Y entonces vendrá el fin ... Pero qué si ya sucedió?...

Santiago F. Medina

• Editorial: Page Publishing, Inc.
• Año: 2021
• ISBN de la versión impresa: 9781662490972
• ISBN del libro electrónico: 9781662490774
• Categoría: Teología y religión
• Categoría: Biblias

En este libro el autor intenta quitar los mitos y la ficcion a muchos de los temas importantes para los creyentes en Cristo que por anos han circulado en las congregaciones y que pareciera que nadie quiere atreverse a hablar lo que la escritura dice sobre ello, porque hacerlo es ir en contra del sistema de creencias ya establecido.

Aqui encontraras lo que el mito dice y lo que la escritura dice (a la luz de las mismas escrituras) porque "Nada podemos contra la verdad sino por la verdad".

V

¿Qué del Reino Eterno del Señor Jesucristo?

Si somos lectores apasionados de Su Palabra, descubriremos que cuando Cristo caminó sobre esta tierra, enfocó su mensaje en tres realidades universales: El Reino, El Padre y La Vida.

Es mucha la gente que ha oído hablar del Reino de Dios y que creen que es verdadero y que es una realidad, el problema es que a gran cantidad de creyentes se les ha enseñado que El Reino es algo que debe manifestarse en el futuro, en una era donde la Iglesia “en ese tiempo” gozará de las delicias de gobernar la tierra juntamente con Cristo, les han enseñado que entonces será un tiempo muy glorioso donde habrá perfecto orden, paz y todos obedecerán a los deseos y las órdenes de Dios El Padre, en resumen, un tiempo donde todas las cosas estén sometidas, completamente, a Dios El Padre y al Reino Glorioso de nuestro Señor Jesucristo, pero... qué si todo eso es también para este tiempo y que si no ha sucedido todo eso que nos han enseñado, simplemente, es porque la Iglesia no ha tomado el lugar que Cristo le ha asignado en cuanto a reinar en vida juntamente con Él y no ha trabajado, suficiente, en lo referente a que se cumpla El Eterno Propósito de Dios: “que todo esté reunido y sujeto a Cristo, las cosas que están en el cielo como las cosas que están en la tierra” (Efesios 1, 9–10).

El divorcio de la Iglesia con la gente del mundo

Muchas de las cosas que suceden en esta tierra se han salido de control, en muchas áreas de la vida cotidiana de los seres humanos, en cuanto a la educación, las artes, las costumbres y estilos de vida, el gobierno, la moda, las finanzas, la ley, el orden en la sociedad, etc. En todas estas áreas y más la Iglesia, en general, un día decidió divorciarse de todas estas cosas “del mundo” y dejo todo en manos de gente que no conoce a Cristo ni vive para Él. Por eso no es de extrañarse que el mundo corra en un deterioro cada día más marcado y la Iglesia, por tal razón, se ha dedicado, en la mayoría de los casos, a encerrarse cada día más a hacer reuniones cristianas donde se pretende escapar, cerrando la puerta a lo que está afuera, aislándose del mundo cada día más, pensando que así está agradando a Cristo, cuando en realidad lo que ha dejado de hacer es manifestar la influencia de gobierno que Dios le dio para ser luz y sal de esta tierra. Muchos de los creyentes han intentado brillar en todo lo que hacen, pero lo hacen solo en sus reuniones, en sus conferencias, en sus fiestas privadas, pero viviendo cada día con menos influencia en su entorno y relacionándose lo menos posible con la gente que no es de la Iglesia, a tal grado que si un día les convocan y les dicen: “tendremos una reunión especial, inviten a todos sus amigos que no son creyentes”, esa gente ya no tiene a nadie a quien invitar porque han cerrado su círculo de acción a solo las actividades de la Iglesia, olvidándose del propósito principal por el que la Iglesia existe: ser la luz de este mundo, la Iglesia tal y cual existe, en su gran mayoría no lo está logrando, ya que sus reuniones consisten en orar, testificar y alumbrar... pero solo a otros creyentes y están dejando de lado a toda esa gente por la que Cristo murió, que están a nuestro alrededor, que viven y hacen acciones quizá inmorales y reprochables, simplemente, porque no conocen a Cristo pero lo más triste, porque no hay quien les modele a qué se parece una vida en la cual Cristo vive y gobierna, a eso, mis amados es que hemos sido llamados. Vamos a examinar enseguida, lo que dice la Palabra en cuanto al Reino Eterno de Dios y de Cristo.

¿Qué dice la biblia acerca del Reino?

Desde el mero principio del Nuevo Testamento, encontramos declaraciones acerca del Reino de Dios viniendo a la humanidad, Juan el bautista anuncio y dijo: “El tiempo se ha cumplido y el reino de Dios se ha acercado, arrepiéntanse y crean en el evangelio” (Marcos 1, 15 y Mateo 3, 2). También en Daniel se hace referencia, con más claridad, a este advenimiento del Reino cuando declara que “en los días de estos reyes” (los cuatro imperios que mencioné en el primer capítulo, de los cuales el último fue Roma), el Dios del cielo levantara un reino que no será jamás destruido, ni será el reino dejado a otro pueblo; desmenuzará y consumirá a todos estos reinos, pero él (el reino que levantaría en ese tiempo) permanecerá para siempre”. (Daniel 2, 44).

También Zacarías (entre otros) profetizó de este advenimiento glorioso del Reino de Dios cuando dijo: “El Señor reinará sobre toda la tierra. En aquel día el Señor será el único Dios y su nombre será el único nombre. (Zacarías 14, 9).

Cuando Cristo mismo se reveló a la gente, empezó a predicar y a decir: “arrepiéntanse porque el reino de los cielos se ha acercado” (Mateo 4, 17).

A Daniel le fueron revelados los acontecimientos del fin de aquella era y del advenimiento del Reino de Dios tal y como Jesús lo explicó en Mateo 24 y 25.

El tiempo del fin y la venida del Reino (Daniel capítulo 12)

A Daniel se le reveló que en “aquel tiempo” se levantaría Miguel, quien estaría de parte del pueblo y que sería tiempo de angustia, (Mateo 24, 21) el cual nunca fue desde que hubo gente hasta entonces, pero que también en aquel tiempo, el pueblo de Dios sería liberado, todos los que se hallen escritos en el libro. En mi opinión no puede hablar de nadie más sino de aquellos escritos en el libro de la Vida del Cordero (Apocalipsis 12, 7).

Enseguida le dicen a Daniel que, en ese tiempo, (Daniel 12, 2) muchos de los que dormían en el polvo de la tierra, serian despertados, unos para vida eterna y otros para vergüenza y confusión perpetua. Hasta Daniel mismo se levantaría para recibir su herencia al fin de los días (Daniel 12, 13).

¿Cuándo serian esos días? Mira lo que se le dice a él cuando preguntó cuál sería el fin de esas cosas que se le estaban mostrando (Daniel 12, 8–12).

Le dijeron que esas palabras estaban cerradas y selladas hasta el tiempo del fin. Muchos serían limpios, emblanquecidos y purificados (por la obra de Cristo en la cruz) y los impíos procederían impíamente y aunque ninguno de los impíos entendería, los entendidos comprenderían (Apocalipsis 22, 11).

Nota que enseguida de esto, en el verso 11 de este último capítulo 12 de Daniel, se le dice con exactitud, el tiempo en que sucederían los eventos del tiempo de angustia y de la venida del Rey y Su Reino. Nota que dice: “desde el tiempo que sea quitado el continuo sacrificio hasta la abominación desoladora, aquí está hablando de la ocasión cuando Antíoco Epifanes sacrificó al puerco en el lugar de los sacrificios (Mateo 24, 15). Dice que habría 1290 días, pero allí mismo se da la buena nueva que todo vendría a la conclusión en solo 45 días más, pues dice el verso 12: “Bienaventurado el que espere y llegue a 1335 días”. Y entonces allí, en ese tiempo aparecería la señal del Hijo del Hombre en el cielo y entonces lamentarían, todas las tribus de la tierra y verán al Hijo del Hombre viniendo sobre las nubes del cielo, con poder y gran gloria (Mateo 24, 30).

Porque entonces, los impíos y los incrédulos no solo experimentarían la angustia y los horrores de la invasión de los hombres de guerra que estaban causándoles toda esa gran tribulación, sino que ahora se encontraban frente al rostro de aquel que está sentado en el trono y de la ira del Cordero; porque el día de su ira ha llegado (Apocalipsis 6, 16–17; Malaquías 3, 2–5).

Cristo advirtió mucho a la gente de Jerusalén y lamentó lo que iba a venir sobre ellos por no querer que él los juntará como la gallina junta a sus polluelos debajo de sus alas, les dijo que, en poco tiempo, la casa de ellos seria dejada desierta (Mateo 23, 37–39; Lucas 13, 34–35).

¿Qué es el Reino de Dios?

El Reino no es un planeta lejano ni una nube donde se va a morar al partir de este mundo, ni mansiones edificadas para los que han sido creyentes ni un lugar físico que contiene la ciudad celestial...

El Reino es una dimensión o una jurisdicción espiritual donde existe un Rey y Él es la única autoridad absoluta.

Al Reino de Dios no se entra cuando a una persona se le muere el cuerpo físico, sino que es una dimensión a la que pertenecemos, tan solo por la Gracia de Dios y por lo que Cristo vino a hacer para hacernos nacer de nuevo, matando...

Índice

• ¿Qué de la Gran Tribulación?
• ¿Qué de la segunda venida de cristo?
• ¿Qué del Rapto de la Iglesia?
• ¿Qué de la Vida Eterna?
• ¿Qué del Reino Eterno del Señor Jesucristo?