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De la visión a la acción
Niveles clave de factores de éxito
«Dormí y soñé que la vida era gozo.
Desperté y vi que la vida era servicio.
Actué y mirad: el servicio era gozo».
Rabindranath Tagore
«Ser el hombre más rico del cementerio no me interesa.
Irse a la cama por la noche diciendo que hemos hecho algo magnífico… ...eso es lo que me interesa».
Steve Jobs
Niveles clave de factores de éxito
De acuerdo con el SFMTM, el rendimiento y el cambio eficaces y de éxito implican cierto número de niveles de factores de éxito. Estos factores hacen referencia a nuestro entorno (dónde y cuándo actuamos), nuestro comportamiento (lo que hacemos), nuestras capacidades (cómo pensamos y planeamos), nuestros valores y creencias (por qué pensamos y actuamos como lo hacemos), nuestra identidad (quienes percibimos que somos) y nuestro sentido de propósito (a quién y a qué nos dedicamos). La vida de las personas de un quipo u organización y, en realidad, la vida del equipo u organización en sí mismos se desarrolla por toda esta variedad de niveles.
El nivel primario lo constituye el entorno en el que actúan e interactúan las personas y las organizaciones, es decir, cuándo y dónde se dan las operaciones y relaciones en una empresa u organización. Estos factores ambientales delimitan el contexto externo y crean las ocasiones y las restricciones en las que operan las personas. El entorno local de un equipo u organización está conformado por cosas tales como las localizaciones geográficas de sus operaciones, el diseño de los edificios y locales que definen el “lugar de trabajo”, la oficina o la fábrica, etc. El entorno extenso engloba elementos como las tendencias de mercado, las condiciones económicas mundiales, la estructura de la sociedad, los desarrollos tecnológicos, etc. Dependiendo del estado de estos factores, pueden surgir ocasiones que abran puertas y nuevas oportunidades. Otras veces, como en una recesión económica, las personas y las empresas tiene que esforzarse contra las restricciones o interrupciones. Responder de modo creativo y sabio al estado en evolución del entorno es seguramente el factor más determinante para el éxito de una empresa u organización. De hecho, la definición primera de inteligencia es: la capacidad de interactuar con éxito con el propio mundo, especialmente frente a un reto o cambio.
Entorno: Nuestra red de horticultura holística se centra en compartir técnicas para el cultivo de fruta sostenibles que respetan la salud de la tierra del huerto, lo que a su vez produce árboles sanos y personas sanas.
Comportamiento: Nuestras actividades incluyen todo lo necesario para llevar el zumo desde nuestras granjas a nuestros clientes, e incluye el exprimido, el empaquetado y la distribución
Además de la influencia que tienen los factores del entorno sobre las personas y las organizaciones, es importante también examinar la influencia y el impacto que las personas y las organizaciones ejercen sobre el entorno. Esto incluye los productos o creaciones que aportan al entorno y las consecuencias que tales creaciones tienen en el entorno externo.
A otro nivel, podemos examinar los comportamientos y acciones específicas de una organización, equipo o persona, por ejemplo, qué hacen esa persona, equipo u organización con su entorno como respuesta al mismo o para cambiarlo. Esto tiene que ver con los patrones de trabajo, la interacción y la comunicación correspondientes. A nivel personal, los comportamientos toman la forma de rutinas de trabajo específicas, hábitos de trabajo o actividades relacionadas con el trabajo. Para una empresa u organización, los comportamientos pueden ser definidos en términos de las actividades necesarias para fabricar sus productos u ofrecer sus servicios. Así, los comportamientos son las actividades concretas que realizamos para responder a restricciones o para aprovechar oportunidades.
Otro nivel de proceso que se explora en el Success Factor Modeling conlleva las estrategias, habilidades y capacidades por las cuales una empresa, equipo o persona selecciona y dirige sus comportamientos y acciones en su propio entorno, es decir, cómo generan y guían sus comportamientos en un entorno concreto. Para una persona, las capacidades incluyen las estrategias cognitivas como el aprendizaje, la memoria, la toma de decisiones y la creatividad, que facilitan el funcionamiento de un comportamiento o tarea concreta. A nivel de una organización, estas capacidades se relacionan con las infraestructuras al alcance para apoyar la comunicación, la innovación, el planeamiento y la toma de decisiones entre los miembros de la misma. Estas cualidades son esenciales para la capacidad de un individuo u organización de tener éxito en su entorno. Sin las capacidades adecuadas, somos incapaces, en concreto, de responder apropiada y eficazmente a los retos y cambios en nuestro entorno.
Capacidades: Hemos desarrollado un sistema innovador para organizar nuestra flota de camiones eléctricos para distribuir nuestro zumo sin conservantes de forma rápida y limpia.
Valores: ¿Lo adivina? Nuestros valores son la calidad, el sabor, la salud y la ecología. Ellos guían nuestras decisiones como organización.
Estos diferentes niveles de proceso (entornos, comportamientos y capacidades) están formados de valores y creencias, que proporcionan la motivación y las líneas maestras que subyacen a las estrategias y capacidades que utilizamos para alcanzar resultados conductuales en el entorno, es decir, por qué las personas hacen las cosas como las hacen, en un tiempo y lugar concretos. Nuestros valores y creencias nos proporcionan el refuerzo (motivación y permiso) que apoyan o inhiben nuestro uso de capacidades y comportamientos concretos. Valores como la calidad, la facilidad de uso, la seguridad, el servicio al cliente, la promoción de una salud mejor, etc., determinan qué tipo de capacidades van a desarrollarse y ponerse en práctica. Los valores establecen prioridades y suponen una guía y dirección sobre dónde focalizar su atención y cómo conducir sus interacciones.
Las creencias se relacionan con los valores y también sirven para establecer y conformar lo que se considera posible, apropiado e importante. Las creencias tales como “somos capaces de adaptarnos”, “somos responsables de nuestro éxito”, “es importante que innovemos”, “los clientes son lo primero”, “nos es posible ser un líder del mercado”, etc., determinan qué capacidades y comportamientos serán nuestro foco de atención y cuánto esfuerzo habrá que dedicar. De este modo, los valores y las creencias son las influencias primordiales sobre el criterio y la cultura.
Más allá de los valores y creencias se encuentra el sentido de identidad del individuo, equipo u organización, es decir, el quién detrás del por qué, del cómo, del qué, del dónde y del cuándo. La identidad de un individuo u organización incluye y trasciende todos los niveles anteriores e los integra en una entidad única. Es la percepción que tenemos de nuestra identidad lo que organiza nuestras creencias, capacidades y comportamientos en un sistema único. Hasta cierto punto, la identidad se relaciona con el rol y la marca, pero también en más que eso. Como el ADN de nuestros cuerpos, el sentido de identidad de un individuo u organización proporciona la estructura profunda y los principios organizativos fundamentales que aglutinan a todos los demás factores de éxito.
Empresas de éxito como Apple, Disney, Google, BMW, etc., tienen un sentido claro de identidad que comprende, alinea y sintetiza valores, capacidades y comportamientos concretos y reconocibles en el cambiante paisaje del entorno en el que operan.
Identidad: Nos vemos a nosotros mismos como un moderno “Juanito Manzanita” que es conocido por sus modales amables y generosos y su liderazgo en proteger el medioambiente, como las manzanas simbolizan la buena salud.
Propósito: Queremos que nuestra comunidad se beneficie de nuestro trabajo, inspirando a las personas con nuestros valores ¡y proporcionando el mejor zumo de manzana!
Hay un nivel final de factores de éxito que puede denominarse nivel de espíritu de propósito. Este nivel tiene que ver con las visiones de las personas y con las percepciones relativas a los sistemas más amplios a los que pertenecen y de los que toman parte. Dichas percepciones se refieren al sentido que una persona u organización tiene de para quién o para qué van dirigidas sus acciones, y les proveen de un sentido de significación y propósito para sus acciones, capacidades, creencias e identidad. Este sentido de un sistema superior puede estar extendido desde la propia familia a la propia profesión, a la propia comunidad y así hasta todo el planeta.
En resumen, el Success Factor ModelingTM tiene en cuenta los siguientes niveles de factores conductuales relacionados con el éxito:
•Los factores ambientales, que determinan las oportunidades o restricciones externas que las personas...