ANÁLISIS DEL TEXTO
IDEAS CENTRALES
Lo constitucional ~ El yo temprano y sus funciones principales ~ Ansiedad primordial ~ Gratitud ~ Envidia primaria y envidia excesiva ~ Celos ~ Voracidad ~ La objetología kleiniana ~ Idealización ~ Creatividad materna ~ El complejo de Edipo y la envidia excesiva ~ Culpa temprana ~ Procesos de escisión inadecuados ~ Mecanismos de defensa ~ Dependencia y desamparo ~ Análisis de la transferencia ~ Contratransferencia
No es fácil relacionar las propuestas de este artículo con el aparato conceptual que Klein había desarrollado desde los años veinte y consolidado en los primeros años de la década de los cincuenta del siglo pasado. Aun cuando algunos conceptos se mantienen, otros son una aportación novedosa que introduce un cambio y un rompimiento conceptuales. Se podría pensar que Envidia y gratitud es un compendio de los descubrimientos y los desarrollos de la teoría kleiniana hasta ese punto porque salvo el concepto ‘gratitud’, todos los otros son viejos conocidos. ¡Pero no es así! Envidia y gratitud no es una revisión teórica, sino una aportación que pretende esclarecer algunas manifestaciones clínicas que no habían podido ser abordadas o comprendidas a la luz del andamiaje anterior.
No se trata, pues, de una sustitución o de un cambio en los desarrollos teóricos anteriores (o por lo menos no de todos), sino de algo que “añadió” y que, a pesar de objeciones y críticas, tuvo una fortuna extraordinaria a juzgar por los desarrollos que ha tenido desde entonces. (Ver la sección Trascendencia.)
Lo constitucional
La capacidad para el amor y para el odio es constitucional y varía en cada individuo. Estos factores constitucionales mantienen una relación con la preponderancia del instinto de vida o de muerte. La fuerza o debilidad del yo, así como la mayor o menor intolerancia a la frustración y a la satisfacción derivan de esta dotación constitucional y de la interacción con el ambiente.
Los alcances del tratamiento psicoanalítico dependerán, hasta cierto punto, del predominio de la agresión constitucional (ver el apartado sobre Lo constitucional).
El yo temprano y sus funciones principales
Para M. Klein el yo temprano está al servicio del instinto de vida y está dotado de una fuerza constitucional. Su primera tarea es hacer frente a la “...amenaza de aniquilación proveniente del instinto de muerte desde dentro” mediante la deflexión de una parte de ese instinto (Klein, 1957: 190-191, i.; 196, e.).
Entre las funciones propias del yo temprano está la introyección del objeto bueno primario y su establecimiento seguro y estable en su núcleo. Otra de sus características es el impulso hacia la integración, tanto del sí-mismo como del objeto, mediante la puesta en marcha de la escisión binaria, y suficientemente porosa, entre el objeto amado y el objeto odiado, de tal manera de asegurar la preservación del objeto bueno primario. En Envidia y gratitud, Klein postula que la finalidad del análisis es lograr la integración del yo porque considera que un yo más integrado está capacitado para experimentar culpa y responsabilidad.
Con la consolidación del proceso de integración se logra la mitigación del odio mediante el amor, la disminución de la intensidad de la voracidad y de la envidia y se establecen las bases para la elaboración de la Posición depresiva.
Ansiedad primordial
A partir de 1932, Klein adoptó formalmente las ideas de Freud acerca de los instintos de vida y de muerte. Desde su perspectiva, el miedo a la muerte es el miedo primordial. Suponía que el recién nacido estaba en peligro de quedar inundado por esta terrible angustia proveniente desde su interior que se experimentaría como un temor de aniquilación del sí-mismo y del objeto: una angustia de estar muriendo desde dentro, expresión del instinto de muerte, que se despierta con el hambre y que se acompaña por el miedo a la inanición y a todo dolor físico y emocional.
M. Klein concibe la angustia como el verdadero motor del desarrollo. El motor del psiquismo, dice con frecuencia y hasta el final, es la lucha entablada por las dos emociones: el odio (muerte) lucha por destruir el amor (vida). El primer producto de esta lucha es una angustia de aniquilación de la vida que desencadena en el yo la percepción del conflicto emocional (amor/odio) (Klein, 1957: 179-180, i.; 185, e.).
En la construcción del yo, Klein sostiene que la introyección del pecho bueno forma una parte vital y lo provee de la fuerza necesaria para hacer frente a la angustia de aniquilación.
Gratitud
La gratitud es uno de los derivados más importantes del amor y es un representante del instinto de vida. Como es el resultado de una disposición innata también es primaria. Su presencia es un factor que favorece la instalación del objeto bueno primario en el núcleo del yo mediante la identificación introyectiva (Klein, 1957: 187, i.; 193, e.).
Es también la condición necesaria para experimentar el gozo pleno derivado de la alimentación y los cuidados maternos: el bebé que experimenta gratitud ama y protege a su objeto y siente que es amado y protegido por él (Klein, 1957: 188, i.; 193, e.).
Klein sostiene que la gratitud es el fundamento de la creencia en la propia bondad, en la devoción por personas, valores y causas; permite comprender y ser comprendido; y estimula la generosidad, la reciprocidad, la reparación y la sublimación (Klein, 1957: 189, i.; 194, e.). De nuevo: no debe confundirse la gratitud con sentimientos de culpa ni con arranques de generosidad.
Envidia primaria y envidia excesiva
La envidia, como la gratitud, forma parte del repertorio emocional presente en todos los seres humanos.
En su cualidad ‘normal’, cuando no es excesiva y maligna, es un medio para valorar los dones y los atributos del pecho; funciona como una fuente de admiración: es aspiracional. Los ataques sádicos originados por esta clase de envidia son pasajeros y no destruyen irremediablemente al objeto de bondad.
No obstante, como expresión del instinto de muerte, la cualidad de la envidia dependerá de la dotación constitucional.
Desde la concepción kleiniana, la envidia es innata, es primaria y es endógena. Se experimenta desde el inicio de la vida sin que la desencadene una condición ambiental: se dirige hacia el pecho bueno nutricio que representa la actualización de la expectativa del encuentro de un objeto que es fuente inagotable de vida.
En su cualidad excesiva, la envidia
...es el sentimiento de rabia de que otra persona posea y disfrute de algo deseable –siendo el impulso envidioso el de quitárselo o de despojarlo-arruinarlo. [...]
...la envidia n...