Para convertir a las chicas en monstruos

Amanda Lovelace

• Editorial: VRYA
• Año: 2021
• ISBN:
  9789877477405
• Categoría: Littérature
• Categoría: Les femmes dans la poésie

Un libro poderoso y liberador, por la laureada poeta Amanda Lovelace.¿Cómo sanar cuando llevas la marca de un monstruo?Nadie espera que el amor de su vida un día se convierta en el dragón del cuento. Terminar con una relación abusiva no es nada simple. A veces parece imposible lidiar con la culpa y las heridas.El dolor y la vergüenza. El autoengaño. La negación.Pero está escrito que todo pasa y siempre vuelve a salir el sol.En los versos de Para convertir a las chicas en monstruos se esconde la fuerza para hacerle frente al dolor, para recuperar el valor y animarse a volver amar.

en otoño, el monstruo me desgarró el pecho, me retorció el corazón hasta que se volvió una cosa insensible, y lo enterró en alguna parte del bosque cubierto de hojas. no dejó ningún indicador, ningún cartel señalara su ubicación. cuando le pregunté por qué lo hizo, me dijo que por ahora ya había terminado de usarlo y no quería que nadie más lo encontrara mientras tanto.

–el final

en primavera, la nieve empezó a derretirse. con una mano aferrada al pecho, caminé a los tropezones por ese sendero lleno de hierba, hice un hoyo en la tierra blanda y volví a tomar esa cosa inerte con mis manos. me incliné y le susurré:

–por favor, no te rindas. todavía no. aún queda alguien por quien latir: yo.

en medio de esa oscuridad, brotó una ínfima chispa de luz.

–el comienzo

me arrastro

me paro

me tropiezo

para salir

de

tu

guarida

sumida de sombras

y

con

lo poco

que me queda,

abro

los

brazos

bien g r a n d e s

y giro

giro

giro

giro

mientras tanto,

el sol misericordioso

murmura

entre

cada beso

sobre las

cicatrices

de mi espalda,

“querida, tú lo vales”.

“querida, tú lo vales”.

“querida, tú lo vales”.

“querida, tú lo vales”.

para

mi sorpresa,

nada de eso

arde.

–querido, yo lo valgo

cuando los ojos se adaptaron a la luz, fue cuando lo vi por primera vez. con una pala en una mano y un corazón manchado de fango en la otra. saludé con un gesto, esbozándole una sonrisa pequeña y esperanzada. se formó una sonrisa cautelosa a cambio. estaba tan desesperada por decirle: “puedes hacerlo, sabes. puedes volver de lo que sea que te hayan hecho”, pero yo sabía que él ya lo sabía. no necesitaba que yo le dijera nada para confortarlo, así como yo tampoco lo necesitaba de él. aunque sea algo pequeño, es un alivio saber que no somos los únicos que sentimos que la nieve helada no va a ceder nunca.

–el corazón de sol

–pero mi corazón… no sé si ya puede volver a amar –le advierto.

–que tu corazón se tome su tiempo –él responde, con una seguridad en la voz que jamás había oído–. resulta que el mío también necesita descansar. ya que ambos estamos aquí, podemos meterlos en una caja bajo llave para que piensen juntos lo que quieren hacer.

–cerrado por reparaciones

nunca quise enamorarme

de él, así que

como suelo

hacer,

m

e

e

n

a

m

o

r

é

–romántica y sin remedio

su nombre

yace

dentro de

mi garganta

como

si hubiera

nacido

intentando

decirlo.

–el tipo de inevitable que no me aterra

mi nuevo amor

sabe cuidar un jardín.

donde tú

me abandonaste

y dejaste que

invadiera la maleza,

él siempre

me cuida por demás.

y a que

no adivinas:

se aseguró

de trasplantarme

a un lugar

donde pudiera

extenderme hacia

la luz

y finalmente

dejarte atrás.

–mi nuevo amor llegó para arruinarte el día

cuando al fin me sentí con el coraje suficiente, te dije:

–ya no puedo seguir con esto. si nunca vas a dejarme, entonces ahora te dejo yo. alguien más está colándose por las grietas que dejaste, y juro que es lo más honesto que he conocido. no está tocado por las...