
eBook - ePub
Tiempos negros
- 248 páginas
- Spanish
- ePUB (apto para móviles)
- Disponible en iOS y Android
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Descripción del libro
Alicia Giménez Bartlett, Jenn Díaz, Lorenzo Silva, Alexis Ravelo, Eduardo Berti, Ernesto Mallo, Patrícia Soley-Beltran, Cristina Fallarás, Bernardo Fernández, Paco Ignacio Taibo II, Pablo De Santis, Espido Freire, Petros Márkaris, Anna María Villalonga
«Si nos detenemos en cualquier momento de nuestras vidas y miramos atrás, veremos que cada uno de nuestros pasos nos condujo a ese preciso instante. Podremos apreciar las consecuencias de una serie de decisiones que, conscientemente o no, combinadas con factores externos que las propiciaron o las modificaron, fuimos tomando por el camino. Esto que es verdad para los individuos, no lo es menos para las sociedades. La política ha demostrado su incapacidad para prever las consecuencias de sus resoluciones. La vida demuestra a cada paso lo poco que controlamos todo. Desde los albores de la humanidad hemos atravesado conflictos, guerras, epidemias, catástrofes, crisis económicas y tiranías de todo pelaje. Si bien han tenido un alto costo en vidas y sufrimiento, hasta el momento hemos logrado subsistir. Estoy convencido de que gran parte de este éxito es debido a que somos capaces de contarnos nuestras historias, de transmitirnos experiencias y de encontrar en la cultura los recursos necesarios para superar los momentos más terribles que, como comunidad y como individuos, nos toca vivir. Llamamos "Tiempos negros" a esos momentos».ERNESTO MALLO
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Información
Editorial
SiruelaAño
2017ISBN de la versión impresa
9788417151294ISBN del libro electrónico
9788417151904EDUARDO BERTI
99 notas preparatorias para una novela en torno al Maracanazo
1950 – Río de Janeiro, Brasil
Eduardo Berti (Buenos Aires, 1964) ha publicado tres libros de cuentos (Los pájaros, La vida imposible y Lo inolvidable), los aforismos y miniprosas de Los pequeños espejos y varias novelas como Agua, La mujer de Wakefield, Todos los Funes (finalista del Premio Herralde de Novela), La sombra del púgil, El país imaginado (Premio Las Américas, Premio Emecé) y Un padre extranjero. Ha realizado varias antologías y ha traducido autores como Nathaniel Hawthorne, Jacques Sternberg, Henry James o Gustave Flaubert. Desde 2014 es integrante del OuLiPo. Sus últimos libros son Inventario de inventos (inventados) y Une présence idéale, este último escrito en francés.
Para FF y PF
1.
El lugar es Río de Janeiro, pero también podría ser otra gran ciudad de Brasil. No muy cerca de la frontera uruguaya porque se correría el riesgo de diluir buena parte de la historia. No muy cerca de cualquier frontera, en fin. En el centro, de ser posible. O junto al mar. São Paulo acaso. Pero no: mucho mejor Río de Janeiro.
2.
La época importa más. La acción ocurre o empieza a ocurrir, en su fase decisiva, el 16 de junio de 1950. El día del Maracanazo. El día en el que Uruguay (la selección de fútbol de Uruguay) vence a Brasil, deja a Brasil sin el título mundial: no solo a su selección, sino a miles de personas en el estadio y, se suele exagerar (pero no tanto), a todo el país.
3.
La acción: un asesinato después del Maracanazo. Algunas horas después, apenas cae la noche, mientras casi todo el país está de duelo como si realmente hubiera muerto alguien.
4.
El asesino: un hombre llamado Alfredo (posible nombre completo: Alfredo Paiva), un hombre solo desde que su mujer lo abandonó. Un hombre que ha intentado desde entonces (hace casi un año) suicidarse, pero sin gran convicción: para impactar a su esposa, al menos eso piensa ella.
5.
La víctima: un hombre llamado Jiménez, un conocido de Alfredo y su mujer. Es un antiguo colega de trabajo de ella, a quien Alfredo acusa (no tan en silencio como él mismo cree) de haber influido para que su esposa lo dejara.
6.
Más personajes.
Los policías, sobre todo Silva y Vasconcelos.
Una vecina.
Y la mujer de Alfredo, por supuesto, aunque ella podría no aparecer en ningún momento. El desafío pasaría por contar una historia en la que esta mujer fuese una pieza central, pero no participase directamente en la acción.
7.
Explicar el contexto general para que la historia resuene mejor. Ver cómo se dice (cuándo, de qué modo) que el muerto, Jiménez, es uruguayo.
8.
A Alfredo le gusta el fútbol. Y espera, al igual que sus compatriotas, que Brasil se corone finalmente campeón mundial. Estamos en 1950, en un mundo previo a Pelé. Un mundo en el que Brasil, aunque parezca mentira, no es aún potencia en el fútbol y mira con admiración o con envidia deportiva a otros países.
9.
La derrota frente a Uruguay causa en Alfredo un arrebato de ira. De pronto piensa en Jiménez y se lo imagina solo, en el diminuto hogar que queda a pasos del suyo, festejando. De pronto siente que Jiménez es el gran culpable de su infelicidad. No le bastó con lo que hizo con su esposa, también tuvo que arrebatarle otra dicha.
10.
Confirmar los datos exactos. El partido en el Maracaná empieza, según los libros que he podido consultar, a las 15:00. El primer gol, el único gol de Brasil, llega a los dos minutos del segundo tiempo. Lo que equivale, a grandes rasgos, a las 16:02. El empate de Uruguay, gol de Juan Alberto Schiaffino, llega unos veinte minutos después. Supongamos que llega a las 16:22, aunque se sabe que tras el gol de Brasil el capitán de Uruguay, Obdulio Varela, armó una obra de arte de la protesta y consiguió que el estadio, en vez de saborear el gol, se indigestase de nervios y mal humor. La victoria celeste llega en el minuto 79. Es el famoso puñal de Alcides Ghiggia que logra enmudecer a unas doscientas mil personas en las gradas. Son las 16:38, más o menos.
11.
Imaginar y describir el ánimo de unos policías cariocas en medio de este contexto. La distracción en medio de la ansiedad de ese partido que todos siguen con una o dos orejas pegadas contra la radio. El abatimiento luego de la terrible derrota.
12.
Imaginar un diálogo entre dos o tres de estos policías mientras siguen el partido por radio desde la comisaría o desde un puesto similar. ¿Quién va a robar, quién va a delinquir en mitad de la final? ¿Quién va a perderse el partido? Mostrar cómo se preocupan cuando llega el segundo gol de Uruguay. Ahora sí, piensan, es posible que el disgusto y la ira por la derrota causen actos de violencia, de vandalismo.
13.
El responsable de aquella comisaría, de apellido Vasconcelos, le dice a un tal Roberto Silva, joven policía a sus órdenes, que salga a patrullar las calles. Pero cuidado, le añade, nada de atizar el fuego. La gente ya tuvo bastante con los goles de Uruguay. Una ronda de prevención, más que nada. Y Silva acata.
14.
Pintar el ambiente dentro del estadio apenas termina el partido. Mencionar, en forma explícita o no, las fases por las que pasa la multitud. El desconcierto. El llanto. El enfado. La tristeza.
15.
Citar (o no…) lo que dijeron entonces varios jugadores uruguayos. «Lloraban todos, nunca vimos algo así». O también: «De cien partidos que jugábamos acá contra este equipo de Brasil, perdíamos noventa y nueve».
16.
Reflexionar en un momento sobre la mala fortuna de Jiménez. La mala suerte de ser uruguayo y de salir a la calle después del gol de Alcides Ghiggia.
17.
Mencionar los suicidios que hubo ese día (esa noche, sobre todo) en Brasil. Ver si existen cifras concretas. Si no existen (hasta ahora no las he encontrado), hablar de centenares, con lo ambiguo del caso.
18.
Releer el ensayo de Geneton Moraes Neto, autor de la obra Dossiê 50, donde se afirma que los supuestos suicidios no existieron. Que fueron, hasta el día de hoy, una leyenda urbana que ha trascendido de generación en generación.
19.
¿Quién es el narrador de esta historia? Una opción es que sea un policía. Otra opción es que sea un testigo accidental. Tercera opción, más singular: el narrador es el muerto. El narrador es el cadáver del uruguayo Jiménez. Considerar. Que lo original no debilite la verosimilitud.
20.
Hay algo interesante en la opción de que el muerto sea el narrador. Se trata, a grandes rasgos, de una historia donde se narra una especie de enorme funeral: la tristeza general de todo un país mezclada con un crimen que, en teoría, debería pasar inadvertido en medio de la gran tristeza.
21.
No olvidar un dato interesante: después de esta derrota, la selección de Brasil abandona para siempre la camiseta blanca con cuello azul y adopta, en cambio, la famosa verdeamarela.
22.
Narrar con detalle el asesinato. Narrar la torpeza del asesino (un asesino improvisado, alguien que nunca mató ni pensó en serio en matar), sin que esa torpeza resulte demasiado cómica ni demasiado cruel. Cuidar la emoción exacta que debe suscitarse aquí.
23.
Ver en qué momento concreto de la novela llega el crimen. Tomar en cuenta lo que dice P. D. James: «Postergar el asesinato no solo aumenta la tensión, también sirve para garantizar que el lector posea más información que el detective cuando este llega al escenario del crimen».
24.
El crimen ocurre así: Alfredo toma un arma, una pistola que tiene en su casa por medida precautoria (porq...
Índice
- Cubierta
- Prólogo. Los hombres y sus circunstancias
- Cuentos difíciles
- Tiempos negros
- Jenn Díaz. La niña Angelita
- Lorenzo Silva. El verdadero crimen perfecto
- Alexis Ravelo. El centro del olvido
- Eduardo Berti. 99 notas preparatorias para una novela en torno al Maracanazo
- Ernesto Mallo. 5 postales latinoamericanas
- Patrícia Soley-Beltran. La bienhablada
- Cristina Fallarás. La última del sanatorio
- Bernardo Fernández – BEF. Aquí el crimen no existe
- Paco Ignacio Taibo II. Tlálolc
- Pablo De Santis. La sospecha
- Espido Freire. Negocio familiar
- Petros Márkaris. Los tres caballeros
- Anna Maria Villalonga. Mala lluvia
- Créditos