Construcción social de la afectividad
en un grupo de hombres bogotanos
sin empleo
Giovane Mendieta Izquierdo y Juan María Cuevas Silva
Introducción
La filosofía del encuentro: una alternativa para la construcción de la afectividad en la masculinidad
El discurso sobre lo que significa ser varón o la forma de ser hombre en el marco de las masculinidades en los últimos años ha sido uno de los temas más prolíficos, por el surgimiento de fenómenos que tratan de ir en consonancia con la dinámica transformacional de la cultura y la sociedad, centrando su atención en los cambios que se deben implementar en la forma en que se lleva a cabo el proceso de construcción y deconstrucción de lo que significa ser hombre, así como de las relaciones entre la masculinidad y su contexto (Connell, 2015), y más en profundidad, las estrategias con las que se construye la afectividad en los hombres (Enríquez y López, 2018). Adentrarse en los afectos de los hombres en una cultura hegemónica patriarcal y machista permite establecer unas líneas prospectivas que sirven como punto de reflexión, en el marco de una labor que para los investigadores sociales cada vez es más exigente y ardua (Artaza, 2018).
Este escrito pretende abordar una problemática real, oculta y negada en la cultura: la afectividad en los hombres (Salguero, 2018), específicamente en un grupo de varones bogotanos. Pero antes de ingresar en este tema, es importante destacar que los fundamentos filosóficos desde los cuales se va a considerar la dimensión afectiva son el encuentro de Martin Buber (1998) y los desarrollos respecto a la alteridad de Emmanuel Levinás (2002) y Enrique Dussel (1973). Las posturas de estos filósofos, a partir del carácter dialógico de sus postulados, permitirán comprender la construcción social de la afectividad en los hombres. No se trata de hacer un resumen de las ideas o planteamientos filosóficos de los tres pensadores, pero sí de establecer un diálogo entre ellos, para comprender las dinámicas, sentidos y significados de la afectividad en la población ya descrita.
La afectividad desde la experiencia existencial: de la alteridad y la intersubjetividad
Desde la visión de Buber (1998) se relaciona el carácter relacional interpersonal, el cual está y va más allá de la funcionalidad de las relaciones, es decir que, para el campo de estudio de la afectividad en varones, es necesario tener en cuenta que desde el paradigma hegemónico del quehacer del hombre como proveedor del hogar se puede entender que es tratado desde su funcionalidad, sin tener en cuenta su carácter intersubjetivo. Las ideas de Levinás (2002) y Dussel (1973) están estrechamente relacionadas por el concepto de la alteridad, entendida como el eje fundamental para la construcción del yo, su autonomía y libertad. Para el caso de Levinás (2002), crítico de la metafísica tradicional, considera que la ética es la filosofía primera, donde el rostro del otro y su interpelación descentran al yo y le permiten tomar conciencia de su identidad. Para el campo de estudio referente al hombre, es necesario tener en cuenta que las relaciones se dan dentro del reconocimiento del otro, quien se manifiesta de maneras distintas y diversas. El otro se convierte en la «metafísica del reconocimiento como hombre», de donde surgen juegos y roles de intersubjetividad, es decir, del papel social que se debe asumir dentro de los constructos culturales.
Dussel (1973), discípulo de Levinás (2002), rescata el valor de la alteridad desde su reivindicación del reconocimiento del otro como un oprimido por la hegemonía promovida por los sistemas de poder, en el cual juega un papel imprescindible la intersubjetividad, entendida como el escenario humano donde por excelencia:
El pensamiento del hombre es dialogante —aunque no sea más que consigo mismo supone siempre el mundo cultural dentro del que se piensa—; necesita de un «yo» y un «tú», que siempre se establece dentro del horizonte de un «nosotros». (Dussel, 1973, p. 74)
El hombre construye sus paradigmas, códigos, símbolos y prácticas culturales a partir de las relaciones que entabla desde su yo con un tú, las cuales favorecen al mismo tiempo la construcción de un nosotros. Para el campo de estudio de la afectividad en los varones, es relevante tener en cuenta dicho fundamento filosófico y antropológico, así como lo desarrolla y plantea Estrada Díaz (1998) en lo que se refiere a las implicaciones socioculturales y de contexto en la configuración de la paternidad y maternidad.
Las figuras paterna y materna son determinantes en la construcción social de lo que significa ser varón, así como de las tendencias culturales de su identidad hegemónica, en la cual las emociones y su dimensión afectiva son puestas entre paréntesis. A partir de las anteriores consideraciones filosóficas, es necesario escribir, pero más que eso es imprescindible saber leer las formas en que se manifiesta y oculta la afectividad en el varón, acudiendo a estrategias, técnicas y herramientas que permitan desde una práctica hermenéutica (ejercicio de interpretación) poder comprender con sentido las transformaciones y avatares que afectan la vida del ser humano, como hombre y agente social, desde su dimensión afectiva, relacional, del rescate y del valor del rostro del otro (Levinás, 2002; Dussel, 1973), al igual que desde el reconocimiento de la alteridad y de la construcción de la identidad del yo. A pesar de los desarrollos y apuestas sobre lo que significan la afectividad, el encuentro y las emociones desde distintas áreas del conocimiento, queda la duda de si estas se hacen desde un modelo que no sea el patriarcal hegemónico cultural, el cual se encuentra en crisis.
Desde otra perspectiva, el problema de la afectividad se puede comprender en el marco de la experiencia existencial de cada individuo, en una cultura que cada vez se inventa una neurosis (Frankl, 2011) que, para el caso de este estudio, se enmarca en la vivencia del desempleo por parte de hombres jóvenes, que además son herederos de una cultura que se ha preocupado por dejar entre paréntesis lo que significa la afectividad (Buzzanell y Turner, 2003; Evers, 2009; Green y Addis, 2012; Cano Rodas, Motta Ariza, Valderrama Tibocha y Gil Varga...