Daniel. Una guía para el estudioso
eBook - ePub

Daniel. Una guía para el estudioso

William H. Shea

Compartir libro
  1. 288 páginas
  2. Spanish
  3. ePUB (apto para móviles)
  4. Disponible en iOS y Android
eBook - ePub

Daniel. Una guía para el estudioso

William H. Shea

Detalles del libro
Vista previa del libro
Índice
Citas

Información del libro

¡Daniel! El mero nombre de este héroe de Dios evoca vívidas imágenes en nuestra mente. Ningún libro del Antiguo Testamento se compara con Daniel y sus sueños sobre imperios mundiales, sus estatuas de oro y otros metales, sus hornos de fuego, su foso de leones, sus cuernos, sus bestias, sus mensajeros angélicos con sus misteriosas profecías de tiempo, y sus predicciones del surgimiento y la caída de gobiernos terrenales a lo largo de la historia. Un reconocido teólogo nos ayuda a estudiar este antiguo libro y a entender que en las manos de Dios nuestro futuro está seguro.

Preguntas frecuentes

¿Cómo cancelo mi suscripción?
Simplemente, dirígete a la sección ajustes de la cuenta y haz clic en «Cancelar suscripción». Así de sencillo. Después de cancelar tu suscripción, esta permanecerá activa el tiempo restante que hayas pagado. Obtén más información aquí.
¿Cómo descargo los libros?
Por el momento, todos nuestros libros ePub adaptables a dispositivos móviles se pueden descargar a través de la aplicación. La mayor parte de nuestros PDF también se puede descargar y ya estamos trabajando para que el resto también sea descargable. Obtén más información aquí.
¿En qué se diferencian los planes de precios?
Ambos planes te permiten acceder por completo a la biblioteca y a todas las funciones de Perlego. Las únicas diferencias son el precio y el período de suscripción: con el plan anual ahorrarás en torno a un 30 % en comparación con 12 meses de un plan mensual.
¿Qué es Perlego?
Somos un servicio de suscripción de libros de texto en línea que te permite acceder a toda una biblioteca en línea por menos de lo que cuesta un libro al mes. Con más de un millón de libros sobre más de 1000 categorías, ¡tenemos todo lo que necesitas! Obtén más información aquí.
¿Perlego ofrece la función de texto a voz?
Busca el símbolo de lectura en voz alta en tu próximo libro para ver si puedes escucharlo. La herramienta de lectura en voz alta lee el texto en voz alta por ti, resaltando el texto a medida que se lee. Puedes pausarla, acelerarla y ralentizarla. Obtén más información aquí.
¿Es Daniel. Una guía para el estudioso un PDF/ePUB en línea?
Sí, puedes acceder a Daniel. Una guía para el estudioso de William H. Shea en formato PDF o ePUB, así como a otros libros populares de Theology & Religion y Christian Theology. Tenemos más de un millón de libros disponibles en nuestro catálogo para que explores.

Información

Año
2011
ISBN
9789875678569
Capítulo 1

Interpretando la historia

La primera mitad de Daniel, los capítulos 1 al 6, es esencialmente de naturaleza histórica. Estas narraciones históricas incluyen algo de profecía, pero contienen claramente más historia que profecía. La naturaleza histórica de esta porción del libro genera varias preguntas de importancia:
  • ¿Cuál es la perspectiva bíblica de la historia?
  • ¿Cuál es la perspectiva de Daniel de la historia?
  • ¿Aborda el libro la historia neobabilónica o algún periodo posterior?
  • ¿Cuál es la actividad de Dios en la historia? ¿Cuál es su relación con ella?
Estas preguntas se reducen a dos principales:
1. ¿Se relaciona Dios con la historia humana o se ha retirado a alguna otra parte de su universo dejando a la Tierra avanzar por sí sola?
2. ¿Con qué periodo de la historia trata el libro de Daniel?
La segunda pregunta implica historicidad más que historia, y el texto del libro mismo nos proporciona una respuesta directa y fácilmente accesible: el libro de Daniel se presenta a sí mismo como un registro de las experiencias de algunas personas que vivieron durante el periodo del reino neobabilónico, durante la parte tardía del siglo séptimo y buena parte del sexto a.C. Sin embargo, más allá de esta sencilla respuesta yace otro asunto: ¿Es el libro de Daniel un registro verdadero de eventos que ocurrieron en el siglo sexto a.C.? ¿O es una obra que fue posteriormente escrita por otro individuo y no el profeta Daniel con la intención de que sonara como si ocurrió en el siglo sexto a.C.?
Muchos comentaristas contemporáneos del libro de Daniel con frecuencia contestan estas preguntas tomando la posición de que Dios no interviene en los asuntos humanos y que el libro en realidad fue escrito en el siglo segundo a.C., no en el sexto, por alguien distinto a Daniel. Por lo tanto, estos comentaristas no esperan que el libro de Daniel sea históricamente exacto o fiel al escenario del siglo sexto a.C. que describe en sus páginas. En un lenguaje muy práctico, es lo que se conoce como “Daniel en el foso de los críticos”.
LA PERSPECTIVA BÍBLICA DE LA HISTORIA
¿Se relaciona Dios con la historia humana? Esta es una pregunta filosófica. Implica la perspectiva bíblica de la historia y, en un sentido medular, nos lleva de vuelta a la pregunta de la naturaleza esencial de las Escrituras. ¿Qué es la Biblia? Más específicamente para nuestra discusión del libro de Daniel, ¿qué es el Antiguo Testamento? Es una revelación de la naturaleza, el carácter y el propósito de Dios. Pero es más que eso. Nos proporciona una historia que comienza con la creación en Génesis y termina en Esdras y Nehemías en el periodo persa. Esa historia se extiende a través de los libros de Moisés y Josué, los libros de Jueces, 1 y 2 de Samuel, y los libros de los Reyes, en paralelo con los de las Crónicas. Finalmente, esa historia llega a su fin con los registros de Esdras y Nehemías. Por todo, se extiende por más de dos milenios. Pero hay más historia que simples registros rústicos de lo que sucedió. Hay un enfoque de la historia particular, y ese enfoque está íntimamente relacionado con Dios como el actor central del escenario de esa historia. Es, como cierto teólogo e historiador lo ha descrito, un registro de “los poderosos actos de Dios”. El Señor ha estado activo a través de esa historia, relacionándose con los seres humanos, guiándolos y dirigiéndolos, no solo respecto de sus asuntos terrenales sino también en cuanto a cómo obtener su salvación.
Esta misma perspectiva de la historia es evidente también en el libro de Daniel. Aquí, la historia comienza con la primera conquista de Jerusalén por Nabucodonosor. Ese giro de eventos debió haber parecido desastroso a muchos de los judíos que vivían en Jerusalén en ese tiempo. Sin embargo, detrás de todo, Dios estaba obrando sus propios propósitos. El Señor permitió la conquista de Judá y Jerusalén porque la nación estaba bajo el liderazgo de Joaquín, un rey perverso y rebelde, y porque la sociedad estaba moralmente corrompida. Aún en la tragedia de la conquista, sin embargo, Dios sacó algo bueno de lo malo. Sus siervos —Daniel y sus amigos— fueron llevados a circunstancias donde pudieron testificar en una forma tal que se extendió más allá de su pequeño círculo familiar en Judá. Se convirtieron en testigos del Dios verdadero entre todos los cortesanos de Babilonia y delante del monarca más poderoso de ese tiempo. Dios entregó a Joaquín en la mano de Nabucodonosor, pero también le dio gracia a Daniel y sus amigos ante ese mismo rey. Así, en los sucesos personales y nacionales de la época, podemos ver la mano de Dios en acción. Y siendo que tenemos la palabra inspirada del profeta Daniel quien observó dichas acciones y a quien le fue dada información del cielo acerca de ellas, podemos ver con toda claridad la intervención de Dios en estas circunstancias humanas.
Vemos también la intervención del Señor en la historia humana en otros aspectos de Daniel. Dios no solo interviene en el curso de la historia entre las naciones, tales como Babilonia y Judá, sino que también él mismo se involucra en la historia personal de los individuos. Vemos la milagrosa intervención de Dios en favor de los amigos de Daniel, especialmente en la historia de la liberación del horno de fuego en el capítulo 3. En el caso de Daniel, la intervención de Dios opera en todo el libro, pero se pone especialmente de relieve con la milagrosa liberación de Daniel de los leones hambrientos en el foso en el capítulo 6. Por lo tanto, Dios opera a nivel de las naciones y los eventos históricos en proporciones épicas, pero también se relaciona con la gente en el plano individual.
La tercera forma en la que el libro de Daniel demuestra la atención de Dios y su participación en la historia de las naciones e individuos es por medio de las profecías dadas ahí. Los cuatro bosquejos proféticos principales del libro, las de los capítulos 2, 7, 8, y 11, proveen un vistazo previo que va desde los tiempos del profeta a través de las edades de la historia que siguen. Dios no solo tiene interés en el curso de la historia de las naciones; él no solo interviene en ocasiones para afectarlo; sino que también conoce el curso que tomará. Los lectores del libro de Daniel pueden descansar confiados en que hay un Dios que nos cuida detrás de las escenas de acción en la historia.
La visión del mundo que se presenta en Daniel y a lo largo de las Escrituras no es muy compatible con el pensamiento filosófico moderno. La cosmovisión moderna tiene su origen, no tanto en la Biblia, sino en la filosofía de los antiguos griegos. Esta cosmovisión moderna adquirió forma gracias a revoluciones en el pensamiento que ocurrieron particularmente en el siglo 18 d.C., conocido como la Era de la Razón. Comenzando con el modelo físico construido a partir de las matemáticas de Sir Isaac Newton y otros, esta perspectiva estableció que la mente humana era autosuficiente y que no había ninguna necesidad de fuente externa alguna de conocimiento o inspiración, tal como Dios. Esta perspectiva humanística llegó a prevalecer en los círculos intelectuales, dejando poco espacio para el Señor. Por algún tiempo, Dios fue tolerado en la periferia de la experiencia humana. El deísmo era un movimiento que veía a Dios como un fabricante de relojes. Él creó el mundo, el sistema solar, y el universo y entonces le dio cuerda para que pudiera operar por sí solo, de acuerdo con leyes propias que los científicos irían descubriendo.
Bien pronto, sin embargo, a mediados del siglo diecinueve la teoría de la evolución entró a la escena y le arrebató a Dios su rol, de por sí ya muy reducido. Ahora no había ya más necesidad de un individuo que fabricara relojes. El reloj había evolucionado por sí solo. Todo esto llevó a una confrontación directa entre la escuela de pensamiento bíblica y el humanismo racionalista. La Biblia afirma que hay un Dios y que se ha revelado a sí mismo. El humanismo racionalista dice que no hay Dios y que no existe ninguna revelación suya. La Biblia, por lo tanto, se convierte en un elemento central en este debate.
Un aspecto de la Biblia que demuestra que hay un Dios y que se ha revelado a sí mismo es la profecía predictiva. Bien puede ser que una persona muy bien informada pueda adivinar acertadamente el curso de los eventos en el futuro inmediato o cercano. Pero, proponer que alguien, valiéndose solo de recursos humanos naturales, pueda predecir correctamente lo que va a suceder en cinco, seis o siete siglos, como ocurre en el libro de Daniel, supera con creces el campo del conocimiento humano. Tal percepción solo puede provenir de la esfera de lo sobrenatural. En consecuencia, el tema de la profecía predictiva ha jugado una parte significativa en las discusiones entre los que aceptan la perspectiva bíblica y los que la rechazan.
Los que niegan la perspectiva bíblica de Dios y la historia tienen que hallar una explicación humanística para el aspecto predictivo de las profecías dadas en la Biblia. Una forma de anular el contenido predictivo de un libro profético tal como Daniel es afirmar que sus profecías no se cumplieron, que los eventos predichos no ocurrieron. Capítulos posteriores en este volumen abordarán las evidencias para el cumplimiento de las profecías de Daniel.
Pero hay otra forma de cancelar el elemento predictivo de un libro profético, y es demostrando que el contenido histórico local del libro es inexacto. Por ejemplo, las profecías de Daniel pretenden haber sido dadas en el contexto babilónico del siglo sexto a.C. Si Daniel, supuestamente escribiendo desde la perspectiva de la Babilonia del siglo sexto a.C., no presenta su historia de Babilonia en orden correcto, entonces nadie necesita darle crédito a los detalles proféticos tampoco. En otras palabras, una forma de socavar la exactitud de la sección profética de Daniel es primero socavar la exactitud de su sección histórica. Si la exactitud histórica del libro puede impugnarse, sus profecías no tienen porqué tomarse en serio.
Pero si este argumento tiene validez, entonces lo contrario también debe ser válido. Si podemos demostrar que las secciones históricas de Daniel son exactas y confiables, entonces también tenemos que tomar en serio lo que dice en las secciones proféticas. Nos dirigimos, entonces, a ese asunto: la exactitud histórica de Daniel.
LA EXACTITUD HISTÓRICA DE DANIEL
Quienes no aceptan la perspectiva de que Dios está íntimamente involucrado en la historia humana y no dan lugar en su pensamiento a la profecía ...

Índice