Geografía. Libros V-VII
  1. 432 páginas
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eBook - ePub

Descripción del libro

Estrabón fue un sincero admirador de la pacificación augústea, que a su juicio reportó bienestar a los heterogéneos pueblos sometidos en la inmensidad de los dominios romanos.Como el resto de griegos de su tiempo, Estrabón vivía en un mundo dominado por Roma. Nacido en la zona del Ponto (costa septentrional de Asia Menor), fue la suya la región que resistió con mayor tesón, hasta la victoria de Octavio sobre las tropas de Cleopatra y Marco Antonio en la batalla de Actio (31 a.C.). Al igual que tantos escritores helenos, Estrabón viajó a la capital cultural del mundo, sucesora de Atenas y Alejandría. Fue un sincero admirador de la pacificación augústea, que a su juicio reportó bienestar a los heterogéneos pueblos sometidos en la inmensidad de los dominios romanos. Precisamente gracias a esta paz pudo escribir historia para una nueva generación de griegos y romanos.En los libros V y VI describe la península Itálica y Sicilia; en el VII, el norte de la Europa que él conocía: Epiro, Macedonia y Tracia.

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Información

Editorial
Gredos
Año
2016
ISBN del libro electrónico
9788424933067
LIBRO VII
SINOPSIS
CAPÍTULO 1
Introducción: distribución de la materia, 1.Los germanos, 2-5.
CAPÍTULO 2
Los cimbros, 1-4.
CAPÍTULO 3
Los países situados entre el Rin y el Tanais, en el Danubio y más allá, 1.Tracios del Danubio: getas y misios, 2-17.Los pueblos de las estepas de Escitia, 17-19.
CAPÍTULO 4
El Quersoneso Táurico, 1-7.
CAPÍTULO 5
La región de Europa situada al sur del Danubio, 1-12.
CAPÍTULO 6
El litoral oriental de la zona situada al sur del Danubio, 1-2.
CAPÍTULO 7
La región de Europa al sur de las Montañas de Iliria y Tracia, 1-12.
FRAGMENTOS
CAPÍTULO 1
Introducción Distribución de la materia
Una vez que hemos hablado de Iberia [1] y de los pueblos célticos e itálicos además de sus islas adyacentes, podemos proseguir describiendo las restantes regiones de Europa de acuerdo con una división razonable. Las regiones que faltan son aquellas que, al otro lado del Rin, se extienden por el este hasta el Tanais 1 y la entrada del lago Meótide 2 ; y todas aquellas que entre el Adriático y la parte izquierda del mar Póntico 3 deja el Istro al sur hasta Grecia y la Propóntide 4 .
En efecto, este río, el mayor de los europeos, divide en dos partes muy próximas todo el territorio citado; fluyendo al principio hacia el sur, luego, tras girar, se dirige en línea recta de oeste a este hacia el Ponto. Por cierto, nace en el extremo occidental de Germania, cerca también del fondo del Adriático, del que se encuentra a una distancia de unos mil estadios 5 ; y finaliza en el Ponto, no muy lejos de donde desembocan el Tiras 6 y el Borístenes 7 , pues se desvía en cierto grado hacia el norte.
Así pues, quedan al norte del Istro las regiones del otro lado del Rin y de la Céltica. Éstas las ocupan los pueblos gálicos y germánicos, que llegan hasta los bastarnas, los tiregetas y el río Borístenes, así como todos aquellos pueblos que entre el Borístenes, el Tanais y la entrada del Meótide se extienden tierra adentro hasta el Océano y son bañados por el mar Póntico. Al sur del Istro, hasta Grecia, habitan los pueblos ilirios y tracios y todos aquellos celtas, o de cualquier otra estirpe, que con los mismos se han mezclado.
Hablemos en primer lugar de las regiones del otro lado del Istro, pues resultan más sencillas de tratar que las de este lado 8 .
Los germanos
En efecto, las regiones del otro lado [2] del Rin que, inmediatamente después de los celtas, se extienden hacia el este, las habitan los germanos, quienes se diferencian un poco de la estirpe céltica por su mayor grado de salvajismo y por ser más altos y rubios, aunque en los demás aspectos, tanto en su apariencia como en sus costumbres y modos de vida, son semejantes a aquéllos a los que hemos llamado celtas 9 . Por esto, ciertamente, me parece que los romanos les han dado este nombre, como si quisieran indicar que son auténticos gálatas, pues «germanos» en la lengua de los romanos significa «auténticos».
La primera parte de este territorio es aquella que está [3] junto al Rin y que, comenzando en su fuente, se extiende hasta sus desembocaduras; esta extensión de tierra, bañada en su totalidad por el río, se corresponde aproximadamente con la región occidental.
Desde ésta los romanos transfirieron algunos pueblos a la Céltica 10 , mientras que otros, como los marsos, anticipándose, se adentraron en el interior del territorio. Son pocos los que han quedado, entre los que se incluye una parte de los sugambros. Después de los que viven junto al río, hay diversos pueblos entre el Rin y el río Albis 11 , el cual discurre en cierto modo paralelo a aquél en dirección al Océano, atravesando un territorio no inferior al mismo. Hay en el medio también otros ríos navegables (en uno de éstos, en el Amasias 12 , derrotó Druso a los brúcteros en una batalla naval 13 ), que desde el sur fluyen igualmente hacia el norte en dirección al Océano. Esto se debe a que el terreno se eleva por el sur hasta formar una cadena montañosa que, unida a los Alpes, se prolonga por el este, como si fuera una parte de los Alpes 14 . Y ciertamente algunos así la han presentado debido a la idea expuesta y a que contiene el mismo bosque. Sin embargo, allí las regiones no alcanzan tanta altitud.
En este lugar además se encuentra la Selva Hercinia 15 y los pueblos suevos, los cuales habitan en el interior del bosque, como los cuados; y en cuyo territorio se localiza además Boihemo, sede real de Marobodo 16 ; un lugar hacia el que dicho rey trasladó a otras muchas gentes y, en particular, a su propio pueblo, los marcomanos. Pues éste, dejando de ser un simple particular, había asumido la dirección de los asuntos públicos tras su regreso de Roma. Ciertamente, había estado allí de joven gozando del favor de Augusto; pero volvió para hacerse con el poder, ganándose, además de los que he citado, a los lugios, un pueblo importante, y a zumos, gutones, mugilones, sidones y otro importante pueblo suevo, los semnones.
Además de los pueblos suevos que, como digo, ocupan el interior de la Selva Hercinia, hay otros que ocupan el exterior, lindando con los getas. Así pues, el pueblo suevo es el más grande, pues se extiende desde el Rin hasta el Albis; y una parte del mismo, como los hermondoros y lancobardos, habitan también al otro lado del Albis, aunque estos últimos recientemente han salido huyendo en su totalidad a la orilla opuesta.
Es una característica común de todos aquellos pueblos su pronta disposición para emigrar debido a la sencillez de su modo de vida y a que ni cultivan ni hacen acopio de reservas, sino que habitan en chozas de efímera construcción. Su principal fuente de alimentos procede de los animales, al igual que la de los nómadas, de suerte que a imitación de éstos, tras cargar sus enseres en los carromatos, se trasladan en compañía de sus ganados donde, llegado el caso, mejor les parece.
Otros pueblos germánicos de menor importancia son los queruscos, catos, gamabrivos y catuarios; y, entre los que viven junto al Océano, los sugambros, caubos, brúcteros, cimbros, así como caucos, caulcos, campsianos y otros muchos.
En la misma dirección que el Amasias van tanto el Bisurgis como el Lupias 17 , que, a una distancia del Rin de unos seiscientos estadios 18 , discurre a través de los brúcteros menores. Está también el río Salas 19 ; entre éste y el Rin halló la muerte Druso Germánico durante la campaña que estaba dirigiendo con éxito 20 . No sólo había sometido a la mayor parte de los pueblos, sino también a las islas del litoral, entre las cuales se encuentra asimismo Bírcanis 21 , con la que se hizo por medio de un bloqueo.
[4] Estos pueblos llegaron a ser conocidos al entrar en guerra con los romanos, cuando o bien se sometían para de nuevo sublevarse o bien abandonaban sus asentamientos. Y se les podría conocer mejor si Augusto permitiera a sus generales atravesar el Albis en persecución de los que hasta allí se retiran 22 . Pero, por el momento, ha considerado que es más ventajoso llevar la guerra en curso si guarda las distancias respecto a los que habitan al otro lado del Albis, dado que éstos se mantienen tranquilos, y no los incita a unir fuerzas contra un enemigo común. Dieron comienzo a las hostilidades los sugambros que habitan junto al Rin, bajo el liderazgo de Melón. E inmediatamente a partir de ese momento, otros pueblos en distintas ocasiones se han ido sucediendo; llegan a hacerse muy poderosos y son aplastados, pero de nuevo se sublevan traicionando rehenes y pactos. La desconfianza respecto a estos pueblos ha sido sumamente ventajosa, mientras que aquellos en los que se confió fueron los que causaron mayores daños, tal como hicieron los queruscos y sus súbditos, en cuyo territorio tres legiones romanas junto con su general Quintilio Varo fueron aniquiladas a traición en una emboscada 23 . Pero todos ellos recibieron su castigo y proporcionaron al joven Germánico 24 un brillantísimo triunfo, en cual desfilaron cautivos sus más distinguidos varones en compañía de sus esposas: Segimundo, hijo de Segestes, rey de los queruscos, y su hermana, la esposa de Arminio —aquél que lideraba a los queruscos cuando la traición a Quintilio Varo y que aún ahora dirigía la guerra— de nombre Tuselda, y su hijo de tres años Tumelico; y además Sesítaco, hijo del rey querusco Segimero, así como su esposa Ramis, hija de Ucromiro, rey de los catos, y el sugambro Déudorix, hijo de Bétorix, el hermano de Melón. Segestes, el suegro de Arminio, quien, en desacuerdo desde un principio con su plan, había aprovechado una oportunidad para desertar, asistía al triunfo sobre sus más allegados, disfrutando de un puesto de honor. Formó también parte de la procesión Libes, el sacerdote de los catos; y asimismo fueron llevados en la comitiva los demás cautivos procedentes de los pueblos saqueados: caulcos, campsanos, brúcteros, usipos, queruscos, catos, catuarios, dandos, tubatios.
El Rin se encuentra a unos tres mil estadios 25 del Albis, si existieran caminos que fueran en línea recta; pero en la actualidad es forzoso ir dando rodeos debido a los caminos tortuosos, a los pantanos y a los bosques.
La Selva Hercinia es extremadamente tupida y de enormes [5] árboles, con territorios fácilmente defendibles; abarca un amplio circuito en cuyo c...

Índice

  1. Anteportada
  2. Portada
  3. Página de derechos de autor
  4. INTRODUCCIÓN A LOS LIBROS V-VI
  5. LIBRO V
  6. LIBRO VI
  7. INTRODUCCIÓN AL LIBRO VII
  8. LIBRO VII
  9. FRAGMENTOS DEL LIBRO VII
  10. Índice