La evolución del Edén

Adán y Eva científicos: La creación y la evolución de Dios son lo mismo.

Walter Parks, Estefany Denice Flores Z.

• Editorial: Babelcube Inc.
• Año: 2019
• ISBN:
  9781071525944
• Categoría: Théologie et religion
• Categoría: Philosophie de la religion

La Biblia nos dice que Dios nos creó en el Jardín del Edén. La evidencia científica nos indica queevolucionamosa partir de animales inferiores. La evolución del Edén analiza las dicotomías entre ambas teoríasy vemos que son parte de lo mismo.

Capítulo 1

Antes del Edén

"El ADN es como un programa de computadora, pero mucho más avanzado que cualquier otro software jamás creado". Bill Gates

Crecí como todo cristiano del lejano Sur. A mí y a muchos nos enseñaron historias y lecciones de la Biblia. Entre ellas, la lección de que Dios había creado toda la vida sobre la tierra. Había creado a Adán y a Eva como los primeros humanos. Por otro lado, la ciencia nos demostraba que el hombre estaba relacionado con formas de vida inferiores. Cuando se encontraron fósiles de neandertales y otras especies de prehumanos, nos dieron la primera pista de aquello. Pero la prueba real siempre estuvo en nuestro ADN. Basta con seguir al ADN para comprender nuestros verdaderos orígenes. Si observamos la enorme cantidad de datos sobre los orígenes de la vida y del hombre, vemos que las respuestas son complejas.

¿Dios realmente creó la vida y al hombre como se indica en la Biblia? ¿O surgimos a través de la evolución? ¿O usó Dios la evolución como una herramienta para crear vida y a la especie humana? Exploremos las posibilidades; veamos a dónde nos lleva el ADN. Los seres humanos tenemos aproximadamente entre 20.000 a 25.000 genes, de los cuales compartimos el 99% del ADN con el ahora extinto Neandertal; y el 95% y el 99% con nuestro pariente evolutivo cercano, los bonobos y los chimpancés.

El ADN es la herramienta principal que la Madre Naturaleza o, si eres creyente, Dios uso para crear a la Humanidad y a todas las formas de vida en el planeta tierra. Después de crear el primer humanoide hace unos 6 millones de años, se realizó un cambio menor en el ADN para crear a la próxima especie. Este proceso continuó hasta hace aproximadamente 2 millones de años cuando se estableció el género Homo (nuestro género). Unos 228, 000 años después, surgió el primer Homo sapiens y nació Adán. Y el proceso aún continúa en nuestros días.

La diferencia genética entre cada individuo humano en la actualidad es en promedio una cifra minúscula del 0.1% (.001). Solo hay una diferencia del 1.2% entre los humanos y el chimpancé. La diferencia de ADN entre los gorilas y nosotros es de aproximadamente 1.6%. Y debo señalar que los chimpancés, los bonobos y los humanos muestran la misma diferencia con los gorilas. Una diferencia del 3,1% nos distingue de los "simios africanos" y del gran simio asiático, el orangután. Todos los grandes simios y seres humanos difieren de los monos rhesus, por ejemplo, en aproximadamente un 7% de su ADN. La evidencia de ADN muestra que la creación humana o árbol evolutivo de nuestra especie está incrustado dentro del árbol del “Gran simio”. Por ello, en la clasificación científica estamos catalogados como un gran simio.

No te enojes; es solo el nombre de una categoría. La evidencia fósil respalda esta evidencia de ADN, o debería decir que la evidencia de ADN respalda la evidencia fósil. Déjame resumirlo. Debido a miles de millones de años de creación o evolución, los humanos comparten genes con todos los organismos vivos, incluidas las plantas. El porcentaje de genes o ADN que comparten los organismos registra sus similitudes. Así, compartimos más genes con organismos que están más estrechamente relacionados con nosotros. Ya hemos discutido los porcentajes más altos de ADN que compartimos con los simios. Pero también compartimos altos porcentajes de nuestro ADN con todas las criaturas vivientes. Compartimos un 90% con los gatos, un 80% con vacas, un 75% con ratones, un 60% con la mosca de la fruta y un 50% con el plátano.

¡Sí, el plátano! La vida animal y vegetal comparte mucho del código ADN más antiguo porque los animales y las plantas tiene casi los mismos orígenes y no estaban divididas en dos ramas separadas como hoy en día: vegetal y animal, hasta aproximadamente 1,5 billones de años.

Los seres humanos pertenecemos al grupo biológico conocido como primates, y estamos clasificados con los grandes simios, uno de los principales grupos de la creación de primates o árbol evolutivo. Además de las similitudes en anatomía y comportamiento, nuestro parentesco biológico cercano con otras especies de primates está indicado por evidencia de ADN. Esto confirma que nuestros parientes biológicos vivos más cercanos son los chimpancés y los bonobos, con quienes compartimos muchos rasgos.

Pero no fuimos creados, ni evolucionamos directamente de los primates que viven hoy en día. El ADN muestra que nuestra especie y las especies de chimpancés divergieron de una especie ancestral común que vivió entre 6 y 8 millones de años atrás. El último antepasado común de monos y simios vivió hace unos 25 millones de años. Entonces, está claro que fuimos creados o evolucionamos a partir de una rama inicial de vida. Se puede ver más información sobre esto en mi libro: “Primeras formas de vida en la tierra, el Adán y la Eva científicos.”

El ADN lo prueba más allá de toda duda. La pregunta es, ¿evolucionamos por casualidad como creen los ateos, o Dios usó la evolución como herramienta para crearnos? Sabemos que la historia bíblica de Adán y Eva es un resumen análogo de cómo fuimos creados; a la luz de la evidencia científica, sabemos que la historia bíblica no puede ser literal. También sabemos qu...