «Amigos Estadounidenses de una Palestina Judía».[253]

El líder principal era Hillel Kook, el veterano jefe del Irgún que operaba fuera de Palestina. A su llegada a Estados Unidos adoptó el alias de «Peter Bergson», de ahí que a veces se conozca al grupo como los «Bergson Boys».

El otro líder era Yitzhak Ben-Ami (padre de Jeremy Ben-Ami, fundador de la actual organización lobista J-Street). Otro personaje muy comprometido fue Eri Jabotinsky, hijo del líder del ala derecha del sionismo Vladimir Ze’ev Jabotinsky.[254] También colaboraba con el grupo Meir Kahane, que veinte años después fundaría la violenta Liga de Defensa Judía (JDL, por sus siglas en inglés).[255]

Si bien los historiadores han documentado que el propósito de su llegada a Estados Unidos era la recaudación de fondos para las actividades del Irgún en Palestina, la multitud de personalidades que finalmente apoyaron al grupo desconocían este extremo. Entre sus partidarios figuraban Eleanor Roosevelt,[256] Harry Truman, Dorothy Parker, Herbert Hoover, Will Rogers hijo, el líder sindical William Green, el fiscal general de Estados Unidos, Fowler Harper, y el secretario de Interior, Harold Ickes.[257]

El FBI, sin embargo, que sospechaba esta recaudación de fondos ilegal, investigó a los grupos pantalla en varias ocasiones, pero en general fracasó en sus pesquisas y no pudo aportar pruebas. Como revela el autor Rafael Medoff: «En realidad, según el lobista Baruch Rabinowitz, los fondos recaudados por los bergsonitas en Estados Unidos se transferían en secreto al Irgún; simplemente, los métodos de transferencia estaban tan bien ocultos que el FBI no consiguió descubrirlos».[258]

Su biógrafa, la profesora israelí Judith Baumel, cuenta que la Delegación del Irgún no tardó en «integrarse en la cultura política y social de su país de residencia temporal». Comprendieron rápidamente que «el estado de ánimo de la ciudadanía, moldeado en gran medida por la propaganda y las relaciones públicas [era] una fuerza dominante del sistema de representación directa en Estados Unidos», y pronto se hicieron maestros en la manipulación de los medios.[259]

Así, además de esta canalización secreta de dinero para las actividades terroristas en Palestina contra palestinos, británicos y miembros de la comunidad judía,[260] la Delegación del Irgún participó en numerosas actividades públicas a favor de la creación de un Estado judío en Palestina. El grupo presionó en el Congreso y en la Casa Blanca, organizó una marcha sobre Washington D. C. de quinientos rabinos y puso anuncios a toda página en periódicos de todo el país.

Asimismo, organizaron un espectáculo con el nombre de We Will Never Die! (¡Nunca morir...