CONTRA APIÓN LIBRO I
Propósito y plan de la obra
En mi obra sobre las Antigüedades , noble [1 1 ] Epafrodito 1 , creo haber dejado ya suficientemente claro para los que acudan a ella la extrema antigüedad de nuestra raza judía, la singularidad de su origen y su establecimiento en el país que hoy ocupamos. Esta historia, que he contado en griego a partir de nuestros libros sagrados, abarca un período de cinco mil años 2 . Pero como observo [2] que muchas personas, influenciadas por las calumnias maliciosas de ciertos individuos, no dan crédito a los relatos de mi historia antigua y alegan como prueba del origen relativamente reciente de nuestro pueblo el que no haya sido considerado digno de mención por los historiadores griegos [3] más conocidos, he creído que debía escribir brevemente sobre todos esos puntos, para poner de manifiesto la maldad y la deliberada falsedad de nuestros detractores, enmendar la ignorancia de los otros y dar a conocer a todos los que lo [4] deseen la verdad sobre la antigüedad de nuestra raza. Como testigos de mis afirmaciones pondré a los escritores que, a juicio de los griegos, son más dignos de crédito en lo que a la historia antigua se refiere; a los que han escrito difamaciones y mentiras sobre nosotros los presentaré para que ellos [5] mismos se confundan. Intentaré también explicar las razones por las que nuestro pueblo ha sido mencionado tan poco por los historiadores griegos y, más aún, daré a conocer los autores que no han descuidado nuestra historia a quienes los ignoran o fingen ignorarlos.
Los griegos no son dignos de crédito en lo referente a los sucesos antiguos
[2 6] En primer lugar, me sorprenden muchísimo las gentes que creen que sólo hay que acudir a los griegos en lo referente a los sucesos más antiguos y buscar en ellos la verdad, desconfiando de nosotros y de los demás hombres. Pues bien, si lo que interesa es obtener lo justo partiendo de los hechos en sí y no seguir vanas opiniones, desde mi punto de vista lo adecuado [7] es todo lo contrario. Pues encuentro que entre los griegos todo es reciente, de ayer o de anteayer, por así decirlo 3 , me refiero a la fundación de las ciudades, la invención de las artes y la redacción de las leyes; pero de todas las cosas, quizá la más reciente entre ellos es la preocupación por escribir la historia. Sin embargo, los mismos griegos reconocen [8] que la transmisión del recuerdo de los sucesos que han tenido lugar entre los egipcios, los caldeos y los fenicios —por el momento no incluyo nuestro pueblo en esa relación—, es muy antigua y constante. Todos estos pueblos [9] habitan lugares poco expuestos a los azotes de la atmósfera, y han tenido mucho cuidado de no dejar en el olvido ninguna de las cosas que les han sucedido, sino que fueron siempre consignadas en los documentos oficiales por los hombres más sabios. El territorio de Grecia, por el contrario, ha [10] sufrido innumerables catástrofes que han borrado el recuerdo del pasado 4 , y siempre que establecían nuevas formas de vida, los hombres de cada época creían que todo empezaba con ellos. Conocieron la escritura muy tarde y con dificultad; quienes pretenden que su uso es antiquísimo, se vanaglorian de haberla aprendido de los fenicios y de Cadmo. Sin embargo, [11] no se podría mostrar ninguna inscripción de aquella época que se haya conservado ni en monumentos sagrados ni oficiales, pues respecto a los hombres que participaron en la expedición contra Troya ha habido muchos años después grandes dudas e investigaciones acerca de si utilizaban la escritura; y la opinión que hoy predomina es que aquéllos desconocían el uso actual de las letras 5 . En resumen, entre los [12] griegos no se ha encontrado absolutamente ningún escrito considerado más antiguo que el poema de Homero, y está claro que éste es posterior a la Guerra de Troya; incluso se dice que él no dejo su obra por escrito, sino que, transmitida de memoria, se formó más tarde por la reunión de los cantos, a lo cual se deben las numerosas divergencias que en [13] ella se presentan 6 . Los griegos que se han ocupado de escribir historia, como Cadmo de Mileto, Acusilao de Argos y algunos que se citan después de él, vivieron muy poco antes de [14] la expedición de los persas contra Grecia. En cuanto a los primeros filósofos griegos que trataron las cosas celestes y divinas, como Ferécides de Siros, Pitágoras y Tales, escribieron muy poco y todo el mundo reconoce que fueron discípulos de los egipcios y de los caldeos 7 y esto es lo que les parece a los griegos lo más antiguo de todo, e incluso dudan de su autenticidad.
Contradicciones entre los historiadores griegos
[3 15] ¿No es absurdo que los griegos estén ciegos hasta el punto de pensar que son los únicos que conocen la Antigüedad y que han transmitido con exactitud la verdad sobre la misma? ¿O es que cualquiera no sería capaz de descubrir fácilmente en los mismos historiadores que sus escritos no están basados en un conocimiento seguro, sino que cada uno emite conjeturas sobre los hechos? Lo más frecuente es que en sus obras se refuten unos a otros y no duden en referir los mismos hechos de la manera más contradictoria. [16] Sería inútil enseñar a los que lo saben mejor que yo las contradicciones entre Helánico 8 y Acusilao en lo referente a las genealogías, las veces que Acusilao corrige a Hesíodo, o de qué modo Éforo 9 muestra los errores de Helánico en muchos puntos, Timeo 10 , los de Éforo, los de Timeo, sus sucesores, y todos, los de Heródoto. Ni siquiera [17] en la historia de Sicilia Timeo pretendió estar de acuerdo con Antíoco, Filisto o Calias; tampoco están de acuerdo los escritores áticos que han tratado sobre los acontecimientos del Ática, ni los historiadores de Argos sobre los acontecimientos argivos. ¿Por qué recurrir a la historia de cada [18] ciudad y a hechos de menor importancia, cuando, incluso en lo referente a la expedición persa y los sucesos que la acompañan, discrepan hasta los escritores más considerados? El propio Tucídides es acusado de falsedad en algunos puntos, a pesar de su reputación de haber escrito la historia más exacta de su tiempo.
Los griegos carecen de anales oficiales fidedignos
De tan enorme discrepancia, numerosas [19 4 ] razones, y posiblemente de muy distinto tenor, podrían manifestársele a cualquiera que pretenda descubrirlas; por mi parte, yo atribuyo una importancia fundamental a las dos que referiré a continuación. Comenzaré por la que me parece fundamental: la negligencia de los griegos desde [20] los orígenes para consignar en los registros oficiales cada suceso fue motivo de errores y ofreció la posibilidad de mentir a los que más tarde quisieron escribir sobre la antigüedad. Y la redacción de documentos no se descuidó sólo [21] entre los demás griegos, sino que tampoco entre los atenienses, de quienes se dice que son autóctonos y preocupados por la instrucción, se encuentra nada semejante. Sus documentos oficiales más antiguos, según dicen, son las leyes sobre el homicidio redactadas por Dracón, quien vivió poco antes de [22] la tiranía de Pisístrato 11 . ¿Y qué decir de los arcadios que se ufanan de su antigüedad? Aprendieron la escritura más tarde aún y con dificultad.
Los griegos hacen literatura más que historia
[5 23] Así pues, al no haber quedado ningún documento anterior que pueda informar a quienes deseen conocer y refutar a los mentirosos, se han producido muchas discrepancias [24] entre los distintos escritores. Pero a ésta ha de añadirse una segunda causa: los que se dedicaron a escribir no se esforzaron en buscar la verdad, aunque ésa es su promesa constante, sino que intentaban demostrar su [25] habilidad literaria. Y se esforzaban en lo que suponían aventajar a los demás de alguna forma. Así, unos se ocuparon de relatar mitos, otros de encomiar con halagos a las ciudades o a los reyes, y otros de criticar los acontecimientos o a los que los habían escrito, pensando obtener la fama de esta [26] manera. En suma, no hay nada más opuesto a la historia que el método que éstos siguen. Pues la prueba de la verdad histórica es que todos digan y escriban lo mismo sobre los mismos hechos, pero cada uno de ellos, dando una versión diferente de unos mismos hechos, espera aparecer como el [27] más veraz de todos. Por tanto, por elocuencia y talento literario hemos de dar prioridad a los escritores griegos, pero no por veracidad histórica en lo concerniente a la antigüedad, y mucho menos tratándose de la historia nacional de cada país.
Los judíos, preocupados siempre de sus Escrituras, confiaron su redacción a sacerdotes y profetas
Todo el mundo acepta que entre los [28 6 ] egipcios y los babilonios desde los tiempos más remotos el cuidado de los registros y la reflexión sobre los mismos estuvo a cargo de los sacerdotes entre los egipcios, y de los caldeos entre los babilonios; también que, entre los pueblos relacionados con los griegos, los fenicios sobre todo, utilizaron la escritura en la organización de la vida y como testimonio de los hechos públicos; por tanto, no considero necesario insistir en ello. Sin embargo, intentaré demostrar [29] brevemente que nuestros antepasados se ocuparon de sus documentos tanto como los pueblos citados —por no decir incluso más—, confiando su redacción a los sumos sacerdotes y a los profetas 12 y que esta costumbre se ha mantenido rigurosamente hasta nuestros días y, hablando con más atrevimiento, debe seguir manteniéndose.
Preocupación de los judíos por asegurar la pureza de raza de los sacerdotes
Desde el principio, no sólo encomendaron [30 7 ] esta labor a los mejores y a los que estaban dedicados al culto de Dios, sino que tomaron precauciones para que la casta de los sacerdotes se mantuviera pura y sin mezcla. Pues quien participa del sacerdocio, [31] para procrear debe unirse a una mujer de la misma raza y, sin considerar la fortuna ni las demás distinciones, investigar sobre su familia, consultando en los archivos la genealogía [32] de sus padres y presentando numerosos testigos 13 . Y esto no lo hacemos sólo en Judea, sino que, en cualquier parte donde se encuentre un grupo de nuestra raza, esta regla sobre los matrimonios es observada rigurosamente por los sacerdotes. [33] Me refiero a los que están en Egipto, en Babilonia o en cualquier otra parte del mundo donde puedan ha...