1. Un ingeniero en el Cisen
Genaro García Luna comenzó su vida profesional a los 25 años de edad como un ciudadano sin privilegios que aspiraba a formar parte de los cuerpos de inteligencia del Estado mexicano. Ingresó al Cisen sin ninguna influencia o recomendación, presentó los exámenes correspondientes y se sometió a las pruebas de control de confianza necesarias. En 1993 se inició como analista, después de haber cursado la carrera de Ingeniería Mecánica en la Universidad Autónoma Metropolitana (uam). Entró a trabajar en la Dirección de Protección bajo el mando del entonces capitán de navío (hoy almirante) Wilfrido Robledo. Pronto ascendió a subdirector de contrainteligencia y luego ocupó el cargo de subdirector en el área de antiterrorismo.
Cuando le preguntamos a Genaro sobre los inicios de su carrera profesional, haciendo alusión a su desempeño como policía, nos contestó lo siguiente:
— Yo no me identifico como policía; soy técnico. Soy gente de inteligencia; yo me formé en el área de inteligencia. Soy ingeniero de carrera: ingeniero mecánico y luego de sistemas por la uam (empecé en el Poli, pero a mí me tocó lo del temblor del 85 y entonces terminé en la uam). También acabo de completar un posgrado en Economía y Negocios, una maestría en Administración de Negocios en la Universidad de Miami. Me metí por mi obsesión de siempre por los números. Me estrené en el Cisen que había fundado Jorge Carrillo Olea durante el gobierno de Salinas. Empiezo ahí en 1994. Jorge Tello fue nuestro jefe cuando entré al Cisen; yo fui a aprender. Nos enfocamos entonces en el tema de los zapatistas.
— ¿Nos podrías platicar un poco sobre el zapatismo y cómo influyó este episodio en tu carrera?
— Chiapas fue una gran escuela. Recuerden cómo el zapatismo le declara la guerra al Estado mexicano. Había gente de muchos bandos que participaba en la guerrilla. Se requería de recursos y organización para mantener al movimiento y financiarlo. Debíamos investigar a estos actores que alimentaban la subversión. Ahí reconocí la importante capacidad de los servicios de inteligencia en las labores de seguridad pública. Aprendí también en ese tiempo a hacer gestión política para atender a la comunidad; unos de los objetivos de esa tarea era el de la despresurización política. Así se trabajó con Marcos.
— ¿Y por qué el Cisen?
— El desarrollo de los servicios de inteligencia mexicanos se da a finales de los ochenta y el Cisen se crea en 1989, ya terminando la Guerra Fría. Se tenía la experiencia de este periodo, cuando hubo una guerra a muerte entre los representantes de dos modelos económicos. El Cisen surge con Salinas, cuando el temor mayor de los Estados era ser infiltrados. [En este contexto,] la condición para que fueras parte del cuerpo de inteligencia de un país es que no hubieras formado parte de un cuerpo de policía; tampoco se quería tener gente que aspirara a ser policía. Todo esto era para evitar ser infiltrado. Se buscaba gente totalmente limpia. Y entonces, como en las películas, las agencias de inteligencia van a las universidades a buscar jóvenes para reclutarlos. Eso me tocó a mí. Empezaban apenas las computadoras; no había tanta tecnología. ¿Se acuerdan del satélite “Solidaridad”? Yo tuve la fortuna de prepararme como técnico y llegué a destacar. Entonces me reclutaron. Dentro de mi cuadro éramos como doce reclutados que fuimos formados desde la carrera de analista. Algunos ya murieron y con otros llegué a trabajar después. Mis amigos no eran policías, eran agentes de inteligencia; y algunos lo siguen siendo. Tengo amigos como José Rodríguez (exdirector del Servicio Nacional Clandestino de la cia. ncs, por sus siglas en inglés), con el que ahora colaboro en glac… Un gran tipo. Él fue en un tiempo pieza fundamental de los servicios de inteligencia gringos.
— ¿Y cómo consideras tu desempeño en el Cisen?
— Yo ingresé como analista al Cisen; empecé desde abajo y ésa fue una ventaja. Entre Tello y yo, ahí está la diferencia. Yo sí empecé de cero en la carrera de inteligencia. Me eduqué pasando por todos los niveles. Tello no, Tello entró como jefe. Yo soy parte del primer cuadro formado. Me mandaron a Estados Unidos, Inglaterra, Israel, Alemania, España. Aprendí el modelo anfibio. Nos adiestraron en labores de espionaje; en eso los rusos y los israelitas son expertos. Mi carrera fue como pasar de mecánico a ingeniero: sabes cómo está el motor y luego aprendes a armar el motor. Ésa es una gran diferencia. Tello, por ejemplo, llegó como asesor de Carillo Olea. Yo empecé como obrero; ellos llegaron como gerentes de la fábrica. Les recomiendo ver una película: The Recruit, 2003. Es un peliculón. Así me reclutaron. Así me eligieron.
Genaro comenzó a destacar en el Cisen por su uso de la teoría de redes para darle seguimiento al Ejército Zapatista de Liberación Nacional (ezln). Como profesional de inteligencia formó parte de lo que se denominó el grupo antiterrorista del Cisen. Su principal tarea entonces eran las actividades de inteligencia estratégica sobre el ezln y otros posibles grupos guerrilleros que aparecieron en esa época, como lo fue después, en 1996, el Ejército Popular Revolucionario (epr). El presidente era Ernesto Zedillo, quien les encomendó a Jorge Tello Peón y a Alejandro Alegre Rabiela (directores generales del Cisen en ese periodo) que llevaran a cabo toda esa labor de inteligencia y —en opinión de algunos expertos con los que platicamos— lo hicieron muy bien. Dicen algunos que los conocieron que fueron gente capaz y honesta. “A ellos nadie los puede acusar de haberse robado un quinto, de haber vendido información a nadie, de nada de eso. A ellos nunca les van a encontrar nada de que se juntaron con ‘el Chapo’, una casota, o algo así”. A Genaro le pasó otra cosa y se corrompió; quizás porque era muy humilde; nunca lo sabremos. Eso fue hasta el periodo de Fox, en su vida número dos, cuando se le encargó la creación de la afi.
Alejandro Alegre, director general de Emisión del Banco de México en la actualidad, fue director del Cisen en 1999 y 2000 (hasta que entró Vicente Fox). En 1999, después de registrarse un cambio en el sistema de inteligencia mexicano, Jorge Tello asume el cargo de subsecretario de Gobernación y convence al presidente de crear una policía federal, la Policía Federal Preventiva (pfp). Ésta se forma a partir de una fusión entre la Policía Federal de Caminos y la Policía Fiscal y se le integra personal de las fuerzas armadas. El almirante Wilfrido Robledo fue el primer director de la pfp en la Secretaría de Gobernación, y se valió de dos brazos de apoyo para crear la institución: i) las fuerzas armadas y ii) el grupo que se llevó del Cisen, entre quienes estaba Genaro García Luna. Sobre su experiencia en la pfp, Genaro nos contó lo siguiente:
— Cuando estaba en el Cisen, yo me hacía cargo de la parte de seguridad pública en lo que nacía la pfp. Estuve ahí desde 1993-1994 hasta 1998, cuando entré a la Policía Federal. Aprendí de tácticas de coerción, también sobre terrorismo, y me empapé de la doctrina. Yo hablaba con todos y aprendí de todos; aprendí muy bien. Me especialicé en robo de camiones de carga, en armas de fuego y secuestros. Fui el mejor investigador en lo relacionado a robo de camiones y secuestro. Yo hablaba con todos: con profesores, técnicos, con todo tipo de fuentes. Me gustaba la adrenalina; siempre me ha gustado… correr, aventarme del paracaídas, del bungee… También aprendí mucho sobre la relación con Estados Unidos; y cómo en tiempos del telegrama Zimmermann, México debió negociar, pues hay que reconocer la importancia estratégica que mantiene nuestro país y sopesar lo que nos ofrecen nuestros socios y vecinos.
En la pfp, Genaro crea el sistema de inteligencia. La primera misión de la recién creada agencia fue todo un éxito, a nivel táctico y operacional (de acuerdo, por supuesto, con los criterios de ese ambiente).
Se trata de la ocupación de Ciudad Universitaria en febrero de 2000, después de una huelga general de aproximadamente nueve meses. La penetración al Consejo General de Huelga (cgh) se logró gracias a una operación de inteligencia de la pfp. Las acciones para recuperar Ciudad Universitaria se llevaron a cabo un domingo muy temprano —cuando había menos gente en el Auditorio Justo Sierra, hoy Ernesto “Che” Guevara, de la Facultad de Filosofía y Letras de la unam. El éxito del operativo radicó en que fue esencialmente pacífico, sin rastros de violencia. “Al ‘Mosh’ (Alejandro Echavarría Zarco), uno de los principales líderes del movimiento, lo agarraron durmiendo”, según nos contaron.
En la operación participaron miembros de las fuerzas armadas y la recién formada Policía Federal. Cabe destacar que la última fase del operativo en la unam fue una operación militar. Los que estuvieron a cargo de ésta se autodenominaron “verdes disfrazados de gris”. En otras palabras, hablamos de gente del ejército con uniforme de la pfp; eran nuevos y nadie conocía a sus elementos.
La pfp nació entonces y se dio a conocer con ese operativo. Se formó antes del cambio de gobierno, todavía durante el sexenio de Ernesto Zedillo. Entonces Genaro se hizo muy famoso en ese medio, por ser él quien lo dirigió desde la pfp, que fue básicamente una maniobra de inteligencia. Así fue como se ganó un lugar dentro de los servicios de inteligencia del Estado y finaliza la primera etapa de la vida profesional de este personaje. Posteriormente viene el cambio de gobierno. Gana Vicente Fox las elecciones y se convierte, después de poco más de setenta años, en el primer presidente de un partido que no es el pri. Sobre el tema de inteligencia y después de su paso por el Cisen, Genaro reflexiona:
— En mi paso por los servicios de inteligencia aprendí que es necesario leer bien el pasado y saber leer el presente, para pronosticar lo que va a pasar en el futuro. El desarrollo de las labores de inteligencia requiere de un proceso en cuatro pasos: planeación, captación o compilación, análisis y explotación. Todos los pasos son igualmente importantes. Hay que planear bien y meter buenos insumos (buenos datos en el proceso de captación). Pero esto no basta; hay que procesar bien esos datos y saber emplear bien el análisis. El secreto está en la instrumentación de estos conceptos. El último paso, la explotación, se trata de transformar los conceptos en políticas públicas.
Genaro dejaría entonces los servicios de inteligencia para incorporarse a la policía. Al respecto, le preguntamos:
— ¿Cómo pasaste de ser un agente de inteligencia a ser policía? Mucha gente decía que eras el top cop del país.
Nos respondió lo siguiente:
— Miren, ya les dije. Yo no me defino como policía. Antes, si me decían policía, ...