Aprende a escuchar tu cuerpo
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Disponible hasta el 10 Dec |Más información

Aprende a escuchar tu cuerpo

  1. 224 páginas
  2. Spanish
  3. ePUB (apto para móviles)
  4. Disponible en iOS y Android
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Aprende a escuchar tu cuerpo

Descripción del libro

La salud suele depender de factores que podemos comprender y mejorar. Incluso en muchas ocasiones, podemos mejorarla cambiando nuestros hábitos. Todo esta relacionado: la manera de caminar, de respirar, la postura o una mala oclusión dental son síntomas de algo más profundo, y pueden ser causa o consecuencia de problemas de salud. En este libro, Quim Vicent nos explica la importancia de una gestación y un parto correctos, cómo detectar problemas de manera precoz y evitar la sobrediagnosticación, el valor del tratamiento integral, cómo envejecer bien y cómo alimentarse correctamente.

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Información

Editorial
Integral
Año
2018
ISBN del libro electrónico
9788491181538

1

EL ARTE DE ESCUCHAR EL CUERPO

CON LAS MANOS

La osteopatía es una aproximación terapéutica que comprende el cuerpo como un todo. Privilegia lo táctil sobre lo visual. Convierte a la mirada en táctil; a las manos, en protagonistas principales del diagnóstico de los desequilibrios de los diferentes estratos del organismo: emocionales, sistema nervioso vegetativo, vasculares, estructurales, viscerales o neurales.
Las manos permiten la valoración en cantidad y profundidad de las alteraciones que se puedan hallar entre estructuras internas como consecuencia de un daño puntual o continuado sobre el cuerpo o la psique de una persona.
La meta de la osteopatía es descubrir y liberar los flujos bloqueados. Donde no hay fluidez en la energía, la salud se resiente. Las manos adiestradas son las mejores herramientas para captar ese bloqueo y para favorecer su liberación. «Cada acción tiene su reacción»: este principio de la física es especialmente cierto cuando afrontamos escrupulosamente el reto de comprendernos. Nos quedamos maravillados frente a su complejidad y ante el talento del organismo a la hora de conseguir el equilibrio.
Ahí es donde entra mi apuesta por la forma de encarar la sanación de Andrew Taylor Still, padre de la osteopatía. Él descubrió, desarrolló y se comprometió con un modo de observar el cuerpo humano y respetar las leyes de la naturaleza. Podríamos buscar variaciones en la etimología; la podría haber llamado osteología y no osteopatía, pero sus intuiciones le permiten hacerse perdonar esta impresión lingüística. Como médico, Still defendió que los fármacos no podrían ser la base de la medicina; divulgó nuestra disciplina convirtiendo la osteopatía en una ciencia muy respetada y no en algo «de curanderos», como la querían catalogar muchos galenos de esa época.
De la osteopatía es importante destacar su contribución a la curación y alivio de enfermedades dolorosas de partes blandas, locomotrices, circulatorias, etc. Es una aproximación que no daña, con pocas contraindicaciones y con suficientes éxitos acumulados para ir camino de los ciento cincuenta años desde su aparición y desarrollo. La osteopatía se basa en tres principios:
1. La homeostasis.
2. La unidad del cuerpo.
3. La interrelación de la estructura con las funciones.
Tenemos fe plena en la capacidad de los seres vivos para autorregularse, para autodefenderse y para autosanarse, y el osteópata lo «único» que hace es liberar de bloqueos al sistema para que pueda ponerse en marcha normalmente.
Si tras la oscuridad medieval los ilustrados se vieron obligados a seccionar el conocimiento como medio para hacerse con el saber, los osteópatas reparamos la brecha asumiendo la integralidad de la función, estructura y salud humanas. En el siglo xix los primeros osteópatas supieron reconocer la capacidad homeostática del cuerpo y cómo los problemas tenían su origen en muchos esfuerzos compensatorios de traumas físicos o emocionales.

¿Qué es la osteopatía?

La osteopatía es una aproximación terapéutica que comprende al cuerpo como un todo, fijando su atención en los desequilibrios estructurales, viscerales y/o craneales. Su meta es descubrir y liberar los flujos bloqueados, ya que la ausencia de fluidez implica afectación de la salud. Las manos adiestradas son las mejores herramientas para captar los bioestancamientos y para favorecer su liberación. Para los osteópatas la estructura gobierna la función, es decir, que todo nuestro cuerpo tiene que estar en equilibrio, tanto nuestros huesos como nuestras vísceras, para que puedan desempeñar óptimamente su función. Buscamos la máxima regulación orgánica como garantía de salud. En resumen, podríamos definir la osteopatía como la recuperación de todos los parámetros de movilidad, respetando un orden jerárquico del sustrato afectado, es decir, si tenemos un nervio afectado, nuestra musculatura (mesodermo) estará afectada para protegerlo, pero si tenemos nuestras emociones afectadas, cada una de las capas de nuestro cuerpo también lo estarán.
Cada vez se reconoce más la labor que realiza el osteópata dentro del conjunto de profesionales de la salud. Aunque su medio natural es la consulta de Atención Primaria (es decir, la consulta del paciente ambulatorio que asiste al despacho del osteópata para tratarse), el profesional de la osteopatía también colabora en el abordaje de las necesidades de pacientes hospitalizados. Igual que tejidos, arterias, venas, capilares, tendones, articulaciones, huesos, cartílagos, etc., se integran, el osteópata puede formar parte de un equipo integral que piensa en la persona como un todo, en el que las funciones y sus alteraciones deben explicarse en su complejidad.
Cuando estudiamos osteopatía, constituimos una triple división:
Pero hacer una buena osteopatía consiste en integrar las partes de esta división entre ellas para poder equilibrar a nuestros pacientes, sea cual sea su disfunción.
Estructura. Uno de los principales fundamentos de la osteopatía es que la estructura gobierna la función, es decir, que todo nuestro cuerpo tiene que estar en equilibrio, tanto nuestros huesos como nuestras vísceras, para que puedan desempeñar su función. Si, por citar algunos ejemplos, tenemos la cuarta costilla bloqueada, podemos sufrir taquicardias; o si nuestro hígado no tiene una correcta motilidad (movimiento inherente de la víscera) no podrá desempeñar sus múltiples funciones. Es necesario recuperar la movilidad y la motilidad de las vísceras para que puedan desempeñar correctamente sus funciones.
Visceral. El trabajo visceral es importantísimo dentro de la osteopatía; muchas lesiones musculares o articulares son de origen visceral. En una sesión osteopática y tras hacer una visión integradora del paciente, intervendremos siempre en la causa que predomina, con las técnicas que consideremos oportunas: una manipulación exclusivamente vertebral, un trabajo visceral o un trabajo craneal.
Craneal. Upledger, que fue un osteópata muy reconocido del que hablaré más adelante, padre de la terapia craneosacral, decía que desde el cráneo puedes trabajar diferentes disfunciones del cuerpo; pero al hablar de osteopatía no nos limitamos al trabajo craneal, sino que integramos también el trabajo estructural y visceral.

Entonces ¿en qué me puede ayudar la osteopatía?

Los osteópatas, observando con los ojos y con las manos, detectamos bloqueos que desaparecen una vez manipulados con distintos ejercicios de presión, pinzamiento, liberación y compensación. Según la cronicidad de los bioestancamientos, tardamos una o más sesiones. Como la estructura, el órgano y las vísceras están correlacionados para resolver una disfunción, debemos remitirnos al origen y manipular a distancia del síntoma. Es raro que una única sesión resuelva un problema de años, pero sí que es posible que, con unas pocas horas, las suficientes para que todo el organismo se adapte a la liberación del bloqueo, podamos transformar la percepción de la salud que tienen los consultantes y más si a las visitas incorporan modificaciones en el estilo de vida.
Podemos tratar o ayudar con éxito:
• Lumbalgias.
• Hernias discales.
• Cefaleas.
• Dolores articulares.
• Trastornos infantiles secundarios al alumbramiento y las primeras fases de la vida.
• Enfermedades autoinmunes.
• Estados prologados de cansancio y falta de vigor.
• Afecciones que cursan con malestar inespecífico pero permanente.
• Dolores abdominales y trastornos de la digestión.
• Afecciones del aparato sexual y reproductivo.
• Procesos inflamatorios.
• Tratamientos que mejoran el bienestar neonatal tanto tras el alumbramiento eutócico y especialmente el que ha presentado complicaciones.
• Tratamiento en niños y adolescentes con trastornos del sueño, de la atención o del aprendizaje.
• Expertos en trastornos resistentes a tratamientos convencionales.

LOS PROBLEMAS DIGESTIVOS Y SU RELACIÓN

CON LA HERNIA DISCAL

Michel Stephan, mi mentor, aniquiló todas estas creencias que acabo de mencionar y que son un mantra para tantos colegas. Estaba trabajando en una clínica radiológica, en el servicio de TAC (tomografía axial computarizada), cuando decidí llamarle para contrarrestar una información que había recibido en mis últimas clases de osteopatía visceral. Deberás perdonarme que no me ahorre hablarte de Michel, pero es lo que siento que debo hacer, porque fue capaz de atraparme intelectualmente oyendo cómo rectificaba una de las leyes fundamentales de la osteopatía: afirmaba que era la función la que gobernaba la estructura y no al revés. Es decir, si tu aparato digestivo no funciona bien, o si tienes alguna interferencia en la boca, podrías padecer una hernia discal, fibromialgia o dolor articular, por ejemplo.
Cuando me detuve a leer el currículum del doctor Stephan, casi me caigo de la silla. O estaba delante de uno de esos locos intelectuales que solo encuentras una vez en la vida, o estaba delante de un mago de la medicina biológica. Por suerte, Michel es las dos cosas y hace doce años me adoptó como su discípulo. Gracias a su maestría entiendo el intestino como un segundo cerebro. No en vano, en muchas hernias discales simplemente rehabilitando el intestino la sintomatología discal desaparece, razón de más para ser muy prudentes a la hora de aceptar ser intervenidos. Por suerte, cada vez hay más médicos traumatólogos que entienden las intervenciones de la columna vertebral como la última opción.
Desde mi punto de vista, no puede hablarse de última opción si antes no se ha visitado a un osteópata experto, que con todas las pruebas diagnósticas oportunas y una o dos exploraciones rigurosas descarte su aportación. Yo, en casos de hernias discales, intento modificar los hábitos alimentarios y busco interferencias en la boca, la salud intestinal y también en la parte postural. Por lo general se ve una clara mejoría al cabo de una o dos semanas de sesiones. Desde la primera sesión el paciente se encuentra mucho mejor, pero la media de tratamiento que realizo a nivel integral cuando hago una revisión de todos los parámetros sería de cuatro a ocho semanas. El paciente, en unos 15 o 20 días, empieza a hacer vida normal. También es muy importante entender que tratamos personas y no hernias discales... esto es fundamental y podría modificar la respuesta.
Con Michel debatimos experiencias muy interesantes. Una de ellas tenía lugar cuando atendíamos a pacientes afectados de hernia discal L4-L5 (es decir, entre el cuarto y quinto espacio discal lumbar). Lejos de querer averiguar muchas más cosas, me decía «no pierdas tiempo Quim, vete directamente a mejorar su digestivo». Imagínate, yo era un joven que había estudiado seis años de osteopatía, con manipulaciones directas vertebrales (los famosos chasquidos en el cuello) y mi maestro, con una única frase, me lo desmontaba todo. Le pedía argumentos racionales constantemente, pero al seguir su consejo comprobaba indiscutiblemente con mis propios ojos que él estaba en lo cierto y que sus ideas funcionaban. No se extendía en explicaciones; eso sí, siempre mirábamos el estado de la boca: qué tipo de mordida había, posibles infeccion...

Índice

  1. PRÓLOGO, POR IOSU DE LA TORRE
  2. APRENDER DE LA VIDA
  3. APRENDE A ESCUCHAR TU CUERPO
  4. INTRODUCCIÓN
  5. CAPÍTULO 1. EL ARTE DE ESCUCHAR EL CUERPO CON LAS MANOS
  6. CAPÍTULO 2. NACER: EL PARTO Y LA SALUD
  7. CAPÍTULO 3. CRECER. SALUD, POSTURA Y PSICOMOTRICIDAD
  8. CAPÍTULO 4. MODER. LA RELACIÓN ENTRE LA BOCA Y LA POSTURA
  9. CAPÍTULO 5. SENTIR. EL MOMENTO DE DESINTOXICARSE
  10. CAPÍTULO 6. CAMBIAR LA ALIMENTACIÓN
  11. CAPÍTULO 7. ACEPTARSE A UNO MISMO
  12. CAPÍTULO 8. CUIDAR NUESTRO CUERPO
  13. APÉNDICE CON TRES EJERCICIOS
  14. EPÍLOGO
  15. AGRADECIMIENTOS
  16. Notas