1. EL TOQUE A REBATO
LAS MUJERES Y EL MOTIVO MELIORISTA
Patience Darton:
Lo mío fue exclusivamente político. Me causaba tanta irritación la situación de Inglaterra y el hecho de que no se hiciera nada al respecto. Y allí estaban los españoles que sí actuaban. Me di cuenta. No sé cómo fui consciente de ello, pero así fue.
Penny Phelps:
Ni me pasó por la cabeza. No era consciente de aquello. No fui a España por motivos políticos. Era un lugar donde había necesidad. Es como cuando ves una brecha y piensas «vaya, es peligroso», o «allí necesitan ayuda». Y me pareció que quizá podía colaborar de algún modo.
1.1 Patience Darton en su época de joven enfermera.
1.2 Penny Phelps en su época de joven enfermera.
Estas dos enfermeras, que trabajaron cerca del frente en España, consideraban los motivos de su participación en términos opuestos, una afirmaba que el suyo fue «exclusivamente político», y la otra, que las «razones políticas» no la motivaron lo más mínimo. De ahí surge el interrogante: ¿por qué se involucraron las mujeres británicas en la guerra de España, un país que la mayoría no habían visitado y que era un territorio ajeno, tanto en lo cultural como en lo político? No eran ciudadanas de una nación en guerra, bajo la autoridad de su gobierno. Para casi todas se trató, más bien, de una elección personal. Pero limitarse a afirmar que las movió lo que consideraron una «causa justa» sería una generalización vulgar que no explicaría por qué, entre toda la masa de la población, estas mujeres en concreto respondieron de aquella manera. Contestar a esta pregunta, sencilla en apariencia, se convierte en una tarea complicada, debido, en parte, a las complejidades inherentes a la naturaleza de la intervención de las mujeres en la guerra española. No sólo existieron notables diferencias en el grado y en la forma de su participación, sino que, además, estas mujeres sostenían opiniones muy diversas y representaban a un sector muy amplio del espectro social.
¿Cómo iniciar, pues, el análisis? En el examen preliminar del papel de estas mujeres, parecería posible una clara división entre motivos políticos y humanitarios; unas cuantas mujeres políticas, escritoras de la prensa izquierdista y activistas de partidos podrían situarse en la primera categoría. Las cuáqueras y las que cuidaban a refugiados y heridos se podrían clasificar como humanitarias. Sin embargo, la realidad, excepto para una minoría en ambos extremos de la escala, es que a la mayoría de las mujeres las impulsó un interés en ambos ámbitos; lo personal y lo ideológico iban inseparablemente unidos en diversa medida y, a veces, evolucionaban a través del tiempo y de la experiencia. Otra estrategia consistiría en separar a las mujeres en categorías de tipos representativos: enfermeras, escritoras, luchadoras de base, por ejemplo, y luego proceder a investigar la fuerza motriz que animó a cada grupo. Pero un enfoque generalizado a partir de tipologías podría revelar más sobre el concepto de la clasificación por funciones que sobre la naturaleza de las fuerzas motrices en acción. Más allá de consideraciones metodológicas, surgen otros temas relacionados con el interrogante de cómo identificar una fuerza tan escurridiza como la «motivación» con un grado mínimo de fiabilidad.
La investigación de cada relato individual del pasado puede aportar un punto de partida. Los temas asociados al uso de esas fuentes se encuentran bien documentados en otros estudios, algunos de los cuales tratamos en el apéndice II, pero en cuanto a los objetivos de este capítulo, existe un punto en concreto que requiere aclaración.Es preciso diferenciar entre la descripción de motivos de primera mano que se realiza individualmente a lo largo de una narración personal, y los motivos que los historiadores atribuyen después de analizar los factores motivadores de cada historia vital individual. Pero, en ambos casos, es preciso considerar los aspectos reconstructivos de la naturaleza del recuerdo. Se ha polemizado sobre el hecho de que dichos relatos reflejan el deseo, consciente o inconsciente, de «componer» una historia vital individual con una lógica interna.Los historiadores orales remarcan que, si bien ciertos individuos muestran habilidad para distinguir sus motivos «de entonces» de lo que ahora considerarían una explicación más válida, otros son menos conscientes de los procesos reconstructivos de la evocación del pasado.Incluso cuando el historiador fundamenta el análisis de los factores motivadores en «testimonios inconscientes», más que en la respuesta a preguntas directas, la investigación se resiente por la selección u omisión de recuerdos que cada individuo ha usado para lograr la «compostura». Lo que lleva a un análisis del subtexto de la motivación que obliga a los historiadores a acercarse a un campo más propio de psicólogos, a pesar del factor de dispersión del propósito que subyace en su trabajo. Es una vía que puede conducir a un campo histórico nuevo y fértil o acabar empantanada en la pseudopsicología. Pese a los riesgos, el ser cada vez más conscientes del potencial de este método puede permitir a los historiadores un análisis más completo.Desde esta perspectiva, los relatos personales constituyen una vía que nos ayuda a comprender a los individuos y su opinión sobre los motivos de entonces, más que observar sólo los hechos del pasado.
Aunque nunca se podrá afirmar que la motivación es únicamente una respuesta a fuerzas irresistibles, identificar los factores clave de la motivación sí que nos permite rastrear el camino que cada mujer en concreto eligió en su vida y también identificar patrones de conducta comunes. La primera parte de este capítulo se propone comprender la relación entre esas mujeres como individuos y las influencias significativas que les afectaron en su juventud. La segunda parte examina la posterior interacción entre los factores determinantes en la juventud y las respuestas de las mujeres maduras a cuestiones y acontecimientos más amplios. A través de los recuerdos de la infancia y la juventud, este capítulo intenta desenredar las hebras principales de la madeja: predisposición, influencia y acontecimientos relevantes, en la formación de las actitudes que llevaron a la participación en la Guerra Civil Española.
LO INNATO Y LO ADQUIRIDO
El primer tema que surge con una regularidad asombrosa en esta recopilación de recuerdos es la preocupación por el prójimo, prueba de una sensibilización temprana ante el sufrimiento y la injusticia, que siguió siendo un elemento esencial en el resto de la vida de muchas mujeres de esta investigación.Penny Phelps experimentó de pequeña tales sentimientos, mientras otras personas reaccionaban de manera muy diferente.
Recuerdo el Zepelín descendiendo sobre Cuffley, sorprendido por los reflectores, justo encima de las vías del tren. Y recuerdo el bang bang, que debían de ser los antiaéreos, y vi cómo alcanzaron al Zepelín, que se desintegró y cayó. Todo el mundo comenzó a gritar y aplaudir, pero yo, que era muy joven, no tuve [la misma] sensación. Lo que sentí fue horror, horror porque tuviera que pasar aquello y se quemara viva la gente.
Después de casi ochenta años, los recuerdos de juventud de estas mujeres incluyen referencias a los soldados heridos en la Primera Guerra Mundial y la viva impresión que les dejó en el recuerdo su llegada al mundo infantil, una revelación mutilada de la realidad del mundo adulto. Frida Stewart, que condujo una ambulancia hasta España durante la guerra, escribió sobre un suceso inolvidable que sucedió cuando tenía seis años y la Cruz Roja llevó a algunos heridos a una fiesta al aire libre, en el jardín de su abuelo, en Longworth.
... llevaban puesta la ropa azul claro del hospital, algunos habían perdido un brazo, o llevaban la cabeza vendada, y los empujaban en sillas de ruedas. Otros cojeaban, con ayuda de muletas, porque habían perdido un pie o una pierna en el frente. Los niños participamos en un desfile, para entretenerlos, y cada uno representaba a un aliado. Yo era Japón, y blandía una bandera roja y blanca con un círculo y los rayos del Sol Naciente. Habría sido divertido desfilar vestida con un kimono rojo, pero la visión de aquellos espectadores mutilados y vestidos de azul estropeó mi alegría juvenil aquella tarde.
A otras, como Kathleen Gibbons y Marjorie Jacobs, también las conmovió profundamente un recuerdo similar.
Al volver a casa del colegio, cuando vivíamos en Edlington, los soldados heridos iban en el tranvía, en la parte de arriba. No se me ha borrado el recuerdo de sus manos y brazos heridos. Si había algún soldado que tuviera bien las piernas, me cogía y me sentaba sobre sus rodillas. Recuerdo que el olor de las heridas llenaba aquel espacio. Cuando llegaba a casa, lloraba por ellos.
Recuerdo la Primera Guerra Mundial. La gente regresaba a casa, los hombres que regresaban habían perdido un brazo o una pierna. formaban pequeños grupos, caminaban por la cuneta. Tocaban la armónica y pedían limosna. Era la única forma de ganar algo de dinero para mantener a su familia. Lo recuerdo perfectamente. Esas cosas te marcan.
El último comentario, «esas cosas te marcan», subraya la importancia de estos recuerdos en el grupo de mujeres del estudio. La mayoría de los niños de aquella época seguro que vieron a los heridos de guerra, pero para estas mujeres sigue viva aquella sensación, y la han elegido entre una rica galería de recuerdos para narrarla como una experiencia inolvidable de su vida.
Otros ejemplos de recuerdos que reflejan la conciencia social demuestran que, desde muy jóvenes, percibieron las injusticias del sistema de clases. Cora Blyth se casaría más tarde con un refugiado republicano pobre, sin la aprobación de sus padres. De niña, también hizo buena amistad con gente que n...