Falacias, dilemas y paradojas, 2a ed.
eBook - ePub

Falacias, dilemas y paradojas, 2a ed.

La economía de España: 1980-2010

Manuel Sanchis i Marco

Compartir libro
  1. 300 páginas
  2. Spanish
  3. ePUB (apto para móviles)
  4. Disponible en iOS y Android
eBook - ePub

Falacias, dilemas y paradojas, 2a ed.

La economía de España: 1980-2010

Manuel Sanchis i Marco

Detalles del libro
Vista previa del libro
Índice
Citas

Información del libro

Asociado a la página web http://av.adeit-uv.es/av/libros/, este trabajo se presenta con el objetivo de facilitar los elementos teóricos necesarios para aprender a leer y analizar la información económica española sobre los que se asienta nuestra organización social. A ello une el propósito de desvelar las falacias que se entretejen en el día a día del devenir económico de España.

Preguntas frecuentes

¿Cómo cancelo mi suscripción?
Simplemente, dirígete a la sección ajustes de la cuenta y haz clic en «Cancelar suscripción». Así de sencillo. Después de cancelar tu suscripción, esta permanecerá activa el tiempo restante que hayas pagado. Obtén más información aquí.
¿Cómo descargo los libros?
Por el momento, todos nuestros libros ePub adaptables a dispositivos móviles se pueden descargar a través de la aplicación. La mayor parte de nuestros PDF también se puede descargar y ya estamos trabajando para que el resto también sea descargable. Obtén más información aquí.
¿En qué se diferencian los planes de precios?
Ambos planes te permiten acceder por completo a la biblioteca y a todas las funciones de Perlego. Las únicas diferencias son el precio y el período de suscripción: con el plan anual ahorrarás en torno a un 30 % en comparación con 12 meses de un plan mensual.
¿Qué es Perlego?
Somos un servicio de suscripción de libros de texto en línea que te permite acceder a toda una biblioteca en línea por menos de lo que cuesta un libro al mes. Con más de un millón de libros sobre más de 1000 categorías, ¡tenemos todo lo que necesitas! Obtén más información aquí.
¿Perlego ofrece la función de texto a voz?
Busca el símbolo de lectura en voz alta en tu próximo libro para ver si puedes escucharlo. La herramienta de lectura en voz alta lee el texto en voz alta por ti, resaltando el texto a medida que se lee. Puedes pausarla, acelerarla y ralentizarla. Obtén más información aquí.
¿Es Falacias, dilemas y paradojas, 2a ed. un PDF/ePUB en línea?
Sí, puedes acceder a Falacias, dilemas y paradojas, 2a ed. de Manuel Sanchis i Marco en formato PDF o ePUB, así como a otros libros populares de Betriebswirtschaft y Finanzwesen. Tenemos más de un millón de libros disponibles en nuestro catálogo para que explores.

Información

Als meus pares, Manolo i Carmen
A la meua dona, Yvonne
Als meus fills, Lluís i Àlex
A mis alumnos y alumnas de 2.° de ADE,
de 3.° de Eco y del Grupo Internacional
de los años académicos 2005-06 a 2010-2011,
y de los años venideros
¿Qué impide en todas estas situaciones que se mantenga a salvo la reflexión con tranquilidad, con juicio verdadero sobre los acontecimientos, con tratamiento adecuado de lo sometido a consideración? De tal forma que el juicio diga al acontecimiento: «eres así en substancia, aunque aparentes ser distinto en apariencia», y que el tratamiento diga al suceso: «te estaba buscando porque el suceso presente es materia para la virtud racional, social y, en general, para el oficio de un hombre que se equipara a dios».
[Marco Aurelio, Meditaciones, 7.68]
Prefacio a la primera edición
Me pide el profesor Manuel Sanchis que prologue este libro. Es totalmente innecesario y quien lo lea no perderá mucho si salta estas líneas. No sé hasta qué punto ha dejado de ser cierto el viejo adagio de que «el buen paño, en el arca se vende». Lo que es indiscutible es que al buen paño, de origen inglés, catalán o flamenco, que tanto da, se le reconoce fácilmente en comparación con el que nos anega, por ejemplo, de China, gracias a la liberalización del mercado textil.
Es, mutatis mutandis, lo que pasa con este libro. Se quede en el arca o no, no necesita en modo alguno que le hagan publicidad. Se la hace él mismo, por la mera circunstancia de que el autor lo ha escrito. Como conozco al profesor Sanchis desde hace más años de los que quisiera acordarme, es la buena amistad que nos une lo que sin duda le ha inducido a pedirme que le escriba unas cuantas líneas.
¿Qué encontrará en este libro el lector? En comparación con numerosos análisis de economistas que, con frecuencia, olvidan lo esencial e hipertrofian lo periférico, el lector comprobará cómo el profesor Sanchis, con un envidiable sentido del humor, pasa sus virtuosos dedos sobre un teclado singular para combinar tres pulsaciones: su conocimiento profundo del pensamiento y reflexión económicos que han ido acuñándose en los alveolos (léase despachos, opulentos o microcovachuelas) de los funcionarios de la Comisión Europea; su aplicabilidad, y en las condiciones institucionales derivadas de la pertenencia a la Unión Europea, a una amplia paleta de situaciones y políticas nacionales; su saludable escepticismo sobre la ciencia económica como instrumento taumatúrgico. Es una combinación que, por desgracia, no abunda en nuestras tierras.
¿Cuál es el resultado? Reflexiones divertidas, pero profundas, sobre la realidad económica que nos circunda, sobre los conocimientos para salir del paso que vehiculan los medios de comunicación y sobre las afirmaciones con que políticos e ideólogos inducen a comulgar al respetable, como si fueran auténticas ruedas de molino.
Decía –y demuestra continuamente– uno de mis viejos maestros, el profesor José Luis Sampedro, que el economista debe tener rigor. Pero no se privaba de señalar que ese rigor no debe ser mortis.
Por razón de edad, ¡afortunado él!, y de procedencia geográfica, el profesor Sanchis no fue alumno directo de José Luís Sampedro. Pero es un académico que no se ha sustraído a las atracciones de su epistemología. Un académico, me apresuro a decir, que sabe de lo que habla, porque no ha estado encerrado en las torres de marfil de la vida académica sino que se ha batido, con habilidad y con dureza, en las pugnas burocráticas, técnicas y del conocimiento que puntean la actuación de la Comisión Europea. Veinte años en Bruselas, tantos como quien ha pasado en ella el que estas líneas escribe, crean carácter. Uno llega al Rond-Point Schuman con el pelo de su dehesa nacional respectiva. Es difícil dejar el Quartier européen con resabios nacionalistas. Nuestra experiencia común es la de que, en general, uno se convierte en ciudadano si no del mundo, por lo menos de una Europa felizmente en ampliación y en la que conviven sensibilidades, tradiciones, enfoques y posturas muy diferentes. Es un brebaje que consumen economistas, politólogos, sociólogos, juristas, médicos e ingenieros, por no citar sino unas cuantas profesiones, de toda laya. Es el antídoto más seguro contra la prepotencia, los viejos demonios exclusivistas y la hipertrofia de un conocimiento excesivamente parcelizado.
Los alumnos del profesor Sanchis, y por extensión los lectores de este libro, tienen mucha suerte. En 23 píldoras, o por utilizar una terminología más adecuada a mi función de prologuista, en 23 joyitas podrán degustar la quintaesencia de una experiencia única y de un talante único. Que les sea provechosa su lectura.
Ángel Viñas
Bruselas, enero de 2007
Prólogo a la primera edición
Este es un libro sin pretensiones, pero pensado con una clara finalidad: la de explicarme como economista delante de mis alumnos de segundo curso de ADE y de tercero de ECO de la Universitat de València y, al hacerlo, crear actitudes intelectuales ante el día a día de la economía. Fue concebido el 17 de febrero de 2005, mi primer día de clase después de casi 20 años de ausencia de las aulas. Nació al comprobar, tras un rápido sondeo, que los universitarios que tenía delante de mí, ni leían habitualmente el periódico ni se interesaban por las noticias de actualidad económica. Ante este hecho, y consciente del bombardeo de mensajes al que son sometidos todos los días que genera en ellos una turbamulta de pensamientos que les impide seleccionar lo valioso, les prometí quince «píldoras»; una por cada una de las quince sesiones teóricas que teníamos atribuidas en el calendario académico. Aunque les prometí quince, de las cuales colgué unas cuantas en mi página Web, aquí han salido algunas más.
Ha movido mi ánimo la necesidad de hacerles ver la realidad, y no sólo la económica, más allá de lo que nos muestra su apariencia. Entre otras razones porque la ciencia –la episteme griega de Aristóteles– es demostrativa y, por lo tanto, no muestra simple y llanamente sino que de-muestra (apo-deixis), es decir, muestra a partir de un punto de apoyo. Por lo tanto, me interesaba en ellos que desarrollaran no sólo el elemento deliberativo de la razón científica en economía, sino también el elemento intuitivo y abstractivo del intelecto, pues es éste, el que nos permite leer economía y construir una estructura no circunscrita a lo particular.
Estas «píldoras«, pensadas para que sean tomadas indistintamente a la hora del telediario o inmediatamente antes de irse a la cama, tienen por objetivo que el consumidor pueda alcanzar el equilibrio de máxima utilidad o satisfacción de su función de utilidad llamada «sueño», pues la utilidad marginal que reporta el último euro adicional gastado en una píldora cualquiera que se lea o se consuma, es igual a la utilidad marginal de cualquier otra píldora. La elaboración de cada «píldora» deja abierto un importante campo de trabajo y sugerencias ; quizás en esa apertura se encuentre el punto de conexión con la realidad económica. Transitar a través de esa apertura ha de constituir el trabajo del alumno.
También persiguen crear en los alumnos una reacción instintiva, de sano escepticismo, sobre la sabiduría convencional, relativa a cuestiones económicas particulares y concretas. La pretensión se reduce a intentar que el alumno aparte su atención –dirigida hacia el escenario– para que la focalice en la tramoya, en las tripas del discurso económico, que se pare a distinguir voces y ecos o, lo que nosotros los economistas llamaríamos analizar –es decir, separar– la buena, de la mala economía. Necesitamos ampliar los horizontes de la economía si no queremos quedar encorsetados en un pensamiento económico de naturaleza unilateral y miope que sólo percibe con total claridad una parte de los problemas económicos, pero que, al desatender otras partes igualmente importantes, queda reducido a algo desprovisto de relevancia.
Ésta es la intencionalidad del libro: ha de ayudar a justipreciar los argumentos económicos, sin perder de vista el norte, la guía y buen horizonte completo de la buena economía. Y estas son las razones por las que expongo –en su doble acepción de poner a la vista y de arriesgar– mi visión personal sobre la economía. Un libro de esta índole está llamado a crecer y a mudar de aspecto de acuerdo con las mismas circunstancias que lo han motivado; tendrá su día a día y, por ello, ha precisado a esta altura de este laboratori de materials. En un manual convencional se recogen referencias, conceptos y datos que después son desarrollados en clase, con mayor o menor fortuna, por el profesor que, a veces, da por descontada un nivel de formación en el alumno que le exime de tener que abordar todos los detalles de una exposición oral y de las reflexiones pertinentes, o de actualidad, sobre el tema del programa que se encuentre explicando. Por ello, estas píldoras vienen en ayuda del profesor, para que el alumno encuentre de forma sistemática, por escrito, y en pocas páginas –entre dos y seis– algunas reflexiones que el manual no permitió encauzar.
Tengo por cierto que la labor de la universidad no consiste en transmitir información, sino en formar a las personas para las tareas intelectuales. Por ello, la función del profesor ha de consistir, más que en divulgar informaciones accesibles, y la mayor parte de las veces excesivas, por razón de su extensión, en estimular en el alumno su capacidad para filtrarlas y, sobretodo, para que discierna con criterio propio –con el criterio de las personas bien formadas– las buenas de las malas.
Siendo estas píldoras una especie de castillo de fuegos artificiales construido con pólvora económica, la lista de agradecimientos ha de ser necesariamente muy extensa, empezando por mis antiguos compañeros y personas para quienes trabajé en la Comisión Europea, pues les debo muchas de las ideas sacadas de conversaciones privadas y de las que este libro es tributario. Empezaré por los compañeros de la Dirección General de Empleo y Asuntos Sociales de la Comisión Europea. Me estoy refiriendo a John Morley, Georg Fisher, Ralf Jacob, Alfonso Arpaia y Ricardo Fernández. Seguiré después con los compañeros de la Dirección General de Economía y Finanzas: Peter Bekx, Francisco Caballero Sanz, Hervé Carré, Manuel Hernández López, Jürgen Kröger, Werner Röger, Carlos Martínez Mongay, João Nogueira Martins, y Ludwig Schubert. También he de referirme a mis entrañables compañeros de la Universitat de València, empezando por Ximo Azagra, Rafael Beneyto, José Ismael Fernández Guerrero, Juan Ramón Gallego, Leandro García Menéndez, Rafael Moner, José Nácher, Enrique Sanchis Peris, José Jorge Sempere, Juan Antonio Tomás Carpi, y Luis C. Tormo García. Tengo deudas que saldar con profesores de las Universidades de Alicante, Barcelona, y Castellón; en concreto, con Paloma Taltavull de la Paz, Raúl Ramos Lobo, y Celestino Suárez Burguet. A todos ellos les agradezco su ayuda y su colaboración.
Mención aparte es preciso hacer con Guillermo Quintás Alonso, a quien tengo por padre putativo de este libro, pues fue él quien creyó desde el primer instante en mi proyecto, quien me dio ánimos y me contagió entusiasmo universitario suficiente para que no me durmiera en los laureles y tuviese terminado el manuscrito (¡sic!), a su debido tiempo. Nunca se lo agradeceré bastante. Y, last but not least, a mi antiguo profesor y maestro Ángel Viñas le agradezco que se haya tomado la molestia y haya mostrado todo el interés del mundo en leer con detalle el manuscrito y en enriquecerlo con sus comentarios, precisamente en un momento en que el tiempo se había vuelto para él un bien escaso. Gracias Ángel.
Como reconozco mi ignorancia y no me atrevo a asegurar que este libro no contenga error alguno, del que sería único responsable, y como además, su aparición se debe en primer lugar a mis alumnos de 2° curso de Administración de Empresas y de 3° de Económicas del curso académico 2005-06, y, entre ellos, a mi hijo Lluìs, a todos ellos se lo dedico, a Rubén Vicente y Sara Tarraso, Beatriz Garrido, Sefanja Ruijsenaars, Romina Acevedo, Teresa Doñate, Belén Torrejón, Mari-Ángeles Minguez, Desemparats Bardal, Verónica García, Estefanía Sanchis, y a tantos otros... pues aprendí de ellos tanto o más que ellos de mí.
La Canyada, enero de 2007
Prólogo a la presente edición
La obra sigue manteniendo el hilo conductor de la edición inicial. En ella se persigue satisfacer los intereses formativos del alumno de 2° y 3er curso de Economía y de ADE (Administración de Empresas) en el ámbito de la economía española. A este fin, con ese mismo espíritu, y aconsejado por la propia docencia, hemos añadido nuevas píldoras hasta un total de 60, y las hemos agrupado con un criterio temático en diez capítulos o bloques compactos, que son lo que se corresponden con los diez temas en los que está dividido el programa de la asignatura Economía Española.
Como novedad, en esta segunda edición, abrimos el libro con una introducción al mundo de la argumentación y al bosque de las falacias en economía. Al mismo tiempo, hemos añadido al final de cada capítulo tres apartados: (i) el primero, contiene ejercicios y actividades ; (ii) el segundo, nos envía a la dirección de una página Web del servidor de la Universitat de València creado al efecto (http//www.adeit.uv.es/libros), en la que el alumno podrá encontrar resueltos muchos de los ejercicios propuestos, así como otros nuevos, ejercitarse en la resolución del cuestionario de autoevaluación y buscar por su cuenta fuentes estadísticas; y, (iii) el tercero, recoge un cuestionario de autoevaluación para que el alumno pueda comprobar cómo ha avanzado en el dominio de la materia, lo cual requiere, además de trabajar el libro, la asistencia a clase de forma regular. Siempre se ha tratado de que dichas actividades, ejercicios y cuestionarios sirvan a los fines generales que justificaron el primer objetivo de esta obra. El alumno que haya asistido al curso de Economía Española debería de estar en condiciones óptimas para resolver los ejercicios y responder a las cuestiones sin mayor dificultad.
Este prólogo apareció publicado, en parte, en forma de artículo en el diario El País – Tribuna,, el martes 19 de enero de 2010, p. 31.
Me preguntaba en la primera edición sobre la misión de la universidad ¿Consiste ésta en formar estudiantes y enseñarles un oficio con el que ganarse la vida? ¿Ha de limitarse la universidad a transmitir información y conocimiento? No lo creo. La universidad debe, más bien, pertrecharles con el instrumental y la cartografía necesarios para que no pierdan el rumbo a la hora de construirse como universitarios y profesionales pero, sobre todo, como personas. Con ese bagaje, pero sin la muleta del profesor, a los estudiantes les compete elaborar su propio pensamiento y, siguiendo el ideal kantiano de la ilustración, saturar su Sapere aude!, atreverse a servirse de su propia razón, tener el valor de colmar su saber, pensando por cuenta propia.
En lugar de divulgar informaciones o conocimientos asequibles pero que debilitan el espíritu, el profesor está llamado a influir sobre las capacidades del alumno para que construya su propio pensamiento. Ni la función de la universidad consiste en presentar ante los estudiantes un conocimiento previamente masticado y después regurgitado, ni la del profesor en situarles ante la fuente del saber. Aún así, nunca podríamos obligarles a beber de él. Se trata de actuar como guías indicando la dirección que puedan llevar sus pasos hasta alcanzar la fuente, estimulando así, su necesidad de saber que todos llevamos dentro, como se encarga de recordarnos Nietzsche. Además, nuestra preocupación se centraría no sólo en la transmisión de conocimientos, en su mayor parte con fecha de caducidad, y en un saber utilitario y necesario para ejercer una profesión; sino también, en infundir en el ánimo del estudiante un impulso moral hacia una cultura de vida anclada en actitudes y valores, que le permita ser una persona cabal, capaz de una cordialidad amistosa.
Más que encorsetar al estudiante en un corpus teórico asfixiante, ejerzamos nuestra docencia como una actividad orientada a fecundar su inteligencia, a desarrollar en él una actitud positiva, en el sentido de añadidora de algo personal, aunque sea muy liviano, a lo que recibe desde la tarima. Nuestra docencia no puede quedar reducida a un saber libresco, a una cháchara que decrepita al fuego fatuo de los manuales al uso. Para el estudiante, más importante que amontonar un saber sabido es reflexionar sobre lo aprendido, como ya nos enseñó Antonio Machado por boca de Juan de Mairena: «Aprendió tantas cosas [...] que no tuvo tiempo para pensar en ninguna».
En ocasiones, sin embargo, la endogamia y la escolástica de manual, el pitagorismo doctrinal de clanes y camarillas, lo emponzoña todo. Mejor será, pues, que estimulemos proyectos educativos que respondan a las reflexiones que los mismos profesores realizan sobre su propia disciplina, para no acabar siendo, como nos enseña Descartes, «como la...

Índice