- Control de la ira
por
- Owen Jones
Traducido por
Jaime Alonso Caraveo Luna
Publicado por
Megan Publishing Services
http://meganthemisconception.com
Derechos Reservados: Owen Jones 2021 ©
- Algunas palabras sobre el control de la ira
En el tema de la gestión del enojo vale la pena mirar de cerca al enojo y la agresión para lograr tener una comprensión más profunda de las emociones e intentar aplicar soluciones apropiadas.
En muchas ocasiones, cuando alguien siente frustración y sus emociones se alteran, se corre el riesgo de estallar.
Sin embargo, esta no aparece de la noche a la mañana; más bien se presenta cuando los temas de fondo le hacen surgir. Por tanto, la frustración es un sentimiento o estado profundo y continuo de insatisfacción y de falta de confianza que surge de agravios no resueltos o de necesidades y deseos no cumplidos.
Entonces, la ira es el sentimiento que una persona tiene al no poder salirse con la suya o cuando surge a la superficie una serie de problemas que han estado latentes, esperando el momento perfecto para estallar. La agresión es un acto enérgico o un método que se emplea con el objetivo de dominar a otra persona.
Es una forma de comportamiento argumentativo, dañino o destructivo, en especial cuando es incitado por la frustración. Puede ser útil cuando la vida está en peligro, pero en la mayoría de los casos la agresión solo daña.
Por otro lado, la asertividad es una manera efectiva de comunicar a otra persona los sentimientos sin causar daño, destruir o dar pie a discusiones. Es una cualidad interna de fortaleza, valentía y confianza que nos ayuda a defender nuestros derechos cuando alguien intenta privarnos de ellos.
Si aprendemos a distinguir las diferencias entre la agresión y la asertividad, adquiriremos un buen patrón de comportamiento y podremos tomar el control de nuestras vidas, evitándonos problemas futuros.
Si sientes frustración, sería bueno que te sentaras y revisaras las creencias, opiniones, teorías, razonamientos, etc., que viven en tu mente. Al analizar las causas que te enojan podrás reducir la tensión que sientes al ver que la ira va surgiendo; entonces te darás cuenta de que no vale la pena enojarse, ya que las causas de tus frustraciones están fuera de tu control.
Por ejemplo, cuando te autoevalúas podrías ver otro punto de vista y concluir que la frustración está fuera de lugar. Las estrategias que se presentan aquí son para controlar la ira.
La acción asertiva dirigida a una persona que te ha hecho mal puede ser mucho más efectiva que enojarte. Veamos un ejemplo de control de la ira en el cual la persona pierde los estribos y las consecuencias que debe enfrentar debido a dicha reacción.
Digamos que hay dos personas discutiendo y de pronto comienza la pelea. A una de estas personas se le acusa de contar mentiras sobre la otra. La escena violenta llama la atención de los vecinos quienes deciden llamar a la policía. La policía arriba al lugar, las arresta y las lleva a prisión.
Ahora sus problemas han aumentado, ya que ambas personas tendrán que pagar multas, gastos de tribunal y tal vez hasta cargos por recibir libertad condicional. Lo que inició con un problema ha dado paso a una serie de contratiempos, pero eso no es todo. Cuando se hayan pagado todas las multas, gastos, etc., tendrán antecedentes en su historial policial y serán juzgadas por el resto de sus vidas como personas inmaduras, violentas y en las cuales no se puede confiar.
Ahora veamos otro ejemplo del mismo escenario pero utilizando la asertividad. Dos personas se enfrentan porque una de ellas ha estado contando mentiras sobre la otra en el vecindario.
La persona afectada por los rumores busca a la otra y le pregunta: «¿Por qué estás diciendo a los demás que tengo un problema con la bebida?» Y la respuesta es: «Yo no he dicho a nadie que tienes un problema con la bebida». «¡Mentira!» —dice la primer persona, «Se lo dijiste a mi mejor amigo y él no es un mentiroso». «Está bien, supuse que tenías un problema porque cada vez que voy a tu casa estás bebiendo».
«El que yo esté bebiendo cada vez que vas a mi casa no significa que tengo un problema. Me rehúso a permitir que sigas arrastrando mi nombre por el lodo y si sigues contando mentiras sobre mí ya no te recibiré en mi casa. Las amistades no se lastiman entre ellas. Así que si tienes algún problema conmigo, dímelo, pero no hables a mis espaldas».
¡Esto es un buen resultado!
La persona hizo un excelente trabajo utilizando la asertividad y de seguro los resultados serán exitosos. Veamos cómo continúa la historia:
«Lo lamento mucho, no era mi intención ofenderte. La próxima vez que tenga un problema contigo te lo diré. Sin embargo, me sigue preocupando que tengas un problema con la bebida, ya que cada vez que voy a tu casa estás bebiendo». «Está bien, vayamos a mi casa y hablamos del tema».
La diferencia es dramática, ¿no es así? ¡Y esto se debe a que una de las dos personas pensó en controlar la ira!
- Control de la ira
No hay duda de que la ira es un problema que va en aumento en nuestra sociedad actual. Un buen ejemplo es la agresividad al volante.
No estoy calificado para decir cuál es la razón, pero algunas teorías indican que puede deberse a alguno de los siguientes factores:
* estrés causado por la presión de los padres para conseguir el éxito
* presión por parte de compañeros y colegas
* ansiedad que surge por la posibilidad de no aprobar los exámenes
* dieta - aumento en el consumo de alimentos procesados
* influencia proveniente de la televisión, las películas y las celebridades
* aumento del materialismo en la sociedad
* falta de una buena guía espiritual
* disminución del respeto a la autoridad
* otras influencias culturales
* música pop
* política
* abuso en el consumo del alcohol o de las drogas
Menciono todos estos puntos de vista sin expresar mi opinión personal. La lista anterior fue creada en orden aleatorio; en ella puedo ver diversos factores que, de manera personal, creo que son válidos.
Si...