VIDAS DE LOS DOCE CÉSARES NOTA TEXTUAL
Para la presente traducción de Suetonio se ha seguido como texto base el establecido por Henri Ailloud, Suétone. Vies des Douze Césars, 3 vols., Col. Budé, 4.a y 5.a ediciones, París, 1980-1981. Con esta edición se han cotejado principalmente las de M. Ihm, C. Suetoni Tranquilli opera. De vita Caesarum libri VIII, Bibliotheca Teubneriana, ed. minor, Stuttgart, 1961 (= 1908); J. C. Rolfe, Suetonius, 2 vols., Col. Loeb, Londres, 1979 (= 1913-1914), y M. Bassols de Climent, Suetonio. Vida de los doce Césares, 4 vols., Ediciones Alma Mater, Barcelona, 1964-70. Asimismo, nos han sido particularmente útiles las ediciones parciales siguientes, acompañadas de comentario: H. E. Butler, M. Cary, C. Suetoni Tranquilli Divus Iulius, con nueva introducción, bibliografía y notas adicionales de G. B. Townend, Brístol, 1982; E. S. Shuckburgh, C. Suetoni Tranquilli Divus Augustus, Nueva York, 1979 (= Cambridge, 1896); M. Adams, C. Suetonius Tranquillus. Divi Augusti vita, Nueva York, 1966 (= Londres, 1939); M. J. Du Four, C. Suetonii Tranquilli vita Tiberii, capítulos 1-23, tesis, Nueva York, 1979 (= Filadelfia, 1941); J. R. Rietra, C. Suetoni Tranquilli vita Tiberi, capítulos 24-40, tesis, Nueva York, 1979 (= Amsterdam, 1928), y G. W. Mooney, C. Suetoni Tranquilli de vita Caesarum. Libri VII-VIII, Nueva York, 1979 (= Londres, 1930).
La principal discrepancia de nuestra traducción con el texto de Ailloud se encuentra en la delimitación de los parágrafos numerados de cada capítulo. La edición de Ailloud, como el propio autor indica en la introducción a su obra (véase pág. XLIX, nota 2), no coincide en este aspecto ni con la de Preud’Homme ni con la de Ihm, siendo esta última la tradicionalmente seguida por los posteriores editores de Suetonio. Hemos preferido adoptar la división en parágrafos más generalizada, para facilitar al lector que lo desee la localización del texto latino. Al margen de esto, nos hemos apartado del texto de Ailloud en los siguientes pasajes:
Queremos avisar, finalmente, que en nuestras notas a pie de página las obras Realencyclopädie der Classischen Altertumswissenschaft y Corpus inscriptionum Latinarum aparecen citadas con sus tradicionales abreviaturas RE y CIL.
LIBRO I EL DIVINO JULIO
SINOPSIS
I. CÉSAR ANTES DE SU SUBIDA AL PODER (1-39)
Proscripción y posterior perdón de César (1). Primeros servicios militares. Revuelta de Lépido (2-3). Comienzos en el foro. Estancia en Rodas e intervención en Asia (4). César, tribuno militar y cuestor. Matrimonio con Pompeya (5-6). Su cuestura en Hispania Ulterior. Intento de soliviantar a las colonias latinas (7-8). Sospechas de participación en el complot del año 66-65 a. C. (9). César, edil (10). Enfrentamientos con los optimates (11-12). Su elección como pontífice máximo y pretor. La conjuración de Catilina (13-14). César, pretor (15-17). Su propretura en Hispania Ulterior y su elección como cónsul. Formación del primer triunvirato (18-19). Primer consulado de César. Matrimonio con Calpurnia. Como procónsul, obtiene las Galias y el Ilírico (20-22). Intentos de procesarle en Roma. Entrevista de Luca. Guerra de las Galias (23-25). Acontecimientos internos de los años 54-52 a. C. César aumenta su popularidad a base de larguezas y atenciones (26-28, 1). Propuestas presentadas contra él los años 51-50. Intentos de llegar a una solución de compromiso con sus adversarios (28, 2-29). Preparativos para la guerra. Causas de la misma (30). Paso del Rubicón (31-33). La guerra civil (34-36). Triunfos celebrados por César. Recompensas asignadas a sus soldados. Donativos y concesiones hechas al pueblo. Espectáculos diversos (37-39).
II. CÉSAR EN EL PODER (40-44)
Reforma del calendario (40). Reformas constitucionales. Reducción de los tribunales. Censo del pueblo (41). Colonización de las provincias. Política demográfica y de concesión de la ciudadanía. Otras medidas de carácter social (42-43). Proyectos de mejoras urbanísticas y de engrandecimiento del Imperio (44).
III. RASGOS PERSONALES DE CÉSAR . VIDA PRIVADA Y COSTUMBRES (45-75)
Características físicas. Aspecto externo (45). Diferentes residencias. Pasión por el lujo. Disciplina doméstica (46-48). Fama de sodomita y adúltero. Relaciones con Servilla y con Cleopatra (49-52). Sobriedad en la comida y bebida. Carácter codicioso (53-54). Dotes como orador. Producción literaria (55-56). César como soldado (57-64). Relación con sus tropas (65-67). Fidelidad y extraordinario valor de sus hombres (68-70). Actitud de César con sus clientes y amigos (71-72). Actitud frente a sus adversarios (73-75).
IV. MUERTE DE CÉSAR . EPÍLOGO (76-89)
Causas de su asesinato (76-79). Conjura contra su vida (80). Presagios de su muerte. Idus de marzo. Asesinato de César (81-82). Lectura de su testamento. Descripción de sus funerales (83-85). Diferentes opiniones acerca del hecho de que no intentara evitar su muerte (86-87). Edad a la que murió. Divinización de César (88). Fin que tuvieron sus asesinos (89).
* * *
Cuando contaba quince años 1 perdió a su padre 2 ; al [1 ] año siguiente fue designado para ser flamen dial 3 y, tras separarse de Cosucia 4 , de familia ecuestre, pero muy rica, con la que le habían prometido cuando aún llevaba él la toga pretexta 5 , desposó a Cornelia, hija de Cinna, cuatro veces cónsul 6 , con la que tuvo a Julia poco después; y el dictador Sila 7 no halló medio de obligarle a [2] repudiarla. Por este motivo, le despojó del sacerdocio, de la dote de su mujer y de los bienes heredados de su familia, y lo consideró del partido contrario, de modo que César se vio incluso obligado a ocultarse y a cambiar de escondite casi cada noche, a pesar de que le consumía la fiebre cuartana, teniendo además que recurrir al soborno para librarse de los espías, hasta que obtuvo el perdón a instancias de las vírgenes vestales 8 y de Mamerco Emilio 9 [3] y Aurelio Cota 10 , sus parientes y afines. Es de sobras conocido que Sila, tras haberse resistido por algún tiempo a las súplicas de sus mejores amigos, personas del mayor relieve, y en vista de que seguían insistiendo, se dejó vencer al fin y exclamó, por inspiración divina o siguiendo algún tipo de conjetura, que de acuerdo, que se lo quedaran, pero que supieran que esa persona, cuya salvación con tanta ansia deseaban, algún día acarrearía la ruina al partido de los optimates, que junto con él todos ellos habían defendido; pues en César había muchos Marios.
[2 ] Prestó sus primeros servicios militares en Asia, en la plana mayor del pretor Marco Termo. Enviado por éste a Bitinia con el encargo de traer una flota, prolongó su estancia ociosamente junto a Nicomedes 11 , no sin que surgiera el rumor de que se había entregado al rey 12 ; rumor que aumentó con su vuelta a Bitinia pocos días después con el pretexto de exigir un dinero que se le debía a cierto liberto cliente suyo. El resto de su campaña le valió mejor fama, y en el asedio de Mitilene fue recompensado por Termo con una corona cívica 13 .
Sirvió también en Cilicia a las órdenes de Servilio [3 ] Isáurico 14 , pero por poco tiempo. En efecto, al recibir la noticia de la muerte de Sila, y puestas a la vez sus esperanzas en los nuevos disturbios promovidos por Marco Lépido 15 , volvió rápidamente a Roma, pero se abstuvo precisamente de aliarse con Lépido, aunque se le invitaba a ello con condiciones muy ventajosas, porque desconfiaba tanto de su capacidad como de la ocasión, que había hallado menos propicia de lo que pensaba.
[4 ] Por lo demás, una vez apaciguada la revuelta civil, acusó de concusión a Cornelio Dolabela 16 , excónsul y hombre distinguido con los honores del triunfo, y, absuelto éste, decidió retirarse a Rodas 17 , tanto para hurtarse al rencor como para consagrar su atención, en el ocio y el descanso, a Apolonio Molón 18 , maestro de retórica muy famoso por entonces. Mientras se trasladaba allí, ya en los meses de invierno, fue capturado cerca de la isla de Farmacusa 19 por unos piratas y permaneció junto a ellos, no sin enorme indignación, casi cuarenta días, junto con un médico y dos ayudas de cámara, pues a sus [2] restantes compañeros y siervos los había despachado desde el primer momento a buscar dinero para su rescate. Cuando al fin lo...