Segunda parte:
Principales núcleos papeleros valencianos
IV. La industria papelera de la provincia de Castellón
Las primeras manufacturas valencianas modernas se originaron en la cuenca del Palancia y mantuvieron su preeminencia en el ámbito valenciano hasta la segunda mitad del siglo XVIII, cuando se formaron otros núcleos, especialmente el de Alcoi, que, en poco tiempo, se convirtió en hegemónico. En la provincia de Castellón, además del núcleo del Palancia, adquirieron relevancia las cuencas del Millars y del Sénia, pero también encontramos otros molinos dispersos, en torno a otros pequeños ríos. De norte a sur, se distinguen tres cuencas papeleras, a saber, las de los ríos Sénia, Millars o Mijares y Palancia
4.1. La cuenca del Sénia
El río de la Sénia constituye la frontera entre las tierras catalanas y valencianas. En su curso medio y en territorio valenciano, concretamente, en las Cases del Riu, una pedanía de Rossell, se formó un núcleo papelero, a mediados del XVIII. Un cuarto de siglo más tarde, acabó cruzando el río y expandiéndose por la orilla catalana. Al conformarse el foco catalán de la Sénia, los molinos de Rossell quedaron en manos de fabricantes catalanes y, por tanto, acabaron más relacionados con la dinámica catalana que con la valenciana.
Rossell
En esta localidad, concretamente en Cases del Riu, en el año 1748, Juan Bautista Loustau explotaba un molino de papel blanco, denominado «San José», perteneciente a la Orden del Hospital. Poseemos filigranas de Juan Loustau y Compañía, datadas en los primeros años de la década de 176081. En el año 1771, estando todavía a cargo de Loustau, compartía sus instalaciones con un martinete, un batán y un molino harinero82. En este año, varios testigos de Vinaròs y Rossell confirmaron las premuras de Loustau que, a causa de la sequedad del río de la Sénia, tuvo casi inactivas, durante todo el año, todas sus manufacturas, habiendo perdido incluso sus huertos.
Hacia el año 1785, este molino fue arrendado a Jaime Pertegàs, papelero de Súria (Vic), que explotaba otros tres molinos de papel en el principado de Catalunya83. Fue un fabricante prestigioso, propuesto como perito para determinar la calidad del papel valenciano desechado por la Real Hacienda. Larruga, sin duda, se refiere a este molino, del que afirma que fabricaba papel blanco. En el año 1798, Jaime Pertegàs firmó un contrato de arrendamiento por cuatro años, debiendo satis-facer un arrendamiento anual de 900 libras, teniendo derecho a incrementar el número de tinas, siempre que las costease el mismo. Este fabricante catalán, en el año 1792, construiría su propia manufactura papelera, también en las Cases del Riu (Rossell)84. Quizás, Jaime Pertegàs, en su nuevo molino, comenzó a fabricar papel de estraza, pues Ricord afirma que, en Rossell, se elaboraba tanto papel blanco como de estraza. En 1803, Gertrudis Más, viuda de Jaime Pertegás, renovó el contrato de arrendamiento, por un período de tres años, que acordó con el administrador de la Orden del Hospital.
Unos años más tarde, el molino de «San José» fue adquirido por Luis Nicolás Manso, marqués de Ribas y del río Paraná, un indiano de origen vasco. En el año 1826, este molino papelero estuvo arrendado a Mariano Martorell, cuyo contrato fijaba un pago de 13.500 reales de vellón, por medios años anticipados e incluía, además del molino papelero, dos molinos harineros y todas las tierras contiguas. El contrato se renovó por tres años más, debiendo pagar cada año por tercios vencidos, 5.700 reales de vellón, aunque, en esta ocasión, sólo incluía el molino papelero. Mariano Martorell, posteriormente, construiría otra fábrica de papel, pero en término de la Sénia.
En Rossell, hacia 1830, estaban en activo, al menos, cuatro fabricantes de papel, Mariano Martorell, Josef Garsía, Joaquín Garsía y Juan Garriga. Estos tres últimos –junto con un batanero de paños- entraron en conflicto con Miguel Bonet, quien había prolongado la acequia para poder regar sus campos85. Estas cifras pueden ser compatibles con las de Madoz, quien asegura que Rossell contaba con dos fábricas de papel blanco, dos de estraza y dos batanes.
En El Indicador . . . de Viñas y Campi, fechado en 1864, consta una fábrica de papel blanco, propiedad de José Pertegás, y tres fábricas de papel de estraza, pertenecientes a Nicasio Garriga, Vicente Martorell y Martín Masustegui. Este último estaba a cargo del molino del Hospital, que aún pertenecía a los herederos de Luis Nicolás Manso. Retuvieron su propiedad hasta el año 1871, cuando vendieron el molino papelero del Hospital a Mateu Guardiola Artola y Pascual Guardiola, vecinos de Cinctorres (Castelló). La prensa, ocasionalmente, daba noticias referidas a la actividad papelera de esta localidad del Maestrazgo: “nos dicen de la Cenia de Rosell que con los últimas lluvias ha vuelto la animación á las fábricas de papel, importante industria de aquella población”86.
Los “Bailly-Bailliere”de 1883, 1888 y 1900, acusan la crisis del sector y sólo refie-ren dos fábricas, la de Juan Pertegás y la de papel de estraza de Vicente Pertegás. El mismo número se recoge en el “Bailly-Bailliere” del año 1917, en el que se mencionan dos fábricas de papel, una de papel blanco, propiedad de Vicente Vidal y otra de estraza, perteneciente a Daniel Martorell. Según el “Bailly-Bailliere” del año 1936 y el Boletín-revista del Sindicato Nacional del papel (marzo 1944), la fábrica de papel de Benigno Gil confeccionaba cartulinas, mientras que la de Daniel Martorell fabricaba estracilla gris paja. Ambos, a su vez, explotaban sendas fábricas de papel en la Sénia (Tarragona)87. La Estadística del año 1943, menciona las mismas fábricas, la de Benigno Gil, que producía barba y estracillas con una máquina redonda con secado al aire y la de Daniel Martorell, quien elaboraba estracilla gris paja con una máquina redonda, también con secado al aire. La tradición papelera de la población la mantuvo la «Papelera del Maestrazgo S.A.», que producía kraft y estraza y, a pesar de llevar a cabo importantes inversiones, no pudo llegar activa al siglo XXI88.
Zorita
Esta población del Maestrazgo, junto al río Bergantes, también fabricó papel durante gran parte del siglo XIX. Madoz asegura que poseía una fábrica de papel, aunque sin precisar sus características. Esta circunstancia viene confirmada por los “Bailly- Bailliere” de los años 1885, 1888 y 1900, que nombran una fábrica de papel de estracilla, propiedad de Engracia Segura. Según el Anuario Batlles del año 1914, en Zorita, estaba en activo una fábrica de papel, propiedad de Joaquín Temprado.
4.2. La cuenca del Mijares
La manufactura papelera comenzó a mediados del siglo XVIII, situándose toda ella en el curso medio del Mijares. Primero Toga, después, Fanzara y Onda establecieron las primeras manufacturas. Progresivamente, toda la cuenca se fue salpicando de instalaciones papeleras. En el curso medio, se instalaron nuevos molinos en Vallat y Ribesalbes. Al mismo tiempo, otros se emplazaron en el curso alto, siendo este el caso de Puebla de Arenoso. Pero sobre todo, se fueron emplazando en el curso bajo, en localidades como Castelló, Almassora, Vila-real y Borriana.
Toga
El primer molino se erigió a mediados de siglo, mediante escritura de establecimiento otorgada por la viuda del barón de Toga, ante el notario Josef Gargallo, con fecha 23 de abril de 1757. El establecimiento se hizo a título enfitéutico, de forma que el molino debía contribuir con un censo annuo y perpetuo de diez sueldos. Larruga dio cuenta de esta manufactura y asegura que fabricaba papel de estraza. Más tarde, el molino pasó a pertenecer a las Doblas y Aniversarios de la Catedral de Valencia. Ya a principios del siglo XIX, con fecha 9 de marzo de 1811, el molino fue adquirido por Joaquín Barberá (maestro cirujano) y Ramón Campos (labrador), por precio de 400 libras. Posteriormente, en el año 1828, pasó a ser propiedad de José Campos.
El molino, de forma cuadrangular, medía unos cuarenta palmos y contaba con una rueda, una tina y cuatro pilas. Se trata de un molino modesto que producía papel de estraza. Por estas fechas, el molino no estaba en las mejores condiciones, según alegaban sus dueños. En la descripción del mecanismo, se afirma explícitamente que, en parte, estaba inutilizado: “en cuyo recinto cahe una porción de agua en elevación de diez palmos sobre una rueda que da movimiento a un árbol o eje que le continúa en los mazos que muelen el material en dos pilas corrientes, y no en otras tantas que se allan al otro lado a causa de estar descompuesto el predicho eje por aquel lado” 89. De las limitaciones del molino, incapaz de albergar la tina y la prensa, se deduce su escasa envergadura: “Que el edificio y la máquina son de corto valor y producto y sólo fabrica papel de estraza y que, atendido a la cortedad de la estención, la tina y prensa la tiene colocada en otro edificio, que es la casa propia del solicitante”. No obstante, la propiedad incluía “un huerto de siete quarticas de sembradura”.
El molino papelero se hallaba situado en la margen del río Mijares y lindaba, por un lado, con la plaza y pozo de dicho lugar, por el otro, con el huerto de la señoría y, por las espaldas, con tierras de Antonio Campos. El molino papelero, por lo demás, estaba unido a un molino harinero, que había sido de Joaquín Barberán, aunque su propiedad pasó a Rafael Ibáñez, por venta. La documentación también explicita la regulación que se hacía del uso del agua, procedente de la acequia madre, que compartía con otros artefactos. Así, se especifica que “el agua de que se utiliza este artefacto es desde las doce del día hasta la doce de la noche, desde cuya época o período hasta las doce citadas del día siguiente se utiliza el molino de arina que se le estableció a Joaquín Barberán y, en la actualidad, posehe Rafael Ibáñez”. El molino de papel de estraza “tiene derecho a la metad del agua, que da movimiento al de arina, no pudiéndose ambos utilizar a un mismo tiempo de ella, cuya cantidad será en corta diferencia de dos a tres filas continuas”90. La última referencia a este molino procede de Madoz, quien confirma que fabricaba papel de estraza.
Fanzara
Larruga confirma la existencia de un molino que elaboraba, a la vez, papel blanco y papel de estraza. Cavanilles también alude al molino papelero, aunque no aporta ningún dato relevante. Afirma el botánico: “En las últimas avenidas del Milláres desapareciéron los hermosos campos que estaban cerca del molino de papel á ocho y mas pies de altura sobre el nivel ordinario de las aguas”91. Gayoso reproduce dos filigranas fabricadas en Fanzara por el doctor Miguel Guinot, datadas en los años 1789 y 1794, que, con seguridad, proceden del único molino existente en esos años.
Durante el período revolucionario abierto por las Cortes de Cádiz, se construyó un segundo molino papelero. Al poco tiempo, su propietario lo vendió a Juan Bernat y Joaquín Mezquita92. Restaurado el absolutismo, el duque de Medinaceli pretendió que los propietarios, Juan Bernat y Manuela Renal (viuda de Joaquín Mezquita), “demuelan el precitado molino”, pues “dicho establecimiento ninguna utilidad reporta y si puede acarrear perjuicios de consideración a los regantes de la acequia de donde se toma el agua”93. El pleito se prolongó hasta el año 1833 cuando, por sentencia firme, el duque perdió el pleito y, en consecuencia, el molino continuó con su actividad94.
Unos años más tarde, Madoz asegura que Fanzara contaba con un único molino de papel de estraza, con dos prensas, pero bastante deteriorado. En 1862, también consta una sola fábrica, que contaba con una tina y empleaba 8 operarios. Los Bailly-Bailliere de los años1885 y 1888, igualmente, mencionan una fábrica de papel, propiedad, por aquel entonces, de Antonio Traver.
Onda
El término de Onda está recorrido por diversas corrientes fluviales, entre las que destacan los ríos Sonella y Millars, así como diversos barrancos, que hacían posible la instalación de diversas manufacturas. Cavanilles no alude para nada a la fabricación de papel en Onda, ciudad a la que describe en los siguientes términos: “Los edificios anuncian un pueblo acomodado y numeroso, que pasa de 1000 vecinos, todos labradores, á excepción de los empleados de la fábrica de loza, semejante pero inferior á la de Ribes-albes”95. Tampoco lo cita Ricord ni Laborde. Es cierto, sin embargo, que ninguno de estos autores aluden tampoco a otros artefactos, como el molino de yeso, propiedad de Juan Bautista Guinot96. La única referencia que tenemos del molino papelero procede de Castelló, quien afirma: “En ella, en nuestros días, se ha establecido fábrica de loza fina mui parecida a la de la Alcora97, pero de inferior calidad, aunque se asegura que así la tierra de que se hace el barro, como el barniz, llevan ventaja a los de la Alcora y con el tiempo se prometen que la llevará igualmente su loza; igualmente se ha construido una fábrica de papel blanco, con lo que diariamente aumenta su población”98.
Vallat
La primera referencia que tenemos a la fabricación de papel procede de Madoz, quien menciona una fábrica de papel de estraza99. Según el Bailly-Bailliere de 1883, en Vallat, funcionaban dos fábricas de papel, pertenecientes la primera, a Bautista Agustina y, la segunda, a Vicente Ortells Cervera. El mismo número recoge el Bailly- Bailliere de 1888, aunque el titular de la propiedad de una de ellas había cambiado, pues si una aún pertenecía a Bautista Agustina, la otra había pasado a ser propiedad de Joaquín Monferrer. En el Bailly-Bailliere de 1900, ya no figura ninguna fábrica pero si en la Geografía de Castellón de Perales, del año 1912, donde se nombra una fábrica de papel de estraza.
Ribesalbes
Con fecha 8 de julio de 1816, Miguel Ribes, labrador y vecino de la villa de Lucena, obtuvo la oportuna escritura de establecimiento para construir un batán de papel de estraza, lindante con el río Millars, en el término de la ...